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  • ‘Hagamos todas las cosas sin murmurar’
    La Atalaya 2006 | 15 de julio
    • ‘Hagamos todas las cosas sin murmurar’

      “Sigan haciendo todas las cosas libres de murmuraciones.” (FILIPENSES 2:14.)

      1, 2. ¿Qué consejo dio el apóstol Pablo a los cristianos de Filipos y Corinto, y por qué razón?

      EN LA carta que Pablo escribió por inspiración divina a la congregación de Filipos, el apóstol alabó a aquellos cristianos del siglo primero por su generosidad y celo, y les expresó su alegría por las buenas obras que estaban llevando a cabo. Aun así, les recordó que siguieran “haciendo todas las cosas libres de murmuraciones” (Filipenses 2:14). ¿Por qué dio este consejo el apóstol?

      2 Pablo sabía adónde puede llevar la murmuración. Unos años antes le había recordado a la congregación de Corinto los peligros que entrañaba. Señaló que los israelitas habían encolerizado a Jehová repetidas veces cuando estuvieron en el desierto. ¿De qué maneras? Deseando cosas perjudiciales, entregándose a la idolatría y la fornicación, poniendo a prueba a Jehová y murmurando. Pablo entonces exhortó a los corintios a aprender de estos ejemplos, diciendo: “Ni seamos murmuradores, así como algunos de ellos murmuraron, de modo que perecieron por el destructor” (1 Corintios 10:6-11).

      3. ¿Por qué nos interesa el tema de la murmuración?

      3 Nosotros, como siervos de Jehová, manifestamos un espíritu parecido al de la congregación de Filipos. Somos celosos de obras excelentes y nos amamos los unos a los otros (Juan 13:34, 35). Sin embargo, en vista del daño que causó la murmuración en el antiguo pueblo de Dios, hay razones para que tomemos a pecho el consejo de “[hacer] todas las cosas libres de murmuraciones”. Examinaremos primero algunos ejemplos de murmuración narrados en las Escrituras, y después veremos cómo podemos protegernos de esta amenaza.

      Una malvada asamblea murmura contra Jehová

      4. ¿Cómo murmuraron los israelitas en el desierto?

      4 El término hebreo que significa “murmurar, refunfuñar, quejarse o gruñir” se usa en la Biblia en conexión con los hechos que tuvieron lugar durante los cuarenta años que Israel vagó por el desierto. En ocasiones, los israelitas se sintieron descontentos con su situación y lo exteriorizaron murmurando. Por ejemplo, a las pocas semanas de haber sido liberados de la esclavitud egipcia, “toda la asamblea de los hijos de Israel empezó a murmurar contra Moisés y Aarón”. Se quejaron de la comida diciendo: “¡Si siquiera hubiéramos muerto por la mano de Jehová en la tierra de Egipto, mientras nos sentábamos junto a las ollas de carne, mientras comíamos pan hasta quedar satisfechos, porque ustedes nos han sacado a este desierto para hacer que toda esta congregación muera de hambre!” (Éxodo 16:1-3).

      5. ¿Contra quién realmente iban dirigidas las murmuraciones de los israelitas?

      5 Lo cierto es que Jehová cubrió las necesidades de los israelitas en el desierto, pues amorosamente les proporcionó comida y agua. El hambre nunca puso en peligro su supervivencia. Pero el descontento los llevó a exagerar la situación y a murmurar. Aunque sus quejas iban dirigidas contra Moisés y Aarón, Jehová consideró que era con él mismo con quien estaban descontentos. “Jehová ha oído sus murmuraciones que murmuran contra él —les dijo Moisés—. ¿Y qué somos nosotros? Sus murmuraciones no son contra nosotros, sino contra Jehová.” (Éxodo 16:4-8.)

      6, 7. Según el relato de Números 14:1-3, ¿cómo había cambiado la actitud de los israelitas?

      6 Poco después se dio otro caso de murmuración. Moisés había enviado a doce hombres a espiar la Tierra Prometida, diez de los cuales regresaron con un informe desalentador. ¿Qué sucedió? Pues bien, “todos los hijos de Israel empezaron a murmurar contra Moisés y Aarón, y toda la asamblea empezó a decir contra ellos: ‘¡Si siquiera hubiéramos muerto en la tierra de Egipto, o si siquiera hubiéramos muerto en este desierto! ¿Y por qué está Jehová llevándonos a esta tierra [de Canaán] para caer a espada? Nuestras esposas y nuestros pequeñuelos llegarán a ser botín. ¿No es mejor volvernos a Egipto?’” (Números 14:1-3).

      7 ¡Cómo había cambiado la actitud de los israelitas! La gratitud que sintieron al principio, cuando salieron de Egipto y cruzaron el mar Rojo, los había impulsado a cantar alabanzas a Jehová (Éxodo 15:1-21). Pero, debido a las incomodidades del desierto y el miedo a los cananeos, sustituyeron la gratitud por el descontento. En lugar de estar agradecidos a Dios por haberlos liberado, lo culparon de lo que, equivocadamente, consideraban una privación. Sus murmuraciones demostraron que no agradecían como era debido lo que Jehová les estaba dando. No extraña que él preguntara: “¿Hasta cuándo tendrá esta mala asamblea esta murmuración que está llevando a cabo contra mí?” (Números 14:27; 21:5).

      Murmuraciones en el siglo primero

      8, 9. Dé ejemplos de murmuración narrados en las Escrituras Griegas Cristianas.

      8 Los ejemplos anteriores tienen que ver con personas que expresaron su descontento abiertamente. Veamos ahora otro tipo de murmuración. Cuando Jesucristo fue a Jerusalén en el año 32 con motivo de la fiesta de las Cabañas, “había mucho cuchicheo sobre Él entre la gente” (Juan 7:12, 13, 32, Pontificio Instituto Bíblico). Las muchedumbres hablaban de él por lo bajo: unos decían que era un hombre bueno, y otros que no.

      9 En otra ocasión, cuando el recaudador de impuestos Leví (también llamado Mateo) invitó a su casa a Jesús y sus discípulos, “los fariseos y sus escribas se pusieron a murmurar, y decían a los discípulos de él: ‘¿Por qué comen y beben ustedes con recaudadores de impuestos y pecadores?’” (Lucas 5:27-30). Algún tiempo después, en Galilea, “los judíos se pusieron a murmurar de [Jesús] porque había dicho: ‘Yo soy el pan que bajó del cielo’”. Hasta algunos de sus discípulos se escandalizaron por estas palabras y se pusieron a murmurar (Juan 6:41, 60, 61).

      10, 11. ¿Por qué murmuraron los judíos de habla griega, y qué lección pueden aprender los ancianos del modo como se atendió aquella queja?

      10 Un caso de murmuración que surgió unos días después del Pentecostés del año 33 tuvo un mejor desenlace. Muchos de los nuevos discípulos que habían venido del extranjero fueron acogidos amablemente por los hermanos de Judea, pero el reparto de suministros planteó un problema. Según el relato, “se suscitó una murmuración de parte de los judíos de habla griega contra los judíos de habla hebrea, porque a sus viudas se las pasaba por alto en la distribución diaria” (Hechos 6:1).

      11 Aquella murmuración no fue como la de los israelitas en el desierto. Los judíos de habla griega no se quejaron egoístamente de su situación, sino que señalaron una falla en la ayuda que se daba a algunas viudas. Tampoco causaron un alboroto ni se rebelaron contra Jehová. Más bien, presentaron su queja a los apóstoles, quienes actuaron con rapidez al ver que la reclamación tenía fundamento. ¡Qué buen ejemplo pusieron los apóstoles para los ancianos cristianos de hoy! Estos pastores espirituales no “tapa[n] su oído al clamor quejumbroso del de condición humilde” (Proverbios 21:13; Hechos 6:2-6).

      Cuidado con el efecto corrosivo de la murmuración

      12, 13. a) ¿Con qué podrían compararse los efectos de la murmuración? b) ¿Qué pudiera llevar a una persona a quejarse?

      12 La mayor parte de los ejemplos bíblicos que hemos analizado demuestran que la murmuración le causó mucho daño al antiguo pueblo de Dios. Por eso, debemos pensar detenidamente en el efecto corrosivo que puede tener en nuestro tiempo. Pongamos una comparación. Muchos metales tienden por naturaleza a corroerse, y si no se detiene el proceso cuando aparecen las primeras señales de herrumbre, acaban siendo inservibles. Un gran número de automóviles se venden como chatarra, no porque tengan fallas mecánicas, sino porque el metal se ha corroído tanto que el vehículo ya no es seguro. ¿Cómo podemos aplicar este ejemplo a la murmuración?

      13 Tal como ciertos metales tienden a la corrosión, así también los seres humanos somos propensos a la queja, por lo que debemos estar alerta al aparecimiento de las primeras señales. Y así como una atmósfera húmeda y cargada de sal acelera la corrosión, del mismo modo la adversidad nos hace más proclives a murmurar. La tensión puede resultar en que hagamos una montaña de un grano de arena. En estos últimos días, a medida que empeoren las condiciones del mundo, es posible que tengamos más razones para sentirnos descontentos (2 Timoteo 3:1-5). Por lo tanto, un siervo de Jehová podría empezar a murmurar de sus hermanos. Quizás el motivo sea algo de poca importancia, como pudieran ser las debilidades, aptitudes o privilegios de servicio de otro cristiano.

      14, 15. ¿Por qué no debemos pasar por alto la tendencia a quejarnos?

      14 Sea cual sea la razón por la que nos sintamos descontentos, si no ponemos freno a la tendencia a quejarnos, puede que desarrollemos un espíritu de insatisfacción y nos volvamos murmuradores. Sí, la corrosión espiritual que produce la murmuración puede corrompernos por completo. Cuando los israelitas se quejaron de las condiciones de vida en el desierto, llegaron al extremo de culpar a Jehová (Éxodo 16:8). ¡No dejemos nunca que eso nos pase a nosotros!

      15 Aunque los metales tienden a corroerse, esto se puede controlar recubriéndolos con pintura antioxidante y tratando de inmediato cualquier zona afectada. De la misma manera, si detectamos en nosotros una tendencia a quejarnos, podemos controlarla orando y adoptando sin demora las medidas necesarias. ¿Cuáles son estas medidas?

      Veamos las cosas como las ve Jehová

      16. ¿Cómo podemos eliminar cualquier tendencia a quejarnos?

      16 La murmuración hace que centremos la atención en nosotros mismos y en nuestros problemas, y relega a un segundo plano las bendiciones de que gozamos como testigos de Jehová. A fin de eliminar cualquier tendencia a quejarnos, debemos tener muy presentes tales bendiciones. Reflexionemos sobre algunas: todos gozamos del privilegio de portar el nombre de Jehová (Isaías 43:10). Podemos hablar con el “Oidor de la oración” en todo momento y cultivar una relación estrecha con él (Salmo 65:2; Santiago 4:8). Nuestra vida tiene verdadero sentido porque entendemos la cuestión de la soberanía universal y porque tenemos el privilegio de ser fieles a Dios (Proverbios 27:11). Podemos participar de manera regular en la predicación de las buenas nuevas del Reino (Mateo 24:14). La fe en el sacrificio redentor de Jesucristo hace que tengamos una conciencia limpia (Juan 3:16). Todas estas son bendiciones de las que disfrutamos sin importar lo que tengamos que aguantar.

      17. ¿Por qué debemos esforzarnos por ver las cosas como las ve Jehová, aun cuando tengamos un motivo de queja válido?

      17 Procuremos ver las cosas desde el punto de vista de Jehová, y no desde el nuestro. “Hazme conocer tus propios caminos, oh Jehová; enséñame tus propias sendas”, cantó el salmista David (Salmo 25:4). Si tenemos un motivo de queja válido, Jehová lo sabe. Él podría corregir de inmediato el problema. Entonces, ¿por qué a veces permite que perduren las adversidades? Quizás lo haga para ayudarnos a cultivar cualidades como la fe, el aguante y la gran paciencia (Santiago 1:2-4).

      18, 19. Dé un ejemplo de la impresión que puede producir el que soportemos los inconvenientes sin quejarnos.

      18 Soportar los inconvenientes sin quejarnos no solo contribuye a mejorar nuestra personalidad, sino que también puede causar una buena impresión en quienes nos observan. En el año 2003, un grupo de testigos de Jehová viajó en autobús de Alemania a Hungría para asistir a una asamblea. Al conductor, que no era Testigo, no le atraía mucho la idea de pasar diez días con ellos, pero al final del viaje había cambiado totalmente de opinión. ¿Qué motivó el cambio?

      19 Aunque durante el trayecto surgieron varios contratiempos, los Testigos no se quejaron en ningún momento. El conductor dijo que eran los mejores pasajeros que había tenido; es más, prometió que la próxima vez que los Testigos fueran a su casa, los invitaría a pasar y los escucharía con atención. ¡Qué excelente impresión causaron estos pasajeros por “[hacer] todas las cosas libres de murmuraciones”!

      El perdón promueve la unidad

      20. ¿Por qué debemos perdonarnos los unos a los otros?

      20 ¿Qué sucede si tenemos una queja contra un hermano en la fe? Si el asunto es grave, debemos aplicar los principios contenidos en las palabras de Jesús que se hallan en Mateo 18:15-17. Sin embargo, no siempre será necesario hacer esto, pues la mayor parte de las ofensas son de poca importancia. ¿Por qué, más bien, no aprovechamos la ocasión para perdonar? Pablo escribió: “Continúen soportándose unos a otros y perdonándose liberalmente unos a otros si alguno tiene causa de queja contra otro. Como Jehová los perdonó liberalmente a ustedes, así también háganlo ustedes. Pero, además de todas estas cosas, vístanse de amor, porque es un vínculo perfecto de unión” (Colosenses 3:13, 14). ¿Hay en nuestro corazón sitio para el perdón? Pensemos en lo siguiente: ¿Acaso no tiene Jehová razones de sobra para quejarse de nosotros? Y aun así, nos muestra compasión y nos perdona una y otra vez.

      21. ¿Cómo pudieran sentirse las personas que oyen a otros murmurar?

      21 Sin importar cuál sea la ofensa, con murmurar no arreglamos nada. La palabra hebrea traducida “murmurar” también significa “rezongar”. ¿Verdad que por lo general nos sentimos incómodos en la presencia de alguien que siempre está murmurando? Puede que incluso tratemos de distanciarnos de él. Así también se sentirán los demás si estamos quejándonos o rezongando constantemente. De hecho, quizás se sientan tan incómodos que hasta deseen alejarse de nosotros. Murmurando podemos captar la atención de una persona, pero de ninguna forma nos ganamos su cariño.

      22. ¿Qué escribió una joven acerca de los testigos de Jehová?

      22 Ser generosos a la hora de perdonar promueve la unidad, algo que el pueblo de Jehová valora muchísimo (Salmo 133:1-3). En cierto país europeo, una joven católica de 17 años de edad escribió a la sucursal de los testigos de Jehová para expresar su admiración. Dijo: “Es la única organización que conozco en la que no existe odio, avaricia, intolerancia, egoísmo ni desunión entre sus miembros”.

      23. ¿Qué trataremos en el siguiente artículo?

      23 Si valoramos todas las bendiciones espirituales que recibimos como siervos del Dios verdadero, Jehová, promoveremos la unidad y no murmuraremos de otros hermanos por asuntos personales. El siguiente artículo mostrará cómo las cualidades cristianas impiden que caigamos en una forma aún más peligrosa de murmuración, a saber, la murmuración contra la parte terrestre de la organización de Jehová.

  • Veamos las cosas buenas de la organización de Jehová
    La Atalaya 2006 | 15 de julio
    • Veamos las cosas buenas de la organización de Jehová

      “Quedaremos satisfechos con la bondad de tu casa.” (SALMO 65:4.)

      1, 2. a) ¿Qué efecto tendría en el pueblo de Dios el templo y todo lo relacionado con él? b) ¿De qué maneras apoyó David la construcción del templo?

      DAVID es uno de los personajes más destacados de las Escrituras Hebreas. Este pastor, músico, profeta y rey israelita tenía fe absoluta en Jehová Dios, y el gran cariño que sentía por él le despertó el deseo de construirle una casa. Dicha casa, o templo, constituiría el centro de la adoración verdadera en Israel. Sabiendo que el templo y todo lo relacionado con él le producirían alegría y abundantes beneficios al pueblo de Dios, David cantó a Jehová: “Feliz es aquel a quien tú escoges y haces que se acerque, para que resida en tus patios. Ciertamente quedaremos satisfechos con la bondad de tu casa, el lugar santo de tu templo” (Salmo 65:4).

      2 David deseaba con toda el alma supervisar la construcción de la casa de Jehová; sin embargo, tal privilegio no le correspondió a él, sino a su hijo Salomón. El hecho de que Dios favoreciera así a otro hombre no lo llevó a murmurar. Para él, lo más importante era que se edificara el templo, de modo que apoyó de todo corazón la obra. Entregó a Salomón los planos que Jehová le había dado, organizó a miles de levitas en divisiones de servicio y donó una gran cantidad de oro y plata (1 Crónicas 17:1, 4, 11, 12; 23:3-6; 28:11, 12; 29:1-5).

      3. ¿Con qué actitud aceptan los siervos de Jehová las medidas relativas a la adoración verdadera?

      3 Los israelitas fieles apoyaron las disposiciones relativas a la adoración verdadera en la casa de Dios. Del mismo modo, los siervos de Jehová de hoy día apoyamos las medidas que toma la parte terrestre de su organización para adorarlo, demostrando con ello que tenemos la misma mentalidad que David. En vez de adoptar una actitud quejumbrosa, nos concentramos en las cosas buenas de la organización de Dios. ¿Se ha puesto a pensar en cuántas cosas buenas hay por las que podemos estar sinceramente agradecidos? Veamos algunas.

      Agradecidos por los que nos dirigen

      4, 5. a) ¿Cómo cumple su encargo “el esclavo fiel y discreto”? b) ¿Cuál es el sentir de algunos Testigos sobre el alimento espiritual que reciben?

      4 Tenemos motivos para estar agradecidos por “el esclavo fiel y discreto”, al que Jesucristo ha encargado sus bienes en la Tierra. La clase del esclavo, formada por cristianos ungidos por espíritu, dirige la predicación de las buenas nuevas, prepara el programa de las reuniones y edita publicaciones bíblicas en más de cuatrocientos idiomas. Millones de personas por todo el mundo participan agradecidas de este “alimento [espiritual] al tiempo apropiado” (Mateo 24:45-47). Realmente, no hay razón para murmurar a este respecto.

      5 Durante muchos años, Elfi, una testigo de Jehová de edad avanzada, ha obtenido consuelo y ayuda al seguir los consejos bíblicos que se hallan en las publicaciones de la clase del esclavo. “¿Qué haría sin la organización de Jehová?”, reflexiona llena de gratitud. Irmgard, quien junto a su esposo, Peter, lleva décadas sirviendo a Dios, también está agradecida por todos los medios que provee la “amorosa organización de Jehová”. Entre dichos medios figuran las publicaciones concebidas para quienes tienen necesidades especiales, como los ciegos o los sordos.

      6, 7. a) ¿Cómo se supervisan las actividades de las congregaciones por todo el mundo? b) ¿Qué han expresado algunos hermanos acerca de la parte terrestre de la organización de Jehová?

      6 “El esclavo fiel” está representado por el Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová, un pequeño grupo de hombres ungidos por espíritu que sirven en la sede mundial de Brooklyn (Nueva York, EE.UU.). Esta junta administrativa nombra siervos de Jehová experimentados para que sirvan en las sucursales que supervisan las actividades de las más de noventa y ocho mil congregaciones que hay en todo el mundo. A su vez, los hombres que llenan los requisitos determinados por la Biblia son nombrados ancianos y siervos ministeriales en las congregaciones (1 Timoteo 3:1-9, 12, 13). Los ancianos dirigen y pastorean amorosamente el rebaño que Dios les ha confiado. ¡Qué bendición es formar parte de ese rebaño y gozar del amor y la unidad que existen en “toda la asociación de hermanos”! (1 Pedro 2:17; 5:2, 3.)

      7 Lejos de quejarse, los miembros de la congregación a menudo expresan su gratitud por la amorosa guía espiritual que reciben de los ancianos. Tal es el caso de Birgit, una esposa cristiana de treinta y tantos años. De adolescente comenzó a andar en malas compañías y casi comete un pecado grave; pero gracias a los claros consejos bíblicos que le dieron los ancianos y al apoyo que le ofrecieron los hermanos en la fe, pudo alejarse del peligro. ¿Cómo se siente ahora? Ella responde: “Estoy profundamente agradecida por seguir perteneciendo a la maravillosa organización de Jehová”. Un joven de 17 años llamado Andreas afirma: “Esta es de verdad la organización de Jehová, la mejor organización del mundo”. ¿No es cierto que sentimos profundo aprecio por la parte terrestre de la organización de Jehová?

      Los que dirigen son imperfectos

      8, 9. ¿Cómo se comportaron algunas personas cercanas a David, y cómo reaccionó este?

      8 Por supuesto, los hombres designados para dirigir la adoración verdadera son imperfectos. Todos cometen errores, y algunos tienen debilidades persistentes contra las que luchan con tenacidad. ¿Debe esto afectarnos? No, pues hasta israelitas que ocupaban puestos de gran autoridad cometieron faltas graves. Veamos el caso del rey Saúl. En un intento de apaciguar a este atormentado monarca, sus siervos le llevaron al joven David para que sirviera de músico en la corte. Sin embargo, Saúl más tarde intentó matarlo y, al final, David tuvo que huir para ponerse a salvo (1 Samuel 16:14-23; 18:10-12; 19:18; 20:32, 33; 22:1-5).

      9 Saúl no fue el único que actuó traidoramente. Por ejemplo, el general del ejército de David, Joab, asesinó a Abner, quien era pariente de Saúl. Por su parte, Absalón, hijo de David, conspiró para acceder al trono de su padre. Y Ahitofel, el consejero de confianza de David, también lo traicionó (2 Samuel 3:22-30; 15:1-17, 31; 16:15, 21). Aun así, David no se convirtió en una persona quejumbrosa y amargada, ni le dio la espalda a la adoración verdadera. Todo lo contrario: las adversidades lo impulsaron a aferrarse a Jehová y mantener la excelente actitud que demostró cuando huía de Saúl. En aquel tiempo cantó: “Muéstrame favor, oh Dios, muéstrame favor, porque en ti mi alma se ha refugiado; y en la sombra de tus alas me refugio hasta que pasen las adversidades” (Salmo 57:1).

      10, 11. ¿Qué le ocurrió de joven a una cristiana llamada Gertrud, y qué dijo ella sobre las fallas de los hermanos en la fe?

      10 En la actualidad no tenemos motivos para quejarnos de traición dentro de la organización de Dios, pues ni Jehová ni sus ángeles ni los pastores espirituales toleran en la congregación cristiana a traidores impíos. Sin embargo, todos nos encaramos a la imperfección humana, tanto la propia como la de otros siervos de Dios.

      11 Gertrud, quien sirvió a Jehová por muchos años, fue acusada falsamente en su juventud de ser una impostora y no una verdadera evangelizadora de tiempo completo. ¿Qué hizo? ¿Se quejó del trato que recibió? No. Poco antes de su muerte en 2003, a la edad de 91 años, dijo al hacer un repaso de su vida: “Estas y otras experiencias posteriores me enseñaron que a pesar de los errores que cometen las personas, Jehová dirige su gran obra, en la cual nos utiliza a nosotros, seres humanos imperfectos”. Algo que la ayudó a hacer frente a las imperfecciones de otros siervos de Dios fue refugiarse en Jehová y orarle con fervor.

      12. a) ¿Qué mal ejemplo dieron algunos cristianos del siglo primero? b) ¿En qué debemos fijarnos?

      12 Recordemos que hasta los cristianos más leales y celosos son imperfectos; por ello, cuando un siervo nombrado cometa un error, sigamos “haciendo todas las cosas libres de murmuraciones” (Filipenses 2:14). ¡Qué triste sería que copiáramos el mal ejemplo de algunos cristianos del siglo primero! Según el discípulo Judas, los falsos maestros estaban “desatendiendo el señorío y hablando injuriosamente de los gloriosos”. Además, estos pecadores eran “murmuradores, quejumbrosos respecto a su suerte en la vida” (Judas 8, 16). No sigamos la senda de esos hombres quejumbrosos y murmuradores, sino, más bien, fijémonos en todo lo bueno que recibimos a través del “esclavo fiel”. Mostremos sincero aprecio por la organización de Jehová y continuemos “haciendo todas las cosas libres de murmuraciones”.

      “Este discurso es ofensivo”

      13. ¿Qué efecto tuvieron en algunas personas ciertas enseñanzas de Jesucristo?

      13 En el siglo primero, mientras que unos murmuraron contra los siervos nombrados de Jehová, otros murmuraron contra las enseñanzas de Jesús. Según el relato de Juan 6:48-69, Jesús afirmó: “El que se alimenta de mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna”. Al oír estas palabras, “muchos de sus discípulos [...] dijeron: ‘Este discurso es ofensivo; ¿quién puede escucharlo?’”. Jesús sabía que “sus discípulos murmuraban acerca de esto”; es más, “debido a esto, muchos de [ellos] se fueron a las cosas de atrás, y ya no andaban con él”. Pero no todos murmuraron. Cuando Jesús dijo a los doce apóstoles: “Ustedes no quieren irse también, ¿verdad?”, Pedro le contestó: “Señor, ¿a quién nos iremos? Tú tienes dichos de vida eterna; y nosotros hemos creído y llegado a conocer que tú eres el Santo de Dios”.

      14, 15. a) ¿Por qué se molestan algunos con determinados aspectos de la doctrina cristiana? b) ¿Qué nos enseña el caso de Emanuel?

      14 En tiempos modernos, una reducida minoría de entre el pueblo de Dios se ha molestado con determinados aspectos de la doctrina cristiana y ha murmurado contra la parte terrestre de la organización de Jehová. ¿A qué se debe esto? Muchas veces, la razón es que no entienden la manera de actuar de Dios. El Creador revela la verdad a su pueblo progresivamente, y por eso es de esperar que de vez en cuando tenga que refinarse nuestra comprensión de las Escrituras. La gran mayoría de los siervos de Jehová se alegran con tales refinamientos, pero unos pocos se hacen “justo[s] en demasía” y se molestan con los cambios (Eclesiastés 7:16). Otros factores pueden ser el orgullo y una manera de pensar independiente, trampa en la que algunos caen. Sea cual fuere la razón, tal murmuración es peligrosa porque puede llevarnos de vuelta al mundo y sus caminos.

      15 Un ejemplo de ello es el caso de Emanuel, un Testigo que criticaba algunas de las cosas que leía en las publicaciones del “esclavo fiel y discreto” (Mateo 24:45). Dejó de leer las publicaciones cristianas y, finalmente, comunicó a los ancianos de su congregación que ya no quería ser testigo de Jehová. Afortunadamente, al poco tiempo se dio cuenta de que las enseñanzas de la organización de Jehová eran correctas después de todo. Se puso en contacto con los Testigos, reconoció su error y fue readmitido en la congregación. Entonces volvió a ser feliz.

      16. ¿Qué puede ayudarnos a disipar las dudas sobre ciertas enseñanzas cristianas?

      16 ¿Qué podemos hacer si abrigamos dudas sobre ciertas enseñanzas de los testigos de Jehová y nos vemos tentados a murmurar? No nos impacientemos. Quizás más adelante “el esclavo fiel” publique algo que responda nuestras preguntas y aclare nuestras dudas. También podríamos acudir a los ancianos cristianos (Judas 22, 23). La oración, el estudio personal y la compañía de hermanos con inclinaciones espirituales pueden igualmente ayudarnos a disipar las dudas y a profundizar nuestra gratitud por las verdades bíblicas. No olvidemos que estas verdades, que tanto nos fortalecen la fe, las aprendimos mediante el conducto de comunicación de Jehová.

      Mantengamos una actitud positiva

      17, 18. En lugar de murmurar, ¿qué actitud debemos tener, y por qué razón?

      17 Hay que admitir que los seres humanos imperfectos nacemos con la tendencia a pecar, y que algunos son más propensos que otros a quejarse sin motivo (Génesis 8:21; Romanos 5:12). Pero si adquirimos la costumbre de quejarnos, pondremos en peligro nuestra relación con Jehová Dios; de ahí que debamos controlar cualquier posible inclinación a murmurar.

      18 En lugar de murmurar de las cosas que se hacen en la congregación, es mejor manifestar una actitud positiva y seguir un programa que nos mantenga ocupados, contentos, reverentes, equilibrados y saludables en la fe (1 Corintios 15:58; Tito 2:1-5). Jehová tiene el control de todo cuanto sucede en su organización, y Jesús está al tanto de lo que ocurre en cada una de las congregaciones, tal como lo estuvo en el siglo primero (Revelación [Apocalipsis] 1:10, 11). Esperemos pacientemente en Dios y en Cristo, el Cabeza de la congregación. Ellos pueden utilizar a los pastores responsables para efectuar cualquier corrección que se necesite (Salmo 43:5; Colosenses 1:18; Tito 1:5).

      19. Hasta que llegue el momento en que el Reino tome las riendas de los asuntos humanos, ¿en qué debemos centrar la atención?

      19 Dentro de poco, este sistema de cosas malvado dejará de existir, y el Reino mesiánico tomará las riendas de los asuntos humanos. Hasta que llegue ese momento, es importantísimo que todos mantengamos una actitud positiva. Solo así podremos reconocer las virtudes de nuestros hermanos en vez de concentrarnos en sus faltas. Además, fijarnos en sus cualidades nos hará felices. En lugar de dejar que la murmuración nos consuma emocionalmente, nos sentiremos animados y edificados en sentido espiritual.

      20. ¿De qué bendiciones disfrutamos al tener una mentalidad positiva?

      20 Una mentalidad positiva también nos permitirá tener presentes las múltiples bendiciones de que gozamos como miembros de la parte terrestre de la organización de Jehová. Esta es la única organización en el mundo que es leal al Soberano Universal. ¿Cómo se siente usted por ese hecho y por el privilegio que tiene de adorar al único y verdadero Dios, Jehová? Que su actitud sea como la de David, quien cantó: “Oh Oidor de la oración, aun a ti vendrá gente de toda carne. Feliz es aquel a quien tú escoges y haces que se acerque, para que resida en tus patios. Ciertamente quedaremos satisfechos con la bondad de tu casa” (Salmo 65:2, 4).

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