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“Buscando primero el Reino”Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
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Cuando se le invitó a servir en Colombia (América del Sur), aceptó inmediatamente y llegó a ese país a finales de 1934. De nuevo tuvo una compañera por algún tiempo, pero después tuvo que continuar sola. Esto no la disuadió de seguir en su obra.
Un matrimonio la invitó a servir con ellos en Chile. Aquel era otro territorio inmenso, que se extendía 4.265 kilómetros a lo largo de la costa oeste sudamericana. Después de predicar en los edificios de oficinas de la capital, viajó a zonas distantes del norte del país. Testificó de casa en casa en todos los campamentos mineros y en los poblados —grandes o pequeños— establecidos por las compañías mineras para sus empleados. Los mineros de las montañas andinas se sorprendían de la visita de una mujer que viajaba sola, pero ella estaba decidida a hablar a toda la gente de su zona asignada. Luego se mudó al sur, donde había estancias o ranchos de ovejas de unas 100.000 hectáreas. La gente de aquellos lugares era amigable y hospitalaria, y la invitaba a la mesa a las horas de las comidas. Jehová cuidó de ella de esa manera y de otras, de modo que no le faltó el sustento físico.
La predicación de las buenas nuevas del Reino de Dios ha llenado su vida.e Evocando sus años de servicio, dijo: “He tenido una vida muy remuneradora. Todos los años, cuando asisto a una asamblea del pueblo de Jehová, me llena de alegría y satisfacción ver que tantas personas con quienes estudié la Biblia publican las buenas nuevas y ayudan a otros a venir al agua de la vida”. Ha tenido el gozo de ver aumentar la cantidad de alabadores de Jehová en Chile de unos cincuenta a más de 44.000.
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“Buscando primero el Reino”Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
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[Fotografía en la página 290]
Kathe Palm testificó en toda clase de territorio, desde los edificios de oficinas de las grandes ciudades hasta los distantes campos mineros y los ranchos de ovejas de Chile
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