-
¿Los ha llamado Dios a la paz?La Atalaya 1988 | 1 de noviembre
-
-
Nos guarda “la paz de Dios”
17. ¿Qué puede ayudar a todo cristiano a ser feliz y estable en este mundo perturbado?
17 Por lo general los cristianos separados o divorciados tienen problemas singulares. Pero hasta cierto grado “las mismas cosas en cuanto a sufrimientos van realizándose en toda la asociación de [nuestros] hermanos en el mundo”. (1 Pedro 5:6-11.) Por ejemplo, la persecución afecta a todos los que sirven a Jehová, y la mayoría de los cristianos afrontan problemas financieros o de salud, desilusiones, tentaciones, y así por el estilo. Por lo tanto, como otros testigos de Jehová, el cristiano separado o divorciado tiene que seguir satisfaciendo sus necesidades espirituales mediante estudiar la Biblia, asistir con regularidad a las reuniones, participar activamente en el ministerio del campo, llevar una vida equilibrada de servicio sagrado y orar constantemente para permanecer allegado a Jehová. (Mateo 5:3.) El no hacer eso pudiera poner en peligro la espiritualidad de cualquier cristiano, mientras que el ‘buscar primero el Reino’ da a cada leal testigo de Jehová una notable medida de felicidad y estabilidad en este mundo perturbado.
-
-
¿Los ha llamado Dios a la paz?La Atalaya 1988 | 1 de noviembre
-
-
Todos los siervos fieles de Jehová necesitan algo precioso de que pueden disfrutar: “la paz de Dios que supera a todo pensamiento”. Como cristianos, podemos tener esta preciosa paz si prestamos atención a las palabras de Pablo: “No se inquieten por cosa alguna, sino que en todo, por oración y ruego junto con acción de gracias, dense a conocer sus peticiones a Dios; y la paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales mediante Cristo Jesús”. (Filipenses 4:6, 7.)
20. a) ¿Qué es “la paz de Dios”? b) Sea cual sea nuestro estado respecto al matrimonio, ¿qué debemos hacer?
20 Esa paz es una tranquilidad y calma que Dios da, hasta en medio de las circunstancias más penosas. Viene de una relación estrecha con Jehová y del conocimiento de que hacemos lo que le agrada. Los que poseen “la paz de Dios” permiten que Su espíritu los mueva, y la ansiedad no los agobia. ¿Por qué? Porque saben que nada les sucederá si no es por permiso divino. (Efesios 4:30; compárese con Hechos 11:26.) Por eso, seamos solteros o casados, separados o divorciados, atesoremos “la paz de Dios”. Y tengamos la misma confianza que tuvo David, quien declaró: “En paz ciertamente me acostaré y también dormiré, porque tú, sí, tú solo, oh Jehová, me haces morar en seguridad”. (Salmo 4:8.)
-