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Fieles e intrépidos ante la opresión naziLa Atalaya 2000 | 1 de abril
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Aquel mismo mes, octubre de 1944, la policía fue tras Bernard Luimes, cuñado de Evert. Cuando lo hallaron, se encontraba acompañado de otros dos Testigos: Antonie Rehmeijer y Albertus Bos. Este último ya había pasado catorce meses en un campo de concentración, pese a lo cual, al ser puesto en libertad, había reemprendido con ahínco la predicación. Primero, los tres hombres recibieron una despiadada paliza a manos de los nazis, y luego fueron fusilados. Hasta el final de la guerra no se logró localizar los cadáveres y darles sepultura de nuevo. Poco después de la guerra, varios periódicos locales publicaron dicha ejecución. Uno de ellos mencionó que los tres Testigos habían rehusado sistemáticamente efectuar cualquier servicio para los nazis que fuera contrario a la ley de Dios, y añadió que “lo tuvieron que pagar con su vida”.
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Fieles e intrépidos ante la opresión naziLa Atalaya 2000 | 1 de abril
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[Ilustraciones de la página 27]
Derecha: Bernard Luimes; abajo: Albertus Bos (izquierda) y Antonie Rehmeijer; parte inferior: oficina de la Sociedad en Heemstede
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