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  • El fin de la violencia doméstica
    ¡Despertad! 1993 | 8 de febrero
    • “La nueva personalidad”

      “Lo que se necesita es nada menos que una reestructuración de las relaciones entre los familiares”, dice un equipo de investigación. La violencia doméstica no es tan solo un problema de puños; es ante todo un problema mental. Sus raíces están en cómo se ven unos a otros los miembros de la familia: cónyuge, hijo, padre o hermano. Reestructurar estas relaciones significa vestirse de lo que la Biblia llama “la nueva personalidad”. (Efesios 4:22-24; Colosenses 3:8-10.)

      Examinemos algunos principios bíblicos relacionados con la familia que nos ayudan a vestirnos de la nueva personalidad, un modo de ser semejante al de Cristo que puede contribuir a que exista una mejor relación en la familia. (Véase Mateo 11:28-30.)

  • El fin de la violencia doméstica
    ¡Despertad! 1993 | 8 de febrero
    • “La nueva personalidad”

      “Lo que se necesita es nada menos que una reestructuración de las relaciones entre los familiares”, dice un equipo de investigación. La violencia doméstica no es tan solo un problema de puños; es ante todo un problema mental. Sus raíces están en cómo se ven unos a otros los miembros de la familia: cónyuge, hijo, padre o hermano. Reestructurar estas relaciones significa vestirse de lo que la Biblia llama “la nueva personalidad”. (Efesios 4:22-24; Colosenses 3:8-10.)

      Examinemos algunos principios bíblicos relacionados con la familia que nos ayudan a vestirnos de la nueva personalidad, un modo de ser semejante al de Cristo que puede contribuir a que exista una mejor relación en la familia. (Véase Mateo 11:28-30.)

      Modo de ver a los hijos: Ser padre o madre implica más que engendrar o concebir un hijo. Lamentablemente, hoy día muchas personas ven a sus hijos como una carga, por lo que no asumen su responsabilidad de padres. Tales personas son agresores en potencia.

      La Biblia dice que los niños son “una herencia de parte de Jehová” y “un galardón” (Salmo 127:3), de modo que los padres tienen la responsabilidad ante el Creador de cuidar de esa herencia. Los padres que ven a los hijos como un estorbo tienen que cultivar la nueva personalidad en este campo.a

      Ser realistas respecto a lo que se espera de los hijos: Un estudio reveló que muchas madres agresoras esperan que la criatura sepa lo que está bien y lo que está mal cuando apenas tiene un año. Según la encuesta, una tercera parte de estas madres especificaron que esperaban eso de sus hijos a los seis meses.

      La Biblia indica que todas las personas nacen imperfectas. (Salmo 51:5; Romanos 5:12.) No dice que la criatura consiga el discernimiento cuando nace. Al contrario, explica que “mediante el uso” las facultades perceptivas de una persona son “entrenadas para distinguir tanto lo correcto como lo incorrecto”. (Hebreos 5:14.) Además, la Biblia hace referencia a “las cosas características de pequeñuelo”, la “tontedad” del muchacho y la “vanidad” de la adolescencia. (1 Corintios 13:11; Proverbios 22:15; Eclesiastés 11:10.) Los padres deben comprender estas limitaciones y no esperar más del niño de lo que sea lógico para su edad y sus aptitudes.

      La forma de disciplinar a los hijos: La palabra griega traducida “disciplina” en la Biblia significa “educar”. Por consiguiente, el objetivo principal de la disciplina no es causar dolor, sino enseñar. Esto se puede conseguir en buena medida sin dar un solo azote, aunque a veces son necesarios. (Proverbios 13:24.) La Biblia dice: “Escuchen la disciplina y háganse sabios”. (Proverbios 8:33.) Pablo también escribió que hay que mantenerse “reprimido bajo lo malo”, administrando censura con “gran paciencia”. (2 Timoteo 2:24; 4:2.) Se excluyen, por tanto, los arrebatos de cólera y el uso de excesiva fuerza incluso en aquellos casos en los que se vea necesario dar al niño algún azote.

      En vista de estos principios bíblicos, pregúntese: “¿Enseña mi forma de disciplinar, o simplemente controla haciendo daño? ¿Inculca principios justos, o solo miedo?”.

      Límites de comportamiento para adultos: Un agresor decía que había golpeado a su esposa porque ‘había perdido el control’. Su consejero le preguntó si alguna vez la había apuñalado. “¡Jamás haría algo semejante!”, respondió el hombre. El consejero le ayudó a ver que estaba actuando dentro de unos límites, pero que su problema radicaba en que no eran los apropiados.

      ¿Cuáles son sus límites? ¿Se detiene antes de que un simple desacuerdo se convierta en malos tratos? ¿O pierde los estribos y termina gritando, insultando, dando empujones, arrojando objetos o golpeando?

      La nueva personalidad establece unos límites bastante estrictos, que dejan fuera el abuso mental y la violencia física. “No proceda de la boca de ustedes ningún dicho corrompido”, dice Efesios 4:29. El Ef 4 versículo 31 añade: “Que se quiten toda amargura maliciosa y cólera e ira y gritería y habla injuriosa, junto con toda maldad”. La palabra griega para “ira” denota una “naturaleza impulsiva”. Curiosamente, el libro Padres que odian dice que una característica común de los padres que maltratan a sus hijos es que “adolecen de una falta casi total de control sobre sus impulsos”. Sin embargo, la nueva personalidad controla con firmeza los impulsos, tanto físicos como verbales.

      Por supuesto, tanto el esposo como la esposa deben cultivar la nueva personalidad. Ella debería esforzarse por no suscitar el antagonismo de su cónyuge, sino más bien mostrar aprecio por los esfuerzos de este por cuidar de la familia, y cooperar con él. Y ninguno de los dos debería exigir al otro perfección, pues nadie es perfecto. Al contrario, ambos deberían poner en práctica lo que dice 1 Pedro 4:8: “Ante todo, tengan amor intenso unos para con otros, porque el amor cubre una multitud de pecados”.

      Respeto a las personas de edad avanzada: “Levántate ante las canas y honra el rostro del anciano”, dice Levítico 19:32. (Straubinger.) Comportarse así puede ser difícil cuando un padre o una madre de edad avanzada está enfermo y quizás sea demasiado exigente. Primera a Timoteo 5:3, 4 habla de dar “honra” y la “debida compensación” a los padres, lo que podría incluir ayudarlos económicamente y respetarlos. En vista de todo lo que nuestros padres hicieron por nosotros cuando éramos bebés indefensos, deberíamos mostrarles la misma atención cuando lo necesiten.

      Evitar la rivalidad entre hermanos: Antes de que la hostilidad le condujese a asesinar a su hermano Abel, Caín recibió el siguiente consejo: “El pecado está esperando el momento de dominarte. Sin embargo, tú puedes dominarlo a él”. (Génesis 4:7, Versión Popular.) Los sentimientos se pueden controlar. Los hermanos deben aprender a ser pacientes unos con otros, a “[tolerarse] mutuamente las faltas que involuntariamente [puedan] cometer”. (Efesios 4:2, Una paráfrasis del Nuevo Testamento.)

      Aprenda a confiar en otros

      Muchas víctimas de la violencia doméstica sufren en silencio. Pero el Dr. John Wright aconseja: “Las mujeres maltratadas deberían buscar protección emocional y física de una tercera persona competente”. Lo mismo es cierto en el caso de cualquier miembro de la familia que sea víctima de maltrato.

      A la víctima a veces le resulta difícil confiar en otra persona. Al fin y al cabo, la causa de su dolor está relacionada con la confianza que había dentro de la unidad social más íntima: la familia. Sin embargo, “existe un amigo más apegado que un hermano”, dice Proverbios 18:24. Encontrar esa clase de amigo y aprender a confiar discretamente en él es un importante paso adelante para recibir la ayuda necesaria. Por supuesto, el agresor también necesita ayuda.

      Todos los años centenares de miles de personas se hacen testigos de Jehová y aceptan el desafío de vestirse de la nueva personalidad. Entre ellas hay algunas que en el pasado se comportaban violentamente en su hogar. Para contrarrestar cualquier inclinación a recaer en ese mal proceder, estos cristianos han de permitir continuamente que la Biblia sea “provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas”. (2 Timoteo 3:16.)

      Para estos nuevos Testigos, el vestirse de la nueva personalidad es un proceso continuo, pues Colosenses 3:10 dice que “va haciéndose nueva”. De modo que hace falta esforzarse constantemente. Qué agradecidos están de contar con el apoyo de una multitud de “hermanos, y hermanas, y madres, e hijos” espirituales. (Marcos 10:29, 30; véase también Hebreos 10:24, 25.)

      Además, en todas las aproximadamente 70.000 congregaciones de testigos de Jehová que existen en todo el mundo, hay superintendentes afectuosos que son como “refugio contra el viento y protección contra la tempestad”. Ellos “tendrán los ojos bien abiertos y estarán dispuestos a escuchar con atención”. (Isaías 32:2, 3, VP.) De modo que tanto los que son testigos de Jehová desde hace poco como los más experimentados tienen una maravillosa fuente de ayuda disponible en la congregación cristiana, siempre y cuando se esfuercen por seguir vistiéndose de la nueva personalidad.

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