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CésarPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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El resto de las referencias bíblicas a César tienen que ver con Nerón, que gobernó del año 54 al año 68 E.C., cuando se suicidó a la edad de treinta y un años. Nerón fue el César a quien Pablo se refirió cuando se le estaba juzgando en Cesarea delante de Festo, alrededor de 58 E.C. Pablo negó ser culpable de acciones contra el César y rehusó someterse a juicio en Jerusalén, diciendo: “Estoy de pie delante del tribunal de César, donde debo ser juzgado. [...] ¡Apelo a César!”. (Hch 25:1, 6-11.) Pablo ejerció en esta ocasión sus derechos como ciudadano romano. Tal apelación a César podía hacerse después del juicio o en cualquier momento durante el mismo. Como parecía que Festo no deseaba pronunciarse y un juicio en Jerusalén no ofrecía ninguna garantía de justicia, Pablo solicitó formalmente que lo juzgara el Tribunal Supremo del imperio. Parece ser que en algunas ocasiones podía negarse la apelación, como, por ejemplo, en el caso de un ladrón, pirata o sedicioso sorprendido cometiendo el delito. Es probable que esta fuera la razón por la que Festo consultó primero con “la asamblea de consejeros” antes de admitir la apelación. La audiencia subsiguiente delante del rey Agripa II, que estaba de visita, tuvo lugar a fin de que Festo pudiese tener una información más clara para remitir el caso de Pablo a Nerón, el “Augusto”. (Hch 25:12-27; 26:32; 28:19.) La apelación de Pablo sirvió también para otro propósito: ir a Roma, cumpliendo así con su deseo expresado con anterioridad. (Hch 19:21; Ro 15:22-28.) Tanto la promesa profética de Jesús como el mensaje angélico que se recibió después confirmaron la dirección divina sobre el asunto. (Hch 23:11; 27:23, 24.)
Al parecer, Pablo escribió su carta a los Filipenses durante su primer período preso en Roma (c. 60-61 E.C.). En la conclusión de esta carta, Pablo transmite saludos de los hermanos de Roma y “especialmente [de] los de la casa de César”. (Flp 4:21, 22.) La expresión “la casa de César” no se refiere necesariamente a la familia inmediata de Nerón, quien gobernaba para ese entonces, sino que podía aludir a quienes formaban parte de la administración pública, esclavos del César y funcionarios de segundo orden. No se especifica si estos cristianos de la casa de César fueron fruto de la predicación de Pablo. Si estaba detenido en un lugar próximo adonde se encontraba la guardia pretoriana (Flp 1:13), se hallaba en las inmediaciones del palacio de Nerón y, por lo tanto, cerca de muchos miembros de la casa de César, a los que pudo haber predicado. (Hch 28:16, 30, 31.) Prescindiendo de cómo entrara en contacto con estos cristianos de la casa de César, es obvio que ellos tenían un interés especial en los hermanos de Filipos. Como esta ciudad era una colonia romana donde había muchos soldados retirados y funcionarios estatales, es posible que muchos cristianos tuviesen allí parientes o fuesen amigos de aquellos a quienes Pablo transmitía saludos.
Un gran incendio asoló Roma en el año 64 E.C. y destruyó más o menos una cuarta parte de la ciudad. Circuló el rumor de que Nerón era el responsable, así que, según el historiador romano Tácito, trató de protegerse echando la culpa a los cristianos. (Anales, XV, 44.) Como consecuencia, se detuvo a mucha gente. Se torturó y ejecutó indiscriminadamente tanto a los cristianos como a los sospechosos de pertenecer al cristianismo, y a algunos de ellos hasta se les quemó vivos en público. Esto parece haber marcado el principio de una gran ola de persecución, no por parte de opositores religiosos, sino de estamentos políticos resueltos a exterminar la congregación cristiana. Es probable que Pablo fuese libertado después de dos años preso en Roma (c. 59-61 E.C.), pero parece ser que sufrió un segundo encarcelamiento (c. 65 E.C.) y que más tarde fue ejecutado por orden de Nerón. (Compárese con 2Ti 1:16, 17; 4:6-8.)
La revuelta judía empezó en 66 E.C., dos años antes de la muerte de Nerón,
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Nerón
54-68 E.C.
Primer juicio de Pablo en Roma. (Hch 25:21; 26:32.) Comienza una fuerte persecución oficial contra los cristianos después del gran incendio de Roma; probablemente también segundo juicio de Pablo y ejecución. Se inicia la revuelta judía (66 E.C.)
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