BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • ¿Seré una persona normal si falta uno de mis padres?
    ¡Despertad! 1990 | 8 de julio
    • También es muy importante no permitir que los comentarios —o la falta de comentarios— que te hagan personas bienintencionadas te hagan sentir mal. Por ejemplo, hay quienes quizás vacilen en utilizar en tu presencia palabras como “padre”, “matrimonio”, “divorcio” o quizás “muerte”, por temor a ofenderte o abochornarte. No des pie a que ocurra. Tony tiene catorce años y nunca conoció a su verdadero padre. Él dice: “Cuando estoy con otros que parece que no se atreven a decir ciertas palabras, yo me adelanto y las utilizo”. Y añade: “Quiero que sepan que no me siento avergonzado de mi situación”.

      Hay que ver las ventajas

      También es importante que no estés siempre pensando en cómo podría haber sido tu familia o cómo solía ser. (Eclesiastés 7:10.) En lugar de eso, enfoca tu atención en los aspectos positivos de tu vida. Por ejemplo, seguro que tu madre tiene que ir a trabajar,b por lo que es probable que se te haya concedido bastante responsabilidad en el hogar. “Asumir responsabilidades en el hogar —dice Melanie, joven de diecisiete años— contribuye a que madures más deprisa que los jóvenes de tu edad que viven con su padre y con su madre, y que tal vez tengan menos responsabilidades.” Los entendidos concuerdan con esta afirmación. El sociólogo Robert S. Weiss, de la universidad de Harvard, dice que los jóvenes de familias monoparentales “tienden a ser más maduros, independientes” y “autodisciplinados”. Estas son cualidades importantes, y la situación que atraviesa tu familia puede ayudarte a desarrollarlas.

      Puede que también tengas más voz y voto en las decisiones familiares, ya que los padres que no tienen a su cónyuge suelen considerar a sus hijos buenos confidentes. No obstante, a veces quizás tengas que recordar a tu padre o a tu madre que todavía eres joven y que los asuntos de peso sería mejor que los tratara con alguien de más experiencia, por ejemplo, un anciano cristiano. Aun así, hay muchas cuestiones que tú y tu padre o tu madre podéis tratar juntos, como pudieran ser problemas personales que quizás tengas, y hacerlo os ayudará a estrechar vuestra relación y a disipar cualesquier sentimientos negativos. Melanie, a quien mencionamos antes, dice: “Desde que mis padres se divorciaron, mi madre y yo realmente podemos hablar; hemos llegado a ser amigas muy íntimas”.

      Con eso no queremos decir que no tendrás problemas, pero puedes beneficiarte de hacer frente a la adversidad. La Biblia dice: “Bueno le es al hombre físicamente capacitado [o a la mujer físicamente capacitada] llevar el yugo durante su juventud”. (Lamentaciones 3:27.) Llevar tu yugo, o tu carga de problemas, puede abarcar las adversidades a las que te encaras en un hogar monoparental. No obstante, recuerda que no estás solo a la hora de cargar con este yugo. El fiel rey David dijo: “En caso de que mi propio padre y mi propia madre de veras me dejaran, aun Jehová mismo me acogería”. (Salmos 27:10.)

      Un detalle interesante es que probablemente Dios te brinde su ayuda por medio del padre que te queda. Si aceptas esa ayuda, puedes tener un desarrollo normal y llevar una vida cristiana remuneradora. Wayne, que ahora sirve de anciano cristiano, recuerda: “Tenía ochos años cuando mi padre murió y mamá tuvo que ponerse a trabajar. Muchas veces volvía a casa cansada y agotada, pero siempre se aseguró de que tuviésemos estudios bíblicos de familia regulares y asistiésemos juntos a las reuniones cristianas. En retrospección, solo puedo darle gracias a Jehová por haber tenido una madre tan abnegada”.c

  • ¿Seré una persona normal si falta uno de mis padres?
    ¡Despertad! 1990 | 8 de julio
    • Por un lado, es difícil incluso para la familia “ideal” estar libre de problemas. Y en lugar de ver a tu familia como anormal, sencillamente puedes verla como diferente, lo que no es necesariamente malo. También es muy importante no permitir que los comentarios —o la falta de comentarios— que te hagan personas bienintencionadas te hagan sentir mal. Por ejemplo, hay quienes quizás vacilen en utilizar en tu presencia palabras como “padre”, “matrimonio”, “divorcio” o quizás “muerte”, por temor a ofenderte o abochornarte. No des pie a que ocurra. Tony tiene catorce años y nunca conoció a su verdadero padre. Él dice: “Cuando estoy con otros que parece que no se atreven a decir ciertas palabras, yo me adelanto y las utilizo”. Y añade: “Quiero que sepan que no me siento avergonzado de mi situación”.

      Hay que ver las ventajas

      También es importante que no estés siempre pensando en cómo podría haber sido tu familia o cómo solía ser. (Eclesiastés 7:10.) En lugar de eso, enfoca tu atención en los aspectos positivos de tu vida. Por ejemplo, seguro que tu madre tiene que ir a trabajar,b por lo que es probable que se te haya concedido bastante responsabilidad en el hogar. “Asumir responsabilidades en el hogar —dice Melanie, joven de diecisiete años— contribuye a que madures más deprisa que los jóvenes de tu edad que viven con su padre y con su madre, y que tal vez tengan menos responsabilidades.” Los entendidos concuerdan con esta afirmación. El sociólogo Robert S. Weiss, de la universidad de Harvard, dice que los jóvenes de familias monoparentales “tienden a ser más maduros, independientes” y “autodisciplinados”. Estas son cualidades importantes, y la situación que atraviesa tu familia puede ayudarte a desarrollarlas.

      Puede que también tengas más voz y voto en las decisiones familiares, ya que los padres que no tienen a su cónyuge suelen considerar a sus hijos buenos confidentes. No obstante, a veces quizás tengas que recordar a tu padre o a tu madre que todavía eres joven y que los asuntos de peso sería mejor que los tratara con alguien de más experiencia, por ejemplo, un anciano cristiano. Aun así, hay muchas cuestiones que tú y tu padre o tu madre podéis tratar juntos, como pudieran ser problemas personales que quizás tengas, y hacerlo os ayudará a estrechar vuestra relación y a disipar cualesquier sentimientos negativos. Melanie, a quien mencionamos antes, dice: “Desde que mis padres se divorciaron, mi madre y yo realmente podemos hablar; hemos llegado a ser amigas muy íntimas”.

      Con eso no queremos decir que no tendrás problemas, pero puedes beneficiarte de hacer frente a la adversidad. La Biblia dice: “Bueno le es al hombre físicamente capacitado [o a la mujer físicamente capacitada] llevar el yugo durante su juventud”. (Lamentaciones 3:27.) Llevar tu yugo, o tu carga de problemas, puede abarcar las adversidades a las que te encaras en un hogar monoparental. No obstante, recuerda que no estás solo a la hora de cargar con este yugo. El fiel rey David dijo: “En caso de que mi propio padre y mi propia madre de veras me dejaran, aun Jehová mismo me acogería”. (Salmos 27:10.)

      Un detalle interesante es que probablemente Dios te brinde su ayuda por medio del padre que te queda. Si aceptas esa ayuda, puedes tener un desarrollo normal y llevar una vida cristiana remuneradora. Wayne, que ahora sirve de anciano cristiano, recuerda: “Tenía ochos años cuando mi padre murió y mamá tuvo que ponerse a trabajar. Muchas veces volvía a casa cansada y agotada, pero siempre se aseguró de que tuviésemos estudios bíblicos de familia regulares y asistiésemos juntos a las reuniones cristianas. En retrospección, solo puedo darle gracias a Jehová por haber tenido una madre tan abnegada”.c

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir