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  • La enseñanza de la resurrección nos concierne
    La Atalaya 2005 | 1 de mayo
    • La resurrección y la amistad con Jehová

      12, 13. ¿Qué poderosa razón tenía Abrahán para creer en la resurrección?

      12 Abrahán, a quien se le llamó “amigo de Jehová”, tuvo una fe extraordinaria (Santiago 2:23). Pablo se refirió a la fe de Abrahán tres veces en la lista de siervos fieles que encontramos en el capítulo 11 de Hebreos (Hebreos 11:8, 9, 17). La tercera referencia se centra en la fe que este patriarca manifestó cuando se dispuso fielmente a ofrecer a su hijo Isaac en sacrificio. Abrahán estaba convencido de que la promesa de una descendencia mediante Isaac tenía la garantía de Jehová. Aunque Isaac tuviera que morir sacrificado, Abrahán “estim[aba] que Dios podía levantarlo hasta de entre los muertos”.

      13 Al final, cuando Jehová vio la firmeza de la fe de Abrahán, se encargó de suministrar un animal para el sacrificio. Con todo, la experiencia de Isaac sirvió para ejemplificar la resurrección, tal como Pablo indicó: “De allí [Abrahán] lo recibió [a Isaac] también a manera de ilustración” (Hebreos 11:19). Además, Abrahán ya tenía una poderosa razón para creer en la resurrección. ¿No había Jehová reavivado sus facultades reproductivas para que él y su esposa, Sara, engendraran en la vejez a su hijo Isaac? (Génesis 18:10-14; 21:1-3; Romanos 4:19-21.)

      14. a) Según Hebreos 11:9, 10, ¿qué esperaba Abrahán? b) ¿Qué deberá experimentar Abrahán para recibir las bendiciones del Reino? c) ¿Cómo podemos recibir nosotros las bendiciones del Reino?

      14 Pablo nos dice que Abrahán fue residente forastero y habitó en tiendas porque “esperaba la ciudad que tiene fundamentos verdaderos, cuyo edificador y hacedor es Dios” (Hebreos 11:9, 10). Esta ciudad no era literal, como Jerusalén, donde se hallaba el templo de Dios, sino que era simbólica. Se trataba del Reino celestial compuesto de Jesucristo y sus 144.000 cogobernantes. A estos 144.000 en su gloria celestial también se les llama “la santa ciudad, la Nueva Jerusalén”, la “novia” de Cristo (Revelación 21:2). En 1914, Jehová entronizó a Jesús como Rey Mesiánico del Reino celestial y le mandó que gobernara en medio de sus enemigos (Salmo 110:1, 2; Revelación 11:15). Abrahán, el “amigo de Jehová”, tendrá que volver a la vida para recibir las bendiciones de este Reino. Y también nosotros tendremos que estar vivos en el nuevo mundo de Dios para recibirlas, ya sea porque hayamos formado parte de la gran muchedumbre de sobrevivientes del Armagedón o porque hayamos resucitado (Revelación 7:9, 14). ¿Cuál es, pues, el fundamento de la esperanza de la resurrección?

  • La enseñanza de la resurrección nos concierne
    La Atalaya 2005 | 1 de mayo
    • 17. a) ¿Qué esperanza manifestó Job? b) ¿Qué revela Job 14:15 acerca de Jehová, y cómo nos hace sentir personalmente?

      17 Job, siervo fiel de tiempos precristianos, también creía en la resurrección. Sufrió muchísimo a manos de Satanás, pero a diferencia de sus falsos compañeros, que nunca mencionaron esta esperanza, Job obtuvo consuelo de ella y preguntó: “Si un hombre físicamente capacitado muere, ¿puede volver a vivir?”. Él mismo respondió diciendo: “Todos los días de mi trabajo obligatorio esperaré, hasta que llegue mi relevo”. Y dirigiéndose a su Dios, Jehová, aseguró: “Tú llamarás, y yo mismo te responderé”. Tocante al sentir de nuestro afectuoso Creador, Job señaló: “Por la obra de tus manos sentirás anhelo” (Job 14:14, 15). Así es, Jehová anhela que llegue el momento en que sus siervos fieles vuelvan a la vida en la resurrección. ¿No es verdad que nos acerca más a él meditar en el amor y la bondad inmerecida que nos muestra a pesar de nuestra imperfección? (Romanos 5:21; Santiago 4:8.)

      18, 19. a) ¿Qué le depara el futuro a Daniel? b) ¿Qué analizaremos en el próximo artículo?

      18 El profeta Daniel, a quien el ángel de Dios declaró “hombre muy deseable”, vivió una larga vida de servicio fiel (Daniel 10:11, 19). Su lealtad a Jehová permaneció inalterable desde su exilio en 617 antes de nuestra era hasta su muerte algún tiempo después de recibir una visión en 536, el tercer año de la gobernación de Ciro, el rey de Persia (Daniel 1:1; 10:1). Durante aquel año, Daniel tuvo una visión de la marcha de las potencias mundiales que culmina en la venidera gran tribulación (Daniel 11:1–12:13). Al no comprender el significado de la visión que recibió del ángel, Daniel le preguntó: “Oh mi señor, ¿qué será la parte final de estas cosas?”. En respuesta, este dirigió su atención al “tiempo del fin”, durante el cual “los que [tuvieran] perspicacia [entenderían]”. ¿Y qué le ocurriría a Daniel? El ángel afirmó: “Descansarás, pero te pondrás de pie para tu porción al fin de los días” (Daniel 12:8-10, 13). El profeta se levantará “en la resurrección de los justos”, durante el Reinado Milenario de Cristo (Lucas 14:14).

  • ¿Quiénes resucitarán?
    La Atalaya 2005 | 1 de mayo
    • 2, 3. a) ¿Qué les espera a Abrahán, Isaac y Jacob? b) ¿Qué preguntas surgen?

      2 Jesús estaba hablando con unos saduceos —que no creían en la resurrección— cuando afirmó: “El que los muertos son levantados, hasta Moisés lo expuso, en el relato acerca de la zarza, cuando llama a Jehová ‘el Dios de Abrahán y Dios de Isaac y Dios de Jacob’. Él no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos ellos viven” (Lucas 20:27, 37, 38). Al mencionar estas palabras, Jesús confirmó que Abrahán, Isaac y Jacob permanecían vivos en la memoria de Dios, aunque habían muerto hacía mucho tiempo. Al igual que Job, aguardan a que termine su “trabajo obligatorio”, es decir, el sueño de la muerte (Job 14:14). Todos ellos serán resucitados en el nuevo mundo de Dios.

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