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  • Se imparte entendimiento en Namibia
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1992
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1992
w92 15/11 págs. 24-25

Se imparte entendimiento en Namibia

¿EN CUÁNTOS idiomas ha oído la expresión “no comprendo”? “Hi nokuzuva”, decía la mujer herero, con su tradicional vestido largo y su cobertura para la cabeza en forma de cuerno. “Nghi udite ko”, respondía sonriendo la joven kwanyama. “Kandi uvite ko”, contestaba el aldeano ndonga encogiéndose de hombros. “Kapi na kuzuvha”, expresaba un pastor de cabras kwangalí.

Lo que todas estas personas decían era: “no comprendo”. ¡Qué ejemplo tan claro del enorme problema lingüístico que han afrontado los testigos de Jehová de Namibia, quienes se esfuerzan por llegar a los 1.370.000 habitantes de este vasto territorio de 824.000 kilómetros cuadrados!

Y no es de extrañar, pues no solo tienen su propio idioma los pueblos herero y nama, sino también la gente de Ovambo, Kavango, Tswana, Caprivian, Himba, Bushman y Damara. Los testigos de Jehová, en cambio, contaban con la Biblia y publicaciones en inglés y afrikaans solamente. Es obvio que era esencial el trabajo de traducción para que más personas pudieran entender el mensaje de la verdad. Este trabajo tuvo un comienzo modesto hace muchos años en Windhoek, la capital de lo que entonces era África del Sudoeste.

“En Windhoek había una fuerte oposición de la iglesia y la policía”, recuerda Dick Waldron. Él y su esposa Coralie llegaron a este país en 1953 como graduados de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. “No se nos permitía entrar en los lugares donde vivían personas de color, y algunas veces se nos hostigó porque se nos había visto hablando con ellas. Con el tiempo hallamos un lugar donde no se nos molestaba: el lecho seco del río Gammans, justamente fuera del pueblo. Allí conducíamos nuestros estudios, ocultados de las miradas por los árboles de acacia.”

Fue allí mismo donde se comenzaron a traducir las publicaciones de la Watch Tower a las lenguas nativas. Se tradujeron algunos tratados al kwanyama y el folleto “Estas buenas nuevas del reino” al nama. El hermano Waldron recuerda una experiencia divertida que ocurrió cuando se estaba traduciendo este folleto con la ayuda de una persona interesada en la verdad. El caso es que no podía hallarse el equivalente en nama para la oración “Adán era un hombre perfecto”. De modo que el hombre interesado en la verdad dijo: “Simplemente pongan que Adán era como un melocotón maduro. El pueblo nama entenderá que era perfecto”. Fue así como comenzó a impartirse entendimiento de las Escrituras a la gente de Namibia. (Compárese con Daniel 11:33.)

Un hito

A principios de la década de los setenta, la traducción al ndonga y al kwanyama del libro La verdad que lleva a vida eterna fue un hito. Estos son los dos idiomas principales que hablan los muchos namibios concentrados en Ovambolandia, a unos 700 kilómetros al norte de Windhoek. Para entonces se había abierto un hogar de precursores en Ondangwa, una población de Ovambolandia. Con el propósito de que las personas de esa población se beneficiaran del estudio bíblico semanal basado en La Atalaya, se asignó a los precursores especiales que servían en Ovambolandia a traducir al ndonga y al kwanyama un resumen de los artículos de estudio en inglés.

La “oficina” de traducción era una habitación en un rincón aislado de un garaje, donde se copiaba la información traducida de La Atalaya con la ayuda de una multicopista usada. No resultaba fácil concentrarse en esta exigente tarea en medio de condiciones un tanto primitivas y con temperaturas veraniegas de 38 a 44⁠°C. De todos modos, allí se tradujeron los nuevos folletos y el libro Usted puede vivir para siempre en el paraíso en la Tierra.

Al formarse nuevas congregaciones en Ovambolandia y otras partes de Namibia, hubo una respuesta tal que se requirieron instalaciones más amplias y mejores. Por otra parte, parecía conveniente tener una ubicación más céntrica para atender mejor otras partes del país. Mientras tanto, había disminuido el prejuicio contra la obra de predicar el Reino. Así que conseguimos el permiso para construir en un amplio terreno donado por un testigo de Jehová de Windhoek. En poco tiempo se mudaron más de 40 trabajadores voluntarios al nuevo edificio, y en diciembre de 1990 se terminaron las oficinas de traducción.

Ahora la obra de dar entendimiento a muchos adelanta rápidamente en este moderno edificio de oficinas y habitaciones cómodas. Continuamente se traducen nuevas publicaciones a los idiomas herero y kwangalí. Además, ahora se imprime en color la edición mensual bilingüe de La Atalaya en ndonga y kwanyama, que contiene todos los artículos de estudio e información adicional. Un verdadero contraste con el modesto comienzo de hace muchos años en aquel lecho seco del río.

Rara vez se oye ahora la expresión “no comprendo”. Por lo tanto, los más de 600 testigos de Jehová de Namibia pueden decir con profunda gratitud a su Padre celestial: “La manifestación misma de tus palabras da luz, y hace entender a los inexpertos”. (Salmo 119:130.)

[Fotografías en la página 25]

Proclamando las buenas nuevas al pueblo herero

Se traducen las publicaciones cristianas para beneficio del pueblo de Namibia

Oficinas de traducción de Namibia

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