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Adorno(s)Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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Por otra parte, el apóstol Pablo señala que el cristiano puede hermosear o adornar la enseñanza de Dios y hacerla más atractiva a otros mediante obras excelentes e intachables de seriedad, habla saludable y conducta recta. (Tit 2:10.)
La ornamentación en la profecía. Jehová había bendecido a Jerusalén y por eso la asemejó a una mujer ataviada con prendas de vestir costosas, y muy adornada y enjoyada. Sin embargo, la capital de Judá usó su belleza y adorno de modo infiel como una prostituta. El que perdiera su espiritualidad y se prostituyera en sentido espiritual con las naciones resultó en que fuera despojada de sus adornos y dejada como desnuda. (Eze 16:2, 10-39.) A Jerusalén se la despojó, no solo en sentido espiritual, sino también literal, cuando sus avariciosos conquistadores tomaron las riquezas de la ciudad, incluso las que “las hijas de Sión” habían llevado: “Las ajorcas y las cintas para la cabeza y los adornos de forma de luna, los pendientes y los brazaletes y los velos, las prendas de adorno para la cabeza y las cadenillas de los pasos y las fajas para los pechos y las ‘casas del alma’ [quizás recipientes para perfume] y las conchas zumbadoras ornamentales [amuletos], los anillos para los dedos y los anillos para la nariz”. (Isa 3:16-26.) Este tiempo sería de duelo, pues era costumbre quitar los adornos durante el duelo. (Éx 33:4-6.) Oseas, el profeta de Jehová, también condenó a las diez tribus de Israel por adornarse con el motivo incorrecto de atraer a “amantes apasionados” y envolverse en la adoración falsa. (Os 2:13.)
Sin embargo, los profetas de Jehová predijeron la restauración de Israel del exilio en Babilonia, y que la nación se adornaría de nuevo como expresión de su gozo y alborozo. (Isa 52:1; Jer 31:4.) Entonces Sión sería edificada —de manera figurada— con un fundamento de zafiros, almenajes de rubíes y puertas de piedras relumbrantes como el fuego, en función de la paz y la justicia que Él daría (Isa 54:7, 8, 11-14), y Jerusalén se vestiría con atavío y adornos de novia. (Isa 49:14-18; compárese con 61:10.) Este último cuadro tiene cierta semejanza con la descripción de la Nueva Jerusalén, la congregación cristiana, con sus puertas de perlas y fundamentos adornados con piedras preciosas, que es preparada como una “novia adornada para su esposo”, Jesucristo. (Rev 21:2, 9-21.) Es patente de nuevo que los ornamentos y adornos se refieren a cualidades y bendiciones espirituales resultantes de la aprobación y el favor de Dios.
En contraste, Babilonia la Grande, la mujer simbólica que comete fornicación con los reyes de la tierra, se engalana con traje real y adornos, y vive en lujo desvergonzado, pero tiene que ser despojada de sus suntuosas galas, desnudada y destruida. Su belleza es falsa, y ella ‘se glorifica a sí misma’; por consiguiente, su adorno no representa la bendición y el favor divino, sino, más bien, sus propias pretensiones y los beneficios que le produce su prostitución en poder y riquezas. (Rev 17:3-5, 16; 18:7-20; véanse AJORCA; ANILLO; ARETE; BRAZALETE; COLLAR; COSMÉTICOS; CUENTAS; INDUMENTARIA; JOYAS Y PIEDRAS PRECIOSAS; NARIGUERA; PRENDEDOR.)
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Adorno(s)Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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Este último cuadro tiene cierta semejanza con la descripción de la Nueva Jerusalén, la congregación cristiana, con sus puertas de perlas y fundamentos adornados con piedras preciosas, que es preparada como una “novia adornada para su esposo”, Jesucristo. (Rev 21:2, 9-21.) Es patente de nuevo que los ornamentos y adornos se refieren a cualidades y bendiciones espirituales resultantes de la aprobación y el favor de Dios.
En contraste, Babilonia la Grande, la mujer simbólica que comete fornicación con los reyes de la tierra, se engalana con traje real y adornos, y vive en lujo desvergonzado, pero tiene que ser despojada de sus suntuosas galas, desnudada y destruida. Su belleza es falsa, y ella ‘se glorifica a sí misma’; por consiguiente, su adorno no representa la bendición y el favor divino, sino, más bien, sus propias pretensiones y los beneficios que le produce su prostitución en poder y riquezas. (Rev 17:3-5, 16; 18:7-20;
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