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Los sentimientos heridos. A veces tenemos una razón para quejarnos de otroJehová desea que vuelva
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“Una hermana de mi congregación me acusó sin base de haberle robado dinero. Cuando algunos hermanos se enteraron, unos se pusieron de mi parte y otros de parte de ella. Con el tiempo, la hermana se dio cuenta de que no había sido yo. Aunque se disculpó, sentí que nunca podría perdonarle el daño que me había hecho” (Linda).
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Los sentimientos heridos. A veces tenemos una razón para quejarnos de otroJehová desea que vuelva
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“Era como si Jehová me estuviera hablando directamente”
¿Cómo pudo Linda librarse del resentimiento hacia la hermana que le había hecho daño? Algo que la ayudó fue reflexionar en las razones que da la Biblia para que perdonemos (Salmo 130:3, 4). Lo que más le impresionó fue recordar que, si perdonamos a los demás, Jehová también nos perdonará a nosotros (Efesios 4:32-5:2). Al pensar en cómo le impactaron esos textos, comenta: “Era como si Jehová me estuviera hablando directamente”.
Con el tiempo, Linda dejó a un lado el rencor. Perdonó sin reservas a la hermana, y ahora son buenas amigas. Linda continúa sirviendo a Jehová. Sin duda, él también quiere que usted le sirva para siempre.
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