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“Siguió extendiéndose y ganando fuerza” pese a la oposiciónDemos “un testimonio completo sobre el Reino de Dios”
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“Razonamientos convincentes sobre el Reino” (Hechos 18:23; 19:1-10)
8. ¿Qué ruta siguió Pablo de regreso a Éfeso, y por qué?
8 Pablo había prometido regresar a Éfeso,a y lo cumplió (Hech. 18:20, 21). Pero fijémonos en la ruta que siguió. Recordemos que él estaba en Antioquía de Siria. Así que hubiera podido ir a Seleucia —que estaba muy cerca— y allí subir a un barco que lo llevara directamente hasta su destino. Pero, en vez de eso, caminó todo el trayecto “por las regiones del interior” (Hech. 19:1). Esto significa que tal vez recorrió a pie nada menos que unos 1.600 kilómetros (1.000 millas). ¿Por qué siguió una ruta tan larga y difícil? Porque quería ir “fortaleciendo a todos los discípulos” (Hech. 18:23). Este tercer viaje misionero iba a ser muy sacrificado, igual que los dos anteriores, pero él sabía que valía la pena. Hoy, los superintendentes de circuito y sus esposas muestran esa misma actitud y amor desinteresado. ¿Verdad que lo agradecemos?
9. ¿Por qué se volvieron a bautizar varios discípulos de Juan el Bautista, y cuál es la lección?
9 Al llegar a Éfeso, Pablo se encontró con unos 12 discípulos de Juan el Bautista. Ellos solo habían recibido el bautismo de Juan —que ya no era válido—, y al parecer sabían muy poco o nada acerca del espíritu santo. Pablo los puso al día, y ellos reaccionaron igual que Apolos: con humildad y ganas de aprender. Entonces se bautizaron en el nombre de Jesús, y recibieron espíritu santo y algunos dones milagrosos. ¿Cuál es la lección? Que Jehová bendice a quienes están dispuestos a aceptar los cambios que él hace en su organización (Hech. 19:1-7).
10. ¿Por qué se fue Pablo de la sinagoga a una sala de conferencias, y cómo podemos seguir su ejemplo?
10 Veamos qué pasó después. Pablo estuvo tres meses predicando con valor en la sinagoga. Aunque estaba dando “razonamientos convincentes sobre el Reino de Dios”, algunos se negaron a escucharlo y se pusieron en su contra. Como no quería perder el tiempo con quienes “hablaban mal del Camino”, decidió irse a la sala de conferencias de una escuela y dar sus discursos allí desde entonces (Hech. 19:8, 9). Quienes querían seguir aprendiendo sobre el Reino de Dios tuvieron que dejar de ir a la sinagoga y empezar a ir a esa sala de conferencias. Al igual que Pablo, si vemos que alguien no quiere escucharnos o solo busca discutir, haremos bien en terminar la conversación. A fin de cuentas, todavía hay muchísimas personas sinceras que necesitan escuchar nuestro mensaje de consuelo.
11, 12. a) ¿Cómo demostró Pablo que era trabajador y adaptable? b) ¿Cómo demostramos los testigos de Jehová que también somos trabajadores y adaptables?
11 Es posible que Pablo enseñara todos los días en la sala de conferencias de aquella escuela de once de la mañana a cuatro de la tarde (vea la nota de estudio de Hechos 19:9 en la Biblia de estudio). Aunque esas eran las horas más calurosas del día, también eran las más tranquilas, pues muchos paraban de trabajar para comer y descansar. Si Pablo siguió estrictamente este horario durante los dos años que estuvo allí, eso significa que dedicó más de 3.000 horas a la enseñanza.b ¡Con razón la palabra de Jehová siguió extendiéndose y ganando fuerza! Pablo fue muy trabajador y estuvo dispuesto a adaptar su horario a las necesidades de las personas de su territorio. Gracias a eso, “todos los que vivían en la provincia de Asia, tanto judíos como griegos, oyeron la palabra del Señor” (Hech. 19:10). ¡Eso sí que es dar un testimonio completo!
Tratamos de hablar con las personas dondequiera que estén.
12 En la actualidad, los testigos de Jehová también somos trabajadores y adaptables. Procuramos predicar en los lugares y horarios en los que haya más gente. Por eso damos testimonio en las calles, las zonas comerciales y otros lugares muy transitados. También podemos predicar por teléfono o por carta. Además, visitamos las casas a las horas en que es más probable encontrar a las personas.
“Siguió extendiéndose y ganando fuerza” pese a los espíritus malvados (Hechos 19:11-22)
13, 14. a) ¿Qué poder le dio Jehová a Pablo? b) ¿Qué gran error cometieron los hijos de Esceva, y en qué se parecen a ellos muchos miembros de la cristiandad?
13 Lucas explica que después Jehová le dio poder a Pablo para hacer “milagros extraordinarios”. Es más, hasta los paños y delantales que él había utilizado servían para curar enfermos y expulsar espíritus malvados (Hech. 19:11, 12).c Aunque la mayoría de las personas se maravillaban al ver estas victorias sobre Satanás y sus demonios, a otras no les gustaba para nada.
14 Había “judíos que iban de un sitio a otro expulsando demonios” y quisieron hacer los mismos milagros que Pablo. El relato cuenta que algunos de ellos usaron los nombres de Jesús y Pablo para intentar expulsar demonios. Eso fue lo que trataron de hacer los siete hijos de un sacerdote principal llamado Esceva. Sin embargo, un espíritu malvado les dijo: “Conozco a Jesús y sé quién es Pablo. Pero ¿quiénes son ustedes?”. El hombre poseído se lanzó sobre aquellos impostores y los atacó como una fiera hasta que huyeron desnudos y heridos (Hech. 19:13-16). Todo el mundo pudo ver con claridad la diferencia entre el poder de Pablo, que era verdadero, y el de aquellos charlatanes, que era tan falso como su religión. Y así “la palabra de Jehová” siguió ganando fuerza. Hoy, millones de personas creen que basta con usar el nombre de Jesús o decir que son cristianas para tener la aprobación de Dios, pero están muy equivocadas. Jesús enseñó que solo quienes hacen la voluntad de su Padre pueden tener una esperanza real para el futuro (Mat. 7:21-23).
15. ¿Cómo podemos seguir el ejemplo de los efesios que se hicieron cristianos?
15 En Éfeso, muchas personas practicaban magia. Eran muy comunes los hechizos, los amuletos y los libros de conjuros. Pero la humillación que sufrieron los hijos de Esceva hizo que muchos en la ciudad se llenaran de temor de Dios, se hicieran cristianos y abandonaran la brujería. De hecho, muchos efesios decidieron traer sus libros de artes mágicas y quemarlos en público, y eso que costaban el equivalente a miles y miles de dólares.d Lucas escribió: “Así, la palabra de Jehová siguió extendiéndose y ganando fuerza de manera poderosa” (Hech. 19:17-20). ¡Qué triunfo de Jehová sobre Satanás y sus demonios! Aquellas personas nos dejaron un magnífico ejemplo de fidelidad. Nosotros también vivimos en un mundo lleno de gente que practica el espiritismo y otras formas de ocultismo. Si descubrimos que tenemos algún objeto relacionado con esto, debemos ser como los efesios y deshacernos inmediatamente de él, cueste lo que cueste. No queremos tener nada que ver con esas prácticas repugnantes.
“Se produjo un fuerte disturbio” (Hechos 19:23-41)
“Señores, ustedes saben bien que nuestra ganancia depende de este negocio” (Hechos 19:25).
16, 17. a) ¿Cómo puso Demetrio a la gente en contra de los cristianos? b) ¿Por qué decimos que los efesios eran unos fanáticos?
16 A continuación, Lucas nos habla de otro método que usa Satanás: los grupos violentos. Hechos 19:23 dice que “se produjo un fuerte disturbio a causa del Camino”, y la situación se puso muy peligrosa.e Todo empezó cuando un platero llamado Demetrio reunió a sus colegas y les recordó que si querían seguir ganando dinero tenían que seguir vendiendo ídolos. Luego les insinuó que el mensaje que predicaba Pablo no les convenía, porque los que se hacían cristianos ya no adoraban ídolos. Por último, como sabía que ellos estaban muy orgullosos de su ciudad y su país, les advirtió que, si dejaban que la gente escuchara a Pablo, entonces su famoso templo sería “despreciado” y su diosa Ártemis perdería su esplendor (Hech. 19:24-27).
17 Demetrio se salió con la suya. Los plateros se pusieron furiosos y comenzaron a gritar: “¡Grande es Ártemis de los efesios!”. El caos se apoderó de la ciudad, lo que desencadenó la avalancha de fanáticos que mencionamos en el primer párrafo.f Pablo, tan valiente como siempre, quería ir al teatro para hablar ante la multitud, pero los discípulos insistieron en que no se metiera en la boca del lobo. Entonces un hombre llamado Alejandro se puso delante de todos y trató de hablar. Como era judío, tal vez quisiera explicar las diferencias entre su religión y el cristianismo. Pero la multitud estaba tan furiosa que no quiso escucharlo. En cuanto se dieron cuenta de que era judío, lo callaron a gritos y estuvieron dos horas repitiendo: “¡Grande es Ártemis de los efesios!”. En la actualidad, el fanatismo religioso también hace que la gente se cierre por completo o se ponga como loca (Hech. 19:28-34).
18, 19. a) ¿Cómo logró el registrador de la ciudad calmar los ánimos de la multitud? b) ¿Cómo han protegido las autoridades a los siervos de Jehová, y cómo podemos contribuir a que nos den ese apoyo?
18 Al final tuvo que intervenir el registrador de la ciudad. Este funcionario calmó a la multitud y les aseguró que aquellos cristianos no eran ninguna amenaza ni para su templo ni para su diosa. También les dijo que Pablo y sus compañeros no habían cometido ningún delito contra el templo de Ártemis y que además, si querían acusarlos de algo, tenían que seguir un procedimiento. Pero quizás el argumento que más convenció a los efesios fue que, según la ley romana, aquella protesta era ilegal, y Roma podía tomar medidas drásticas contra ellos. A continuación, le dijo a la multitud que se fuera de allí. Gracias a las palabras tan razonables de este hombre, los ánimos se enfriaron tan rápido como se habían calentado (Hech. 19:35-41).
19 No era la primera vez que una persona sensata y con autoridad protegía a los discípulos de Jesús, y tampoco sería la última. De hecho, el apóstol Juan tuvo una visión sobre los últimos días, y en ella “la tierra”, es decir, los elementos estables del mundo, se tragaba “un río”, o sea, la persecución de Satanás contra los cristianos (Apoc. 12:15, 16). Y así ha sido. Muchos jueces justos han protegido los derechos que tenemos los testigos de Jehová de predicar las buenas noticias y de reunirnos para adorar a Dios. Claro, puede que nuestra conducta haya contribuido a que nos den ese apoyo. En el caso de Pablo, parece que gracias a su buen comportamiento se ganó el respeto y la simpatía de algunos funcionarios de Éfeso, y quisieron protegerlo (Hech. 19:31). Si nosotros también somos respetuosos y honrados, causaremos una buena impresión. Y quién sabe qué efecto pudiera tener nuestra buena conducta.
20. a) ¿Cómo se siente usted al ver que la palabra de Jehová ganó fuerza en el siglo primero y sigue haciéndolo hoy? b) ¿Qué está dispuesto a hacer?
20 ¿Verdad que es emocionante ver cómo “la palabra de Jehová siguió extendiéndose y ganando fuerza” en el siglo primero? Y también nos emocionan las victorias que Jehová les da ahora a sus siervos. ¿Le gustaría aportar su granito de arena? Si así es, piense en todas las lecciones que hemos analizado: esfuércese por ser humilde, acepte los cambios en la organización, no deje de trabajar duro en la predicación, rechace cualquier contacto con los demonios y haga todo lo posible por dar buen testimonio con su conducta respetuosa y honrada.
a Vea el recuadro “Éfeso, capital de Asia”.
b Pablo también escribió su primera carta a los corintios mientras estuvo en Éfeso.
c Puede que estos paños fueran pañuelos que Pablo se ataba a la frente para que el sudor no le entrara en los ojos. Y el hecho de que usara delantales puede indicar que dedicaba sus horas libres —tal vez temprano por la mañana— a trabajar haciendo tiendas de campaña (Hech. 20:34, 35).
d Según Lucas, todos esos libros valían en total 50.000 monedas de plata. Si se trataba de denarios, esa cantidad representaba el salario de 50.000 días de trabajo, o sea, 137 años.
e Hay quienes creen que Pablo se refirió a esta situación cuando dijo que él y sus compañeros habían temido por sus vidas (2 Cor. 1:8). Pero puede que estuviera pensando en una situación todavía más peligrosa, pues también escribió que había “peleado con animales salvajes en Éfeso”. Aquí pudo referirse a que había luchado con animales feroces en un estadio o a que se había enfrentado a enemigos brutales (1 Cor. 15:32). Las dos interpretaciones son posibles.
f Aquellos gremios o grupos de artesanos tenían mucho poder. Por ejemplo, unos 100 años después, el grupo de panaderos empezó una revuelta muy parecida en Éfeso.
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“Estoy limpio de la sangre de todo hombre”Demos “un testimonio completo sobre el Reino de Dios”
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CAPÍTULO 21
“Estoy limpio de la sangre de todo hombre”
El espíritu de entrega de Pablo en el ministerio y sus consejos para los ancianos
Basado en Hechos 20:1-38
1-3. a) ¿Cómo murió Eutico? b) ¿Qué hizo Pablo, y qué nos enseña esto sobre él?
PABLO se encuentra en la ciudad de Troas. Está reunido con muchísimos hermanos en el tercer piso de una casa. Es el último día que estará con ellos, y tiene tanto que decirles que le da la medianoche hablándoles. El humo y el calor que desprenden tantas lámparas en la habitación probablemente contribuyen a que el ambiente se ponga muy cargado. Un joven llamado Eutico, que está sentado en una ventana, se va quedando dormido en pleno discurso de Pablo hasta que, de pronto, se cae hacia la calle.
2 Como Lucas es médico, seguramente es de los primeros en salir corriendo a ayudar a Eutico, pero ya no hay nada que hacer: está muerto (Hech. 20:9). Entonces llega Pablo, se echa sobre él y le dice al grupo: “No se alarmen. Está vivo”. Pablo le ha devuelto la vida a Eutico. ¡Todo un milagro! (Hech. 20:10).
3 Aquella resurrección es una muestra de las maravillas que Jehová puede hacer con su espíritu santo. Pablo no tuvo la culpa de que muriera Eutico, pero tampoco quería que los hermanos se quedaran con un recuerdo tan desagradable ni que ese accidente perjudicara la fe de ellos. Al haber resucitado al muchacho, Pablo consoló a los hermanos y los fortaleció para que pudieran seguir predicando con ganas. Es obvio que él reconocía el valor que tiene la vida, y por eso la respetaba tanto y hasta pudo decir: “Estoy limpio de la sangre de todo hombre” (Hech. 20:26). Analicemos cómo puede ayudarnos el ejemplo de Pablo a sentir ese mismo respeto por la vida.
“Emprendió su viaje hacia Macedonia” (Hechos 20:1, 2)
4. ¿Qué mala experiencia tuvo Pablo en Éfeso?
4 Como vimos en el capítulo anterior, Pablo había tenido una muy mala experiencia predicando en Éfeso. Y es que, como los plateros de la ciudad vivían de la venta de ídolos para la adoración de Ártemis, provocaron un disturbio y la gente se puso muy violenta. El relato sigue diciendo: “Cuando se calmó el alboroto, Pablo mandó llamar a los discípulos. Tras animarlos y despedirse de ellos, emprendió su viaje hacia Macedonia” (Hech. 20:1).
5, 6. a) ¿Cuánto tiempo debió de pasar Pablo en Macedonia, y cómo ayudó a los hermanos de allí? b) ¿Cómo veía Pablo a sus hermanos en la fe?
5 De camino a Macedonia, Pablo se detuvo en el puerto de Troas y se quedó un tiempo allí. Esperaba reunirse con Tito, quien se había ido a Corinto (2 Cor. 2:12, 13). Pero, cuando Pablo se dio cuenta de que Tito no iba a poder llegar, se fue a Macedonia. Quizás estuvo alrededor de un año dando “muchas palabras de ánimo a los discípulos de allí” (Hech. 20:2).a Finalmente, Tito se encontró con él en Macedonia y le contó que los cristianos de Corinto habían reaccionado muy bien a su primera carta (2 Cor. 7:5-7). Esto motivó a Pablo a escribirles otra carta, que ahora conocemos como Segunda a los Corintios.
6 Es interesante que, cuando Lucas habla de las visitas de Pablo a Éfeso y Macedonia, usa las palabras animar y ánimo. Eso indica lo que Pablo sentía por los hermanos. Él no era como los fariseos, no se creía superior a los demás. Más bien, amaba a las ovejitas de la congregación. Sus hermanos eran sus compañeros de equipo (Juan 7:47-49; 1 Cor. 3:9). Y siguió viéndolos así incluso cuando tuvo que aconsejarlos con firmeza (2 Cor. 2:4).
7. ¿Cómo imitan a Pablo los superintendentes cristianos?
7 En la actualidad, los ancianos de las congregaciones y los superintendentes de circuito se esfuerzan por imitar el ejemplo de Pablo. Incluso cuando tienen que aconsejar con firmeza a alguien, lo hacen con el objetivo de ayudar a esa persona. Intentan entender cómo se siente y, en vez de ser sus jueces, hacen todo lo posible por animarla. Un superintendente de circuito con mucha experiencia comenta: “La mayoría de los hermanos quieren hacer las cosas bien, pero muchas veces luchan contra sus frustraciones, sus miedos o sus sentimientos de impotencia”. Los ancianos pueden fortalecer mucho a los hermanos que se sienten así (Heb. 12:12, 13).
“Tramaron una conspiración contra él” (Hechos 20:3, 4)
8, 9. a) ¿Qué obligó a Pablo a cambiar sus planes de viajar a Siria? b) ¿Por qué odiaban los judíos a Pablo?
8 De Macedonia, Pablo se fue a Corinto y pasó tres meses allí.b Tenía pensado ir a Cencreas, tomar un barco a Siria y, desde allí, ir a Jerusalén para entregarles ayuda material a los hermanos necesitados (Hech. 24:17; Rom. 15:25, 26).c Sin embargo, pasó algo inesperado que obligó a Pablo a cambiar de planes. ¿Qué fue lo que pasó? Que “los judíos tramaron una conspiración contra él” (Hech. 20:3).
9 Los judíos odiaban a Pablo porque lo consideraban un apóstata. Y, cuando Pablo estuvo predicando en Corinto, el líder de la sinagoga, Crispo, se hizo cristiano (Hech. 18:7, 8; 1 Cor. 1:14). En otra ocasión los judíos de allí habían acudido al procónsul de Acaya, Galión, y acusaron a Pablo de violar las leyes, pero Galión rechazó la acusación, y eso los puso furiosos (Hech. 18:12-17). Ahora puede que estos judíos se hayan enterado de que Pablo iba a embarcarse en Cencreas, o tal vez se lo hayan imaginado. El caso es que tramaron matarlo allí. Veamos qué hizo Pablo.
10. ¿Por qué no se puede tachar de cobarde a Pablo por no haber ido a Cencreas?
10 Por su seguridad y la de los fondos que le habían encargado, Pablo decidió volver a Macedonia en vez de ir a Cencreas. No es que viajar por tierra fuera mucho más seguro. Los caminos estaban llenos de ladrones, y las posadas también tenían sus riesgos. Pero Pablo pensó que exponerse a estos peligros era mejor que lo que le esperaba en Cencreas. Por lo menos no andaba solo; lo acompañaban Aristarco, Gayo, Segundo, Sópater, Timoteo, Tíquico y Trófimo (Hech. 20:3, 4).
11. ¿Qué medidas tomamos para protegernos, y qué ejemplo nos dio Jesús?
11 Igual que Pablo, los cristianos de hoy también tomamos medidas para protegernos cuando participamos en el ministerio. Por eso, en ciertas zonas siempre vamos en grupos, o al menos con alguien más. Y, en caso de persecución, también tenemos cuidado. Aunque sabemos que no podemos evitarla, no nos arriesgamos innecesariamente cuando predicamos (Juan 15:20; 2 Tim. 3:12). Pensemos en lo que hizo Jesús. En una ocasión, en Jerusalén, al ver que sus enemigos recogían piedras para apedrearlo, “se escondió y salió del templo” (Juan 8:59). Y en otra ocasión, cuando los judíos tramaron matarlo, “dejó de andar en público entre los judíos y se fue a la región que está cerca del desierto” (Juan 11:54). Así que, cuando era necesario, Jesús tomaba medidas para protegerse y así poder cumplir con lo que Jehová le había encargado. Hoy los cristianos hacemos lo mismo (Mat. 10:16).
“Se sintieron enormemente consolados” (Hechos 20:5-12)
12, 13. a) ¿Cómo se sintieron los hermanos cuando resucitó Eutico? b) ¿Qué esperanza nos consuela a nosotros?
12 Pablo y sus compañeros viajaron juntos por Macedonia. Al parecer, en algún momento se separaron pero “a los cinco días”d volvieron a juntarse, ya que Lucas mismo escribió: “Los alcanzamos en Troas” (Hech. 20:6).e Fue allí donde Pablo resucitó a Eutico, como vimos al principio del capítulo. ¿Cómo cree que se sintieron los hermanos al verlo vivo otra vez? La Biblia dice que “se sintieron enormemente consolados” (Hech. 20:12).
13 Es verdad que este tipo de milagros ya no pasan ahora. Pero quienes han perdido algún ser querido también se sienten “enormemente consolados” gracias a la esperanza bíblica de la resurrección (Juan 5:28, 29). No hay que olvidar que Eutico volvió a morir, pues era imperfecto (Rom. 6:23). Sin embargo, quienes resuciten en el nuevo mundo tendrán la oportunidad de vivir para siempre. Y quienes resuciten en los cielos para reinar con Jesús tendrán la inmortalidad (1 Cor. 15:51-53). Así que tanto los ungidos como las “otras ovejas” tienen muy buenas razones para sentirse “enormemente consolados” (Juan 10:16).
“Públicamente y de casa en casa” (Hechos 20:13-24)
14. ¿Qué les dijo Pablo a los ancianos de Éfeso cuando se reunieron en Mileto?
14 Pablo y sus compañeros viajaron de Troas a Asón, y luego a Mitilene, Quíos, Samos y Mileto. Él quería llegar a Jerusalén para el día de la Fiesta de Pentecostés, así que hizo el viaje de regreso en un barco que no paraba en Éfeso. Pero, como quería hablar con los ancianos de Éfeso, les pidió que se encontraran con él en Mileto (Hech. 20:13-17). Cuando se reunió con ellos, les dijo: “Ustedes saben bien cómo me he comportado entre ustedes desde el primer día que pisé la provincia de Asia. He servido como esclavo al Señor con toda humildad, y he derramado lágrimas y he sufrido pruebas debido a las conspiraciones de los judíos. Aun así, no dudé en decirles cualquier cosa que fuera de provecho para ustedes ni de enseñarles públicamente y de casa en casa. Al contrario, tanto a judíos como a griegos les di un testimonio completo sobre la necesidad de arrepentirse y volverse a Dios y de tener fe en nuestro Señor Jesús” (Hech. 20:18-21).
15. ¿Por qué el método de predicar de casa en casa es tan bueno?
15 En la actualidad hay muchos métodos de predicación. Igual que Pablo, hacemos todo lo posible por ir a los lugares donde está la gente: las paradas de autobús, las calles transitadas, las zonas comerciales... Pero la predicación de casa en casa es el principal método de predicación de los testigos de Jehová. ¿Por qué? Para empezar, porque así todo el mundo tiene la oportunidad de escuchar cada cierto tiempo el mensaje del Reino. Esto demuestra que Jehová es imparcial. Además, nos permite llegar a las personas de buen corazón y darles la ayuda que cada una necesite. Y a nosotros también nos ayuda porque fortalece nuestra fe y nuestro aguante. Sin duda, el empeño con que predicamos “públicamente y de casa en casa” es un sello que distingue a los cristianos verdaderos.
16, 17. ¿Por qué decimos que Pablo fue muy valiente, y cómo seguimos su ejemplo?
16 El relato dice que Pablo siguió hablando con los ancianos efesios. Les dijo que no sabía a qué peligros se enfrentaría en Jerusalén. Pero también les dijo: “No me importa mi propia vida con tal de que termine mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús de dar un testimonio completo de las buenas noticias de la bondad inmerecida de Dios” (Hech. 20:24). Y la verdad es que Pablo fue muy valiente, porque no dejó que nada —ni siquiera la cruel persecución ni los problemas de salud— le impidiera cumplir con su misión.
17 Los cristianos de la actualidad también pasamos por distintos tipos de problemas. Algunos viven en lugares donde la obra está prohibida y hay persecución. Otros batallan con enfermedades debilitantes o con problemas emocionales. Nuestros jóvenes se enfrentan constantemente a la presión de sus compañeros de clase. Sea cual sea la situación de cada uno, los testigos de Jehová somos tan valientes como Pablo y no dejaremos que nada nos impida “dar un testimonio completo de las buenas noticias”.
“Cuídense ustedes mismos y cuiden del rebaño” (Hechos 20:25-38)
18. ¿Por qué estaba Pablo limpio de sangre, y cómo podían seguir su ejemplo los ancianos de Éfeso?
18 En aquella reunión con los ancianos de Éfeso, Pablo les dijo que probablemente no volverían a verlo. Entonces les dio consejos muy claros, y para eso les recordó lo que él mismo había hecho: “Estoy limpio de la sangre de todo hombre, porque no dudé en declararles toda la voluntad de Dios”. ¿Y cómo podrían seguir su ejemplo para que ellos tampoco fueran culpables de la muerte de nadie? Les dijo: “Cuídense ustedes mismos y cuiden del rebaño, del cual el espíritu santo los nombró superintendentes para pastorear la congregación de Dios, que él compró con la sangre de su propio Hijo” (Hech. 20:26-28). Les advirtió que se infiltrarían en el rebaño “lobos feroces” que dirían “cosas retorcidas para arrastrar a los discípulos y llevárselos detrás de ellos”. ¿Qué debían hacer entonces los ancianos? Pablo se lo dejó claro: “Manténganse despiertos y recuerden que durante tres años, de día y de noche, no dejé de aconsejar a cada uno de ustedes con lágrimas” (Hech. 20:29-31).
19. ¿Qué apareció a finales del siglo primero, y a qué dio lugar esto en los siglos posteriores?
19 Aquellos “lobos feroces” aparecieron en escena a finales del siglo primero. Alrededor del año 98, el apóstol Juan escribió: “Incluso ahora han aparecido muchos anticristos [...]. Ellos salieron de entre nosotros, pero no eran de los nuestros; porque, si hubieran sido de los nuestros, se habrían quedado con nosotros” (1 Juan 2:18, 19). Para el siglo tercero, ya se había formado la clase clerical de la cristiandad por culpa de la apostasía. Y en el siglo cuarto el emperador Constantino le dio el reconocimiento oficial a esta falsificación del cristianismo. Aquellos líderes religiosos apóstatas dijeron “cosas retorcidas”. Y es que aceptaron enseñanzas y costumbres paganas, y luego dijeron que eran “cristianas”. Hasta el día de hoy, las Iglesias de la cristiandad siguen basándose en esas mismas costumbres y enseñanzas falsas.
20, 21. ¿Cómo demostró Pablo que tenía un gran espíritu de sacrificio, y cómo lo imitan los ancianos de hoy?
20 ¡Qué diferente era Pablo de aquellos lobos que aparecerían después y se aprovecharían del rebaño! Él trabajó para mantenerse y no ser una carga para las congregaciones. Nunca esperó que le dieran dinero por servir a los hermanos. De hecho, animó a los ancianos efesios a que mostraran el mismo espíritu de sacrificio: “Deben trabajar así de duro para ayudar a los que son débiles”. Y añadió: “Deben recordar estas palabras que dijo el Señor Jesús: ‘Hay más felicidad en dar que en recibir’” (Hech. 20:35).
21 Igual que Pablo, los ancianos de hoy muestran un gran espíritu de sacrificio. Son conscientes de que se les dio la responsabilidad de “pastorear la congregación de Dios” y lo hacen sin esperar nada a cambio. Ellos no son como los líderes de la cristiandad, que les sacan el dinero a sus ovejas. Dentro de la congregación cristiana no hay lugar para la ambición y el orgullo. De hecho, todo el que quiera “buscar gloria” y honra para sí mismo acabará hundido en la deshonra (Prov. 11:2; 25:27).
“Todos rompieron a llorar” (Hechos 20:37).
22. ¿Por qué querían tanto a Pablo los ancianos de Éfeso?
22 Pablo amaba de verdad a los hermanos, y por eso ellos lo querían tanto. Así que, cuando tuvieron que despedirse de él, “todos rompieron a llorar y abrazaron a Pablo y lo besaron con cariño” (Hech. 20:37, 38). Los cristianos de hoy también valoramos y queremos mucho a quienes son como él y dan de su tiempo, recursos y energías para cuidar a las ovejitas. ¿Verdad que aprendemos mucho del ejemplo de Pablo? Está claro que no exageraba cuando dijo: “Estoy limpio de la sangre de todo hombre” (Hech. 20:26).
a Vea el recuadro “Las cartas que escribió Pablo en Macedonia”.
b Durante ese tiempo probablemente escribió Romanos.
c Vea el recuadro “Pablo entrega ayuda material”.
d La vez pasada el viaje en barco de Filipos a Troas les llevó dos días (Hech. 16:11). Pero puede que en esta ocasión les tomara cinco días por culpa del viento.
e En Hechos 20:5, 6, Lucas vuelve a incluirse en el relato. Esto parece indicar que Pablo se encontró con Lucas en Filipos —donde lo había dejado— y siguieron juntos hasta Troas (Hech. 16:10-17, 40).
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