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  • ‘Defendiendo y estableciendo legalmente las buenas nuevas’
    Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
    • Se denuncia el uso arbitrario de la autoridad

      Se juzgó provechoso informar a la gente de algunas regiones lo que sus propios funcionarios estaban haciendo. Cuando los tribunales de Quebec sometieron a los Testigos a procedimientos que recordaban los tribunales de la Inquisición, se envió a todos los miembros del cuerpo legislativo de Quebec una carta en la que se exponían los hechos. Como aquella gestión fue infructífera, la Sociedad envió copia de la carta a 14.000 empresarios de toda la provincia. Después llevó la información a los directores de periódicos para que la publicaran.

      En el este de Estados Unidos se informó al público a través de la radio. Un grupo de actores experimentados del Betel de Brooklyn, hábiles en el arte de imitar otras voces, formaron lo que se llamó el Teatro del Rey. Cuando funcionarios arbitrarios sometían a juicio a los testigos de Jehová, se hacía una relación taquigráfica completa de todo el proceso. Los actores asistían al tribunal para familiarizarse bien con el tono de voz y la manera de hablar de la policía, el fiscal y el juez. Después de dar amplia publicidad a fin de asegurarse de que hubiera un gran número de radioyentes, el Teatro del Rey representaba con extraordinario realismo las escenas ocurridas en el tribunal para que el público se enterara con exactitud de lo que sus funcionarios hacían. Con el tiempo, debido a la extensa publicidad de que eran objeto, algunos de estos funcionarios tuvieron más cuidado al tratar los casos de los Testigos.

      Acción unida frente a la opresión nazi

      Cuando el gobierno de la Alemania nazi inició una campaña para detener la actividad de los testigos de Jehová en ese país, se hicieron repetidos esfuerzos para lograr una audiencia con las autoridades alemanas. Pero no se consiguió remediar la situación. Para el verano de 1933 la obra estaba proscrita en la mayor parte de los estados alemanes. Por lo tanto, el 25 de junio de 1933 en una asamblea en Berlín los testigos de Jehová adoptaron una resolución en cuanto a su ministerio y los objetivos de este. Se envió un ejemplar impreso a todos los altos funcionarios del gobierno y se repartieron millones más entre el público. No obstante, en julio de 1933 los tribunales rehusaron conceder una audiencia para obtener remedio judicial. A principios del año siguiente, J. F. Rutherford escribió una carta personal a Adolf Hitler tocante a la situación y se la envió por medio de un mensajero especial. Luego, toda la hermandad mundial entró en acción.

      El domingo 7 de octubre de 1934, a las nueve de la mañana, se reunieron todos los grupos de Testigos de Alemania. Después de orar por la bendición y la guía de Jehová, cada grupo envió a los funcionarios del gobierno alemán una carta en la que expresaban su firme resolución de seguir sirviendo a Jehová. Antes de marcharse, examinaron juntos las palabras de su Señor, Jesucristo, que aparecen en Mateo 10:16-24. Luego salieron para dar testimonio a sus vecinos acerca de Jehová y su Reino bajo Cristo.

      Ese mismo día, los testigos de Jehová de todo el mundo se reunieron y, tras orar unidamente a Jehová, enviaron el siguiente cablegrama de advertencia al gobierno de Hitler: “El maltrato a los testigos de Jehová por parte de usted escandaliza a toda la gente buena de la Tierra y deshonra el nombre de Dios. Absténgase de perseguir más a los testigos de Jehová; de otro modo Dios lo destruirá a usted y a su partido nacional”. Pero el asunto no terminó ahí.

      La Gestapo intensificó sus esfuerzos por aplastar la actividad de los testigos de Jehová. Después de los arrestos masivos ocurridos en 1936, pensaron que tal vez lo habían conseguido. Pero luego, el 12 de diciembre de 1936, en una acción relámpago, unos 3.450 Testigos que todavía estaban libres en Alemania repartieron por todo el país una resolución en la que explicaban claramente el propósito de Jehová y manifestaban su determinación de obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres. Los opositores no entendían cómo pudo haberse efectuado aquella distribución. Unos cuantos meses más tarde, ante el menosprecio de la Gestapo por las acusaciones contenidas en la resolución, los testigos de Jehová prepararon una carta abierta en la que nombraban sin reparos a los funcionarios nazis que habían abusado cruelmente de ellos. La carta se distribuyó ampliamente en Alemania en 1937. Así se pusieron al descubierto las acciones de hombres perversos, y todos se enteraron de ellas. Aquello permitió, además, que el público decidiera qué proceder adoptaría con respecto a estos siervos del Dios Altísimo. (Compárese con Mateo 25:31-46.)

      La publicidad mundial trae cierto alivio

      Otros gobiernos también han tratado con severidad a los testigos de Jehová y les han prohibido reunirse y predicar públicamente. En ocasiones han hecho que se les despida de sus empleos y se excluya a sus hijos de las escuelas. Algunos gobiernos también han recurrido a la violencia física. Sin embargo, estas mismas naciones normalmente cuentan con constituciones que garantizan la libertad religiosa. Con miras a aliviar a sus hermanos perseguidos, la Sociedad Watch Tower frecuentemente ha dado publicidad mundial a detalles concernientes a esta clase de trato. Para ello se ha valido de las revistas La Atalaya y ¡Despertad!, y algunas veces la prensa pública ha divulgado tales informes. Luego los funcionarios del gobierno reciben de todas partes del mundo una avalancha de cartas en las que se intercede por los Testigos.

      Como consecuencia de una campaña semejante realizada en 1937 en el Estado de Georgia (E.U.A.), el gobernador recibió unas siete mil cartas de cuatro países en un espacio de dos días; también el alcalde de La Grange (Georgia) recibió miles de cartas. Campañas similares se realizaron igualmente en Argentina en 1978 y 1979, Benín en 1976, Burundi en 1989, Camerún en 1970, España en 1961 y 1962, Etiopía en 1957, Gabón en 1971, Grecia en 1963 y 1966, Jordania en 1959, Malaui en 1968, 1972, 1975 y 1976, Malaya en 1952, Mozambique en 1976, Portugal en 1964 y 1966, República Dominicana en 1950 y 1957, Singapur en 1972 y también en Suazilandia en 1983.

      Como ejemplo reciente de lo que han hecho los testigos de Jehová de todo el mundo para aliviar a sus hermanos oprimidos, analice lo ocurrido en Grecia. En 1986, debido a la intensa persecución emprendida contra los testigos de Jehová por instigación del clero ortodoxo griego, las revistas La Atalaya y ¡Despertad! (con una tirada internacional combinada de más de veintidós millones de ejemplares) dieron a conocer detalles de lo que allí ocurría. Se invitó a los Testigos de otros países a escribir a los funcionarios del gobierno griego en favor de sus hermanos. Lo hicieron y, como informó el diario Vradyni, el ministro de Justicia recibió una avalancha de más de doscientas mil cartas procedentes de más de doscientos países en 106 idiomas.

      Al año siguiente, cuando el Tribunal de Apelaciones de Hania (Creta) vio una causa relacionada con los Testigos, acudieron representantes de los testigos de Jehová de otros siete países (Alemania, España, Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Italia y Japón) para actuar como litigantes y apoyar a sus hermanos cristianos. Luego, tras el fallo adverso del Tribunal Supremo de Grecia en 1988 en otro asunto relacionado con los Testigos, se apeló ante la Comisión Europea de los Derechos Humanos. Allí, el 7 de diciembre de 1990, a dieciséis juristas de casi toda Europa se les presentó la documentación de 2.000 arrestos y centenares de causas judiciales en las que los testigos de Jehová de Grecia habían sido sentenciados por hablar de la Biblia. (De hecho, hubo 19.147 arrestos en Grecia entre 1938 y 1992.) La comisión decidió unánimemente que aquel asunto debería ser tratado por el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos.

      En algunos casos, exponer la violación de los derechos humanos produce cierto alivio. Con todo, sin importar la acción que tomen jueces o gobernantes, los testigos de Jehová siguen obedeciendo a Dios como Gobernante Supremo.

  • ‘Defendiendo y estableciendo legalmente las buenas nuevas’
    Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
    • [Recuadro en la página 694]

      Firme declaración dirigida al estado nazi

      El 7 de octubre de 1934 todas las congregaciones de los testigos de Jehová de Alemania enviaron la siguiente carta al gobierno alemán:

      “A LOS FUNCIONARIOS DEL GOBIERNO:

      ”La Palabra de Jehová Dios, como se presenta en la Santa Biblia, es la ley suprema, y para nosotros es la única guía porque nos hemos dedicado a Dios y somos seguidores verdaderos y sinceros de Cristo Jesús.

      ”El año pasado, contrario a la ley de Dios y violando nuestros derechos, ustedes nos prohibieron reunirnos para estudiar la Palabra de Dios, adorarle y servirle como testigos de Jehová. En su Palabra él nos manda que no dejemos de reunirnos. (Hebreos 10:25.) A nosotros Jehová nos ordena: ‘Vosotros sois mis testigos, y yo soy Dios. Id y dad a la gente mi mensaje’. (Isaías 43:10, 12; Isaías 6:9; Mateo 24:14.) Hay un conflicto directo entre la ley de ustedes y la ley de Dios, y, siguiendo el ejemplo de los fieles apóstoles, ‘tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres’, y eso es precisamente lo que haremos. (Hechos 5:29.) Por lo tanto, la presente tiene como fin hacerles saber que obedeceremos los mandamientos de Dios a toda costa, que nos reuniremos para el estudio de su Palabra y que le adoraremos y serviremos como él manda. Si su gobierno o sus funcionarios actúan violentamente contra nosotros porque obedecemos a Dios, entonces nuestra sangre recaerá sobre ustedes y ustedes tendrán que responderle al Dios Todopoderoso.

      ”No estamos interesados en los asuntos políticos, sino completamente dedicados al Reino de Dios bajo Cristo, su Rey. No le haremos daño a nadie. Nos gustaría mucho poder vivir en paz y hacer el bien a todos los hombres según se presente la oportunidad; pero, puesto que su gobierno y sus funcionarios siguen intentando obligarnos a desobedecer la máxima ley del universo, nos vemos en la obligación de comunicarles ahora que, por la gracia divina, obedeceremos a Jehová Dios y confiaremos enteramente en que él nos librará de toda la opresión y de los opresores.”

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