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¿Es usted un precursor equilibrado?La Atalaya 1996 | 15 de mayo
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Kumiko ha sido precursora por dos décadas. Aunque tiene tres hijos y un esposo incrédulo, ha aprendido por experiencia que la mejor hora para leer y estudiar la Biblia en su caso es por la noche antes de acostarse. Mientras estudia, toma nota particularmente de los puntos que puede utilizar en el ministerio del campo a fin de mantener las presentaciones al día y hacerlas interesantes. Otros precursores de éxito se levantan antes que el resto de la familia para fortalecerse espiritualmente en las horas tranquilas de la mañana. Puede que usted aparte tiempo durante otros períodos del día a fin de prepararse para las reuniones y mantenerse al corriente con las últimas publicaciones cristianas. Si quiere permanecer gozoso en el ministerio, no puede tomar a la ligera ni descuidar el estudio personal.
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¿Es usted un precursor equilibrado?La Atalaya 1996 | 15 de mayo
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Muchos precursores procuran efectuar su predicación cuando la familia no está en el hogar. Kumiko, mencionada antes, desayuna con su familia, despide a su esposo y a los niños por la mañana y vuelve a casa antes de que ellos regresen. Los lunes prepara varias comidas de antemano para estar relajada y comer con la familia en vez de estar ocupada en la cocina. También es conveniente realizar más de una tarea a la vez, como efectuar otros quehaceres mientras se preparan las comidas. Así, Kumiko hasta dispone de tiempo para invitar a los amigos de sus hijos y les prepara comidas que les gustan.
Durante la adolescencia, los hijos muchas veces necesitan más atención de los padres para ayudarlos a hacer frente a las nuevas emociones, deseos, dudas y temores que los abruman. Esto exige que el padre precursor esté alerta y ajuste su horario. Considere el caso de Hisako, precursora y madre de tres hijos. ¿Qué hizo cuando su hija mayor empezó a perder el gozo y entusiasmo por las reuniones cristianas y el servicio del campo a causa de la influencia de sus condiscípulos mundanos? Era primordial que su hija aceptara la verdad en el corazón y se convenciera plenamente de que separarse del mundo es el mejor proceder. (Santiago 4:4.)
Hisako declara: “Decidí estudiar con ella todos los días las doctrinas fundamentales utilizando el libro Vivir para siempre. Al principio solo estudiábamos unos minutos, pues mi hija se quejaba de que le dolía el estómago o la cabeza cuando llegaba la hora de estudiar. Pero estudié con ella regularmente. Después de unos meses, su disposición mejoró mucho, y al poco tiempo se dedicó y se bautizó”. Ahora Hisako disfruta del ministerio de tiempo completo junto con su hija.
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