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Enseñe públicamente y de casa en casaLa Atalaya 1991 | 15 de enero
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“Todos los días en el templo, y de casa en casa, continuaban sin cesar enseñando y declarando las buenas nuevas acerca del Cristo, Jesús.” (Hechos 5:42.) Unos 20 años después el apóstol Pablo participaba en el ministerio de casa en casa, pues recordó lo siguiente a unos ancianos cristianos de la ciudad de Éfeso: “No me retraje de decirles ninguna de las cosas que fueran de provecho, ni de enseñarles públicamente y de casa en casa”. (Hechos 20:20.)
4. ¿Por qué podemos decir que Hechos 5:42 y Hechos 20:20 significan que la predicación de los seguidores de Jesús se distribuía de casa en casa?
4 En Hechos 5:42 las palabras “de casa en casa” son una traducción de kat’ ói·kon. Aquí ka·tá se usa en sentido “distributivo”. Por lo tanto, la predicación de los discípulos se distribuía de una casa a otra. En un comentario sobre Hechos 20:20, Randolph O. Yeager escribió que Pablo enseñaba “tanto en asambleas públicas [de·mo·sí·a] como de casa en casa (distributivo [ka·tá] con el acusativo). Pablo había pasado tres años en Éfeso. Visitó toda casa, o por lo menos predicó a toda la gente (versículo 26) Hch 20:26. Aquí hay autorización bíblica para el evangelismo de casa en casa así como para el que se efectúa en reuniones públicas”.
5. En Hechos 20:20, ¿por qué no se refería únicamente a visitas sociales a ancianos o a visitas de pastoreo Pablo?
5 Aparece un uso similar de ka·tá en Lucas 8:1, que dice que Jesús predicaba “de ciudad en ciudad y de aldea en aldea”. Pablo usó la forma plural kat’ ói·kous en Hechos 20:20. Aquí algunas traducciones dicen “en privado” o “en sus casas”. Pero el apóstol no se refería únicamente a visitas sociales a los ancianos ni a visitas de pastoreo en los hogares de compañeros de creencia. Lo que dijo después muestra que hablaba de un ministerio de casa en casa entre los no creyentes: “Di testimonio cabalmente, tanto a judíos como a griegos, acerca del arrepentimiento para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesús”. (Hechos 20:21.) Sus compañeros de creencia ya se habían arrepentido y habían ejercido fe en Jesús. Por lo tanto, Hechos 5:42 y Hechos 20:20 se refieren a predicar “de casa en casa” o de puerta en puerta a no creyentes.
Nada lo puede sustituir
6. ¿Qué se ha dicho de la naturaleza de la predicación de Pablo en Éfeso?
6 En un comentario sobre las palabras de Pablo en Hechos 20:20, en 1844 Abiel Abbot Livermore escribió: “No estaba contento con solo pronunciar discursos en la asamblea pública, sin utilizar otros medios; más bien, con celo efectuaba su gran obra en privado, de casa en casa, y literalmente hacía entrar la verdad del cielo en el hogar y el corazón de los efesios”. Más recientemente se ha dicho: “Desde el principio (cf. Hechos 2:46; 5:42), los cristianos del primer siglo se caracterizaron por diseminar el evangelio de casa en casa. [...] [Pablo] había cumplido cabalmente su responsabilidad tanto para con los judíos como para con los gentiles en Éfeso, y estos quedaban sin excusa si perecían en sus pecados” (The Wesleyan Bible Commentary [Comentario bíblico wesleyano], tomo 4, páginas 642, 643).
7. ¿Por qué se puede decir que Dios aprueba el ministerio de casa en casa de los testigos de Jehová?
7 Aunque los discursos públicos desempeñan su papel en la declaración de las buenas nuevas, no pueden tomar el lugar del contacto personal a las puertas. Sobre esto, el erudito Joseph Addison Alexander dijo: “Todavía la iglesia no ha inventado nada que tome el lugar de, o rivalice con, el efecto que tiene el predicar en la iglesia y en el hogar”. Como lo expresó el erudito O. A. Hills: “La enseñanza pública y la enseñanza de casa en casa tienen que ir juntas”. Los testigos de Jehová suministran instrucción mediante discursos en sus Reuniones Públicas semanales. También tienen prueba clara de que el método apostólico de esparcir la verdad bíblica de casa en casa es eficaz. Y Jehová de seguro lo aprueba, porque como resultado de tal ministerio está haciendo que miles de personas acudan a su adoración ensalzada cada año. (Isaías 2:1-4; 60:8, 22.)
8. a) ¿Qué se ha dicho sobre por qué es eficaz la predicación de casa en casa? b) ¿Qué comparación puede hacerse entre los testigos de Jehová y Pablo respecto a predicar a la gente a las puertas de sus hogares y otras clases de testificación?
8 Otra autoridad ha dicho: “Para la gente es más fácil recordar lo que se le enseña a la puerta de su hogar que lo que se le enseña en la iglesia”. Pues bien, Pablo se presentaba a las puertas con regularidad, y daba así un excelente ejemplo como ministro. “No estaba contento con enseñar y discursar en la sinagoga y en el mercado —escribió el escriturario Edwin W. Rice—. Siempre estaba ‘enseñando’ diligentemente ‘de casa en casa’. Llevó a cabo una contienda de casa en casa, mano a mano, cara a cara con el mal, y para ganar hombres a Cristo, en Éfeso.” Los testigos de Jehová saben que el considerar asuntos bíblicos de persona a persona a las puertas de los hogares es un método eficaz. Además, vuelven a visitar a las personas y con gusto hablan hasta con opositores si estos permiten una consideración razonable de lo que les interese. ¡Cuánto se parecen a Pablo! Acerca de él, F. N. Peloubet escribió: “Pablo no efectuaba toda su obra en reuniones. Sin duda visitaba a muchos personalmente en sus hogares cuando se enteraba de que alguien tenía preguntas, o había manifestado tanto interés o tanta oposición que estaba dispuesto a conversar sobre asuntos religiosos”.
Los ancianos deben llevar la delantera
9. ¿Qué ejemplo dio Pablo para otros ancianos?
9 ¿Qué ejemplo dio Pablo para otros ancianos? Mostró que ellos deberían proclamar denodada e incansablemente las buenas nuevas de casa en casa. En 1879 J. Glentworth Butler escribió: “[Los ancianos de Éfeso] sabían que ni la idea de afrontar peligro personalmente ni la idea de alcanzar popularidad habían afectado la predicación [de Pablo]; que él no había retenido nada de la verdad que otros necesitaban; no había manifestado parcialidad espaciándose sobre aspectos peculiares o novedosos de la verdad, sino que había instado a aceptar sólo y todo lo que era provechoso, ‘con el fin de edificar’ o construir: ¡todo el consejo de Dios en su pureza y plenitud! Había practicado este fiel ‘mostrar’, este fervoroso ‘enseñar’ la verdad cristiana, no solo en la escuela de Tirano y en otros lugares donde se reunían discípulos, sino en todo domicilio a que pudo llegar. De casa en casa, y de alma en alma, día tras día había llevado las buenas noticias con deseo y anhelo como los de Cristo. A todas las clases y razas, al judío hostil y al griego que le despreciaba, el tema único —que, explicado de lleno, incluye toda otra verdad salvadora esencial— fue el de arrepentimiento hacia Dios, y fe para con nuestro Señor Jesucristo”.
10, 11. a) En cuanto al ministerio cristiano, ¿qué esperaba Pablo de los ancianos efesios? b) Como Pablo, ¿en qué clase de predicación participan los testigos de Jehová, entre ellos los ancianos?
10 Fundamentalmente, pues, ¿qué esperaba Pablo de los ancianos efesios? El erudito E. S. Young parafraseó las palabras del apóstol de esta manera: “No solo hablé en público, sino que me afané de casa en casa, ante todas las clases, tanto ante judíos como ante gentiles. El tema de mi ministerio a todas las clases fue ‘arrepentimiento para con Dios y fe en nuestro Señor Jesucristo’”. W. B. Riley expresó las palabras de Pablo de otro modo: “El significado claro era: ‘Espero que continúen lo que yo empecé, tanto hacerlo como enseñarlo, y espero que resistan como yo resistí; que enseñen tanto en privado como en público como hice yo en las calles y de casa en casa; que testifiquen, como yo lo hice a judíos y a griegos, sobre arrepentimiento para con Dios y fe para con nuestro Señor Jesucristo, ¡pues estas son las cosas fundamentales!’”.
11 Está claro que en el capítulo 20 de Hechos Pablo mostraba a sus compañeros ancianos que se esperaba que ellos fueran testigos de Jehová que visitaran a la gente de casa en casa. A este respecto, los ancianos del primer siglo habían de llevar la delantera y dar el ejemplo apropiado para otros miembros de la congregación. (Compárese con Hebreos 13:17.) Por eso, como Pablo, los testigos de Jehová predican de casa en casa, y hablan a gente de todas las naciones acerca del Reino de Dios, de arrepentimiento para con Él, y de fe en Jesucristo. (Marcos 13:10; Lucas 24:45-48.) Y en esa obra de casa en casa se espera que los ancianos nombrados entre los Testigos modernos lleven la delantera. (Hechos 20:28.)
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Enseñe públicamente y de casa en casaLa Atalaya 1991 | 15 de enero
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Cada uno un Testigo
13. a) ¿Qué debemos hacer aunque la gente no escuche el mensaje del Reino? b) ¿Qué comparación se hizo entre Pablo y Ezequiel?
13 Con la ayuda de Jehová, los cristianos deben declarar el mensaje del Reino de casa en casa, aunque la gente no lo reciba con aprecio. Como atalaya de Dios, Ezequiel tenía que dar advertencia a la gente fuera que esta escuchara o no. (Ezequiel 2:5-7; 3:11, 27; 33:1-6.) E. M. Blaiklock estableció el siguiente paralelo entre Ezequiel y Pablo: “En él [el discurso de Pablo en el capítulo 20 de Hechos] se ve un cuadro claro del ministerio en Éfeso. Note lo siguiente: Primero, la urgencia y fidelidad de Pablo. No buscaba popularidad ni la aprobación del público. Dado como Ezequiel a la obra del atalaya, efectuaba su trabajo respaldando lo que decía con celo y carácter sinceros. Segundo, su comprensión amorosa. No era un hombre que pusiera en sus labios palabras de juicio sin emoción. Tercero, su evangelismo incansable. Públicamente y de casa en casa, en la ciudad y por toda la provincia, había predicado el evangelio”.
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