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La humanidad ansía un nuevo mundo¡Despertad! 1992 | 22 de octubre
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La humanidad ansía un nuevo mundo
NUNCA antes se ha ansiado tanto un nuevo mundo como ahora. Las últimas ocho décadas de guerras, disturbios, hambres, pestes, delito y contaminación han sido una verdadera pesadilla. El ser humano quiere despertar y encontrarse en un nuevo mundo pacífico. En respuesta a este deseo, los líderes políticos del mundo han empezado a hablar de la creación de ese anhelado mundo.
No cabe duda de que usted ha oído o leído declaraciones de hombres eminentes que proclaman la proximidad de un nuevo mundo. En una conferencia pronunciada en septiembre de 1991, el presidente de Estados Unidos, George Bush, dijo lo siguiente: “Esta noche, al ver cómo se desarrolla la escena de la democracia por todo el globo terráqueo, quizás..., quizás estemos más cerca de ese nuevo mundo que nunca antes”.
Los líderes políticos señalan al fin de la guerra fría entre el bloque oriental y el occidental como prueba de que estamos cerca de un nuevo mundo. Lo cierto es que el mundo respira aliviado cuando se ponen en práctica los programas de desarme. La reducción de armas nucleares acrecienta la esperanza de la gente de que algún día exista un nuevo mundo pacífico y seguro.
En el mes de abril del presente año, George McGhee, que ocupó el puesto de subsecretario de Estado durante la administración del difunto presidente de Estados Unidos John F. Kennedy, declaró: “Ahora tenemos la posibilidad —mejor dicho, la necesidad— de trazar el proyecto de un nuevo sistema mundial basado en nuevos conceptos de seguridad”. Y añadió: “La esperanza más prometedora de que llegue a existir un nuevo y próspero sistema mundial radica, según mi opinión, en fortalecer los vínculos de la comunidad internacional”.
McGhee dijo que el hecho de que Francia abandone sus experimentos nucleares para finales de 1992 constituye “un intento de persuadir a las otras potencias nucleares para que hagan lo mismo”. También señaló a las “iniciativas [rusas] para reducir los arsenales nucleares y retirarse de la posición crítica de prontitud operacional respecto a fuerzas nucleares estratégicas”.
Además, en una reunión de líderes políticos mundiales celebrada en Londres en julio de 1991, siete de ellos declararon que la coalición formada con motivo de la guerra del golfo Pérsico “confirmó la capacidad de la comunidad internacional para unir sus esfuerzos ‘a fin de restablecer la paz y seguridad internacionales y de resolver el conflicto’”.
¿Qué clase de nuevo mundo?
Todo esto suena muy prometedor. Pero pregúntese: ¿Qué clase de nuevo mundo esperan crear las naciones? ¿Un mundo libre de armas y guerras?
McGhee responde: “Estados Unidos tiene que conservar suficiente poder armamentista como para aportar su contribución a cualquier esfuerzo militar unido del futuro o para prevalecer en caso de que se haga inevitable una guerra”. De modo que los líderes políticos no abogan por un desarme total, y tampoco descartan un enfrentamiento militar en caso de que, como dijo McGhee, “se haga inevitable una guerra”. Los gobiernos no pueden prometer un nuevo mundo libre de guerras. Siendo realistas, saben que no son capaces de crear semejante mundo.
Como ejemplo, veamos lo que ha sucedido hasta ahora. En el New York Times del 17 de mayo de 1992, el columnista Anthony Lewis escribió bajo el titular “El nuevo orden mundial”: “Cuando vi en la televisión las escenas de proyectiles que caían sobre [Sarajevo, Bosnia y Herzegovina] y de civiles acurrucados de miedo, pensé que la civilización no había hecho ningún progreso desde las bombas nazis que cayeron sobre Rotterdam. ¡Vaya un nuevo orden mundial!”.
Pero la creación de un nuevo mundo satisfaciente requiere, además de eliminar la guerra, que se solucionen otros muchos problemas. Piense en la mortífera contaminación que lentamente arruina el aire, la tierra y los mares; en el poderoso crimen organizado y los carteles de la droga que roban las posesiones y la salud de millones de personas, y en la tala desenfrenada de los bosques tropicales, que contribuye a la erosión del suelo y que provoca con el tiempo inundaciones que acaban con las cosechas.
Por otra parte están las terribles enfermedades físicas para las que todavía no se ha encontrado curación, como los problemas cardiacos, el cáncer, el sida, la leucemia y la diabetes. Y ¿qué se puede decir de los problemas relacionados con la pobreza, la falta de vivienda, las escaseces de alimento y agua, la desnutrición, el analfabetismo y la reducción de la capa de ozono? Desde luego, la lista es interminable. Todos estos graves problemas son como un montón de bombas de tiempo que el hombre tiene que desactivar ahora para que no exploten y produzcan una reacción en cadena de desastres que causen la extinción de la raza humana. Ahora bien, ¿puede el hombre establecer a tiempo un nuevo mundo que impida ese fatal desenlace?
Durante años, diferentes organizaciones y conferencias han tratado por todos los medios de solucionar los problemas de la Tierra. Pero a pesar de esos esfuerzos, los problemas se han intensificado, y han surgido otros nuevos y más complicados. ¿Indica el hecho de que el hombre sea incapaz de solucionarlos que no sirve de nada que la humanidad ansíe un nuevo mundo de paz y seguridad? Con toda confianza podemos responder que no. Tenga la bondad de examinar por qué lo decimos.
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Un nuevo mundo satisfaciente para todos¡Despertad! 1992 | 22 de octubre
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Un nuevo mundo satisfaciente para todos
POR difícil que resulte creerlo, lo cierto es que se avecina un nuevo mundo. Y llegará a tiempo de rescatar la Tierra antes de que su capacidad para sostener la vida quede totalmente arruinada. Además, este nuevo mundo eliminará todos los peligros que amenazan la existencia humana. ¿Cómo lo hará?
Hace unos años, el historiador Arnold J. Toynbee, después de mencionar el estado crítico de la situación actual del mundo, preguntó: “¿Qué debemos hacer para salvarnos?”. En respuesta a su propia pregunta, añadió: “En política, establecer un sistema cooperativo constitucional de gobierno mundial”.
No obstante, aunque el venidero nuevo mundo será un “sistema cooperativo”, no tendrá nada que ver con la “política”. No defenderá la democracia ni ninguna otra ideología política humana. Alcanzará sus objetivos porque estará regido por un solo gobierno. Mediante una sorprendente serie de acciones, este gobierno mundial erradicará rápidamente todos los problemas que afectan a la humanidad hoy día. ¿Cómo? Aboliendo las causas de dichos problemas y los obstáculos que tantas veces frustran los esfuerzos que se hacen para subsanarlos.
Ahora bien, si vemos los asuntos de manera realista, ¿cómo se logrará ese objetivo? ¿Acaso los que gobiernen no continuarán siendo personas imperfectas, personas que han demostrado ser corruptas e incapaces de resolver los problemas del hombre? Pues bien, tan solo trate de imaginarse que este gobierno mundial estuviera regido por gobernantes perfectos que velaran altruistamente por los intereses de sus súbditos. Veamos cómo podrían resolverse los problemas.
Soluciones simultáneas
Con un gobierno mundial regido por gobernantes perfectos ya no existirían naciones individuales con sus formas particulares de gobierno. Estadistas, embajadores y otros políticos ya no ejercerían autoridad sobre las muchas nacionalidades, tribus y razas de la humanidad. Tampoco se necesitaría la gran cantidad de capitales locales y nacionales ni sus edificios y residencias oficiales. Por lo tanto, se eliminarían los enormes gastos de mantenimiento que todo ello conlleva, así como los gastos de desplazamiento de los funcionarios que asisten a juntas, reuniones, conferencias nacionales y cumbres. También desaparecerían todas las ruinosas burocracias gubernamentales, con sus numerosos ayudantes, secretarios y empleados, así como el excesivo papeleo que tanto entorpece cualquier trámite.
La paz sería una realidad, pues el nacionalismo divisivo habría sido reemplazado por una autoridad mundial unificada. Ya no se necesitarían para proteger la soberanía de cada nación ejércitos, armadas ni fuerzas aéreas, con todas sus armas, su plana mayor de altos mandos y sus oficiales subordinados. Tampoco existirían sistemas de espionaje. Bajo un gobierno mundial regido por gobernantes perfectos, no habría ni mercado libre ni mercado negro en el que comprar o vender armas; tampoco habría territorios en disputa. Todos los pueblos de la Tierra compondrían una hermandad indivisible. Por consiguiente, desaparecería el nacionalismo.
Veamos otros aspectos que beneficiarían a la gente si esta se encontrara bajo un gobierno unido regido por gobernantes perfectos. Los poderosos hombres de negocios, como los fabricantes de armamento, no tendrían modo de influir en los políticos para que los ayudaran a seguir fabricando y vendiendo sus destructivos productos. Ya no habría más cabilderos mañosos manipulando a funcionarios con respecto a ciertas leyes o proyectos de ley que tan solo afectan intereses locales; tampoco continuaría la pugna entre diferentes ministerios especializados que gastan enormes cantidades de dinero en proyectos inútiles para el beneficio de tan solo unos pocos; además, no se obstaculizarían las soluciones para los problemas de contaminación por motivos comerciales egoístas (mantener altos los beneficios), ni se anularían leyes para la protección de especies en peligro de extinción para satisfacer poderosos intereses especiales.
Otros problemas corregidos
Tal gobierno mundial perfecto no toleraría la injusticia. Al asumir el control, se encargaría de que los actos delictivos se trataran de una manera apropiada y justa. Por consiguiente, los ciudadanos ya no temerían que más asesinos peligrosos cometiesen crímenes.
Y ¿qué puede decirse de la red mundial del crimen organizado y de los poderosos carteles de la droga? Un gobierno mundial perfecto podría acabar con ellos por completo. Las leyes nacionales de extradición ya no serían un refugio seguro para esos criminales internacionales. Los astutos pretextos para eludir las leyes locales y los taimados e influyentes contactos políticos de estos violadores de la ley serían algo del pasado. Además, la simple erradicación del crimen también libraría a la Tierra de muchas otras plagas sociales, como el juego por dinero, las peleas callejeras entre diferentes pandillas, la pornografía, la prostitución y el contrabando. ¡Qué reforma tan eficaz y económica!
Sí, en un mundo nuevo como ese quedarían completamente resueltos todos los complicados y peliagudos problemas que desconciertan a las mentes más brillantes de la humanidad actual. Y la eliminación de cada uno de estos problemas sería permanente, de una vez por todas. Las generaciones posteriores no tendrían que volver a sufrirlos jamás.
No son castillos en el aire
“Pero —quizás pregunte usted— ¿de dónde saldrán los gobernantes perfectos para semejante nuevo mundo?” El Creador del hombre los proveerá. ¿Suena demasiado bonito para ser verdad? Pues bien, piense un momento: Si usted tuviera el poder para hacerlo, ¿no pondría fin a todas las condiciones que causan tanta angustia en la Tierra? ¡Claro que sí! Pues bien, ¿deberíamos esperar menos de nuestro Creador?
Nuestro amoroso Creador se propone crear un nuevo mundo, para lo cual utilizará un gobierno mundial justo. Esto es lo que su Hijo Jesucristo enseñó a los humanos a pedir en oración cuando dijo: “Venga tu reino. Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra”. (Mateo 6:10.)
Ese Reino es un gobierno real, un gobierno mundial. Su Rey, Jesucristo, “tendrá súbditos de mar a mar y desde el Río hasta los cabos de la tierra”. (Salmo 72:8.) Y pronto reemplazará a todos los gobiernos humanos, pues la Palabra de Dios promete: “En los días de aquellos reyes el Dios del cielo establecerá un reino [el gobierno regido por Jesucristo, el rey nombrado por Dios] que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos [actuales], y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos”. (Daniel 2:44.)
Como este gobierno mundial establecido por el Dios del cielo será administrado por gobernantes sobrehumanos, podrá llevar a cabo todas las cosas buenas que los gobernantes humanos son incapaces de realizar. La Biblia dice que el gobierno de Dios es una monarquía celestial en la que el Rey será Jesucristo, con quien cooperarán 144.000 personas de espíritu. Todos estos gobernantes serán personas dignas de confianza que habrán demostrado una integridad impecable durante su vida en la Tierra antes de ser resucitados a la vida celestial. Puesto que habrán vivido en la Tierra y experimentado las necesidades propias de los seres humanos, todos ellos se encontrarán en excelentes condiciones para trabajar por el bien de la humanidad. (Revelación 14:1-3.)
Piense en los obstáculos que se eliminan de esta manera. Como gozarán de inmortalidad, estos gobernantes espirituales nunca se cansarán ni morirán. (1 Corintios 15:50, 53.) Tampoco habrá tentación que los corrompa y les haga pervertir la justicia ni se les podrá ofrecer regalos a cambio de favoritismos. Al fin y al cabo, ¿con qué se podría sobornar a un espíritu inmortal? ¿Dinero, una caja de licor costoso, un viaje a una isla exótica o entradas para algún espectáculo o concierto? Estas cosas materiales pueden tentar a personas de carne y hueso, pero no a estos espíritus. Por lo tanto, los súbditos de dichos gobernantes no serán víctimas de la corrupción gubernamental que tanto abunda hoy día.
El nuevo mundo lo satisfará también a usted
¿Es usted una persona de edad? Piense en todo el conocimiento, las habilidades y la experiencia que ha adquirido con el paso de los años. Pero ¿se ha dado cuenta de que aunque quizás sus facultades mentales estén bien, su estado físico va debilitándose gradual y continuamente? Su cuerpo ya no responde a las órdenes del cerebro como antes. Va perdiendo reflejos y su fuerza y su aguante disminuyen. Su vista y oído van empeorando, y sus músculos se debilitan; además, cada vez siente más dolores.
Pero trate de imaginarse lo que sería disponer de la sabiduría adquirida tras muchos años de vida junto con un cuerpo joven en mejor estado incluso que el que tenía a los veinte años; sí, imagínese que su condición física estuviera a la par con sus facultades mentales. Piense en las muchas cosas que podría hacer si gozara de salud perfecta. Con un cuerpo tan sano que respondiera a las órdenes de una mente madura, cualquier trabajo que emprendiera le resultaría sumamente agradable. Su experiencia le permitiría hacer cosas con mucha más eficiencia, lo que le haría sentirse más satisfecho. Y si usted es joven, imagínese la alegría de conservar su juventud y fuerza a la vez que adquiere sabiduría, conocimiento y experiencia para siempre.
Ahora vaya un poco más allá y figúrese que todos sus compañeros, amigos y parientes se encontraran en esa misma condición. Imagínese lo que todos ustedes podrían realizar en el campo de la fabricación, la construcción o la artesanía. ¡Qué perspectivas tan maravillosas para personas con talento, como artistas, músicos, diseñadores, paisajistas, jardineros y botánicos! Producirían obras asombrosas: pinturas, casas, jardines y parques de exquisita belleza, y hasta fabricarían excelentes instrumentos musicales y los tocarían con maestría.
Uno de los objetivos de este nuevo gobierno mundial es el rejuvenecimiento de la raza humana hasta que alcance la perfección física. Su vista, oído y otros sentidos funcionarán a su máximo rendimiento. ¿Por cuánto tiempo? Si un gobierno humano le ofreciera una terapia que le garantizara recuperar el 50% de todas sus funciones corporales durante un año y por tan solo un precio nominal, ¿no se apresuraría a ser de los primeros en someterse a dicha terapia? Pues este nuevo gobierno mundial garantiza un rejuvenecimiento total, del 100%, gratis y, además, no solo por un año ni por cinco ni por cincuenta, sino por toda la eternidad.
No tilde de increíble esta maravillosa perspectiva de la que con toda seguridad disfrutarán los humanos en esta mismísima Tierra. Analice en las páginas 7 al 10 algunas de las bendiciones que experimentarán los amadores de Dios.
[Recuadro/Ilustraciones en las páginas 7-10]
¿Qué bendiciones traerá el nuevo mundo?
Se pondrá fin al crimen y la violencia
“En cuanto a los inicuos, serán cortados de la mismísima tierra.” (Proverbios 2:22.)
La guerra será eliminada
“Tendrán que batir sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni aprenderán más la guerra.” (Isaías 2:4.)
Toda persona tendrá una buena casa y un trabajo satisfaciente
“Ciertamente edificarán casas, y las ocuparán [...]. No edificarán y otro lo ocupará; no plantarán y otro lo comerá.” (Isaías 65:21, 22.)
Habrá alimento bueno y en abundancia para todos
“Llegará a haber abundancia de grano en la tierra; en la cima de las montañas habrá sobreabundancia.” (Salmo 72:16.)
Reinará la paz entre las personas y los animales
“El lobo realmente morará por un tiempo con el cordero, y el leopardo mismo se echará con el cabrito, [...] y un simple muchachito será guía sobre ellos.” (Isaías 11:6.)
Desaparecerán la enfermedad, la vejez y la muerte
“Limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado.” (Revelación 21:4.)
Resucitarán seres queridos que han muerto
“Viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán [la] voz [de Jesús] y saldrán.” (Juan 5:28, 29.)
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Opte por la vida en ese nuevo mundo¡Despertad! 1992 | 22 de octubre
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Opte por la vida en ese nuevo mundo
ES OBVIO que Dios tenía un propósito cuando creó esta singular joya de planeta. Y a la humanidad le asignó un importante papel en este propósito. (Isaías 45:18.) La terrible condición en la que ha caído nuestra Tierra no honra a Dios. Pero ¿cree usted realmente que Dios permitirá que continúe esta situación? ¡En absoluto!
En sí, el que la humanidad ansíe un nuevo mundo indica que añora algo que el hombre poseyó tiempo atrás: un paraíso terrenal, en el sentido pleno de la expresión. El Creador colocó a la primera pareja humana en dicho paraíso, y su propósito original para la humanidad era que disfrutara para siempre de vivir en ese entorno. (Génesis 1:28.)
Hoy día, Jehová Dios le ofrece a usted la oportunidad de vivir en Su nuevo mundo, en el que las personas fieles verán satisfechos los deseos de su corazón. (Salmo 10:17; 27:4.) ¿Optará por vivir en ese nuevo mundo?
Usted puede escoger
Los israelitas que oyeron el discurso de despedida de Moisés se vieron obligados a tomar una decisión similar. Tuvieron que escoger entre la gobernación de Dios y la de las naciones de su tiempo. Moisés les dio el siguiente consejo: “He puesto delante de ti la vida y la muerte [...]. Tienes que escoger la vida a fin de que te mantengas vivo, tú y tu prole, amando a Jehová tu Dios, escuchando su voz y adhiriéndote a él”. (Deuteronomio 30:19, 20.) La selección que usted haga también es una cuestión de vida o muerte.
Esta es la razón por la que se han publicado estos artículos sobre el nuevo mundo de Dios: para motivar su corazón a fin de que pueda escoger la vida en el nuevo mundo de Dios, en lugar de cifrar sus esperanzas en las vanas promesas humanas de crear un nuevo mundo. Pero todavía quedan muchos detalles maravillosos que usted necesita saber acerca del nuevo mundo de Dios.
Por ejemplo, ¿qué pruebas hay de que este nuevo mundo está muy cerca? ¿Cómo reemplazará a todos los gobiernos de la Tierra? ¿Qué sucesos culminarán en ese nuevo mundo de Dios? ¿Cómo podemos estar seguros de que se hará realidad lo que la Biblia promete?
Las respuestas a estas preguntas y a muchas otras están a su alcance. Los testigos de Jehová le mostrarán con mucho gusto en su propio ejemplar de la Biblia los versículos que hablan de las bendiciones del nuevo mundo de Dios, y además indican exactamente cuándo y cómo empieza a regir el gobierno de Dios y con el tiempo se extiende hasta abarcar toda la Tierra.
Le instamos a responder de la misma manera que los habitantes de Berea del primer siglo que escucharon al apóstol Pablo. Ellos invirtieron tiempo en examinar “con cuidado las Escrituras diariamente en cuanto a si estas cosas eran así”. (Hechos 17:11.) Sería prudente que usted hiciera lo mismo. Tenga la seguridad de que sus conversaciones bíblicas con los testigos de Jehová le producirán una gran satisfacción espiritual a medida que aprenda sobre el maravilloso futuro que Dios nos promete.
Usted debe escoger entre servir a Dios y los intereses de Su Reino, o cifrar su confianza y esperanza en los esfuerzos del hombre por gobernarse a sí mismo. Le animamos a aprender todo lo posible sobre las promesas de Dios para que pueda tomar su decisión con pleno conocimiento de causa. El adquirir conocimiento de la Biblia no solo avivará su esperanza para el futuro, sino que le ayudará a mantenerse espiritualmente vivo en estos últimos días de gobernación humana. (2 Timoteo 1:13.)
El prolongado anhelo del hombre por un nuevo mundo casi ha llegado a su fin. Los testigos de Jehová desean que usted entre en ese nuevo mundo y disfrute de la vida para siempre. Lo mismo desea Dios. Esperamos sinceramente que usted escoja el nuevo mundo de Dios. Si lo hace, descubrirá que el que la humanidad haya ansiado un nuevo mundo nunca ha sido una esperanza vana.
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