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Jehová promete a Daniel una magnífica recompensaPrestemos atención a las profecías de Daniel
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LA PORCIÓN DE DANIEL EN EL PARAÍSO Y LA SUYA
23, 24. a) ¿Cómo diferirá el mundo en el que resucite Daniel de aquel que conoció? b) ¿Tendrá un lugar en el Paraíso Daniel, y cómo lo sabemos?
23 Daniel deseará familiarizarse con el mundo en que se hallará entonces, uno muy distinto del de su tiempo, donde no quedará ni rastro de las guerras y la opresión que malograron el mundo que conoció. No habrá dolor ni enfermedades ni muerte (Isaías 25:8; 33:24). En cambio, sí habrá alimento en abundancia, y todas las personas tendrán una vivienda y un trabajo satisfactorio (Salmo 72:16; Isaías 65:21, 22). Toda la humanidad constituirá una sola familia unida y feliz.
24 Seguro que Daniel tendrá un lugar en ese mundo. “Te pondrás de pie para tu porción”, le dijo el ángel. La palabra hebrea que aquí se traduce por “porción” es la misma que se utiliza para referirse a las parcelas de terreno literales.c Es posible que Daniel conociera la profecía de Ezequiel sobre el reparto de la tierra restaurada de Israel (Ezequiel 47:13–48:35). Teniendo en cuenta que la profecía también se cumplirá en el Paraíso, ¿qué parece indicar sobre lo que ocurrirá entonces? Que todos los siervos de Dios tendrán su sitio en el Paraíso, y hasta que la misma tierra se repartirá de forma ordenada y equitativa. Desde luego, la porción de Daniel en el Paraíso constará de algo más que una simple parcela, pues incluirá el lugar que entonces ocupará en el propósito de Dios. La recompensa que se le prometió está garantizada.
25. a) ¿Qué aspectos de la vida en el Paraíso le atraen más? b) ¿Por qué puede decirse que el Paraíso es el hábitat natural del hombre?
25 Ahora bien, ¿qué puede decirse de nuestra porción? Las mismas promesas pueden cumplirse en nuestro caso. Jehová desea que los seres humanos obedientes ‘se pongan de pie’ para recibir su porción, para ocupar un lugar en el Paraíso. Piense en ello. Sin duda será emocionante conocer en persona a Daniel y a otros hombres y mujeres fieles de tiempos bíblicos. También regresará de la muerte una innumerable cantidad de personas a quienes se habrá de educar para que conozcan y amen a Jehová Dios. Imagínese a sí mismo cuidando de nuestro hogar terrestre y colaborando para transformarlo en un paraíso de infinita variedad y eterna belleza. Piense en lo que significará ser enseñado por Jehová y aprender a vivir de la forma en que él se propuso para la humanidad (Isaías 11:9; Juan 6:45). En efecto, en el Paraíso hay un sitio para usted. Aunque la noción de un paraíso pueda resultar extraña hoy en día, recuerde que en un principio Jehová hizo a la humanidad para vivir en un lugar así (Génesis 2:7-9). En ese sentido, el Paraíso es el hábitat natural de los miles de millones de habitantes de este planeta, el medio ambiente al que pertenecen. Llegar a vivir allí será como haber vuelto a casa.
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c El vocablo hebreo está relacionado con la palabra que se traduce por “guijarro”, pues se utilizaban piedras pequeñas para el sorteo de parcelas. La tierra se distribuía así en ocasiones (Números 26:55, 56). La obra A Handbook on the Book of Daniel (Manual del libro de Daniel) indica que, en este pasaje, el término significa “lo que (Dios) reserva para alguien”.
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