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  • “Escuchen [...] mi defensa”
    Demos “un testimonio completo sobre el Reino de Dios”
    • “¡No merece vivir!” (Hechos 21:27-22:30)

      13. a) ¿Por qué formaron una revuelta en el templo ciertos judíos? b) ¿Cómo se salvó Pablo?

      13 Faltaban pocos días para que aquellos hombres terminaran de cumplir sus votos, y Pablo estaba en el templo. Entonces, las cosas se pusieron feas. Ciertos judíos de Asia vieron allí a Pablo, lo acusaron sin base de haber llevado gentiles al templo, formaron una revuelta y empezaron a golpearlo. De no ser porque intervino un comandante romano, lo habrían matado. En vista de la situación, el comandante mandó ponerlo en custodia (a partir de entonces, Pablo tardaría más de cuatro años en recuperar la libertad). Pero su vida todavía estaba en peligro. Cuando el comandante les preguntó a los judíos por qué lo habían atacado, se pusieron a gritar y a echarle la culpa a Pablo. Pero, como unos gritaban una cosa y otros otra, el comandante no lograba entender nada con tanto alboroto. Al final, varios soldados tuvieron que sacar a Pablo de allí cargándolo. Justo cuando iban a entrar en el cuartel, Pablo le dijo al comandante: “Te ruego que me permitas hablarle al pueblo” (Hech. 21:39). El comandante le dio permiso, y él se puso a defender su fe con mucha valentía.

      14, 15. a) ¿Qué les explicó Pablo a los judíos? b) ¿Qué medidas adoptó el comandante romano para descubrir por qué estaban tan furiosos los judíos?

      14 Pablo dijo: “Escuchen ahora lo que tengo que decirles en mi defensa” (Hech. 22:1). En cuanto lo escucharon hablar en hebreo, la gente se calmó. Entonces se puso a explicarles por qué se había hecho cristiano y, con habilidad, les fue mencionando detalles que podían comprobar. Había estudiado a los pies del famoso Gamaliel y, como seguramente sabían algunos de los presentes, había perseguido a los discípulos de Jesús. Cuando iba de camino a Damasco, tuvo una visión en la que Cristo resucitado habló con él. Sus compañeros de viaje vieron una luz brillante y escucharon una voz, pero no entendieron nada (vea las notas de estudio de Hechos 9:7 y 22:9 en la Biblia de estudio). Como la visión lo dejó ciego, lo llevaron de la mano a Damasco. Allí le devolvió la vista milagrosamente Ananías, un hombre muy conocido entre los judíos de la región.

      15 Siguió relatando que, cuando volvió a Jerusalén, se le apareció Jesús en el templo. Entonces, los judíos que lo escuchaban se pusieron furiosos y gritaron: “¡Borra a este hombre de la tierra! ¡No merece vivir!” (Hech. 22:22). Para evitar que lo mataran, el comandante lo metió en el cuartel. Decidido a descubrir por qué los judíos estaban tan furiosos con él, ordenó que le dieran latigazos para sacarle información. Pero, justo antes de que empezaran, Pablo les dijo que era ciudadano romano y reclamó sus derechos. Hoy, los siervos de Jehová también aprovechamos los recursos legales disponibles para defender nuestra fe (vea los recuadros “La ley y la ciudadanía romanas” y “Batallas modernas en los tribunales”). Como Pablo era romano, el comandante debía encontrar otra forma de hacerlo hablar. Así que al día siguiente organizó una reunión especial del Sanedrín —el tribunal supremo de los judíos— e hizo que Pablo se presentara ante ellos.

      BATALLAS MODERNAS EN LOS TRIBUNALES

      Al igual que Pablo, los testigos de Jehová de tiempos modernos hemos empleado todos los recursos legales a nuestro alcance para poder predicar con libertad. Hemos seguido “defendiendo y estableciendo legalmente las buenas noticias” sin descanso (Filip. 1:7).

      Entre 1920 y 1940 arrestaron a cientos de hermanos en varios países por distribuir publicaciones bíblicas. Por ejemplo, para 1926 había 897 casos pendientes en los tribunales de Alemania. Por eso se formó un Departamento de Asuntos Legales en la sucursal de ese país. Durante los años treinta, en Estados Unidos se detenía a cientos de hermanos todos los años por predicar de casa en casa. En 1936 arrestaron a 1.149 Testigos. Para ayudar a los hermanos, también se creó allí un Departamento de Asuntos Legales. Entre 1933 y 1939, los Testigos de Rumania se enfrentaron a 530 demandas. Sin embargo, los hermanos apelaron al Tribunal Supremo de la nación, y en muchos casos les dio la razón. Cosas parecidas han sucedido en muchos otros países.

      Muchos cristianos también han tenido problemas legales al negarse por motivos de conciencia a hacer cosas que violarían su neutralidad (Is. 2:2-4; Juan 17:14). Algunos enemigos han acusado a los Testigos falsamente de sedición, y eso ha provocado que algunos Gobiernos hayan prohibido por completo la obra. Sin embargo, con el tiempo muchos países han reconocido que los Testigos no son ninguna amenaza.g

      g Encontrará información sobre diversas victorias legales de los testigos de Jehová en varios países en el capítulo 15 del libro El Reino de Dios ya está gobernando y el capítulo 30 del libro Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios.

      “Soy fariseo” (Hechos 23:1-10)

      16, 17. a) ¿Qué sucedió cuando Pablo empezó a hablar ante el Sanedrín? b) ¿Cómo demostró Pablo que él era humilde después de que lo golpearon?

      16 Pablo empezó su defensa ante el Sanedrín diciendo: “Hermanos, hasta este día he actuado con una conciencia completamente limpia ante Dios” (Hech. 23:1). Pero no pudo decir más, pues, “al oír esto, el sumo sacerdote Ananías les ordenó a los que estaban junto a él que lo golpearan en la boca” (Hech. 23:2). ¡Qué humillante! Con esa orden demostró que tenía prejuicios contra Pablo, porque estaba tachándolo de mentiroso cuando ni siquiera lo había escuchado. Con razón Pablo le respondió: “Dios te va a golpear a ti, pared blanqueada. ¿Tú te sientas a juzgarme según la Ley y al mismo tiempo violas la Ley mandando que me golpeen?” (Hech. 23:3).

      17 Algunos de los presentes se indignaron, pero no con el que había golpeado a Pablo, sino con el propio Pablo, por su reacción. Le dijeron: “¿Estás insultando al sumo sacerdote de Dios?”. Demostrando que él era humilde y respetaba la Ley, les respondió: “Hermanos, no sabía que era el sumo sacerdote. Porque está escrito: ‘No insultes a ninguno de los jefes de tu pueblo’” (Hech. 23:4, 5; Éx. 22:28).d Entonces probó con un método diferente. Como sabía que el Sanedrín estaba formado tanto por fariseos como por saduceos, les dijo: “Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos. Hoy se me está juzgando por mi esperanza en la resurrección de los muertos” (Hech. 23:6).

      Un sacerdote católico leyendo con atención un texto en su Biblia mientras un hermano le predica.

      Al igual que Pablo, buscamos puntos en común con personas de otras religiones.

      18. ¿Por qué dijo Pablo que era fariseo, y cómo podemos imitarlo en la predicación?

      18 ¿Por qué dijo Pablo que era fariseo? Porque era “hijo de fariseos”, es decir, venía de una familia que pertenecía a esta secta, así que muchos aún lo considerarían fariseo.e Pero ¿por qué habló luego de la resurrección como si fuera un punto en común con los fariseos, si sus creencias sobre ese tema eran muy distintas a las de él? Los fariseos creían en la inmortalidad del alma. Pensaban que, cuando una persona buena moría, su alma volvía a vivir en otro cuerpo humano. Por el contrario, Pablo creía en la resurrección tal y como la había enseñado Jesús (Juan 5:25-29). Aun así, estaba de acuerdo con ellos en que después de morir es posible volver a vivir. Esa era una creencia que los saduceos no aceptaban bajo ningún concepto. ¿Cómo podemos imitar a Pablo en la predicación? Cuando estemos hablando con católicos o protestantes, podemos decirles que nosotros también creemos en Dios. Claro, ellos a lo mejor creen en la trinidad, mientras que nosotros creemos en el Dios de la Biblia. Aun así, tanto ellos como nosotros creemos que Dios existe.

      19. ¿Por qué terminaron discutiendo los miembros del Sanedrín?

      19 Lo que dijo Pablo consiguió dividir al tribunal. De hecho, el relato cuenta: “Estalló una gran gritería. Entonces se levantaron algunos escribas del partido de los fariseos y empezaron a protestar violentamente. Decían: ‘No hallamos nada malo en este hombre. ¿Y si le habló un espíritu o un ángel?’” (Hech. 23:9). Ahora bien, como los saduceos no creían en los ángeles, la sola idea de que un ángel pudiera haber hablado con Pablo los puso furiosos (vea el recuadro “Los saduceos y los fariseos”). La discusión se volvió tan intensa que el comandante militar tuvo que volver a rescatar al apóstol (Hech. 23:10). Pero Pablo aún no estaba fuera de peligro. ¿Qué le iba a pasar? Veámoslo en el próximo capítulo.

  • “¡Ten valor!”
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    • CAPÍTULO 24

      “¡Ten valor!”

      Pablo se salva de una emboscada para matarlo y presenta su defensa ante Félix

      Basado en Hechos 23:11-24:27

      1, 2. ¿Por qué no tomó a Pablo por sorpresa la persecución en Jerusalén?

      AUNQUE se ha librado por poco de la multitud enfurecida, Pablo vuelve a estar preso. La persecución en Jerusalén no lo toma por sorpresa, pues en su día se le anunció que allí le esperaban “prisión y dificultades” (Hech. 20:22, 23). No sabe exactamente lo que le sucederá, pero de algo está seguro: va a seguir sufriendo por el nombre de Jesús (Hech. 9:16).

      2 Algunos profetas cristianos ya le habían dicho que sería atado y entregado “en manos de gente de las naciones” (Hech. 21:4, 10, 11). Un grupo de judíos violentos acaba de intentar matarlo, y poco después pareció que los miembros del Sanedrín iban a despedazarlo en medio de una discusión. Ahora se encuentra bajo la custodia de los soldados romanos a la espera de más juicios y acusaciones (Hech. 21:31; 23:10). Sin la menor duda, lo que más necesita es que le den ánimo.

      3. ¿Dónde recibimos ánimo para seguir predicando?

      3 Sabemos que, en este tiempo del fin, “todos los que desean vivir con devoción a Dios en unión con Cristo Jesús también serán perseguidos” (2 Tim. 3:12). Y, como Pablo, hay momentos en que todos necesitamos que nos den ánimo para seguir predicando. Por eso, ¡cuánto agradecemos que nos lleguen palabras de ánimo justo a tiempo a través de las publicaciones y las reuniones que prepara “el esclavo fiel y prudente”! (Mat. 24:45). Jehová nos garantiza que los enemigos de las buenas noticias no lograrán destruir al pueblo de Dios ni detener la predicación (Is. 54:17; Jer. 1:19). Pero sigamos hablando de Pablo. ¿Recibió el ánimo que necesitaba para seguir dando un testimonio completo a pesar de la oposición? En ese caso, ¿qué ayuda recibió, y qué efecto tuvo en él?

      “Juraron participar en esta conspiración” (Hechos 23:11-34)

      4, 5. ¿Cómo recibió Pablo el ánimo que necesitaba, y por qué le llegó en el mejor momento?

      4 La misma noche en que fue rescatado del Sanedrín, Pablo recibió el ánimo que tanto necesitaba. El relato explica: “El Señor se apareció al lado de Pablo y le dijo: ‘¡Ten valor! Porque, tal como has dado un testimonio completo de mí en Jerusalén, también tendrás que dar testimonio en Roma’” (Hech. 23:11). Con estas alentadoras palabras, Jesús le garantizó que sobreviviría a los ataques con el fin de viajar a Roma, donde tendría el honor de dar testimonio sobre Jesús.

      El sobrino de Pablo hablando con Claudio Lisias.

      “Tienen a más de 40 de sus hombres preparados para tenderle una emboscada” (Hechos 23:21).

      5 Esas palabras llegaron en el mejor momento, pues al día siguiente más de 40 judíos “tramaron una conspiración y se comprometieron con una maldición a no comer ni beber hasta que hubieran matado a Pablo”. Quienes “juraron participar en esta conspiración” estaban decididos a asesinarlo y creían que si fracasaban les caería encima “una maldición” (Hech. 23:12-15). El plan —que contaba con el visto bueno de los sacerdotes principales y los ancianos— era solicitar que lo llevaran de nuevo ante el Sanedrín con la excusa de que necesitaban continuar con el interrogatorio. Pero los judíos estarían esperándolo en el camino para abalanzarse sobre él y matarlo.

      6. ¿Cómo se enteró Pablo del plan de los judíos, y qué pueden aprender de este relato los jóvenes?

      6 Ahora bien, el sobrino de Pablo —del que no sabemos su nombre— se enteró del plan y fue a avisarle a su tío. A su vez, Pablo lo envió al comandante Claudio Lisias (Hech. 23:16-22). ¡Qué muchacho tan valiente! Jehová ama a los jóvenes como él, que están dispuestos a hacer sacrificios por sus hermanos y hacen todo lo que pueden por apoyar la obra del Reino.

      7, 8. ¿Qué medidas adoptó Lisias para evitar que mataran a Pablo?

      7 Claudio Lisias tenía 1.000 hombres bajo su mando. Así que, en cuanto se enteró de que planeaban matar a Pablo, ordenó que 470 soldados, lanceros y jinetes salieran esa misma noche de Jerusalén y llevaran a Pablo a Cesarea, la sede del Gobierno romano en Judea.

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