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  • El propósito divino de que el hombre disfrute de la vida en el Paraíso
    La Atalaya 1989 | 1 de agosto
    • El propósito divino de que el hombre disfrute de la vida en el Paraíso

      “Y Jehová Dios procedió a tomar al hombre y a establecerlo en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara.” (GÉNESIS 2:15.)

      1. ¿Cuál era el propósito original del Creador para los humanos obedientes?

      ERA y todavía es el propósito original del Creador que humanos obedientes disfruten de una vida sin vejez, continuamente rebosante de vigor juvenil, sin aburrimiento, siempre con un propósito que valga la pena cumplir, una vida de amar y ser amados verdadera y altruistamente, perfectamente... ¡en un paraíso! (Génesis 2:8; compárese con Lucas 23:42, 43.)

      2. a) ¿Qué tiene que haber sucedido cuando el primer hombre adquirió consciencia de que existía? b) ¿Cuándo, dónde y en qué época del año fue creado el primer hombre?

      2 Para darse cuenta de eso, reflexione sobre lo que experimentó el recién creado Adán allá en el principio, al adquirir consciencia de su ser, al examinar su propio cuerpo y cuanto veía y oía y sentía que le rodeaba, ¡al comprender, para sorpresa suya, que estaba vivo! Esto sucedió hace unos 6.000 años, en el año 4.026 antes de nuestra era común, según la cuenta del tiempo que da la Santa Biblia. Sucedió en la región que hoy se conoce como Turquía, o en la parte sudoccidental de lo que ahora se llama Asia, en algún punto en la vecindad de los ríos Éufrates y Tigris, y, por lo tanto, en el hemisferio norte de nuestro globo terrestre. Esto sería alrededor del 1 de octubre, pues los calendarios más antiguos de la humanidad empezaron a contar el tiempo alrededor de esa fecha.

      3. a) ¿En qué condición vino a la vida el primer hombre? b) ¿Qué nombre se le dio al primer hombre, y qué significaba?

      3 El primer hombre vino a la vida ya crecido, perfectamente formado, en perfecta salud, con perfecta moralidad. El nombre que continuamente se le da en la Biblia indica de qué sustancia fue formado. Su nombre era ’A·dháma. La tierra o suelo que se usó para formarlo se llamaba ’a·dha·máh. Por eso, bien se pudiera decir que su nombre significaba “Hombre Terrestre”. Este llegó a ser el nombre personal del primer hombre: Adán. ¡Qué sensación debe haber sido para Adán el hallarse vivo, adquirir consciencia inteligente de su propia persona!

      4. ¿Qué extraño despertar a la vida no experimentó el primer hombre, y, por eso, de qué no fue hijo?

      4 Al cobrar vida este primer hombre, Adán, y abrir los ojos y despertar como criatura consciente e inteligente, no se encontró abrigado por el cuerpo peludo de una criatura simiesca femenina, abrazado por los poderosos y largos brazos de esta, agarrado de ella y mirándola a los ojos y llamándola cariñosamente madre. Adán, el primer hombre, no despertó a la vida en condiciones tan extrañas. No sintió ninguna afinidad carnal con ningún simio, ni siquiera después, cuando por primera vez vio uno. En el día de su creación nada sugirió que él fuera descendiente, hijo lejano, de un simio ni de ninguna otra criatura de ese tipo. Sin embargo, ¿seguiría perplejo aquel primer hombre, Adán, en cuanto a cómo llegó a existir? No.

      5. ¿Qué sabía Adán con certeza acerca de su jardín semejante a parque y de sí mismo?

      5 Sería fácil entender que le intrigara cómo habían llegado a existir las cosas hermosas que veía. Se halló en un jardín parecido a un parque, un paraíso que no había sido diseñado ni hecho ni arreglado por él mismo. ¿Cómo había llegado a existir esto? Como hombre perfectamente inteligente y racional, querría saberlo. No contaba con experiencia anterior. Sabía que como hombre no se había hecho a sí mismo, ni se había desarrollado a sí mismo. Sus propios esfuerzos no lo habían puesto en la condición en que se hallaba. (Compárese con Salmo 100:3; 139:14.)

      6. ¿Cómo, probablemente, reaccionó Adán al hallarse vivo en un hogar terrestre perfecto?

      6 Puede que al principio el primer hombre, Adán, arrobado por esta experiencia original gozosa de hallarse vivo en un hogar terrestre perfecto, ni pensara en cómo había llegado a la existencia ni por qué. Difícilmente pudo haber contenido sus clamores de alegría. Notó que se expresaba en palabras. Se oyó a sí mismo hablar en el lenguaje del hombre, comentar sobre las cosas hermosas que veía y oía. ¡Qué bueno era estar vivo aquí en este jardín paradisíaco! Pero el deleite de irse llenando de información por lo que veía, oía, olía y sentía lo estimularía a pensar. Si a nosotros se nos colocara en las mismas circunstancias, veríamos en ellas un misterio, un misterio que no podríamos resolver nosotros mismos.

      No es misterio la existencia humana

      7. ¿Por qué no quedó desconcertado por mucho tiempo Adán por hallarse vivo y en un jardín paradisíaco?

      7 El primer hombre, Adán, no quedó en desconcierto por mucho tiempo por hallarse vivo y solo, sin ver a ninguna otra criatura como él en el jardín paradisíaco. Oyó una voz, oyó hablar a alguien. El hombre entendió. Pero ¿dónde estaba el que hablaba? El hombre no veía a nadie hablando. La voz venía de lo invisible, de la región vedada a la vista humana, y le hablaba a él. ¡Era la voz del Hacedor del hombre, su Creador! El hombre pudo contestarle con la misma clase de habla. Empezó a hablar con Dios, el Creador. El hombre no necesitó ningún radiorreceptor como los de la ciencia moderna para oír la voz divina. Dios conversaba directamente con él como criatura suya.

      8, 9. a) ¿Qué preguntas se le pudieron contestar a Adán, y qué interés y cuidado paternal se le mostró? b) ¿Qué respuesta recibió Adán de su Padre celestial?

      8 Ahora el hombre se dio cuenta de que no estaba solo, lo que debe haberle hecho sentirse mejor. Había muchas cosas que quería saber. Podía hacer sus preguntas ahora al Ser invisible que le hablaba. ¿Quién lo había hecho a él, y quién había hecho este jardín de placer? ¿Con qué fin se le había puesto donde estaba, y qué habría de hacer con su vida? ¿Tenía propósito su existencia? Este primer hombre, Adán, fue objeto de cariño e interés paternal, pues sus preguntas recibieron una contestación que satisfizo su mente inquisitiva. ¡Cuánto debe haber deleitado al Hacedor del hombre, su Dador de Vida, su Padre celestial, escucharle empezar a hablar, decir sus primeras palabras! ¡Qué feliz se sintió el Padre celestial al oír a su hijo terrestre hablar con él! La pregunta que naturalmente se presentaría primero sería: “¿Cómo he llegado a la existencia?”. El Padre celestial la contestó con gusto, y así Dios reconoció que este primer hombre era hijo suyo. Era “hijo de Dios”. (Lucas 3:38.) Jehová se identificó como el Padre de este primer hombre, Adán. De su Padre celestial, aquí está la esencia de la respuesta que Adán recibió a su pregunta y que pasó a su prole:

      9 “Y Jehová Dios procedió a formar al hombre del polvo del suelo y a soplar en sus narices el aliento de vida, y el hombre vino a ser alma viviente. Además, Jehová Dios plantó un jardín en Edén, hacia el este, y allí puso al hombre que había formado. Así Jehová Dios hizo crecer del suelo todo árbol deseable a la vista de uno y bueno para alimento, y también el árbol de la vida en medio del jardín, y el árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo. Ahora bien, había un río que procedía de Edén para regar el jardín, y de allí empezaba a dividirse y llegaba a ser, por decirlo así, cuatro cabeceras”. (Génesis 2:7-10b.)

      10, 11. a) ¿Qué hechos aprendió claramente Adán, pero qué otras preguntas necesitaban contestación? b) ¿Qué respuestas le dio a Adán su Padre celestial?

      10 La mente perspicaz y recién creada de Adán absorbió con gusto esta información satisfaciente. Ahora se enteró de que no había venido de la región invisible desde la cual hablaba su Hacedor y Formador. Más bien, había sido formado del suelo de la Tierra en la cual vivía, y por lo tanto era terrestre. Su Dador de Vida y Padre era Jehová Dios. Adán era un “alma viviente”. Puesto que era de Jehová Dios de quien había recibido la vida, era “hijo de Dios”. Los árboles a su alrededor en el jardín de Edén producían frutos que eran buenos para alimento, frutos que él podría comer para mantenerse vivo como alma viviente. Sin embargo, ¿qué razón había para que se mantuviera vivo, y por qué se le había puesto en la Tierra, en este jardín de Edén? Era un hombre completamente formado, inteligente y con aptitudes físicas, y merecía saber aquello. Si no lo sabía, ¿cómo podría cumplir con el propósito de su vida y así agradar a su Hacedor y Padre al hacer la voluntad divina? Estas preguntas apropiadas se contestaron mediante la siguiente información:

      11 “Y Jehová Dios procedió a tomar al hombre y a establecerlo en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara. Y también impuso Jehová Dios este mandato al hombre: ‘De todo árbol del jardín puedes comer hasta quedar satisfecho. Pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él, porque en el día que comas de él, positivamente morirás’”. (Génesis 2:15-17.)

      12. ¿Por qué razón debe de haber expresado gracias a su Creador Adán, y cómo podía el hombre glorificar así a Dios?

      12 Adán tiene que haber expresado su agradecimiento a su Creador por haberle dado actividad que lo mantendría ocupado en un servicio útil en este hermoso jardín de Edén. Ahora sabía cuál era la voluntad de su Creador, y podía hacer algo en la Tierra para Él. Ahora tenía una responsabilidad: la de cultivar el jardín de Edén y atenderlo, pero aquello sería placentero. Al cumplir con aquella responsabilidad haría que el jardín de Edén mantuviera una apariencia que redundara en gloria y alabanza a su Hacedor, Jehová Dios. Cuando Adán sintiera hambre debido al trabajo que haría, podría comer de los árboles del jardín hasta quedar satisfecho. Así podría renovar sus fuerzas y sustentar su vida de felicidad indefinidamente... para siempre. (Compárese con Eclesiastés 3:10-13.)

      Perspectiva de vida eterna

      13. ¿Qué perspectiva se puso ante el primer hombre, y por qué?

      13 ¿Para siempre? ¡Esto tiene que haberle parecido casi increíble al hombre perfecto! Pero ¿por qué no? Su Creador no tenía idea ni propósito de destruir aquel jardín magistralmente diseñado, el jardín de Edén. ¿Por qué habría de destruir su propia obra, cuando era tan buena como expresión de su creatividad artística? Era lógico que Dios no se propusiera hacer aquello. (Isaías 45:18.) Y puesto que este jardín incomparable seguiría bajo cultivo, necesitaría el cultivo y la atención del hombre perfecto, Adán. Y si el hombre encargado del jardín nunca comía del fruto prohibido del “árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo”, jamás moriría. ¡El hombre perfecto podría vivir para siempre!

      14. ¿Cómo pudiera haber tenido vida eterna en el Paraíso Adán?

      14 ¡Adán tenía ante sí la posibilidad de vivir para siempre en el paradisíaco jardín de Edén! Podría gozar para siempre de aquel jardín, si seguía siendo perfectamente obediente a su Creador, y nunca comía el fruto que el Creador del hombre había prohibido. El deseo de Dios era que el hombre perfecto siguiera manifestando obediencia y continuara vivo para siempre. El que se le prohibiera al hombre comer del fruto del “árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo” no era nada mortífero para él. Era simplemente un mandato que sometía a prueba la obediencia perfecta del hombre a su Padre. Le daba la oportunidad de probar que amaba a Dios, su Creador.

      15. ¿Por qué podía esperar un futuro brillante Adán, y disfrutar de lo bueno de parte de su Creador?

      15 El hombre perfecto, con el corazón satisfecho al saber que no era solo un accidente —algo que fuera el resultado de la casualidad ciega— sino que tenía un Padre celestial, con la mente iluminada por el entendimiento de su propósito en la vida, con la perspectiva de vivir para siempre en el Paraíso, tenía ante sí un futuro brillante. Comió de los árboles que eran buenos para alimento, pero evitó el “árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo”. Quería conocer el bien que le vendría de su Creador. Era bueno el trabajo de cultivar el jardín de Edén, un trabajo que no causaba ruina, y el hombre perfecto trabajó.

      No tenía que explicarse todo

      16-18. ¿Qué misterios así llamados no se sentía obligado a resolver Adán, y por qué?

      16 La luz del día fue disminuyendo al caer la gran lumbrera diurna, cuyo movimiento por el cielo Adán pudo notar. Vino la oscuridad, la noche, y la Luna se le hizo discernible. Esto no le comunicó temor; era la lumbrera menor que dominaba la noche. (Génesis 1:14-18.) Pudiera haber sido que por el jardín volaran luciérnagas que se encendieran y apagaran como lamparillas.

      17 Al caer la noche y rodearlo la oscuridad, sintió que necesitaba dormir, como los animales que veía alrededor. Al despertar empezó a sentir hambre, y comió con buen apetito de los árboles frutales de los cuales se le permitía comer; tuvo lo que pudiera llamarse un desayuno.

      18 Con fuerzas renovadas, y refrescado por el descanso de la noche, pasó a dar atención al trabajo del día. Al observar el verdor que le rodeaba, no pensó que tenía que investigar el misterio de lo que miles de años después la gente llamaría fotosíntesis, el enigmático proceso por el cual la materia que le da el color verde a las plantas, su clorofila, utiliza la energía de la luz solar para producir alimento que el hombre y los animales pueden comer, tomando a la vez el anhídrido carbónico que el hombre y los animales exhalan y liberando oxígeno que estos pueden respirar. Esto pudiera ser un misterio para el humano, pero a Adán no le pareció que tenía que resolverlo. Era un milagro del Creador del hombre. Dios lo entendía y lo ponía en función para beneficio de la vida de sus criaturas en la Tierra. Por lo tanto, para la inteligencia perfecta del primer hombre era suficiente que Dios, el Creador, hiciera que las plantas crecieran, y la tarea que el hombre había recibido de Dios era la de cuidar o atender estas formas de la vida vegetal que crecían en el jardín de Edén. (Véase Génesis 1:12.)

      Solo... pero no sin gozo

      19. Aunque Adán se dio cuenta de que estaba solo, sin compañía como él en la Tierra, ¿qué no hizo?

      19 El Padre celestial no había terminado de educar al hombre. El hombre atendía el jardín de Edén sin la compañía ni ayuda de otra criatura como él en la Tierra. En lo que se refería a su género, el género humano, el hombre estaba solo. Él no empezó a buscar a alguien de su género con quien tener compañía en la Tierra. No le pidió a Dios, su Padre celestial, que le diera un hermano o una hermana. Su soledad como hombre no lo trastornó ni lo privó del gozo de vivir y trabajar. Tenía compañerismo con Dios. (Compárese con Salmo 27:4.)

      20. a) ¿Qué le daba el mayor gozo y placer a Adán? b) ¿Por qué no habría sido una faena agotadora para Adán el seguir viviendo así? c) ¿Qué considerará el artículo siguiente?

      20 Adán sabía que él y su obra estaban bajo el escrutinio de su Padre celestial. Su mayor gozo era agradar a su Dios y Creador, cuya grandiosidad se revelaba mediante todas las hermosas obras de creación que el hombre veía a su alrededor. (Compárese con Revelación 15:3.) El seguir viviendo así no habría sido una faena agotadora ni una tarea aburrida para este hombre perfectamente equilibrado que podía conversar con su Dios. Además, Dios había puesto ante Adán un trabajo interesante y fascinador, que le traería gran satisfacción y placer. El artículo siguiente dirá más acerca de las bendiciones y perspectivas de Adán en su relación con su amoroso Creador.

      [Notas a pie de página]

      a Esta es la palabra en el lenguaje original del relato de la creación en la Santa Biblia. (Génesis 1:26, Biblia con Referencias [Traducción del Nuevo Mundo] nota al pie de la página.)

      b El profeta Moisés, quien puso por escrito la información del libro de Génesis en el siglo XVI antes de nuestra era común, añadió la siguiente información acerca de este río edénico, según lo que se conocía en sus días:

      “El nombre del primer río es Pisón; es el que rodea toda la tierra de Havilá, donde hay oro. Y el oro de aquella tierra es bueno. Allí hay también el bedelio y la piedra de ónice. Y el nombre del segundo río es Guihón; es el que rodea toda la tierra de Cus. Y el nombre del tercer río es Hidequel; es el que va al este de Asiria. Y el cuarto río es el Éufrates”. (Génesis 2:11-14.)

  • Magníficas perspectivas para el hombre en un paraíso agradable
    La Atalaya 1989 | 1 de agosto
    • Magníficas perspectivas para el hombre en un paraíso agradable

      “Los bendijo Dios y les dijo Dios: ‘Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla, y tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra’.” (GÉNESIS 1:28.)

      1, 2. ¿Qué fin tienen las obras amorosas de Jehová con relación a los humanos, y qué asignaciones de trabajo dio Jehová a Adán?

      “DIOS es amor”, nos dice la Santa Biblia. Él está interesado amorosa y altruistamente en la humanidad y trabaja continuamente para que los humanos disfruten para siempre de una vida con salud y paz en un agradable paraíso terrestre. (1 Juan 4:16; compárese con Salmo 16:11.) El primer hombre, el perfecto Adán, tenía una vida tranquila y trabajo interesante y agradable. El Creador del hombre le dio la asignación de cultivar el deleitable jardín de Edén. El Creador del hombre ahora le dio otra tarea, una tarea especial, una asignación estimulante, como lo revela el relato de lo que sucedió:

      2 “Ahora bien, Jehová Dios estaba formando del suelo toda bestia salvaje del campo y toda criatura voladora de los cielos, y empezó a traerlas al hombre para ver lo que llamaría a cada una; y lo que el hombre la llamaba, a cada alma viviente, ese era su nombre. De modo que el hombre iba dando nombres a todos los animales domésticos y a las criaturas voladoras de los cielos y a toda bestia salvaje del campo”. (Génesis 2:19, 20.)

      3. ¿Por qué no manifestaban temor ni Adán ni la creación animal?

      3 El hombre llamó al caballo sus, al toro schohr, a la oveja seh, a la cabra ʽez, a un pájaro ʽohf, a la paloma yoh·náh, al pavo real tuk·kí, al león ʼar·yéh o ʼarí, al oso dov, al simio qohf, al perro ké·lev, a la serpiente na·jásch, y así por el estiloa. Cuando fue al río que fluía del jardín de Edén, vio peces. A los peces dio el nombre de da·gáh. El hombre, que no tenía armas, no temía a estos animales, ni a los domésticos ni a los salvajes, tampoco a las aves, y estos no temían al hombre, a quien instintivamente reconocían como superior, un género de vida superior. Eran criaturas hechas por Dios, dotadas de vida por Él, y el hombre no quería causarles daño ni quitarles la vida; no se inclinaba a ello.

      4. ¿Qué pudiéramos suponer que envolvería el que Adán diera nombres a todos los animales y aves, y qué clase de experiencia tiene que haber sido esa?

      4 El relato no nos dice precisamente por cuánto tiempo se le mostraron al hombre los animales domésticos y los salvajes y las criaturas voladoras de los cielos. Todo fue por guía y arreglo de Dios. Puede que Adán haya estudiado con detenimiento cada animal diferente y observado sus hábitos distintivos y su estructura; entonces seleccionaría un nombre especialmente apropiado para ese animal. Esto pudiera significar que dedicó una cantidad considerable de tiempo a esto. Fue una experiencia muy interesante para Adán familiarizarse así con las diferentes criaturas de esta Tierra en sus diversos géneros, y exigió gran aptitud mental y poder de expresión hablada el que él pudiera distinguir con un nombre apropiado a cada uno de estos géneros de criaturas vivientes.

      5-7. a) ¿Qué preguntas quizás surgirían? b) ¿Qué clase de respuestas se dieron en el relato de la creación en Génesis 1:1-25?

      5 Pero ¿en qué orden habían sido creadas todas estas criaturas vivientes? ¿Fueron creados antes de las aves los animales que andaban por tierra? Y con relación a todas las criaturas vivientes inferiores, ¿en qué tiempo y orden había llegado a existir el hombre? ¿Cómo preparó Dios la superficie terrestre para tan amplia variedad de criaturas vivientes, proveyó el aire en el cual volaran las aves a tales alturas, suplió el agua que se había de beber y la vida vegetal que serviría de alimento, hizo una gran lumbrera que diera luz al día para que el hombre pudiera ver, e hizo la lumbrera menor para hermosear la noche? ¿Por qué era el clima tan agradable y cálido que el hombre podía moverse y trabajar y dormir sin cubrirse, desnudo?

      6 No se dejó al hombre el adivinar la respuesta a estas preguntas. Su mente inquisitiva merecía respuestas inteligentes de una fuente con autoridad que tuviera información exacta. Como hijo de Dios, no fue abandonado a la ignorancia; probablemente su elevado grado de inteligencia fue dignificado con la historia maravillosa de la creación como se da en Génesis 1:1-25.

      7 Adán estaría muy agradecido por aquel emocionante relato de la creación. Explicaba muchas cosas. Por la fraseología del relato, Adán entendió que habían transcurrido tres largos espacios de tiempo —que Dios había llamado días según Su manera de medir el tiempo— antes del cuarto período de creación en el cual Dios había hecho que en la expansión de los cielos aparecieran las dos grandes lumbreras que señalarían o marcarían el día de 24 horas del hombre, un período mucho más corto. Este día humano más corto en la Tierra era el tiempo desde la caída de la gran lumbrera hasta su siguiente descenso. Adán también se dio cuenta de que para él habría años de tiempo, y es probable que inmediatamente empezara a contar los años de su vida. La lumbrera mayor en la expansión de los cielos le permitiría hacer eso. Pero en cuanto a los días de creación de Dios, aquellos períodos más largos, el primer hombre comprendió que vivía entonces en el sexto día de la obra de creación terrestre de Dios. Todavía no se le había mencionado que había llegado el fin de aquel sexto día en que se había creado a todos aquellos animales terrestres y entonces al hombre por separado. Ahora Adán entendería el orden en que fueron creados la vida vegetal, la vida marina, la vida alada y los animales terrestres. Pero por sí solo en el jardín de Edén, Adán no era la expresión plena, completa, del propósito amoroso de Dios para el hombre en su Paraíso terrestre.

      Creación de la primera mujer

      8, 9. a) ¿Qué observó el hombre perfecto en cuanto a la creación animal, pero a qué conclusión llegó en cuanto a sí mismo? b) ¿Por qué fue apropiado que el hombre perfecto no le pidiera compañera a Dios? c) ¿Cómo describe el relato bíblico la creación de la primera esposa humana?

      8 El primer hombre, con su mente y sus facultades de observación perfectas, vio que en el reino de las aves y el reino animal había macho y hembra, y que estos se unían para reproducir su género. Pero en cuanto al hombre, esto no era todavía así. Si el observar esto lo llevó a pensar en tener también una compañera, no halló nada apropiado como tal en el reino animal, ni siquiera entre los simios. Adán llegaría a la conclusión de que no había consorte para él, porque si la hubiera habido, ¿no se la habría traído Dios? Al hombre se le había creado por separado de todos aquellos géneros animales, ¡y la intención era que fuera diferente! Él no tendió a decidir los asuntos por sí mismo ni a hacerse insolente y pedir a Dios su Creador una compañera. Fue apropiado que el primer hombre dejara todo aquel asunto en manos de Dios, porque poco después descubrió que Dios había llegado a Sus propias conclusiones respecto a aquella situación. Sobre esto y lo que entonces sucedió, el relato nos dice:

      9 “Pero para el hombre no se halló ayudante como complemento de él. Por lo tanto Jehová Dios hizo caer un sueño profundo sobre el hombre y, mientras este dormía, tomó una de sus costillas y entonces cerró la carne sobre su lugar. Y Jehová Dios procedió a construir de la costilla que había tomado del hombre una mujer, y a traerla al hombre. Entonces dijo el hombre: ‘Esto por fin es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada Mujer, porque del hombre fue tomada esta’. Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, y tiene que adherirse a su esposa, y tienen que llegar a ser una sola carne. Y ambos continuaban desnudos, el hombre y su esposa, y sin embargo no se avergonzaban”. (Génesis 2:20-25.)

      10. ¿Cómo respondió el hombre perfecto cuando Dios le presentó la mujer perfecta, y qué pueden haber indicado sus palabras?

      10 Adán expresó satisfacción completa en sus palabras cuando Dios le presentó la mujer perfecta como ayudante y complemento: “Esto por fin es hueso de mis huesos y carne de mi carne”. Esas palabras que dijo cuando finalmente vio a su esposa recién creada pudieran indicar que Adán había esperado ya por algún tiempo antes de recibir a su deleitable compañera humana. Al describir a su complemento, Adán llamó a su esposa “Mujer” (ʼisch·scháh o, literalmente: “varona”), “porque del hombre fue tomada esta”. (Génesis 2:23, Biblia con Referencias [Traducción del Nuevo Mundo] nota al pie de la página.) Adán no se consideraba en parentesco carnal con las criaturas voladoras ni los animales terrestres que Dios le había hecho notar antes para que les diera nombre. Su carne difería de la de ellos. Pero esta mujer sí era de su género carnal. El hueso de costilla tomado del costado de Adán producía la misma clase de sangre que circulaba en el cuerpo de aquel primer hombre. (Véase Mateo 19:4-6.) Ahora él tenía a una persona para la cual podría ser profeta de Dios, y con quien podría compartir el maravilloso relato de la creación.

      11-13. a) ¿Qué preguntas pudieran surgir debido a que Adán recibió una esposa? b) ¿Qué propósito tenía Dios para la primera pareja humana? c) ¿Qué serviría de alimento para la familia humana perfecta?

      11 Pero ¿qué fin tenía el Creador al darle al hombre una esposa? ¿Era simplemente suministrarle una ayudante y complemento, una compañera de su propio género para que él no se sintiera solo? El relato explica el propósito de Dios cuando nos cuenta de la bendición divina sobre aquel matrimonio:

      12 “Y Dios pasó a decir: ‘Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza, y tengan ellos en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y los animales domésticos y toda la tierra y todo animal moviente que se mueve sobre la tierra’. Y Dios procedió a crear al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó; macho y hembra los creó. Además, los bendijo Dios y les dijo Dios: ‘Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla, y tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra’.

      13 ”Y Dios pasó a decir: ‘Miren que les he dado toda vegetación que da semilla que está sobre la superficie de toda la tierra y todo árbol en el cual hay fruto de árbol que da semilla. Que les sirva de alimento. Y a toda bestia salvaje de la tierra y a toda criatura voladora de los cielos y a todo lo que se mueve sobre la tierra en que hay vida como alma he dado toda la vegetación verde para alimento’. Y llegó a ser así”. (Génesis 1:26-30.)

      Lo que esperaba a la primera pareja humana

      14. Con la bendición de Dios, ¿qué futuro se puso ante el hombre y la mujer perfectos, y qué podían esperar, apropiadamente?

      14 ¡Qué maravilloso fue que aquel hombre perfecto y su esposa perfecta oyeran la voz de Dios hablándoles, diciéndoles qué hacer, y bendiciéndolos! Con la bendición de Dios, la vida no sería en vano, sino que ellos podrían hacer lo que se les dijera que hicieran. ¡Qué futuro podrían tener! Mientras aquella feliz pareja casada estaba allí en su hogar, el jardín de Edén, quizás meditó sobre lo que sucedería a medida que ellos cumplieran la voluntad de Dios para ellos. Podían visualizar el futuro distante y ver, no solo el “jardín de Edén, hacia el este”, sino toda la Tierra llena de hombres y mujeres de rostros radiantes. (Génesis 2:8.) ¡Cómo se emocionaría el corazón del hombre y el de la mujer al pensar ellos en que todas estas personas serían sus hijos, sus descendientes! Y todos serían perfectos, sin defecto en la forma y estructura corporal, con juventud perpetua que abundara en excelente salud y el gozo de vivir, y todos expresarían amor perfecto unos a otros, y adorarían en unión a su gran Creador, su Padre celestial, junto con los primeros padres humanos. ¡Cuánto debe haber conmovido al primer hombre y la primera mujer la idea de tener tal familia!

      15, 16. a) ¿Por qué habría abundancia de alimento para la familia humana? b) A medida que la feliz familia humana creciera, ¿qué trabajo tendría fuera del jardín de Edén?

      15 Habría abundancia de alimento para todo miembro de esta familia humana que llenaría toda la Tierra. Hubo abundancia de alimento para empezar, allá en el jardín de Edén. Dios había provisto para ellos y les había dado toda la vegetación que llevaba semilla para que les sirviera de alimento sano y sostenedor de la vida, junto con los árboles que daban fruto. (Compárese con Salmo 104:24.)

      16 A medida que su feliz familia creciera, extenderían el jardín hasta tierras más allá de los límites de Edén, porque las palabras de Dios indican que fuera del jardín de Edén la Tierra no estaba en condición preparada. Por lo menos no estaba atendida y no había sido llevada al mismo alto nivel de cultivo que se veía en el jardín de Edén. Por eso su Creador les dijo que ‘sojuzgaran’ la Tierra mientras la llenaban. (Génesis 1:28.)

      17. ¿Por qué habría abundancia de alimento para la población creciente, y, con el tiempo, qué se vería como resultado de extenderse el jardín?

      17 A medida que personas perfectas cultivaran y cuidaran y extendieran el jardín, la tierra sojuzgada rendiría abundante producto para la población en crecimiento. El jardín iría extendiéndose constantemente hasta al fin cubrir toda la Tierra, y por todo el planeta florecería un paraíso como hogar eterno de la humanidad. Visto desde el cielo, aquel sería un lugar hermoso, y el Creador celestial podría pronunciarlo muy bueno. (Compárese con Job 38:7.)

      18. ¿Por qué estaría libre de disturbio el jardín de Edén extendido por toda la Tierra, y qué condición de paz habría?

      18 Todo sería tan apacible y estaría tan libre de perturbaciones como aquel jardín de Edén en el que se hallaban el hombre y la mujer recién casados. No habría que temer que viniera peligro ni daño de ninguno de aquellos animales y criaturas voladoras que inspeccionó el primer hombre, Adán, cuando les dio nombre. Como sus primeros padres humanos, los habitantes perfectos del Paraíso extendido por toda la Tierra tendrían en sujeción los peces del mar, las criaturas voladoras de los cielos y toda cosa viviente que se moviera en la Tierra, hasta las bestias salvajes del campo abierto. Puesto que en estas criaturas inferiores funcionaría el sentido instintivo de sujeción al hombre, quien fue creado “a la imagen de Dios”, estarían en paz con él. Al tener en sujeción a estas criaturas vivientes inferiores, sus tiernos amos humanos perfectos promoverían un ambiente de paz entre la creación animal. La influencia pacificante de estos amos humanos a la imagen de Dios se extendería como protección sobre las criaturas vivientes inferiores, y ellas manifestarían contentamiento. Sobre todo, la humanidad perfecta estaría en paz con Dios, y la bendición divina nunca les sería quitada. (Compárese con Isaías 11:9.)

      Dios descansa de sus obras de creación

      19. a) Con relación al propósito de Dios, ¿de qué tenían que haberse dado cuenta el primer hombre y la primera mujer? b) ¿Qué indicó Dios en cuanto a tiempo?

      19 Cuando la pareja humana perfecta visualizara la escena del propósito divino ya completado en la Tierra, se daría cuenta de algo. Requeriría tiempo el realizar esta maravillosa comisión divina. ¿Cuánto tiempo? Su Creador y Padre celestial sabía. Él les indicó que la gran serie de días de creación había llegado ahora a otro momento de cierre, y que ellos estaban en la “tarde”, el principio de un nuevo día según Dios mismo contaba los días de creación. Sería un día bendito y santificado para el propio propósito puro y justo de Dios. El hombre perfecto, el profeta de Dios, notó esto. El relato inspirado nos dice:

      20. ¿Qué dice el relato bíblico sobre “el día séptimo”?

      20 “Después de eso vio Dios todo lo que había hecho y, ¡mire!, era muy bueno. Y llegó a haber tarde y llegó a haber mañana, un día sexto. Así quedaron terminados los cielos y la tierra y todo su ejército. Y para el día séptimo Dios vio terminada su obra que había hecho, y procedió a descansar en el día séptimo de toda su obra que había hecho. Y Dios procedió a bendecir el día séptimo y a hacerlo sagrado, porque en él ha estado descansando de toda su obra que Dios ha creado con el propósito de hacer. Esta es una historia de los cielos y la tierra en el tiempo en que fueron creados, en el día que Jehová Dios hizo tierra y cielo”. (Génesis 1:31–2:4.)

      21. a) ¿Dice la Biblia que Dios haya terminado su día de descanso y que ese día haya sido muy bueno? Explique. b) ¿Qué preguntas surgen?

      21 El relato no dice que Dios terminó su día de descanso y vio que era muy bueno y que llegó a haber tarde y mañana, un día séptimo. Para corresponder con los seis días de creación anteriores, el séptimo día todavía tiene que ser pronunciado muy bueno, porque no ha terminado aún. ¿Puede Jehová Dios pronunciar muy bueno hasta ahora ese día? ¿Ha sido un día de reposo apacible para él hasta ahora? ¿Qué hay de la emocionante perspectiva que habían visto para sí el primer hombre y la primera mujer cuando Dios los unió en matrimonio en el Paraíso? Veamos cómo se desenvuelve la escena en el artículo siguiente.

      [Nota a pie de página]

      a Estos nombres se hallan en el texto hebreo de Génesis y en otros libros inspirados de las Escrituras Hebreas.

  • La desobediencia humana no invalida las perspectivas de vida en el Paraíso
    La Atalaya 1989 | 1 de agosto
    • La desobediencia humana no invalida las perspectivas de vida en el Paraíso

      1. Al pasar el tiempo, ¿dónde se halla la primera pareja humana, y en qué alrededores?

      HA PASADO algún tiempo. El primer hombre y la primera mujer ya no están desnudos inocentemente. Están vestidos... con prendas de vestir largas de piel de animales. Se hallan precisamente fuera del perfecto jardín de Edén. Están de espaldas al jardín. Fijan la atención en lo que se extiende ante su vista. Solo ven terreno inculto. Es obvio que este suelo no tiene la bendición de Dios. Lo que ven es espinos y cardos. ¿No es este el suelo de la Tierra que se suponía que sojuzgaran? Sí, pero ahora el primer hombre y la primera mujer no están afuera con el fin de extender el jardín de Edén sobre aquel terreno inculto.

      2. ¿Por qué no tratan de entrar de nuevo en el jardín paradisíaco el hombre y la mujer?

      2 Puesto que su situación contrasta tanto con la de antes, ¿por qué no dan la vuelta y entran de nuevo en el jardín paradisíaco? Es fácil decir eso, pero vea lo que está detrás de ellos en la entrada al jardín. Querubines, criaturas que ellos nunca habían visto antes, ni siquiera dentro del jardín, y la hoja llameante de una espada que continuamente da vueltas. ¡Nunca podrían el hombre y la mujer pasar con vida más allá de los querubines y entrar en el jardín! (Génesis 3:24.)

      3. ¿Qué había ocurrido para que las circunstancias de la primera pareja cambiaran tan drásticamente?

      3 ¿Qué había ocurrido? No es un misterio tan complicado como para confundir a la ciencia por miles de años. Se explica sencillamente. El primer hombre y la primera mujer tenían la posibilidad de ver realizadas las maravillosas perspectivas que la comisión divina había puesto ante ellos en su día de bodas, pero a condición de que obedecieran hasta el mandato más pequeño de su Padre celestial. Su obediencia perfecta sería sometida a prueba por una sola prohibición en cuanto a alimento: no deberían comer del fruto del “árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo”. (Génesis 2:16, 17.) Si lo hacían, contra las órdenes de Dios, positivamente morirían. Eso fue lo que Adán, como profeta de Dios, dijo a su esposa, aquella criatura humana más joven que él. Pero algo sorprendente ocurrió: aquella na·jásch o serpiente negó la veracidad de lo que Dios había dicho a Adán cuando le advirtió que no comiera del prohibido “árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo”. La serpiente engañó a la mujer; le hizo creer que el violar la ley de Dios y comer del fruto prohibido la haría semejante a Dios y le daría independencia de Dios para determinar lo que fuera bueno y lo que fuera malo. (Génesis 3:1-5.)

      No es mito

      4, 5. ¿Cómo muestra el apóstol Pablo que el relato de que una serpiente engañó a la primera mujer no fue ningún mito?

      4 ¿Increíble? ¿Se parece demasiado a un mito esto, a una leyenda sin base en la realidad y por lo tanto no aceptable a las mentes adultas iluminadas de nuestros tiempos? No; no para un escritor que todavía es extensamente leído, un escritor que merece confianza, un apóstol especialmente escogido que sabía que lo que escribía era correcto. A la congregación de cristianos adultos de la ciudad de Corinto (una ciudad sabia a la manera del mundo) este apóstol, Pablo, escribió: “Tengo miedo de que de algún modo, así como la serpiente sedujo a Eva por su astucia, las mentes de ustedes sean corrompidas y alejadas de la sinceridad y castidad que se deben al Cristo”. (2 Corintios 11:3.)

      5 Pablo difícilmente se referiría a un mito, una fábula, ni usaría algo tan ficticio para comunicar su punto a aquellos corintios, que estaban bien familiarizados con los mitos de la religión griega pagana. En una cita de las Escrituras Hebreas inspiradas, de las cuales él dijo que eran la “palabra de Dios”, el apóstol Pablo afirmó que “la serpiente sedujo a Eva por su astucia”. (1 Tesalonicenses 2:13.) Además, en una carta a un superintendente cristiano que tenía el deber de enseñar “el modelo de palabras saludables” el apóstol Pablo dijo: “Adán fue formado primero, luego Eva. También, Adán no fue engañado, sino que la mujer fue cabalmente engañada y llegó a estar en transgresión”. (2 Timoteo 1:13; 1 Timoteo 2:13, 14.)

      6. a) ¿Cómo difirió de la transgresión de la mujer la transgresión de Adán contra Dios? b) ¿Por qué podemos estar seguros de que la mujer no se inventó un cuento sobre la serpiente?

      6 El que la mujer fue engañada por la serpiente es un hecho, no un mito, tan seguramente como que las consecuencias de su desobediencia cuando comió del fruto prohibido son hechos sólidos de la historia. Después de haber transgredido así contra Dios, ella indujo a su esposo a comer también, pero él no comió porque, como ella, hubiera sido cabalmente engañado. (Génesis 3:6.) La narración del ajuste de cuentas que tuvieron ante Dios después dice: “Y pasó el hombre a decir: ‘La mujer que me diste para que estuviera conmigo, ella me dio fruto del árbol y así es que comí’. Ante eso, Jehová Dios dijo a la mujer: ‘¿Qué es esto que has hecho?’. A lo cual respondió la mujer: ‘La serpiente... ella me engañó, y así es que comí’”. (Génesis 3:12, 13.) La mujer no estaba inventándose un cuento acerca de aquella na·jásch o serpiente, y Jehová no consideró la explicación de ella como algo ficticio, un mito. Él trató con aquella serpiente como el instrumento que se había usado para engañar a la mujer y llevarla a transgredir contra Él, su Dios y Creador. No estaría de acuerdo con la dignidad de Dios el que él tratara con una simple serpiente mitológica.

      7. a) ¿Cómo describe el relato bíblico el trato judicial de Dios con la serpiente? b) ¿Cómo podría engañarnos también a nosotros la serpiente que engañó a la primera mujer? (Inclúyase un comentario sobre la nota.)

      7 El relato pasa a describir el trato judicial de Dios con aquella serpiente en el jardín de Edén: “Y Jehová Dios procedió a decir a la serpiente: ‘Porque has hecho esta cosa, tú eres la maldita de entre todos los animales domésticos y de entre todas las bestias salvajes del campo. Sobre tu vientre irás, y polvo es lo que comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Él te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el talón’”. (Génesis 3:14, 15.) Todo tribunal sensato trata con hechos y busca prueba verdadera, no leyendas. Jehová Dios no estaba obrando tontamente mediante dirigir su sentencia judicial a una serpiente mítica, sino que estaba juzgando a una criatura real, existente, que llevaba responsabilidad. No sería cosa de risa, sino una lástima, el que aquella misma serpiente nos engañara a nosotros y nos llevara a pensar que nunca existió, que fue un simple mito, que no fue responsable de ningún mal en la Tierraa.

      8. ¿Qué sentencia dictó Dios contra la mujer, y cómo ha afectado esta a sus hijas y nietas?

      8 El relato acerca de la esposa del hombre trata como un hecho la declaración de la mujer respecto a la serpiente, pues dice: “A la mujer dijo: ‘Aumentaré en gran manera el dolor de tu preñez; con dolores de parto darás a luz hijos, y tu deseo vehemente será por tu esposo, y él te dominará’”. (Génesis 3:16.) No se había dicho nada de esa índole en la bendición que Dios pronunció cuando casó a la mujer con Adán y les dijo: “Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra”. (Génesis 1:28.) Aquella comisión bendita que la pareja humana perfecta recibió había indicado que la mujer se hallaría embarazada muchas veces, pero no con dificultades indebidas ni dolores de parto extremos ni opresión por el esposo. Aquel juicio pronunciado contra la mujer transgresora afectaría a sus hijas y nietas, generación tras generación.

      La ley de Dios magnificada por la sentencia contra Adán

      9, 10. a) ¿Qué advertencia había dado Dios directamente a Adán, y cuáles serían las consecuencias de que Dios impusiera aquella pena? b) ¿Qué sentencia dictó Dios contra Adán?

      9 Pero ¿qué cambios de circunstancias les vendrían a la mujer y al hombre a quien ella había atraído a la transgresión? A aquel hombre, Dios había dicho directamente: “En cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él, porque en el día que comas de él, positivamente morirás”. (Génesis 2:17.) ¿Se adheriría Dios, el Juez, a una sentencia tan terminante solo porque Adán hubiera comido un pedazo de fruta? ¡Piense en lo que significaría la ejecución de aquella pena! Por sí mismo aquello destruiría la emocionante perspectiva que Adán y Eva habían tenido cuando Dios los unió en matrimonio: ¡la perspectiva de llenar toda la Tierra con su prole, con una raza humana perfecta que habitara para siempre en paz y en juventud eterna una Tierra paradisíaca, en relaciones de paz con su Dios y Padre celestial! ¡De seguro Dios no actuaría contra su propio maravilloso propósito para la humanidad y para el hogar terrestre del hombre al imponer estrictamente la pena de muerte a los primeros padres humanos de toda la humanidad! Pero escuche el decreto divino como se registra con claridad en la Biblia:

      10 “Y a Adán dijo: ‘Porque escuchaste la voz de tu esposa y te pusiste a comer del árbol respecto del cual te di este mandato: “No debes comer de él”, maldito está el suelo por tu causa. Con dolor comerás su producto todos los días de tu vida. Y espinos y cardos hará crecer para ti, y tienes que comer la vegetación del campo. Con el sudor de tu rostro comerás pan hasta que vuelvas al suelo, porque de él fuiste tomado. Porque polvo eres y a polvo volverás’”. (Génesis 3:17-19.)

      11. ¿Qué hechos sobre la obediencia ilustran que Adán merecía la sentencia de Dios contra él?

      11 Aquella sentencia significó que la pena de muerte se ejecutaría en el hombre prescindiendo del efecto de esto en el propósito divino de que hubiera una Tierra paradisíaca llena de hombres y mujeres perfectos que moraran juntos en amor y paz y cultivaran y atendieran para siempre el jardín paradisíaco por toda la Tierra. El hombre había escuchado la voz de su mujer en vez de la voz de Dios, que le había dicho que no comiera del árbol prohibido, el “árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo”. Y si él mismo no había obedecido la voz de su Dios y Creador, ¿enseñaría consecuentemente a sus hijos que hicieran eso? ¿Sería su propio ejemplo algo de lo cual hablar al enseñarles a obedecer a Jehová Dios? (Compárese con 1 Samuel 15:22.)

      12, 13. a) ¿Cómo afectaría a los hijos de Adán su pecado? b) ¿Por qué razón no merecía Adán vivir para siempre en el Paraíso, ni en ningún otro lugar de la Tierra?

      12 ¿Podrían los hijos de Adán observar a perfección la ley de Dios, como él en su perfección humana había podido hacerlo tiempo atrás? Por el funcionamiento de las leyes de la herencia, ¿no transmitiría él a sus hijos su debilidad y tendencia a desobedecer la voz de Dios y escuchar otra voz? La historia real suple la respuesta a esas preguntas. (Romanos 5:12.)

      13 ¿Merecía vivir para siempre en el Paraíso, o siquiera en la Tierra, el hombre que, solo por una criatura humana, dejó de mostrar obediencia perfecta a Dios en expresión de su amor perfecto a Él? ¿Sería siquiera seguro para otros el dejarle vivir en la Tierra para siempre? ¿Magnificaría la ley de Dios y desplegaría Su justicia absoluta el que se permitiera que Adán viviera para siempre en la Tierra en su condición de transgresor, o enseñaría eso falta de respeto a la ley de Dios y daría a entender que la palabra de Dios no era confiable?

      Echados del jardín de Edén

      14. ¿Cómo describe la Biblia la acción de Dios contra Adán y su esposa?

      14 La Biblia nos dice cómo decidió estos asuntos Dios: “Y Jehová Dios procedió a hacer largas prendas de vestir de piel para Adán y para su esposa, y a vestirlos. Y Jehová Dios pasó a decir: ‘Mira que el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros al conocer lo bueno y lo malo, y ahora, para que no alargue la mano y efectivamente tome fruto también del árbol de la vida y coma y viva hasta tiempo indefinido...’. Con eso Jehová Dios lo echó del jardín de Edén para que cultivara el suelo del cual había sido tomado. De modo que expulsó al hombre, y al este del jardín de Edén apostó los querubines y la hoja llameante de una espada que continuamente daba vueltas para guardar el camino al árbol de la vida”. (Génesis 3:21-24.)

      15. a) ¿Cómo mostró Dios consideración a Adán y Eva por la vergüenza que sentían por estar desnudos? b) ¿Cómo se echó del jardín de Edén a la primera pareja? c) ¿A qué cambio de circunstancias se enfrentaron Adán y su esposa fuera del jardín de Edén?

      15 El Juez divino mostró consideración a los pecadores Adán y Eva por la vergüenza que ahora sentían por estar desnudos. De alguna manera que no se declara, les suministró prendas de vestir largas de piel para reemplazar las coberturas de hojas de higuera cosidas que ellos se habían hecho para los lomos. (Génesis 3:7.) Las prendas de vestir de piel durarían más tiempo, y los protegerían mejor de los espinos y los cardos y otros objetos dañinos fuera del jardín de Edén. Por la mala conciencia que tuvieron después de haber pecado, ellos habían tratado de esconderse entre los árboles del jardín de Edén para que Dios no los viera. (Génesis 3:8.) Ahora, después de haber sido sentenciados, experimentaron alguna forma de presión divina que los echó del jardín. Se les echó hacia el este, y pronto se hallaron fuera del jardín, excluidos de él para siempre. Ya no trabajarían para agrandar aquel jardín y extender sus condiciones paradisíacas hasta los fines de la Tierra. De ahora en adelante comerían pan hecho de la vegetación del campo, pero este no les sustentaría para siempre en su vida humana. Se les cortó el acceso al “árbol de la vida”. Algún tiempo después —¿cuánto tiempo sería?— ¡tendrían que morir!

      No se puede frustrar el propósito original de Jehová

      16. ¿Qué no se había propuesto hacer Dios, y por qué?

      16 ¿Decidió Dios ahora destruir la Tierra, junto con la Luna y el Sol y las estrellas, en una conflagración universal porque estas dos criaturas hechas del polvo habían pecado contra él? Si hiciera tal cosa, ¿no significaría eso que se había frustrado su propósito glorioso, todo por lo que una na·jásch había empezado? ¿Pudiera una simple serpiente desbaratar todo el propósito de Dios? Él había indicado su propósito a Adán y Eva el día que los casó, cuando los bendijo y les dijo cuál era su voluntad para ellos: poblar toda la Tierra con una raza humana perfecta, y sojuzgarla hasta la perfección del jardín de Edén, de modo que toda la humanidad viviera en paz y tuviera en sujeción todas las formas de vida inferiores en la Tierra y sus aguas. ¡Una visión impresionante del propósito de Dios ya realizado, un propósito para el cual él había hecho preparativos durante seis días creativos de trabajo que duraron milenios! ¿Quedaría sin realizarse aquel propósito digno de alabanza sencillamente por una serpiente y la perversidad de la primera pareja humana? ¡Difícilmente! (Compárese con Isaías 46:9-11.)

      17. ¿Qué se había resuelto a hacer Dios respecto al séptimo día, y por eso, cómo terminará este día?

      17 Aún corría el día de descanso, el séptimo día, de Jehová Dios. Él estaba resuelto a bendecir aquel día y lo había hecho sagrado. No dejaría que nada lo convirtiera en un día de maldición, y toda maldición que alguien planeara arrojar sobre aquel día de su descanso sería rechazada y convertida en una bendición, de modo que el día terminara en condición bendita. Al fin del día la Tierra entera quedaría en condición de lugar santo, y aquí en la Tierra una raza de humanos perfectos estaría haciendo la voluntad de Dios como se hace en el cielo. (Compárese con Mateo 6:10.)

      18, 19. a) ¿Por qué pueden regocijarse los descendientes afligidos de la pecaminosa primera pareja humana? b) ¿Qué se considerará en otras columnas de La Atalaya?

      18 Dios no se sintió frustrado. No abandonó su propósito. Se resolvió a vindicarse como Persona en quien se puede confiar plenamente, que se traza propósitos y los ejecuta de lleno, y toda la honra debida iría a él. (Isaías 45:18.) Los descendientes imperfectos y afligidos de la pecaminosa primera pareja humana pueden regocijarse por esto y poner su esperanza en que Dios cumplirá fielmente su propósito original, lo que resultará en beneficio eterno para ellos. Ya han pasado milenios de su día de descanso, y tiene que estar cerca la parte final del día que tendrá su bendición especial. La “tarde” de su día de descanso está pasando, y como en los seis días de creación anteriores, la “mañana” tiene que venir. Cuando esa “mañana” alcance su perfección y todos los observadores puedan ver plenamente el cumplimiento glorioso del propósito inmutable de Dios, será posible registrar: ‘Y llegó a haber tarde y llegó a haber mañana, un día séptimo’. ¡Ciertamente una maravillosa perspectiva!

      19 ¡Todo esto es tremendamente emocionante! Y en otras columnas de La Atalaya se dirá más acerca de las deleitables perspectivas del Paraíso para los humanos obedientes que aman la ley de Dios.

      [Nota a pie de página]

      a En Revelación 12:9 se dice que Satanás el Diablo es “la serpiente original”; y en Juan 8:44 Jesucristo llama a este “el padre de la mentira”.

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