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  • Se salva al bebé Moisés
    Mi libro de historias bíblicas
    • La hermana de Moisés, Míriam, hablando con la hija de Faraón

      HISTORIA 28

      Se salva al bebé Moisés

      MIRA al bebé que llora mientras aprieta el dedo de esa joven. Este es Moisés. ¿Sabes quién es la bella joven? Es una princesa egipcia, la propia hija de Faraón.

      La madre de Moisés escondió al bebé hasta que él tuvo tres meses de edad, pues no quería que los egipcios lo mataran. Pero ella sabía que podían hallar a Moisés, y, por eso, esto fue lo que hizo para salvarlo.

      Preparó una canasta de manera que no fuera a entrar agua en ella. Entonces puso a Moisés allí y colocó la canasta en la hierba alta al lado del río Nilo. Le dijo a Míriam, la hermana de Moisés, que se quedara cerca para ver qué pasaba.

      El bebé Moisés en la cesta llorando

      Pronto la hija de Faraón vino al río Nilo a bañarse. De repente vio la canasta en la hierba alta. Dijo a una de sus sirvientas: ‘Consígueme esa canasta.’ Cuando la princesa abrió la canasta, ¡qué lindo bebé vio! El bebé Moisés estaba llorando, y la princesa le tuvo lástima. La princesa egipcia no quiso que mataran al nene.

      Entonces Míriam vino. La puedes ver en la lámina. Míriam le preguntó a la hija de Faraón: ‘¿Puedo ir y llamar a una israelita para que te críe el bebé?’

      ‘Hazme ese favor,’ dijo la princesa.

      Así que Míriam fue corriendo a decírselo a su mamá. Cuando la madre de Moisés vino a donde la princesa, ésta le dijo: ‘Toma a este bebé y críamelo, y te pagaré por ello.’

      Así que la madre de Moisés cuidó a su propio hijo. Después, cuando Moisés ya tenía suficiente edad, se lo llevó a la hija de Faraón, quien lo adoptó como hijo suyo. Por eso Moisés creció en la casa de Faraón.

      Éxodo 2:1-10.

      Preguntas de estudio

  • Por qué huyó Moisés
    Mi libro de historias bíblicas
    • Moisés huye de Egipto

      HISTORIA 29

      Por qué huyó Moisés

      MIRA a Moisés; está huyendo de Egipto. ¿Puedes ver a los que lo persiguen? ¿Sabes por qué quieren matar a Moisés? Vamos a ver si podemos averiguarlo.

      Moisés creció en la casa de Faraón, el gobernante de Egipto. Se hizo muy sabio y grande. Moisés sabía que él no era egipcio, y que sus verdaderos padres eran esclavos israelitas.

      Un día, cuando tenía 40 años, Moisés decidió ir a ver cómo le iba a su pueblo. Los estaban tratando mal. Vio a un egipcio golpeando a un esclavo israelita. Moisés miró alrededor y, al no ver a ninguna persona que estuviera velando, hirió al egipcio, y éste murió. Moisés escondió al muerto en la arena.

      Al día siguiente Moisés fue a ver a su pueblo otra vez. Creía que podría ayudarlos para que no fueran esclavos. Pero vio a dos israelitas peleando, y Moisés le dijo al que estaba haciendo lo que era malo: ‘¿Por qué golpeas a tu hermano?’

      El hombre dijo: ‘¿Quién te hizo nuestro gobernante y juez? ¿Me vas a matar como mataste a aquel egipcio?’

      Ahora Moisés se asustó. Sabía que la gente había averiguado lo que él le había hecho al egipcio. Aun Faraón lo oyó y mandó hombres a matar a Moisés. Por eso Moisés tuvo que salir huyendo de Egipto.

      Cuando Moisés salió de Egipto, se fue lejos, a la tierra de Madián. Allí conoció a la familia de Jetro, y se casó con una de sus hijas, Zípora. Moisés se hizo pastor y atendió las ovejas de Jetro. Por 40 años vivió en la tierra de Madián. Ahora tenía 80 años de edad. Entonces un día, mientras Moisés atendía las ovejas de Jetro, pasó una cosa sorprendente que cambió la vida entera de Moisés. Pasa la página, y vamos a ver qué es esta cosa sorprendente.

      Éxodo 2:11-25; Hechos 7:22-29.

      Preguntas de estudio

  • El arbusto ardiente
    Mi libro de historias bíblicas
    • Moisés y el arbusto ardiente

      HISTORIA 30

      El arbusto ardiente

      MOISÉS había venido hasta la montaña de Horeb buscando hierba para sus ovejas. Aquí vio un arbusto en fuego, ¡pero el arbusto no se quemaba!

      ‘¡Qué raro!’ pensó Moisés. ‘Voy a ver eso mejor.’ Cuando se acercó, desde el arbusto una voz dijo: ‘No te acerques más. Quítate las sandalias, pues estás en tierra santa.’ Era Dios hablando por medio de un ángel, y por eso Moisés se cubrió la cara.

      Dios entonces dijo: ‘He visto a mi pueblo sufrir en Egipto. Voy a librarlos, y te envío para que los saques de allí.’ Jehová iba a llevar a su pueblo al lindo país de Canaán.

      Pero Moisés dijo: ‘Yo no soy nadie. ¿Cómo puedo hacer esto? Y si voy me van a decir: “¿Quién te envió?” ¿Qué digo entonces?’

      ‘Esto les dirás,’ contestó Dios. ‘“JEHOVÁ el Dios de Abrahán, Dios de Isaac y Dios de Jacob me ha enviado a ustedes.”’ A eso, Jehová añadió: ‘Este es mi nombre para siempre.’

      ‘Pero ¿y si ellos no me creen cuando yo les diga que tú me enviaste?’ respondió Moisés.

      ‘¿Qué tienes en la mano?’ le preguntó Dios.

      Moisés contestó: ‘Un palo.’

      ‘Échalo en el suelo,’ dijo Dios. Cuando Moisés hizo aquello, el palo que tenía se convirtió en una culebra. Entonces, Jehová le mostró a Moisés otro milagro. Dijo: ‘Mete tu mano en tu traje.’ Moisés lo hizo, y cuando sacó la mano, ¡estaba blanca como la nieve! Parecía que él estaba enfermo, con la lepra. Entonces Jehová le dio a Moisés poder para hacer un tercer milagro. Finalmente dijo: ‘Estos milagros harán que los israelitas crean que te envié.’

      Después, Moisés volvió a su casa y le dijo a Jetro: ‘Por favor, déjame volver a Egipto para ver cómo están mis parientes.’ Así que Jetro le dijo adiós a Moisés, que empezó su viaje de regreso a Egipto.

      Éxodo 3:1-22; 4:1-20.

      Preguntas de estudio

  • Moisés y Aarón ven a Faraón
    Mi libro de historias bíblicas
    • Moisés y Aarón ante Faraón

      HISTORIA 31

      Moisés y Aarón ven a Faraón

      CUANDO Moisés volvió a Egipto, le contó a su hermano Aarón acerca de los milagros. Y cuando Moisés y Aarón les mostraron los milagros a los israelitas, todos creyeron que Jehová estaba con ellos.

      Entonces Moisés y Aarón fueron a ver a Faraón. Le dijeron: ‘Jehová el Dios de Israel dice: “Deja ir a mi pueblo por tres días, para que me adoren en el desierto.”’ Pero Faraón dijo: ‘Yo no creo en Jehová. No voy a dejar ir a Israel.’

      Faraón estaba enojado, porque el pueblo quería sacar tiempo del trabajo para adorar a Jehová. Por eso, los obligó a trabajar más duro. Los israelitas culparon a Moisés por el mal trato que se les dio, y Moisés se puso triste. Pero Jehová le dijo que no se preocupara. ‘Haré que Faraón deje ir a mi pueblo,’ dijo.

      La culebra de Aarón se come a las otras culebras

      Moisés y Aarón fueron a ver a Faraón otra vez. Esta vez hicieron un milagro. Aarón echó al suelo su palo, y éste se convirtió en una culebra grande. Pero los sabios de Faraón también echaron al suelo sus palos, y aparecieron culebras. Pero ¡mira! la culebra de Aarón se está comiendo la de los sabios. Todavía Faraón no quiso dejar ir a los israelitas.

      Por eso llegó el tiempo para que Jehová le diera una lección a Faraón. ¿Sabes cómo lo hizo? Haciendo que le vinieran 10 plagas, o grandes dificultades, a Egipto.

      Después de muchas de las plagas, Faraón llamaba a Moisés y le decía: ‘Detén la plaga y dejaré ir a Israel.’ Pero cuando la plaga se detenía, cambiaba de opinión. No los dejaba ir. Pero después de la décima plaga les dijo que salieran.

      ¿Conoces cada una de las 10 plagas? Pasa la página y veamos cuáles son.

      Éxodo 4:27-31; 5:1-23; 6:1-13, 26-30; 7:1-13.

      Preguntas de estudio

  • Las 10 plagas
    Mi libro de historias bíblicas
    • Primera plaga: el río Nilo se convierte en sangre

      HISTORIA 32

      Las 10 plagas

      MIRA los cuadros. Cada uno muestra una plaga que Jehová le puso a Egipto. En el primero ves a Aarón golpeando el río Nilo con su palo. Entonces el agua del río se convirtió en sangre, y los peces del río murieron, y ahora el río empezó a tener mal olor.

      Faraón agita las manos para espantar las ranas de su cama en la segunda plaga

      Después, Jehová hizo que salieran ranas del río Nilo. Estaban en los hornos, las vasijas de amasar, las camas, por dondequiera. Cuando las ranas murieron, los egipcios las pusieron en montones, y el país se llenó de mal olor.

      Entonces Aarón golpeó el suelo con su palo y el polvo se convirtió en jejenes, insectitos que vuelan y pican. Esta fue la tercera plaga.

      Los mosquitos pican a una mujer en la tercera plaga

      Las otras plagas solo hicieron daño a los egipcios, no a Israel. La cuarta fue de moscas grandes que se metieron en las casas de todos los egipcios. La quinta plaga hirió a los animales. Muchísimas de las vacas y las ovejas y las cabras de los egipcios murieron.

      Después Moisés y Aarón tiraron al aire puñados de cenizas, las cuales les causaron llagas a las personas y los animales. Esta fue la sexta plaga.

      Después de eso Moisés levantó la mano al cielo, y Jehová mandó truenos y granizo. Fue la peor granizada que Egipto había tenido.

      Los egipcios tratan de escapar de las moscas durante la cuarta plaga
      En la quinta plaga, los animales de los egipcios mueren

      La plaga octava fue un gran enjambre de langostas. Nunca antes hubo, ni después de eso ha habido, tantas langostas. Se comieron todo lo que el granizo no destruyó.

      La plaga novena fue de oscuridad. Por tres días una oscuridad densa cubrió el país, pero los israelitas tenían luz donde vivían.

      Finalmente, Dios le dijo a su pueblo que rociara la sangre de un cabrito o un corderito en los postes de sus puertas. Entonces el ángel de Dios pasó sobre Egipto. Cuando el ángel veía la sangre, no mataba a nadie en aquella casa. Pero cuando no veía la sangre, mataba al primer hijo nacido, de hombre y de animal. Esta fue la plaga décima.

      Después de esta plaga, Faraón dejó ir a los israelitas, los cuales ya estaban listos y aquella misma noche empezaron a marcharse de Egipto.

      Éxodo, capítulos 7 a 12.

      Preguntas de estudio

  • Cruzando el mar Rojo
    Mi libro de historias bíblicas
    • Moisés dividiendo el mar Rojo por el poder de Dios

      HISTORIA 33

      Cruzando el mar Rojo

      ¡MIRA lo que está pasando! Ese es Moisés con su palo extendido sobre el mar Rojo. Los que están con él seguros en el otro lado son los israelitas. Pero Faraón y su ejército se están ahogando. Veamos cómo pasó esto.

      Como aprendimos, después de la décima plaga Faraón les dijo a los israelitas que salieran de Egipto. Unos 600.000 hombres israelitas salieron, así como muchas mujeres y niños. Además, mucha otra gente que había creído en Jehová salió con los israelitas. Todos llevaron consigo sus ovejas y cabras y ganado al salir de Egipto.

      Antes de salir, los israelitas pidieron ropa y cosas hechas de oro y plata a los egipcios. Los egipcios tenían mucho miedo, por la última plaga que les vino. Así que les dieron a los israelitas todo lo que pidieron.

      Unos días después los israelitas llegaron al mar Rojo. Allí descansaron. Mientras tanto, Faraón y sus hombres empezaron a arrepentirse de haber dejado ir a los israelitas. ‘¡Dejamos ir a nuestros esclavos!’ decían.

      Así que Faraón cambió de opinión otra vez. Enseguida preparó su carro de guerra y su ejército. Entonces empezó a ir tras de los israelitas con 600 carros especiales, así como con todos los otros carros de Egipto.

      Cuando los israelitas vieron venir a Faraón y su ejército, se asustaron muchísimo. No tenían ninguna manera de huir. Tenían el mar Rojo a un lado, y los egipcios venían de la otra dirección. Pero Jehová puso una nube entre su pueblo y los egipcios. Por eso los egipcios no podían ver a los israelitas para atacarlos.

      Jehová ahora le dijo a Moisés que extendiera su palo sobre el mar Rojo. Cuando Moisés hizo esto, Jehová hizo que un viento fuerte del este soplara. Las aguas del mar se dividieron, y se quedaron aguantadas en los dos lados.

      Entonces los israelitas empezaron a marchar por en medio del mar sobre tierra seca. Se necesitaron horas para que aquellos millones de personas con todos sus animales pasaran al otro lado. Finalmente los egipcios pudieron verlos otra vez, y se metieron en el mar tras ellos.

      Cuando hicieron esto, Dios hizo que se les cayeran las ruedas de sus carros. Los egipcios se asustaron mucho y empezaron a gritar: ‘Jehová pelea por los israelitas contra nosotros. ¡Vámonos de aquí!’ Pero era muy tarde.

      Entonces Jehová le dijo a Moisés que extendiera su palo sobre el mar Rojo, como viste en el cuadro. Entonces las paredes de agua empezaron a volver y a cubrir a los egipcios y sus carros. El ejército entero se había metido en el mar. ¡Y ni un solo egipcio salió vivo!

      Al volver las aguas, el mar se traga a Faraón y los carros de Egipto

      ¡Cuánto se alegró el pueblo de Dios por estar a salvo! Los hombres cantaron una canción de gracias a Jehová, diciendo: ‘Jehová ha ganado una victoria gloriosa. Ha echado a los caballos y sus jinetes en el mar.’ Míriam, la hermana de Moisés, sacó su pandereta, y todas las mujeres la siguieron con las suyas. Y bailaron, cantando también: ‘Jehová ha ganado una victoria gloriosa. Ha echado a los caballos y sus jinetes en el mar.’

      Éxodo, capítulos 12 a 15.

      Preguntas de estudio

  • Un alimento nuevo
    Mi libro de historias bíblicas
    • Una israelita y su hijo recogiendo maná

      HISTORIA 34

      Un alimento nuevo

      ¿SABES qué está recogiendo del suelo la gente? Parece escarcha. Es blanco, delgado y como hojas pequeñas. Pero no es escarcha; es algo que se puede comer.

      Solo ha pasado más o menos un mes desde que los israelitas salieron de Egipto. Están en el desierto. Allí crece poco alimento, y ellos se quejan: ‘Mejor que Jehová nos hubiera matado en Egipto. Allí comíamos cuanto queríamos.’

      Por eso Jehová dice: ‘Voy a hacer que llueva alimento desde el cielo.’ Y eso es lo que hace. A la mañana siguiente, cuando los israelitas ven esta cosa blanca que ha caído, se preguntan: ‘¿Qué es?’

      Moisés dice: ‘Este es el alimento que Jehová les ha dado para que lo coman.’ La gente lo llama MANÁ. El maná sabe a tortas delgadas hechas con miel.

      ‘Recojan lo que cada persona pueda comer,’ dice Moisés a la gente. Por eso, cada mañana hacen eso. Entonces, cuando el Sol calienta, el maná que queda en el suelo se derrite.

      Moisés también dice: ‘Nadie guarde maná hasta el día siguiente.’ Pero algunos lo hacen. ¿Sabes lo que pasa entonces? ¡La mañana siguiente el maná que han guardado está lleno de gusanos y empieza a oler mal!

      Israelitas recogiendo maná

      Pero Jehová dice que un día de la semana recojan doble cantidad de maná. Ese es el sexto día. Y Jehová dice que guarden alguno hasta el día siguiente, pues no va a hacer que caiga ninguno el día séptimo. ¡Cuando guardan el maná hasta el día séptimo, no se llena de gusanos ni tiene mal olor! ¡Es otro milagro!

      Durante todos los años de los israelitas en el desierto, comen maná.

      Éxodo 16:1-36; Números 11:7-9; Josué 5:10-12.

      Preguntas de estudio

  • Jehová da sus leyes
    Mi libro de historias bíblicas
    • Moisés recibiendo la ley de Dios en el monte Sinaí

      HISTORIA 35

      Jehová da sus leyes

      UNOS dos meses después de haber salido de Egipto, los israelitas llegan al monte Sinaí, también llamado Horeb. Aquí fue donde Dios habló a Moisés desde el arbusto ardiente. El pueblo acampa aquí; se queda aquí algún tiempo.

      Mientras la gente espera abajo, Moisés sube a la montaña. Allá, Jehová le dice a Moisés que Él quiere que los israelitas le obedezcan y lleguen a ser Su pueblo especial. Cuando Moisés baja, les dice a los israelitas lo que Jehová ha dicho. Y la gente dice que va a obedecer a Jehová, porque quieren ser su pueblo.

      Jehová ahora hace una cosa rara. Hace que de la cumbre suba humo, y hace que haya truenos fuertes. También habla al pueblo y les dice: ‘Yo soy Jehová tu Dios que te sacó de Egipto.’ Entonces les da este mandato: ‘No debes adorar más dioses que a mí.’

      Dios da a los israelitas otros nueve mandamientos, o leyes. El pueblo tiene mucho miedo. Le dicen a Moisés: ‘Háblanos tú, porque tememos que si Dios nos habla moriremos.’

      Más tarde, Jehová le dice a Moisés: ‘Sube acá arriba a la montaña. Yo te voy a dar dos piedras planas en las cuales he escrito las leyes que yo quiero que el pueblo guarde. De manera que Moisés sube una vez más a la montaña. Por 40 días y noches se queda allá.

      Dios tiene muchas, muchas leyes para su pueblo. Moisés las escribe. Dios también le da a Moisés las dos piedras planas. En éstas, Dios mismo ha escrito las 10 leyes que ha hablado a todo pueblo. Se llaman los Diez Mandamientos.

      Los Diez Mandamientos son leyes importantes. Pero también son las muchas otras leyes que Dios da a los israelitas. Una de éstas es: ‘Debes amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón, toda tu mente, toda tu alma y toda tu fuerza.’ Y otra es: ‘Debes amar a tu prójimo como a ti mismo.’ El Hijo de Dios, Jesucristo, dijo que éstas son las dos mayores leyes que Dios dio a su pueblo de Israel. Después aprenderemos muchas cosas acerca del Hijo de Dios y sus enseñanzas.

      Éxodo 19:1-25; 20:1-21; 24:12-18; 31:18; Deuteronomio 6:4-6; Levítico 19:18; Mateo 22:36-40.

      Preguntas de estudio

  • El becerro de oro
    Mi libro de historias bíblicas
    • Los israelitas, cantando, bailando y adorando al becerro de oro

      HISTORIA 36

      El becerro de oro

      ¡AY, NO! ¿Qué está haciendo la gente ahora? ¡Orando a un becerro! ¿Por qué están haciendo esto?

      Cuando Moisés se queda mucho tiempo en la montaña, el pueblo dice: ‘No sabemos qué le ha pasado a Moisés. Vamos a hacernos un dios que nos saque de esta tierra.’

      ‘Está bien,’ dice Aarón el hermano de Moisés. ‘Quítense sus pendientes de oro, y tráiganmelos.’ Cuando el pueblo hace esto, Aarón los derrite y hace un becerro de oro. Y el pueblo dice: ‘¡Este es nuestro Dios, que nos sacó de Egipto!’ Entonces tienen una fiesta grande, y adoran el becerro de oro.

      Cuando Jehová ve esto, se enoja mucho. Y le dice a Moisés: ‘Apresúrate y baja. El pueblo se está portando muy mal. Han olvidado mis leyes y se inclinan ante un becerro de oro.’

      Moisés rompe las tablas de piedra de los Diez Mandamientos

      Moisés baja enseguida de la montaña. Y al acercarse, esto es lo que ve. ¡La gente está cantando y bailando alrededor del becerro! Moisés se enoja tanto que tira las dos piedras planas que tienen las leyes, y éstas se rompen en pedazos. Entonces le echa mano al becerro y lo derrite. Entonces lo hace polvo.

      El pueblo ha hecho algo muy malo. Por eso Moisés les dice a unos hombres que empuñen sus espadas. ‘Los malos que adoraron el becerro deben morir,’ dice. ¡Por eso los hombres matan a 3.000 personas! ¿No muestra esto que hay que tener cuidado para adorar solo a Jehová y no a dioses falsos?

      Éxodo 32:1-35.

      Preguntas de estudio

  • Una tienda para adorar
    Mi libro de historias bíblicas
    • El tabernáculo, o tienda de reunión, de Israel

      HISTORIA 37

      Una tienda para adorar

      ¿SABES qué es este edificio? Es una tienda especial para adorar a Jehová. Se le llama el tabernáculo. El pueblo lo terminó en un solo año después que salió de Egipto. ¿Sabes de quién fue la idea de hacerlo?

      Fue idea de Jehová. Mientras Moisés estaba arriba en el monte Sinaí, Jehová le dijo cómo hacerlo. Le dijo que lo hiciera de modo que pudiera desmontarse fácilmente. Así las partes se podrían llevar a otro lugar, y allí juntarse de nuevo. Por eso, cuando los israelitas se mudaban de un lugar a otro en el desierto, llevaban consigo la tienda.

      Si te fijas en el cuartito al fin de la tienda, puedes ver una caja. Esta caja se llama el arca del pacto. Tenía dos ángeles o querubines hechos de oro, uno a cada extremo. Dios escribió de nuevo los Diez Mandamientos en dos piedras planas, porque Moisés había roto las primeras. Y estas piedras fueron guardadas en el arca del pacto. También se guardó allí un jarro de maná. ¿Recuerdas lo que es maná?

      Jehová escoge a Aarón el hermano de Moisés para que sea el sumo sacerdote. Él dirige el pueblo en la adoración de Jehová. Y sus hijos también son sacerdotes.

      Ahora fíjate en el cuarto más grande de la tienda. Tiene el doble del tamaño del cuartito. ¿Ves la cajita de la cual está subiendo humo? Ese es el altar donde los sacerdotes queman incienso, una cosa que huele bien. Mira también el candelabro que tiene siete lámparas. Y lo tercero en el cuarto es una mesa, sobre ésta se mantienen 12 panes.

      La palangana de agua y el altar

      En el patio del tabernáculo hay una fuente grande, o palangana, llena de agua. Los sacerdotes la usan para lavar. También está allí el gran altar. Aquí se queman los animales muertos como ofrenda a Jehová. La tienda está en el medio del campamento, y los israelitas viven en sus tiendas alrededor de ella.

      Éxodo 25:8-40; 26:1-37; 27:1-8; 28:1; 30:1-10, 17-21; 34:1, 2; Hebreos 9:1-5.

      Preguntas de estudio

  • Los 12 espías
    Mi libro de historias bíblicas
    • Josué y Caleb y los demás espías mostrándole a Moisés los frutos de la tierra de Canaán

      HISTORIA 38

      Los 12 espías

      MIRA las frutas que estos hombres cargan. Fíjate qué grande es el ramo de uvas. Dos hombres tienen que cargarlo en un palo. Y mira los higos y las granadas. ¿De dónde vinieron estos bellos frutos? De la tierra de Canaán. Recuerda, Canaán es donde vivían Abrahán, Isaac y Jacob. Pero por el hambre que hubo allí, Jacob se mudó con su familia a Egipto. Ahora, tras unos 216 años, Moisés lleva de vuelta a Canaán a los israelitas. Ahora están en Cades, en el desierto.

      En Canaán vive gente mala. Por eso Moisés envía 12 espías y les dice: ‘Averigüen cuánta gente vive allí, y cuán fuertes son. Averigüen si la tierra es buena para sembrar. Y no dejen de traer algunos de los frutos.’

      Cuando los espías vuelven a Cades, le dicen a Moisés: ‘En verdad es un buen país.’ Y para probarlo, le muestran algunas frutas. Pero 10 de los espías dicen: ‘La gente que vive allí son gente grande y fuerte. Si tratamos de quitarles el país, nos matan.’

      Los israelitas se asustan al oír esto. ‘Mejor hubiera sido morir en Egipto o hasta aquí en el desierto,’ dicen. ‘Moriremos en batalla, y nuestras esposas y nuestros hijos serán capturados. ¡Vamos a escoger un nuevo líder en vez de Moisés, y regresar a Egipto!’

      Pero dos de los espías confían en Jehová, y tratan de calmar al pueblo. Se llaman Josué y Caleb. Dicen: ‘No tengan miedo. Jehová está con nosotros. Será fácil tomar esa tierra.’ Pero el pueblo no oye. Y hasta quiere matar a Josué y Caleb.

      Esto enoja mucho a Jehová, quien le dice a Moisés: ‘Ninguna de la gente de 20 años de edad y más va a entrar en el país de Canaán. Han visto los milagros que yo hice en Egipto y en el desierto pero todavía no confían en mí. Por eso van a vagar por el desierto 40 años hasta que el último muera. Solo Josué y Caleb entrarán en la tierra de Canaán.’

      Números 13:1-33; 14:1-38.

      Preguntas de estudio

  • La vara de Aarón florece
    Mi libro de historias bíblicas
    • Moisés sosteniendo la vara de Aarón que floreció

      HISTORIA 39

      La vara de Aarón florece

      MIRA las flores y almendras maduras que crecen de esta vara, o palo. Es la vara de Aarón. ¡Estas flores y la fruta madura crecieron en una sola noche! Veamos por qué.

      Los israelitas han vagado por el desierto por bastante tiempo. Algunos no creen que Moisés deba ser el líder, ni que Aarón deba ser el sumo sacerdote. Coré es uno que piensa así, y lo mismo Datán, Abiram y 250 líderes del pueblo. Todos éstos vienen y le dicen a Moisés: ‘¿Por qué te pones tú por encima de los demás de nosotros?’

      Moisés dice a Coré y sus seguidores: ‘Mañana por la mañana tomen incensarios y pongan incienso en ellos. Entonces vengan al tabernáculo de Jehová. Veremos a quién escoge él.’

      El día siguiente Coré y sus 250 seguidores vienen al tabernáculo. Muchos otros vienen para apoyarlos. Jehová está muy enojado. ‘Aléjense de las tiendas de estos hombres malos,’ dice Moisés. ‘No toquen nada que les pertenezca.’ La gente escucha, y se aleja de las tiendas de Coré, Datán y Abiram.

      Entonces Moisés dice: ‘Por esto sabrán a quién Jehová escoge. La tierra se abrirá y se tragará a estos hombres malos.’

      Tan pronto como Moisés deja de hablar, la tierra se abre. La tienda y las cosas de Coré, y Datán y Abiram y los que están con ellos caen adentro, y la tierra se cierra sobre ellos. Cuando la gente oye los gritos de los que se hunden, gritan: ‘¡Corran! ¡La tierra nos puede tragar también!’

      Coré y sus 250 seguidores todavía están cerca del tabernáculo. Por eso Jehová envía fuego, y todos se queman. Entonces Jehová le dice a Eleazar hijo de Aarón que tome los incensarios de los muertos y haga con ellos una cubierta delgada para el altar. Esta cubierta del altar sirve para advertir a los israelitas que solo Aarón y sus hijos deben servir de sacerdotes para Jehová.

      Pero Jehová quiere aclarar bien que ha escogido a Aarón y sus hijos como sacerdotes. Por eso le dice a Moisés: ‘Que un líder de cada tribu de Israel traiga su vara. Para la tribu de Leví, que Aarón traiga su vara. Entonces pon cada vara en el tabernáculo enfrente del arca del pacto. La vara del hombre que yo he escogido como sacerdote echará flores.’

      Cuando Moisés mira la mañana siguiente, ¡de la vara de Aarón salen estas flores y almendras maduras! ¿Ves tú ahora por qué hizo Jehová que la vara de Aarón floreciera?

      Números 16:1-49; 17:1-11; 26:10.

      Preguntas de estudio

  • Moisés hiere la roca
    Mi libro de historias bíblicas
    • Moisés y Aarón se dan el crédito por el agua que sale de la roca

      HISTORIA 40

      Moisés hiere la roca

      PASAN los años... ¡10 años, 20 años, 30 años, 39 años! Y los israelitas todavía están en el desierto. Pero en todos estos años Jehová cuida a su pueblo. Los alimenta con maná. Los guía de día con una columna de nube, y de noche con una columna de fuego. Y no se les gasta la ropa ni se les irritan los pies.

      Este es el primer mes del año 40 desde que salieron de Egipto. Los israelitas están otra vez en Cades. Aquí estaban cuando los 12 espías fueron enviados a espiar la tierra de Canaán casi 40 años antes. Míriam la hermana de Moisés muere en Cades. Y como antes, hay problemas aquí.

      La gente no puede hallar agua. Se quejan a Moisés: ‘Mejor hubiera sido que hubiéramos muerto. ¿Por qué nos sacaste de Egipto para traernos a este terrible lugar donde nada crece? Aquí no hay granos, ni higos, ni uvas, ni granadas. No hay ni siquiera agua para beber.’

      Cuando Moisés y Aarón van al tabernáculo a orar, Jehová le dice a Moisés: ‘Junta al pueblo. Entonces, enfrente de todos habla a esa roca que está allí. De ella saldrá suficiente agua para el pueblo y todos sus animales.’

      Así que Moisés junta a la gente, y dice: ‘¡Oigan, gente que no confía en Dios! ¿Tenemos que sacarles agua de esta roca Aarón y yo?’ Entonces, Moisés hiere la roca dos veces con un palo, y una gran corriente de agua sale de ella. Hay agua para toda la gente y todos los animales que se hallan allí.

      Pero Jehová se enoja con Moisés y Aarón. ¿Sabes por qué? porque Moisés y Aarón dijeron que ellos iban a sacar agua de la roca. Pero en realidad Jehová lo hacía. Y porque Moisés y Aarón no dijeron la verdad acerca de esto, Jehová dice que los va a castigar. ‘No van a hacer que mi pueblo entre en Canaán,’ dice Jehová Dios.

      Pronto los israelitas salen de Cades. Poco tiempo después llegan al monte Hor. Allí, encima de la montañas Aarón muere. Tiene 123 años cuando muere. Los israelitas están muy tristes, y por 30 días lloran por Aarón. Eleazar el hijo de Aarón llega a ser entonces el siguiente sumo sacerdote para la nación de Israel.

      Números 20:1-13, 22-29; Deuteronomio 29:5.

      Preguntas de estudio

  • La serpiente de cobre
    Mi libro de historias bíblicas
    • Los israelitas miran a la serpiente de cobre de Moisés al ser mordidos por culebras

      HISTORIA 41

      La serpiente de cobre

      ¿PARECE real esa culebra envuelta alrededor del palo? No lo es. Está hecha de cobre. Jehová le dijo a Moisés que la levantara en el palo para que la gente pudiera mirarla y seguir viviendo. Pero las otras culebras, en el suelo, son reales. Mordieron a la gente y la enfermaron. ¿Sabes por qué?

      Es porque los israelitas han hablado contra Dios y Moisés. Se quejan: ‘¿Por qué nos sacaste de Egipto para morir en este desierto? No hay alimento ni agua aquí. Y ya no aguantamos el seguir comiendo este maná.’

      Pero el maná es buen alimento. Jehová se los ha dado por un milagro. Y por un milagro les ha dado agua. Pero la gente no agradece el cuidado que Dios les ha dado. Por eso Jehová envía estas culebras venenosas como castigo para los israelitas. Las culebras los muerden, y muchos de ellos mueren.

      Por fin la gente viene a Moisés y dice: ‘Hemos pecado, porque hemos hablado contra Jehová y contra ti. Ora tú a Jehová ahora para que quite estas culebras.’

      Moisés y la serpiente de cobre

      Así que Moisés ora por ellos. Y Jehová le dice a Moisés que haga esta culebra de cobre. Le dice que la ponga en un palo, y que todo el que sea mordido debe mirar a ella. Moisés hace tal como Dios dice. Y los que habían sido mordidos miran a la culebra de cobre y vuelven a estar bien.

      De esto podemos aprender una lección. Todos somos como los israelitas mordidos por las culebras. Nota que toda la gente se pone vieja, enferma y se muere. Esto se debe a que el primer hombre y la primera mujer, Adán y Eva, se apartaron de Jehová, y todos nosotros somos hijos de ellos. Pero Jehová abre un camino para que vivamos para siempre.

      Jehová envió a la Tierra a su Hijo, Jesucristo. Jesús fue colgado en un madero, porque muchos pensaban que él era malo. Pero Jehová dio a Jesús para salvarnos. Si miramos hacia él, si lo seguimos, podemos tener vida eterna. Pero después aprenderemos más de esto.

      Números 21:4-9; Juan 3:14, 15.

      Preguntas de estudio

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