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  • ¿Qué otros beneficios nos vienen de Dios?

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  • ¿Qué otros beneficios nos vienen de Dios?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1987
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1987
w87 15/5 págs. 4-7

¿Qué otros beneficios nos vienen de Dios?

¿LE DELEITAN la hermosura de las flores, el perfume de las rosas, el cantar de las aves? ¿Le emocionó la primera sonrisa de su bebé? ¿Aprecia los aromas que le abren el apetito? ¿Y quién no admira un arco iris, una gloriosa puesta de Sol, o las estrellas en una noche clara? ¿Verdad que son incontables las maravillosas provisiones de Dios?

Sin embargo, hay muchísima aflicción. A pesar de que la Tierra puede producir suficiente alimento para todos, millones de personas no reciben la alimentación que necesitan. La contaminación ambiental envenena a otros millones. Y el crimen, la avaricia, el egoísmo y el temor a lo que el futuro encierra afectan a miles de millones.

Puesto que el Creador ha sido tan generoso, ¿por qué hay tanta infelicidad? Este planeta es un lugar maravilloso que fue hecho para que disfrutáramos de él. Pero el mundo —la humanidad— está en una condición lastimosa. Para la mayoría de los habitantes de la Tierra el futuro es sombrío, espantoso. ¿Por qué? ¿Qué ha pasado? ¿Hizo Dios al hombre y entonces lo abandonó? ¿Hay algo que aclare esta situación tan extraña? ¿Encierra el futuro alguna esperanza para nosotros?

Fuente de luz y esperanza

Hace casi 2.000 años nació un niñito singular... singular porque su madre, María, era humana, ¡y su padre era Dios mismo! ¿Dirían algunos que eso es imposible? No, no para el Originador de la concepción, el Hacedor de todas las complejas formas de vida. Aquel niñito creció y llegó a ser el “hombre [perfecto], Cristo Jesús”. (1 Timoteo 2:5; Mateo 1:18-25.)

Aquel fue un nacimiento de importancia trascendental. De hecho, la mayoría de las naciones reconocen esto al fechar los acontecimientos históricos de antes de los días de Jesús como a. de J.C. ... antes de Jesucristo. Sin embargo, él pasó los primeros años de su vida sin reconocimiento público como carpintero auxiliar en el hogar de su padre adoptivo en Nazaret. Pasaron treinta años. Entonces Jesús fue al río Jordán y se presentó para hacer la voluntad de Dios, y se bautizó, y el espíritu santo de Jehová Dios descendió sobre él. (Mateo 3:13-17.) Jesús entonces empezó una dinámica campaña de predicar y enseñar. Como profetizó Isaías, “el pueblo sentado en oscuridad vio una gran luz”. (Mateo 4:14-17; Isaías 9:2.)

Jesús llegó a ser el más famoso y ampliamente respetado Maestro de toda la historia. Ningún otro maestro humano ha ejercido una influencia tan poderosa en la humanidad ni provisto tanta luz y esperanza espiritual. ¿Cuál fue su libro de texto? La Biblia, como era entonces... las Escrituras Hebreas, o el “Antiguo Testamento”. Jesús hizo que las Escrituras cobraran vida. Muchas profecías antiguas se cumplieron en él. (Compare Miqueas 5:2 con Mateo 2:3-6.) Confirmó el relato de Génesis acerca del origen del hombre. (Génesis 2:24; Mateo 19:3-6.) Jesús hizo suyo, amplificó y proclamó extensamente el tema principal de la Biblia: la vindicación de Jehová mediante el Reino de Dios. (Mateo 4:23; 6:10.) Además, los relatos de la vida y las obras de Jesucristo son porciones prominentes de las Escrituras Griegas Cristianas, o el “Nuevo Testamento”. Sí, la Biblia es una dádiva maravillosa procedente de Dios, una luz brillante en un mundo oscuro y triste. (Salmo 119:105.)

¿Por qué está en desorden la humanidad?

¿Contesta esa pregunta la Biblia? Sí. Muestra que no fue que Dios hubiera abandonado al hombre, sino, más bien, que el hombre abandonó a Dios. Además, el principio fundamental de libre albedrío estuvo implicado en la situación. Los humanos no fueron creados como robots, programados para obedecer. Podemos optar por obedecer o desobedecer.

Cuando Dios creó a la primera pareja humana en el hermoso Paraíso de Edén, ¡cuán felices y despreocupados tienen que haberse sentido! No había enfermedades, ni temor, ni inquietudes. Allí había aves y animales que causaban deleite, y se disfrutaba de alimento delicioso en abundancia. (Génesis 1:26; 2:7-9.) Sin embargo, con el tiempo se presentó en aquel escenario un enemigo invisible. Una poderosa criatura de la región espiritual se hizo ambiciosa, y codició el control de la familia humana futura. Al decir la primera mentira, sedujo a Eva, y Adán fue persuadido por ella a desobedecer el mandato de Dios de no comer del fruto prohibido. (Génesis 3:1-7.) Al igual que muchas personas hoy, los primeros humanos pensaron en obrar independientemente. Por ello, en realidad se pusieron bajo el dominio de Satanás, el dios del inicuo sistema de cosas actual. (2 Corintios 4:4.)

Esto hizo surgir una cuestión tremenda y muy importante: ¿Podría el hombre gobernarse a sí mismo con éxito sin Dios? Requeriría mucho tiempo resolver satisfactoriamente esta cuestión. Mientras tanto, Adán y Eva tenían que pagar la pena que Dios había prescrito: muerte. Y puesto que habían llegado a ser pecadores decadentes, ni ellos ni su prole tenían perspectiva alguna de vivir para siempre en independencia de Dios. (Romanos 5:12; 1 Corintios 15:21, 22.)

Un futuro glorioso

Desde los días de Adán han pasado muchas generaciones. Y en el escenario siempre cambiante de los asuntos del hombre la humanidad ha tratado de regirse por muchos tipos de gobiernos humanos: autocracia, democracia, socialismo, comunismo y otros. Pero todos estos tipos de gobierno han fracasado. Los problemas políticos, sociales e internacionales siguen multiplicándose; también sigue aumentando la cantidad de horribles armas de destrucción en masa que amenazan con devastar al mundo. Durante la II Guerra Mundial los políticos occidentales prometieron que la victoria traería libertad de la escasez y del temor, pero ambas plagas aumentan.

¿Qué solución hay? Un problema de alcance masivo necesita un remedio colosal... nada menos que una limpieza global y la introducción de un nuevo mundo. ¿Quién puede lograr eso? Ciertamente no la Organización de las Naciones Unidas, ni ninguna otra combinación de las potencias políticas que frecuentemente violan los acuerdos de paz ¡casi antes de que se sequen las firmas! Son simples peones indefensos en el agarro del poder satánico. (1 Juan 5:19.) Solo Jehová, el Todopoderoso, puede eliminar a Satanás y sus demonios, poner fin al mundo corrupto de la actualidad e introducir un glorioso nuevo mundo bajo el Reino celestial con su Hijo, Jesucristo, como Rey de reyes. (Mateo 6:9, 10; Daniel 2:44; Revelación 20:1-3.)

¿Qué logrará este Reino? ¿Quiénes sobrevivirán a la devastadora limpieza mundial, o Armagedón? Un hecho muy interesante, del que cada vez más personas están enterándose, es ¡que este gobierno celestial ya está funcionando y preparando a la gente para sobrevivir al Armagedón! (Revelación 16:14-16.) ¿Qué clase de personas deben ser estas? Jesucristo dijo: “Felices son los de genio apacible [los mansos], puesto que ellos heredarán la tierra”. (Mateo 5:5.) Así confirmó esta profecía de la antigüedad: “Antes que venga sobre ustedes el día de la cólera de Jehová, busquen a Jehová, todos ustedes los mansos de la tierra, los que han practicado Su propia decisión judicial. Busquen justicia, busquen mansedumbre. Probablemente sean ocultados en el día de la cólera de Jehová”. (Sofonías 2:2, 3.)

Los mansos no solo sobrevivirán al Armagedón, sino que, al permanecer fieles a Dios, también heredarán la vida eterna. ¿Cómo? Como ya se ha mencionado, la gran familia de descendientes de Adán perdió la perspectiva de vida eterna por el pecado de desobediencia de Adán. La muerte le vino a toda la raza humana por Adán. Puesto que él era un hombre perfecto, se necesitaba a otro hombre perfecto para rescatar, u obtener de nuevo por compra, lo que Adán había perdido. Jesucristo satisfizo esa necesidad y dio su vida “para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna”. (Juan 3:16.)

Esta provisión del rescate es el mayor don de Dios al hombre. No solo aplicará a los que entren como sobrevivientes en el nuevo mundo, sino también a los que regresen de entre los muertos. ¿Parece demasiado maravilloso eso? Jesús dijo: “No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio”. ¡Qué emocionante! ¡Qué gozoso para los sobrevivientes del Armagedón, quienes podrán recibir de entre los muertos a sus seres queridos! (Juan 5:28, 29.)

¡Qué gloriosa perspectiva y esperanza! Y todo esto lo provee un Creador amoroso, Jehová, mediante su Hijo amado, Jesús. Aunque hoy el futuro parece tan oscuro y alarmante, está lleno de luz y esperanza para los que estudian la Biblia y obran en armonía con su mensaje alentador. Vivimos en tiempos emocionantes. El Reino de Dios se ha acercado. (Mateo 24:33, 34.) ¡Alabado sea Jehová, el Dador de “toda dádiva buena y todo don perfecto”! (Santiago 1:17.)

Al meditar usted en las muchas maneras como nos beneficiamos de las provisiones y los propósitos de Dios, quizás sienta una gratitud profunda y un deseo de expresarla de alguna forma. Pero si ahora está empezando a entender y aceptar la verdadera esperanza que hay para el futuro, puede que le parezca que es necesario investigar un poco más. Le animamos a hacer precisamente eso. Continúe estudiando la Palabra de Dios junto con publicaciones como esta que pueden ayudarle a adquirir mayor conocimiento y aprecio de los gloriosos propósitos de Dios.

Los que ya tienen una convicción clara de que el Reino de Dios es la única solución para los ayes de la humanidad quizás se sientan como el salmista inspirado que dijo: “¿Qué pagaré a Jehová por todos sus beneficios para conmigo?”. (Salmo 116:12.) Esas personas hallarán que el hablar a otros acerca de lo que Dios ha hecho por nosotros y el glorioso futuro que él ofrece a los que lo aman y le sirven produce satisfacción profunda y verdadero gozo. ¿Por qué? Porque, como dijo Jesús: “Hay más felicidad en dar que en recibir”. (Hechos 20:35.)

[Comentario en la página 5]

JESUCRISTO...

◆ Cumplió muchas profecías antiguas, por ejemplo, Miqueas 5:2; Mateo 2:3-6

◆ Confirmó el relato de Génesis acerca del origen del hombre.—Mateo 19:3-6

◆ Amplificó y proclamó el tema principal de la Biblia, la vindicación de Jehová mediante el Reino.—Mateo 4:23; 6:9, 10; Lucas 8:1

◆ Pagó lo que Adán había perdido, una vida humana perfecta, permitiendo así que los que ejercen fe en Él obtengan vida eterna.—Juan 3:16

[Ilustración en la página 7]

‘¿Qué pagará usted a Jehová por todos sus beneficios?’

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