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  • Paz divina para las personas a quienes Jehová enseña
    La Atalaya 1987 | 15 de marzo
    • Paz divina para las personas a quienes Jehová enseña

      “Todos tus hijos serán personas enseñadas por Jehová, y la paz de tus hijos será abundante.” (ISAÍAS 54:13.)

      1, 2. ¿De qué depende el disfrutar de la paz?

      ¡PAZ! ¡Cuán deseable condición es esa! Sin embargo, la historia del hombre ciertamente no se caracteriza por la paz. ¿A qué se debe esto?

      2 El disfrute de la paz está estrechamente relacionado con el respeto a la autoridad. ¿Y quién es la más elevada autoridad del universo? El Creador, Jehová Dios. Por lo tanto, la paz no se puede conseguir sin que tengamos con él una relación que él apruebe. (Salmo 29:11; 119:165.) Si se deshace esa importantísima relación, nadie puede disfrutar de verdadera paz con Dios, ni con su semejante, ni consigo mismo. (Isaías 57:21.)

      Por qué no tiene paz el mundo

      3. ¿Cómo se dañó la relación de que disfrutaba la humanidad con Dios?

      3 Como bien sabemos, fue poco después del comienzo de la historia humana cuando un hijo celestial de Dios se rebeló contra Jehová. La rebelión es un estado de guerra. Aquel quebrantador de la paz, quien llegó a ser conocido como Satanás el Diablo, instó a Eva a no dejar que la ley de Dios le impidiera hacer lo que creyera que fuera ventajoso para ella. El Diablo torció los hechos para llevarla a pensar que al prestar atención a Dios quedaba privada de algo bueno. Procuró despertar egoísmo, una actitud de ‘yo primero’. Pronto el esposo de Eva también cometió desafuero, y, como resultado de ello, toda su prole ha sido contagiada de ese espíritu. (Génesis 3:1-6, 23, 24; Romanos 5:12.)

      4, 5. a) ¿Hasta qué grado ha podido Satanás influir en el pensamiento de la humanidad? b) ¿Qué efecto ha tenido esto en los esfuerzos del hombre por alcanzar la paz?

      4 No es solo una porción pequeña de la humanidad la que echa a un lado la ley divina. Las Escrituras nos dicen que Satanás está “extraviando a toda la tierra habitada”. (Revelación 12:9.) Algunas personas son crasamente desaforadas, y no toman en cuenta para nada ni a Dios ni a sus semejantes; otras no llegan a ese extremo. Pero tan grande ha sido el éxito de Satanás en cuanto a influir en el pensamiento de la humanidad que el apóstol Juan pudo decir: “El mundo entero yace en el poder del inicuo”. (1 Juan 5:19.) Sea que la gente afirme creer en la existencia del Diablo o no, hace lo que él desea. Le obedecen; por eso, él es su gobernante. Como resultado de esto, la humanidad está apartada de Dios, en enemistad con él. ¿Debería sorprendernos el que, en tal ambiente, hayan fracasado los esfuerzos humanos por alcanzar la paz? (Colosenses 1:21.)

      5 Sin embargo, personas de todas las naciones, en cantidades cada vez mayores, experimentan ahora la paz divina, una paz que viene de Dios. ¿Cómo se ha realizado esto?

      La paz satisfaciente que Dios da

      6. a) ¿Cómo da énfasis la Biblia a la paz? b) ¿Por medio de quién es posible que disfrutemos de la paz que Dios da?

      6 Bien se describe a Jehová en Romanos 15:33 como “el Dios que da paz”. Desde el mismo principio Dios se propuso que todas sus criaturas disfrutaran de paz. Más de 300 veces se refiere a la paz su Palabra inspirada, la Biblia. Aclara que Jesucristo es el “Príncipe de Paz”. (Isaías 9:6, 7.) Es a él a quien Dios ha comisionado para que desbarate las obras del principal quebrantador de la paz, Satanás el Diablo. (1 Juan 3:8.) Y mediante el “Príncipe de Paz” es posible que cada uno de nosotros disfrute de la paz satisfaciente que Dios da.

      7. a) ¿Qué implica la paz que Dios da? b) ¿Por qué, para tenerla, no es necesario esperar hasta que el viejo sistema se haya ido y finalmente hayamos alcanzado la perfección?

      7 ¡Qué maravillosa es esa paz! Es más que solo la ausencia de guerra. La palabra hebrea scha·lóhm, por lo general traducida “paz”, implica salud, prosperidad y bienestar. La paz de Dios que poseen los verdaderos cristianos es singular porque no depende del ambiente en que se hallen. Esto no significa que los alrededores desagradables no tengan efecto en ellos. Pero llegan a tener una fortaleza interna que impide que contribuyan al disturbio por pagar con la misma moneda cuando una situación los afecta. (Romanos 12:17, 18.) Aunque alguien padezca de una enfermedad física o tenga pocas posesiones materiales, todavía puede ser persona saludable y próspera desde el punto de vista espiritual y así disfrutar de la paz que Dios da. Es obvio que la paz de que disfrutan personas que se hallan en esa situación será mucho mayor cuando este mundo egoísta se haya ido, y se profundizará cuando toda la humanidad haya alcanzado la perfección. Pero la paz divina de que podemos disfrutar ahora mismo es una condición de tranquilidad de la mente y el corazón, un estado de sosiego interior a pesar de lo que esté sucediendo en el exterior. (Salmo 4:8.) Proviene de saber que Dios aprueba nuestra relación con él. ¡Qué inapreciable posesión!

      Hijos enseñados por Jehová

      8. ¿Quiénes fueron los primeros que disfrutaron de esta paz con Dios mediante Jesucristo?

      8 ¿Quiénes disfrutan de una paz como esa porque son enseñados por Jehová y prestan atención a sus mandamientos? En respuesta, la Biblia dirige primero nuestra atención a los que componen el Israel espiritual. De ellos se habla en Gálatas 6:16, donde leemos: “A todos los que hayan de andar ordenadamente por esta regla de conducta, sobre ellos haya paz y misericordia, sí, sobre el Israel de Dios”. Estos son los 144.000 a quienes Dios ha escogido para que vivan con Jesucristo en los cielos. (Revelación 14:1.)

      9. ¿Qué fue la “regla de conducta” asociada con el disfrute de paz por el Israel espiritual?

      9 Allá en el primer siglo los que eran parte del Israel espiritual estaban aprendiendo una verdad fundamental, una “regla de conducta”, que estaba directamente relacionada con su disfrute de la paz. Era muy importante que aprendieran esta regla de conducta. Por más de 15 siglos Jehová había usado la Ley de Moisés para dar sombras de buenas cosas que habían de venir. Pero después de la muerte de Jesucristo como sacrificio los requisitos de la Ley de Moisés quedaron sin vigencia. (Hebreos 10:1; Romanos 6:14.) La decisión del cuerpo gobernante cristiano en Jerusalén sobre la cuestión de la circuncisión manifestó esto. (Hechos 15:5, 28, 29.) Se recalcó de nuevo en la carta inspirada a los Gálatas. Las buenas cosas prefiguradas por la Ley de Moisés habían empezado a realizarse. Pacientemente Jehová fue grabando en la mente y el corazón de los seguidores ungidos de Cristo el significado de Su bondad amorosa expresada mediante Cristo. Al ejercer fe en esta provisión, al comportarse en armonía con ella, ellos podían disfrutar de una paz de la cual nunca habían podido disfrutar humanos pecaminosos. (Gálatas 3:24, 25; 6:16, 18.)

      10. a) El Israel espiritual experimentaba el cumplimiento de ¿qué promesa registrada en Isaías 54:13? b) ¿Qué efecto ha tenido en la paz del Israel espiritual el que Jehová los haya disciplinado?

      10 Los que eran parte del Israel espiritual experimentaban el cumplimiento de la magnífica promesa que se había escrito en Isaías 54:13. Allí, Dios mismo, comparando a su organización de criaturas leales de la región espiritual con una esposa, dijo: “Todos tus hijos serán personas enseñadas por Jehová, y la paz de tus hijos será abundante”. Por supuesto, el Hijo principal de ella es Jesucristo mismo, que vino a ser el Mesías cuando fue ungido con espíritu santo en el año 29 E.C. Pero la “mujer” celestial de Jehová tiene más hijos... otros 144.000 que llegan a ser la parte secundaria de la descendencia que se predijo en Génesis 3:15. Jehová prometió que él sería el Magnífico Instructor de todos estos hijos. Les ha enseñado la verdad acerca de sí mismo y sus propósitos. Les ha dicho cómo servirle. A veces ha tenido que disciplinarlos. Esto ha sido necesario cuando no han prestado atención a su Palabra. Puede ser difícil aceptar la disciplina. Pero ellos han reconocido humildemente que la necesitan, y han hecho los cambios pertinentes, y esa disciplina ha dado buenos resultados... “fruto pacífico, a saber, justicia”. (Hebreos 12:7, 11; Salmo 85:8.)

      “Una gran muchedumbre” instruida en los caminos de Dios

      11. a) ¿A qué otras personas enseña Jehová en nuestro día? b) ¿Cómo demuestran estas personas que encuadran en la descripción que se halla en Isaías 2:2, 3, y con qué efecto en otros?

      11 En nuestro día, el Israel espiritual no es el único grupo a quien Jehová enseña. Durante medio siglo ya, también ha dirigido su atención a otras personas. Sobre estas escribió Isaías por inspiración en el Isa capítulo 2, versículos 2 y 3: “En la parte final de los días tiene que suceder que la montaña de la casa de Jehová llegará a estar firmemente establecida por encima de la cumbre de las montañas, y ciertamente será alzada por encima de las colinas; y a ella tendrán que afluir todas las naciones”. Sí, los que abrazan la adoración del único Dios verdadero le dan a esta la más ensalzada posición en su vida. Por eso sobresale como puesta por encima de toda otra clase de adoración en la cual anteriormente participaban y en que el mundo que los rodea continúa participando. Personas de todas las naciones han observado esto. Han visto que, prescindiendo de las exigencias de las autoridades mundanas o de que las prácticas anticristianas sean tan generales en el mundo, los que adoran a Jehová ponen por encima de todo lo demás su relación con él. Los observadores también han visto el fruto que esta relación produce en la vida de estos adoradores, y muchos desean participar en la adoración verdadera. Por eso, ahora hay más de tres millones de personas que dicen a otros: “Vengan, y subamos a la montaña de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y él nos instruirá acerca de sus caminos, y ciertamente andaremos en sus sendas”. (Véase también Zacarías 8:23.)

      12. ¿Qué beneficio reciben los que son mencionados en Isaías 2:2, 3 por el hecho de que Dios sea su Instructor, y qué sobresale en la instrucción que él les da?

      12 Imagínese lo que eso significa: ¡tener a Dios como su Instructor! Los que reciben tal instrucción, y en verdad aprecian su fuente, no están siempre afligidos con conflictos mentales. En su mente no hay conflicto de opiniones en cuanto a lo que es correcto. La verdad de la Palabra de Dios es clara como el cristal. Y, ¿qué indica Isaías 2:4 que sería una parte sobresaliente de la instrucción que reciben? Ese versículo tiene que ver con disfrutar de paz en un mundo dividido por la contienda. Por eso, prescindiendo de lo que otros opten por hacer, los que son enseñados por Jehová toman la iniciativa de batir sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No aprenden más la guerra.

      13. ¿Qué antecedentes tiene la “gran muchedumbre”, pero qué ha hecho de ellos la clase de personas que son?

      13 En Revelación 7:9, 10, 14 se pinta a este mismo grupo como el de los sobrevivientes que entran en la pacífica nueva tierra de Dios de después de la “gran tribulación” que se acerca. La “gran muchedumbre” sobreviviente proviene de todos los grupos étnicos, tribus, pueblos y lenguas. Muchas de estas personas pertenecían antes a facciones que estaban en guerra entre sí. Otras sencillamente seguían un modo de vivir que era fundamentalmente egoísta; sin embargo, eso también les impedía disfrutar de la paz. Pero ahora los que han salido de todas las naciones son un pueblo que ama la paz y promueve la paz. Y ¿qué ha tenido este efecto en ellos? Han sido enseñados por Jehová. (Isaías 11:9.)

      Una paz singular

      14. ¿Sobre qué se basa la paz del pueblo de Jehová, y cómo se explica eso?

      14 Ciertamente es singular la paz con la cual Jehová favorece a su pueblo. No es como lo que sucede cuando dos entidades o personas que no confían la una en la otra entran en un convenio de poca firmeza. Esta paz no envuelve transigir. Se basa en la justicia. (Isaías 32:17.) Pero ¿cómo puede ser cierto esto respecto a una paz que implica a humanos imperfectos? Como pecadores, ¿qué justicia tiene ninguno de nosotros? Pues bien, por fe podemos disfrutar de una justicia que se hace posible mediante el valor expiatorio del sacrificio de Jesús.

      15. Durante el ministerio terrestre de Jesús, ¿qué les estaba enseñando Jehová a sus hijos en perspectiva que era vital para la paz?

      15 Esto nos ayuda a comprender lo que Jesús dijo y que se escribió en Juan 6:45-47. Allí él hablaba a judíos que no habían sido atraídos a él como el Mesías, y que, por eso, murmuraban contra él. Pero con referencia a Sus discípulos él dijo: “Está escrito en los Profetas [específicamente en Isaías 54:13]: ‘Y todos ellos serán enseñados por Jehová’. Todo el que ha oído de parte del Padre, y ha aprendido, viene a mí. No que hombre alguno haya visto al Padre, salvo aquel que es de Dios; este ha visto al Padre. Muy verdaderamente les digo: El que cree tiene vida eterna”. Aquellos discípulos aceptaban la instrucción que Jehová les daba. Se sintieron atraídos a Jesús. Cuando otros rechazaron lo que él enseñaba y abandonaron a Jesús, sus apóstoles permanecieron con él. Como dijo Pedro: “Nosotros hemos creído y llegado a conocer que tú eres el Santo de Dios”. (Juan 6:69.) Por su fe en Jesucristo, les sería posible entrar en una relación de paz con Jehová Dios, una relación que conlleva la garantía de vida eterna.

      16. a) Empezando en el Pentecostés de 33 E.C., ¿cómo se beneficiaron los seguidores de Jesús de la provisión que se hizo mediante Cristo? b) Después, ¿qué se requirió de ellos?

      16 Desde el Pentecostés de 33 E.C. los beneficios del sacrificio de Cristo empezaron a aplicarse a aquellos fieles seguidores de Jesús. Lo que después escribió Pablo en Romanos 5:1 se realizó en ellos: “Ahora que hemos sido declarados justos como resultado de fe, gocemos de paz con Dios mediante nuestro Señor Jesucristo”. Todos estos habían nacido como descendientes de Adán. Como pecadores, se hallaban apartados de Dios. Cualesquiera buenas obras que personalmente pudieran haber hecho no podrían haber cancelado el pecado que habían heredado. Pero Jehová, por Su bondad inmerecida, aceptó el sacrificio de la vida humana perfecta de Jesús a favor de la prole de Adán. Ahora se hizo posible abonar justicia a los que ejercían fe en esta provisión, y que Dios los adoptara como hijos que podrían alcanzar la vida eterna. (Efesios 1:5-7.) Pero ¿se requería que hicieran más? Sí; tenían que andar en los caminos de Jehová. Ya no habrían de practicar el pecado. Pero ellos se dan cuenta de que la justicia que tienen es un resultado de la bondad inmerecida que Dios ha expresado mediante Cristo. Como dice el texto bíblico, ‘gozan de paz con Dios mediante Jesucristo’.

      17, 18. a) ¿Disfrutan las “otras ovejas” de tal paz con Dios? b) ¿Qué otras preguntas merecen consideración?

      17 ¿Qué se puede decir de las personas a quienes Jesús llamó sus “otras ovejas”? (Juan 10:16.) ¿Disfrutan de tal paz con Dios? No como hijos de Dios, pero Colosenses 1:19, 20 sí las pone entre las personas que reciben la paz divina. Dice que Dios tuvo a bien mediante Cristo “reconciliar de nuevo consigo mismo todas las demás cosas, haciendo la paz mediante la sangre que [Jesús] derramó en el madero de tormento, no importa que éstas sean las cosas sobre la tierra [es decir, los que han de ser favorecidos con vida eterna en una Tierra paradisíaca] o las cosas en los cielos”. Aun ahora, a estos que esperan vivir en la Tierra se les declara justos, y disfrutan de paz con Dios, no como hijos, sino como ‘amigos de Dios’, como lo que era Abrahán. ¡Qué favorecida posición! (Santiago 2:23.)

      18 ¿Disfruta usted personalmente de esa paz? ¿La tiene hasta el grado que es posible para los humanos que ahora viven durante este tiempo tan significativo de la historia? En el siguiente artículo consideraremos algunas de las cosas que pueden ayudar a hacer posible eso.

  • Cómo disfrutar a mayor grado de la paz divina
    La Atalaya 1987 | 15 de marzo
    • Cómo disfrutar a mayor grado de la paz divina

      “¡Oh, si realmente prestaras atención a mis mandamientos! Entonces tu paz llegaría a ser justamente como un río, y tu justicia como las olas del mar.” (ISAÍAS 48:18.)

      1. ¿Qué necesitamos para disfrutar de la paz hasta el mayor grado posible?

      LOS que junto con la congregación estudian regularmente la Biblia con la ayuda de esta revista reconocen el valor de la paz que Dios da, y desean esa paz. No hay duda de que la mayoría realmente disfruta de ella. Pero no todos al grado que les pudiera ser posible. ¿A qué se debe esto? En cuanto a los que habrían de tener paz divina, Jehová dice: “Yo, Jehová, soy tu Dios, Aquel que te enseña para que te beneficies a ti mismo, Aquel que te hace pisar en el camino en que debes andar. ¡Oh, si realmente prestaras atención a mis mandamientos! Entonces tu paz llegaría a ser justamente como un río, y tu justicia como las olas del mar”. (Isaías 48:17, 18.)

      2. a) ¿Qué implica la expresión ‘prestar atención’? b) ¿A cuántos de los mandamientos de Dios debemos prestar atención? (1 Juan 5:3.)

      2 Es obvio que cualquier persona puede beneficiarse de asistir a las reuniones donde consideramos la Biblia. Pero solo los que prestan atención a los mandamientos de Jehová, los aplican personalmente y se amoldan a ellos disfrutan verdaderamente de paz divina. ¿Hay aspectos en que usted deba hacer esto a mayor grado? (2 Pedro 1:2.) No basta con que prestemos atención a unos cuantos requisitos de Dios, pero luego pasemos por alto los que nos parecen inconvenientes o más difíciles. Cuando el Diablo trató de seducir a Jesucristo para que pensara de modo egoísta como él, Jesús respondió firmemente: “Está escrito: ‘No de pan solamente debe vivir el hombre, sino de toda expresión que sale de la boca de Jehová’”. (Mateo 4:4.)

      3. ¿Qué aspectos de nuestra vida tenemos que poner en armonía con los caminos de Jehová para verdaderamente tener paz abundante?

      3 Los mandamientos de Dios tocan todo aspecto de nuestra vida. Ante todo, implican nuestra relación con Jehová. Entonces afectan el punto de vista que tenemos de su organización visible y el ministerio cristiano, la manera como tratamos a los miembros de nuestra familia, y nuestros tratos con personas del mundo. Los que sincera y atentamente prestan atención a los mandamientos de Jehová con relación a todos estos asuntos son los que reciben la bendición de paz abundante. Consideremos unas cuantas cosas que pueden ayudarnos a experimentar eso personalmente.

      ¿Necesita su atención uno de estos asuntos?

      4. a) ¿Por qué no es garantía de que estemos en paz con Dios el tener un estudio bíblico en nuestro hogar o ir al Salón del Reino? b) ¿Qué abarca el ejercer fe en Jesucristo? (Juan 3:36.)

      4 ¿Ha estado usted estudiando la Biblia con los testigos de Jehová desde hace poco? ¿O quizás lleva meses o hasta años asociándose con la congregación local? Si así es, ciertamente ha disfrutado de ir adquiriendo conocimiento de los propósitos de Dios. Pero el hecho de que alguien disfrute de un estudio bíblico en su hogar o de ir al Salón del Reino no prueba que esa persona esté en paz con Dios. Todos nacimos en pecado, y solo mediante Jesucristo se nos hace posible la paz con Dios. (Isaías 53:5; Hechos 10:36.) El solo creer pasivamente en Jesús no trae esa paz. Es necesario comprender personalmente que necesitamos el rescate, ejercer fe en el valor del sacrificio de Jesús, y entonces dar prueba de que tenemos esa fe mediante obedecer sus mandamientos. (Santiago 2:26.) Uno de los mandamientos que Jesús dio mientras estuvo en la Tierra fue que los que quisieran ser sus discípulos deberían bautizarse en agua. (Mateo 28:19, 20.) ¿Se ha bautizado usted en símbolo de su dedicación a Jehová mediante Jesucristo?

      5. ¿Por qué son la dedicación y el bautismo factores importantes en estar en paz con Dios?

      5 ¿Hay algo en su vida que lo descalifique de poder bautizarse? Si usted sabe que lo hay, o si durante su estudio aprende que así es, no se demore en arreglar los asuntos. Dése cuenta de que cualquier actitud o conducta que haga imposible que alguien se bautice es también un obstáculo a la paz de esa persona con Dios. Obre con urgencia mientras todavía tiene la oportunidad. Como se indica en 1 Pedro 3:21, las personas a quienes Jehová Dios otorga una buena conciencia comienzan por dedicarse a él sobre la base de la fe que tienen en el sacrificio de Cristo, se bautizan en símbolo de esa dedicación, y hacen la voluntad de Dios. Entonces la paz que acompaña a una buena conciencia porque están en condición aprobada delante de Dios llega a ser posesión de ellas; de ninguna otra manera es posible esto. Por supuesto, esto es solo el principio.

      6. ¿Qué relación vemos entre el que podamos disfrutar de paz y nuestra actitud hacia las reuniones de congregación?

      6 Después, considere el asistir con regularidad a las reuniones de la congregación y participar en ellas según se le haga posible. ¿Tienen estas reuniones un lugar en su vida que usted no permite que le quiten ni el mundo ni otras actividades personales? ¿Se prepara usted para las reuniones y considera un privilegio participar en ellas? Estas cosas, también, tienen que ver definitivamente con disfrutar de la paz. ¿Por qué? Porque el espíritu de Dios está con su pueblo congregado, y la paz es un fruto de ese espíritu. (Gálatas 5:22.) Es en estas reuniones donde se nos ayuda a entender los requisitos de Jehová, y esto es algo que necesitamos para hacer lo que le es agradable. En ellas también aprendemos a promover la paz en nuestras relaciones con nuestros semejantes humanos... en la congregación, en el hogar, en la escuela y en nuestro trabajo seglar. Nuestras reuniones son una de las principales maneras como Jehová nos enseña, y, como señalan las Escrituras, aquellos a quienes Jehová enseña son los que disfrutan de paz abundante. (Isaías 54:13.)

      7. ¿Qué es necesario que hagamos en cuanto a las cosas que se consideran en nuestras reuniones?

      7 Un punto en estrecha relación con lo anterior, y que merece atención, es el de continuar aplicando en nuestra vida personal lo que vamos aprendiendo. No queremos ser como los israelitas de quienes Jehová dijo que ‘oirían vez tras vez, pero no entenderían’. (Isaías 6:9.) Sin embargo, ¿queremos ser como las personas de quienes Jehová le habló a Ezequiel?... ¿personas que escuchaban al profeta de Jehová, pero no hacían lo que él decía porque optaban por satisfacer sus deseos inmundos y materialistas? (Ezequiel 33:31, 32.) En contraste con esto, a los que se reunirían en la casa de Jehová hoy día y obtendrían su aprobación se les describe como a personas que dicen: “Subamos a la montaña de Jehová y a la casa del Dios de Jacob; y él nos instruirá acerca de sus caminos, y ciertamente andaremos en sus sendas”. (Miqueas 4:2.) Si verdaderamente tomamos a pecho la instrucción que recibimos en nuestras reuniones, si en cada reunión aislamos por lo menos un punto que necesitamos personalmente y entonces nos esforzamos por aplicarlo, vamos a cosechar fruto apacible. Como Jesús dijo en Lucas 11:28: “¡Felices son los que oyen la palabra de Dios y la guardan!”.

      8. ¿Cómo puede beneficiarnos personalmente el participar en el ministerio del campo hasta el mayor grado que lo permitan nuestras circunstancias?

      8 Una de las cosas que reciben énfasis en nuestras reuniones es la importancia de participar de lleno en proclamar el Reino de Dios y ayudar a otros a hacerse discípulos. (Mateo 24:14; 28:19.) ¿Son prominentes estas actividades en su vida? Si de veras hemos prestado atención a lo que Jehová nos dice mediante su Palabra y su organización, sabemos que este es el trabajo más importante que se hace en la Tierra hoy. (Revelación 14:6, 7.) Y es un hecho bien conocido que los que sirven de tiempo completo —así como los que, aunque no pueden ser precursores, sí son celosos en el ministerio— son los que se destacan por su felicidad entre nosotros. La paz de que disfrutan no es como una simple gota de agua, sino que, como dijo Jehová, llega a ser “justamente como un río”. (Isaías 48:18.) ¿Describe eso su situación? Todos podemos experimentar lo mismo.

      9. ¿Qué puede ayudarnos a mantenernos dentro de la paz que Dios nos ha dado hasta cuando experimentamos graves dificultades?

      9 Sin embargo, el prestar atención a todo este consejo no nos hace inmunes a las presiones de la vida en el sistema de cosas actual. Pero a pesar de lo difíciles que se hagan las situaciones, Dios nos asegura que nos dará su ayuda amorosa si acudimos a él. (1 Pedro 5:6, 7.) ¿Hemos aprendido a buscar la ayuda y dirección de Jehová en todo cuanto hacemos, orándole con franqueza y, después de haber hecho lo que podemos hacer en las situaciones difíciles, arrojando nuestras cargas sobre él, dejándolas con confianza en sus manos? (Proverbios 3:5, 6; Salmo 55:22.) En Filipenses 4:6, 7 se nos da este estímulo afectuoso: “No se inquieten por cosa alguna, sino que en todo, por oración y ruego junto con acción de gracias, dense a conocer sus peticiones a Dios; y la paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales mediante Cristo Jesús”. ¡Qué maravillosa provisión es esa! ¿Ha aprendido usted a beneficiarse de lleno de la paz de Dios que así se nos hace posible?

      Vaya tras la paz continuamente

      10. Después de buscar la paz, ¿qué tenemos que hacer?

      10 Teniendo ya esa paz, no debemos ser negligentes en cuanto a ella. Mantenerla requiere esfuerzo diligente. Por eso 1 Pedro 3:10, 11 dice: “El que quiera amar la vida y ver días buenos, [...] busque la paz y siga tras ella”. Una vez que ha procurado alcanzar una meta y la ha alcanzado, uno sería tonto si no diera mucha importancia a esa meta. Después de buscar y alcanzar la paz, tenemos que estar en guardia contra las cosas que pudieran perturbarla. Más que eso, debemos ir activamente en pos de las cosas que contribuyen a la paz.

      11. a) ¿Qué actitud pudiera poner en peligro nuestra relación con Jehová? b) ¿Cuándo realmente deberíamos pedir la ayuda de Dios en cuanto a tentaciones? (Mateo 6:13.)

      11 Si hemos alcanzado paz con Dios mediante lo que él ha provisto, tenemos que tener cuidado para no perturbar esa relación regresando a practicar el pecado. Por supuesto, puesto que todos somos imperfectos, todos pecamos. Pero hay peligro cuando una persona justifica en sí misma actitudes y acciones que Dios condena. No podemos sencillamente encogernos de hombros y decir: “Es que yo soy así”. (Romanos 6:16, 17.) Tenemos que arrepentirnos de hacer el mal en vez de justificarlo, y entonces debemos suplicarle a Dios que nos perdone mediante nuestra fe en el sacrificio de Jesús. También tenemos que aprender a acudir a Dios por ayuda antes de cometer un mal, en vez de tratar de combatir contra él solos, para finalmente ceder, y entonces suplicar que se nos perdone. Con la ayuda de Dios tendremos éxito en ponernos “la nueva personalidad que fue creada conforme a la voluntad de Dios en verdadera justicia y lealtad”. (Efesios 4:20-24.)

      12. a) Para disfrutar de la paz, ¿qué otras relaciones necesitan atención? b) ¿Qué se requiere de nosotros a este respecto?

      12 Por supuesto, el disfrutar de paz envuelve también relaciones con otras personas. Los cristianos verdaderos sirven a Dios como parte de una organización; son una “asociación de hermanos”. (1 Pedro 2:17.) Tal como Jesús dijo que sucedería entre sus seguidores, ellos son sobresalientes en el amor que se muestran unos a otros. (Juan 13:35.) Pero ninguno es perfecto. Por nuestras propias imperfecciones y las de otros, quizás tengamos que orar sincera e intensamente acerca de ciertas situaciones, y esforzarnos vigorosamente por resolver ciertos problemas. Hebreos 12:14 nos insta: “Sigan tras la paz con todos”. Y en nuestras relaciones con nuestros hermanos y hermanas cristianos hay una obligación especial respecto a perseverar mientras buscamos la paz. A propósito, 1 Tesalonicenses 5:13 dice: “Sean pacíficos unos con otros”. Eso significa, no solo que nos abstengamos de pagar mal por mal, sino que seamos promotores activos de la paz, que demos el primer paso para restablecer la paz y estemos dispuestos a ceder en el interés de la paz. (Efesios 4:1-3.)

      13. a) Al promover la paz con incrédulos, ¿qué pudiéramos hacer, y cómo demostramos que la paz con Dios viene primero? b) ¿Cómo es posible que tengamos paz cuando alrededor de nosotros hay turbación?

      13 Sin embargo, fuera de la congregación no todo el mundo está dispuesto a ser apacible. Por eso Romanos 12:18 da este consejo realista: “Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, sean pacíficos con todos los hombres”. Pero nuestros esfuerzos por promover la paz no incluyen el transigir respecto a los requisitos justos de Jehová. Quizás ajustemos las horas de hacer ciertas cosas, pero sabemos que no sería sabio dejar de asistir a las reuniones de congregación o retenernos de participar en el ministerio del campo para mantener la paz con nuestro cónyuge o con parientes. Y sabemos que Jehová no aprobaría el que participáramos en prácticas impías con nuestros compañeros de trabajo ni con nuestros condiscípulos para ganarnos su aprobación. Reconocemos que la paz verdadera pertenece únicamente a los que, ante todo, disfrutan de paz con Dios, a los que aman la ley de Jehová y andan en sus caminos. Esa es la paz que apreciamos sobre todo lo demás. (Salmo 119:165.) Es cierto que alrededor de nosotros puede haber turbación y agitación. Los incrédulos quizás estén envueltos en disputas y peleas unos con otros; puede que hasta nos insulten debido a nuestra fe. Pero nosotros sabemos cómo nos ha enseñado la Palabra de Dios que debemos comportarnos. Al continuar en un derrotero que esté en armonía con los caminos justos de Jehová, no se nos priva de la paz que más cuenta. (Compárese con Salmo 46:1, 2.)

      14. Aunque personalmente experimentemos tribulación, ¿qué nos permite mantener una paz interna y un punto de vista gozoso en cuanto al futuro?

      14 En la víspera de su muerte, Jesús dijo a sus apóstoles fieles: “Les he dicho estas cosas para que por medio de mí tengan paz. En el mundo están experimentando tribulación, pero ¡cobren ánimo!, yo he vencido al mundo”. (Juan 16:33.) Sí, ciertamente experimentamos tribulación. Como cristianos, se nos somete a varias formas de persecución. Se nos trata injustamente, y quizás nos aflija alguna enfermedad grave. Pero la paz divina nos sostiene en todo esto. Porque Jehová nos ha enseñado, sabemos por qué se persigue a los cristianos. No tenemos duda en cuanto a por qué hay injusticia y por qué quizás padezcamos enfermedad. También sabemos lo que el futuro encierra. Sabemos que como resultado de la vida fiel de Jesús y su muerte en sacrificio, la liberación ciertamente se realizará. Además, sabemos que, sean cuales sean los problemas que afrontemos ahora, podemos acudir a Dios en oración, seguros de su interés amoroso en nosotros y de que nos sostendrá mediante su espíritu. (Romanos 8:38, 39.)

      15. ¿A qué se debe que la paz que Cristo hace posible no sea como la que el mundo ofrece?

      15 Bien dijo Jesús en Juan 14:27: “La paz les dejo, mi paz les doy. No se la doy a ustedes como el mundo la da. No se les perturbe el corazón ni se les encoja de temor”. Es la pura verdad... en el mundo no hay nada que pueda compararse con la paz que Dios da mediante Jesucristo. Por ella podemos ser firmes en medio de situaciones que harían que otras personas perdieran toda esperanza.

      16. a) ¿Qué perspectiva tienen los que ahora verdaderamente atesoran la paz que Dios da? b) ¿Cómo podemos demostrar que realmente apreciamos esa paz?

      16 ¡Qué maravilloso futuro espera a todos los que ahora abrazan la paz que Dios da y le dan la prominencia que merece en su vida! Pronto habrá desaparecido el mundo que se halla en enemistad con Dios. Con el tiempo, toda la creación habrá sido completamente unida en paz mediante los justos requisitos del Soberano Universal. Que nuestra gratitud por esta magnífica perspectiva nos mueva a obrar en plena armonía con ella ahora. Escuchemos todos cuidadosamente la instrucción que Jehová da, e implantemos firmemente sus mandamientos en nuestro corazón para que realmente amemos sus caminos y hagamos lo que él requiere. Como declara Proverbios 3:1, 2: “Hijo mío, no olvides mi ley, y observe tu corazón mis mandamientos, porque largura de días y años de vida y paz te serán añadidos”.

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