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La búsqueda de la seguridad en la era de la bomba¡Despertad! 1986 | 22 de mayo
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La búsqueda de la seguridad en la era de la bomba
EN LA noche del 27 de julio de 1943 se lanzaron miles de bombas incendiarias sobre la ciudad de Hamburgo, Alemania. Esto produjo algo nuevo en la guerra: un enorme incendio consumidor, una tormenta de fuego. Se levantaron corrientes de aire, tan fuertes como los vientos de un huracán, que esparcieron el fuego por todas partes; la gente se consumía en las llamas. El calor era intenso. Los refugios contra bombardeos aéreos se convirtieron en hornos que consumían a la gente. Otros se atascaban en el asfalto derretido. Más de 40.000 personas perecieron, una cifra que es 20 veces mayor que la de los que por lo general morían en un bombardeo aéreo ordinario.
Dos años después, al otro lado del globo terráqueo, otra tormenta de fuego consumió a la ciudad japonesa de Hiroshima. Esta vez la conflagración provino de un solo avión que dejó caer una sola bomba.
Fue una bomba atómica a la que le dieron el nombre de “Little Boy” (El muchachito). Pero el efecto que produjo no fue nada pequeño. Fue espantoso. La brillante luz del estallido causó ceguera. Muchos murieron o quedaron mutilados por el fuego, el calor y la explosión. La mortífera radiación causó envenenamiento.
Tres días después, otra bomba, la cual llamaron “Fat Man” (El gordo), destruyó a la mitad de la ciudad de Nagasaki. La otra mitad fue protegida por una cordillera que corre por el centro de esta ciudad montañosa.
El arsenal nuclear hoy día
Hoy día hay alrededor de 50.000 de estas armas de destrucción en masa. Considere lo siguiente:
◻ Si las dos superpotencias utilizaran tan solo un 5% de sus armas nucleares estratégicas contra ciudades en ambos lados, en pocos minutos morirían 200.000.000 de personas, lo cual es cuatro veces la cantidad de las que murieron en la II Guerra Mundial. La enorme cantidad de heridos recibiría muy poca atención médica, si la hubiera, de los sobrecargados centros médicos.
◻ Tan solo un submarino estadounidense Trident está equipado con suficientes misiles nucleares como para bombardear 192 objetivos en diferentes lugares. Cada una de las explosiones sería ocho veces más poderosa que la de la bomba que estalló en Hiroshimaa.
◻ El arsenal nuclear del mundo tiene 2.600 veces más poder destructivo que el total de explosivos que se usó en la II Guerra Mundial.
Estas estadísticas son espantosas y subrayan la magnitud del problema.
Un proverbio africano dice: “Cuando los elefantes pelean, el césped también sufre”. Del mismo modo, las consecuencias de una guerra nuclear no solo afectarían a los combatientes. En un ensayo que se publicó recientemente en la revista Foreign Affairs, el científico Carl Sagan dijo que una guerra nuclear “pondría en peligro a todo sobreviviente del planeta. Realmente la humanidad está en peligro de extinguirse”.
[Nota a pie de página]
a Al tiempo de escribirse este artículo, la flota naval de los Estados Unidos tenía 36 submarinos estratégicos, equipados con 616 misiles que llevan más de 4.928 ojivas. La Unión Soviética tiene una flota naval similar.
[Diagrama en la página 3]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
El arsenal nuclear de hoy día tiene 2.600 veces más poder destructivo que el total de explosivos que se usó en la II Guerra Mundial
16.000 millones de toneladas
6.000.000 de toneladas
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El arma final y la carrera por la seguridad¡Despertad! 1986 | 22 de mayo
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El arma final y la carrera por la seguridad
“ACTUALMENTE se está creando un arma que no tiene paralelo, la cual ha de cambiar por completo las condiciones de guerra del futuro [...] A menos que con el tiempo se realice de veras algún acuerdo para controlar el uso de los nuevos materiales activos, la perpetua amenaza que se cierne sobre la sociedad humana sobrepasará cualquier ventaja temporera, sin importar lo grande que sea esta.” (Físico nuclear danés Niels Bohr. Escrito en 1944.)
Un estudio de las Naciones Unidas declara: “No hay [...] objetivo alguno lo suficientemente fuerte como para resistir los graves efectos de las armas nucleares, ni ninguna defensa eficaz que pueda resistir tal ataque [...] En este sentido, la humanidad se enfrenta ante el arma final”.
El hombre rápidamente se está dando cuenta de que las ciudades no solo pueden ser borradas del mapa en cuestión de segundos, sino que también la devastación puede efectuarse de manera relativamente fácil, sin que primero se tenga que vencer a algún ejército. Las armas nucleares pueden aniquilar la población de un país entero y destruir completamente su economía en un solo día, sin que este siquiera ofrezca la más mínima resistencia.
El comprender que no hay defensa eficaz contra las armas atómicas resultó en que se desarrollara el concepto de la disuasión de lo nuclear. En noviembre de 1945 Henry H. Arnold, comandante general de las Fuerzas Aéreas del Ejército de los Estados Unidos, declaró lo siguiente en un informe al ministro de guerra: “La verdadera seguridad contra las armas atómicas en el futuro cercano estriba en que podamos tomar inmediata acción ofensiva con abrumadora fuerza. Al posible agresor se le debe hacer saber que un ataque contra los Estados Unidos sería seguido inmediatamente por un ataque aeroatómico de inmensa devastación contra tal agresor”.
Muchas personas no creen que tal clase de disuasión provea verdadera seguridad. Robert J. Oppenheimer, brillante físico que dirigió la construcción de la bomba atómica, comparó a las potencias nucleares enemigas a “dos escorpiones en una botella, cada uno con el poder de matar al otro, pero solo a riesgo de que ambos pierdan la vida”. En años más recientes, el presidente Ronald Reagan dijo que la situación de los Estados Unidos y la Unión Soviética es como la de dos personas que están apuntando cada uno su pistola a la cabeza del otro.
Se intenta internacionalizar el átomo
En junio de 1946 los Estados Unidos presentaron un plan a la recién formada Organización de las Naciones Unidas. Dicho plan pedía que se formara una agencia internacional que tuviera la autoridad de controlar e inspeccionar toda actividad relacionada con la energía atómica a nivel mundial. Después que se estableciera dicha agencia, los Estados Unidos entregarían sus secretos atómicos, desecharían sus bombas atómicas existentes y no harían ninguna otra.
La Unión Soviética afirmó que primero se debería eliminar las bombas atómicas. Una vez que se hiciera eso, entonces se podría decidir la manera como se llevaría a cabo tal control e inspección. Pero el asunto se estancó y, durante los años subsiguientes de guerra fría, pereció la esperanza que tenían las Naciones Unidas de controlar las armas atómicas.
La carrera de armamentos: Acción y reacción
En 1949 los soviéticos hicieron estallar su primera bomba atómica. La sospecha y la desconfianza aumentaron entre oriente y occidente, y así comenzó con verdadera intensidad la carrera de armamentos. La reacción de los Estados Unidos a la bomba soviética fue la de crear un arma mucho más poderosa, la bomba de hidrógeno. La primera que se probó (en 1952) fue casi 800 veces más poderosa que las bombas atómicas anteriores. Solo nueve meses después los soviéticos desarrollaron su propia bomba de hidrógeno.
Entonces se inventó el ICBM (misil balístico intercontinental). La Unión Soviética fue la primera que lo tuvo, en 1957. Ahora un ataque nuclear se podría efectuar en unos cuantos minutos, en vez de en unas cuantas horas. Los Estados Unidos se apresuraron a alcanzar a los soviéticos y para el año siguiente ya tenían el ICBM en su arsenal.
Mientras tanto, otros países estaban trabajando y probando sus propias bombas atómicas. Así, el Reino Unido, Francia y otros países llegaron a ser potencias nucleares.
El síndrome de acción y reacción continuó sin cesar en los años sesenta. Tanto los Estados Unidos como la Unión Soviética llevaron a cabo experimentos con misiles antibalísticos. Ambos aprendieron a disparar misiles desde submarinos. Y también inventaron los misiles de ojivas múltiples.
La carrera de armamentos continuó durante los años setenta con el significativo invento de los MIRV (vehículos de reentrada de tiro individual y múltiple). Ahora un solo misil podía cargar muchas ojivas nucleares, cada una de las cuales podía dirigirse a objetivos ubicados en diferentes sitios. Por ejemplo, el moderno misil estadounidense MX, o Peacekeeper, lleva diez ojivas, al igual que el misil soviético SS-18. De modo que cada uno de estos misiles puede destruir diez ciudades.
Los misiles también han llegado a funcionar con mayor precisión, y junto con el invento de los MIRV han reanudado el temor de la gente. Ahora, en vez de dirigir los misiles a ciudades específicas, los MIRV podrían alcanzar muchas veces las bases de misiles e instalaciones militares del enemigo. Algunas personas ahora especulan que en una guerra nuclear puede haber un vencedor. Y que un primer ataque masivo podría eliminar la capacidad o la voluntad del enemigo de lanzar un contraataque.
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