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NicaraguaAnuario de los testigos de Jehová 2003
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La “otra” Nicaragua
En 1987, el gobierno creó dos regiones autónomas que constituyen la zona oriental de Nicaragua. Conocidas anteriormente por el nombre de Zelaya, en la actualidad se denominan Región Autónoma Atlántico Norte (RAAN) y Región Autónoma Atlántico Sur (RAAS). Aunque estas ocupan casi un 45% del territorio nicaragüense, tan solo albergan al 10% de la población.
Salpicadas de minas de oro y de plata, la RAAN y la RAAS se extienden desde las laderas orientales de las escarpadas tierras altas del centro hasta las lagunas y marismas de la Costa de los Mosquitos. Poseen un paisaje multicolor de pluviselva tropical, sabanas de pinos y palmeras, así como numerosos ríos y arroyos que descienden serpenteantes hasta el mar Caribe. Con el transcurso de los años se han formado villas, pueblos y pequeñas ciudades habitadas por mestizos, mískitos y otros pueblos indígenas.
A la mayoría de los habitantes mískitos, sumos, ramas y criollos de esta región, la capital, Managua, les parece otro mundo. De hecho, todavía no hay una carretera pavimentada que una el oriente con el occidente. Aunque en la región atlántica se habla español, muchas personas hablan mískito, criollo u otras lenguas indígenas. Además, la mayoría profesa el protestantismo —por lo general el moravo— en contraste con lo que sucede en la región Pacífica, cuyos habitantes son predominantemente católicos. Por eso, en casi todos los aspectos —geográfico, lingüístico, histórico, cultural y religioso— existe un agudo contraste entre el oriente y el occidente. Pues bien, ¿cómo reaccionaría la gente a las buenas nuevas en esta “otra” Nicaragua?
El mensaje del Reino llega a los lugares más distantes
Ya en 1946, misioneros Testigos habían realizado visitas de exploración a la zona oriental y habían dejado publicaciones en manos de sus pobladores. En la década de 1950, el superintendente de circuito Sydney Porter y su esposa, Phyllis, visitaron las pequeñas ciudades costeras de Bluefields y Puerto Cabezas, las islas del Maíz y las ciudades mineras de Rosita, Bonanza y Siuna. Sydney relata: “En uno de los viajes a las minas colocamos cada uno más de mil revistas y cien libros. A todo el mundo le encantaba leer”. En poco tiempo se formaron grupos aislados en muchas de estas ciudades, y desde los años setenta dichos grupos han progresado hasta convertirse en congregaciones.
Sin embargo, en otras zonas de la RAAN y la RAAS apenas se predicó durante años. El aislamiento, la falta de carreteras y los aguaceros tropicales que caen durante más de ocho meses al año suponían grandes obstáculos a la predicación. Pero no fueron insalvables, como demostraron muchos precursores entusiastas e intrépidos. Gracias, sobre todo, a su determinación y duro trabajo, existen actualmente en la RAAN y la RAAS siete congregaciones y nueve grupos, con un total aproximado de cuatrocientos publicadores del Reino.
Para ilustrar las dificultades a las que se enfrentan los Testigos de estas regiones, consideremos el ejemplo de un hermano de 22 años. Tres veces a la semana efectúa un recorrido de unas ocho horas a través de las montañas para asistir a las reuniones en la ciudad minera de Rosita, donde se encuentra la congregación más cercana. Allí sirve de precursor regular y siervo ministerial. Al ser el único Testigo bautizado en su familia, por lo general predica solo en esta zona montañosa, donde las casas suelen distar una de la otra alrededor de dos horas a pie. Si se le hace tarde mientras visita un hogar, se queda allí a dormir y reanuda la predicación al día siguiente, ya que resulta poco práctico viajar de vuelta a casa por las noches. Su padre murió recientemente, y a él, como hijo mayor, le toca ahora cuidar de la familia. No obstante, sigue siendo precursor. De hecho, uno de sus hermanos ya es publicador no bautizado y lo acompaña en el ministerio.
Desde 1994, la sucursal ha organizado campañas anuales de predicación en esta vasta región. Precursores especiales temporales, seleccionados de entre las filas de entusiastas precursores regulares, predican en las ciudades y pueblos remotos de la RAAN y la RAAS durante los cuatro meses que dura la estación seca. Estos tenaces precursores se enfrentan al calor extremo, el terreno accidentado, las serpientes, las fieras, el agua contaminada y el riesgo de contraer alguna enfermedad contagiosa.
Su meta es dar un testimonio cabal, estudiar la Biblia con las personas interesadas y celebrar reuniones cristianas, entre ellas la Conmemoración. Los resultados obtenidos también ayudan a la sucursal a decidir dónde asignar precursores especiales. Con los años, este programa ha resultado en la formación de congregaciones y grupos en las ciudades de Waspam y San Carlos, a orillas del río Coco, en el extremo nororiental.
Aunque la RAAN y la RAAS han experimentado gran afluencia de mestizos hispanohablantes, los indígenas mískitos siguen siendo el grupo más numeroso en estas regiones. Hay algunas publicaciones bíblicas disponibles en mískito, y varios precursores han aprendido el idioma, de modo que el mensaje del Reino ha causado una impresión favorable en muchas de estas personas hospitalarias y amantes de la Biblia.
Por ejemplo, cerca del río Likus en la RAAN se halla Kwiwitingni, un pueblo mískito formado por 46 casas, seis de las cuales se hallaban vacías cuando se llevó a cabo la campaña de precursorado del año 2001. Durante aquel período, los precursores especiales temporales dirigieron 40 estudios bíblicos en el pueblo, uno por casa. Después de tan solo un mes, tres estudiantes, uno de los cuales había sido el asistente de un pastor de la iglesia morava local, expresaron su deseo de bautizarse. Había dos parejas que querían salir a predicar, pero no estaban casadas. Por ello, los precursores les explicaron bondadosamente las normas bíblicas respecto al matrimonio y el bautismo. Podemos imaginarnos la alegría de los precursores cuando, justo antes de que partieran para sus hogares, aquellas dos parejas se les acercaron llevando en alto sus actas de matrimonio.
Desde aquella fructífera campaña, los publicadores de Waspam han recorrido regularmente los 19 kilómetros que los separan de Kwiwitingni para ayudar a los recién interesados a seguir progresando espiritualmente y capacitarlos para el ministerio.
Los precursores especiales temporeros que predican en varios pueblos mískitos situados en las márgenes del río Coco se encontraron en una ocasión con un grupo grande de asistentes sociales estadounidenses. Los precursores les dejaron bastantes revistas en inglés. En el pueblo de Francia Sirpi, cerca del río Wawa, los miembros de una iglesia bautista estaban construyendo una pequeña escuela. El encargado de la cuadrilla le dijo a uno de los precursores: “Admiro la obra de los testigos de Jehová. Ustedes están aquí para enseñar la Biblia; desearía que mi religión hiciera lo mismo”.
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NicaraguaAnuario de los testigos de Jehová 2003
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[Ilustración de la página 139]
Banacruz, comunidad de la RAAN donde se predican las buenas nuevas a pesar de las dificultades
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