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Papúa Nueva GuineaAnuario de los testigos de Jehová 2011
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La visita del hermano Cutforth culminó con una asamblea de circuito de un día en Haima. “Cuando se pidió a los candidatos al bautismo que se pusieran de pie, ¡se levantaron setenta! —recuerda Tom Kitto—. Nos llenamos de gratitud cuando vimos a cuarenta hermanos y treinta hermanas haciendo fila en la selva a la orilla del río para simbolizar su dedicación a Jehová.”
El año siguiente, los hermanos se prepararon para la segunda asamblea de circuito en Haima. Bobogi, jefe de la aldea, era el responsable de que se prepararan las instalaciones y los alimentos para los asistentes. Tres días antes de la asamblea, John (Ted) Sewell, el nuevo superintendente de circuito que había llegado de Australia, se reunió con Bobogi para hablar de los preparativos.
—¿Está todo listo para la asamblea? —preguntó Ted, directo al grano.
—Todavía no hemos hecho nada —respondió Bobogi.
—Pero hoy es jueves, ¡y la asamblea es el domingo!— exclamó Ted.
—No se preocupe, hermano —dijo Bobogi—. El sábado lo haremos todo.
Ted se quedó atónito y regresó a Port Moresby convencido de que la asamblea sería un desastre.
Muy preocupado, el domingo volvió a Haima sin saber con lo que se encontraría. ¡Qué sorpresa se llevó! Bajo un gran árbol que había frente a una extensa área despejada pusieron un resistente atril de madera. Más allá en el terreno había unos hoyos rellenos de piedras calientes sobre las cuales se cocinaban cerdos, ualabíes, ciervos, palomas, pescados, ñames y batatas. Las teteras hervían sobre el fuego. La multitud de asistentes conversaba alegremente en la rudimentaria cafetería. Y allí, en medio de toda aquella actividad, se encontraba Bobogi, con tal serenidad que Ted no lo podía creer.
—¡Bobogi, dónde aprendiste a hacer todo esto? —preguntó Ted sorprendido.
—Ah, lo vi en la película que John Cutforth nos enseñó el año pasado —respondió Bobogi.
Más de cuatrocientas personas de ocho etnias asistieron a esta asamblea, y se bautizaron 73. Durante los años siguientes, todo el mundo recordaba esta ocasión como “la asamblea de Bobogi”.
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Papúa Nueva GuineaAnuario de los testigos de Jehová 2011
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Para las asambleas se hacían grandes dibujos sobre tela. “Tenían mucho éxito y grababan enseñanzas fundamentales en la mente de los asistentes —dice Mike Fisher, quien sirvió en la obra de circuito en Papúa Nueva Guinea—. Una buena cantidad de estos dibujos terminaron colgados en las casas de los publicadores que vivían en zonas aisladas, quienes se sentían orgullosos de utilizarlos para dar testimonio a sus visitantes.”
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