-
¿Por qué tengo que interesarme por mi salud?¡Despertad! 2010 | junio
-
-
Come bien, y te verás mejor
La Biblia recomienda moderación en los hábitos. Proverbios 23:20 incluso especifica: “No te juntes [...] con los que comen demasiado” (Versión Popular). Debe reconocerse, no obstante, que no siempre es fácil obedecer ese consejo.
● “Yo siempre tengo hambre, tal como muchos de mi edad. Mis padres dicen que soy un barril sin fondo.” (Andrés, de 15 años.)
● “Como no veo el daño que me están haciendo ciertos alimentos, no me parecen tan perjudiciales.” (Daniela, de 19 años.)
¿Necesitas controlarte más con la comida? Veamos lo que les ha funcionado a otros jóvenes como tú.
Escucha a tu estómago. “Antes acostumbraba a contar las calorías —dice Julia, de 19 años—, pero ahora lo que hago es dejar de comer cuando me siento satisfecha.”
Evita lo que no sea sano. Peter, de 21 años, comenta: “Dejé las bebidas gaseosas y logré perder 5 kilos [10 libras] en tan solo un mes”.
Corrige los malos hábitos alimentarios. “Procuro no repetir de nada”, dice Elena, de 19 años.
La clave del éxito: No te saltes ninguna comida. Si lo haces, después tendrás tanta hambre que probablemente comerás demasiado.
-
-
¿Por qué tengo que interesarme por mi salud?¡Despertad! 2010 | junio
-
-
[Recuadro de la página 14]
“CAMBIÉ MI ESTILO DE VIDA”
“Cuando tenía seis años era un poco regordeta. Empecé a picar alguna cosita de vez en cuando entre las comidas y poco a poco acabé picando a todas horas. No hacía ninguna actividad física, nunca me gustó. Sin darme cuenta, cuando llegué a la adolescencia ya tenía sobrepeso, algo que nunca había querido. No me gustaba cómo me veía ni cómo me sentía. A veces trataba de perder peso con alguna dieta especial, pero siempre lo recuperaba. Por fin, a los 15 años, decidí que ya no podía seguir así. Iba a perder peso de la manera correcta, es decir, cambiando mi estilo de vida permanentemente. Compré un libro sobre principios básicos de alimentación y ejercicio, y puse en práctica lo que leí. Decidí que aunque volviera a las andadas o me desanimara, seguiría adelante. ¿Y saben qué? Funcionó. En un año perdí 25 kilos [60 libras], y me he mantenido en mi peso durante dos años. ¡Jamás pensé que lo conseguiría! Cuando por fin asimilé que las medidas que tomara iban a influir en todo aspecto de mi vida, me sentí preparada y con ganas de hacer los cambios necesarios. Creo que la clave de mi éxito es que, en lugar de limitarme a hacer dieta, cambié mi estilo de vida.” (Catherine, de 18 años.)
-