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“Objeto de odio de parte de todas las naciones”Ministerio del Reino 1994 | febrero
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Sin embargo, aunque tenemos tantas razones para estar contentos, debemos evitar sentirnos desmedidamente confiados. Una serie de informes favorables pudiera llevarnos a pensar que se está desvaneciendo la oposición a las buenas nuevas y que el pueblo de Jehová está ganando aceptación entre la gente de todo el mundo. Esa forma de pensar pudiera ser engañosa. Aunque hemos conseguido algunas victorias y hemos logrado reducir los obstáculos a las buenas nuevas en algunos países, no debemos olvidar que nuestra relación con el mundo no ha variado. Como seguidores de Jesús, ‘no somos parte del mundo’. Estamos seguros de que por ello somos “objeto de odio de parte de todas las naciones”. (Juan 15:19; Mat. 24:9.) Mientras dure este sistema de cosas, no cambiará en absoluto la regla general de que “todos los que desean vivir con devoción piadosa en asociación con Cristo Jesús también serán perseguidos”. (2 Tim. 3:12.)
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“Objeto de odio de parte de todas las naciones”Ministerio del Reino 1994 | febrero
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¿Qué nos depara el futuro? Aunque de vez en cuando el pueblo de Jehová consiga superar algún obstáculo en alguna parte del mundo, la situación general es la misma. El Diablo sigue furioso por su expulsión del cielo en 1914. Sabe que le queda poco tiempo. Su rabia se hará más intensa al aproximarse la gran tribulación. Se ha empeñado en guerrear contra el Rey entronizado Jesucristo hasta el fin. Él y sus demonios solo pueden desahogar su furia sobre el pueblo de Jehová que está en la Tierra, y que “observan [fielmente] los mandamientos de Dios y tienen la obra de dar testimonio de Jesús”. (Rev. 12:12, 17.)
7 Por consiguiente, nuestras expectativas acerca del futuro deben ser realistas. No hay ninguna razón para creer que el Diablo desistirá de su empeño o se rendirá. El odio que ha infundido hacia nosotros en todo el mundo puede encenderse en cualquier momento y en cualquier lugar. Hay muchas naciones en las que nuestra libertad para predicar se ha garantizado únicamente después de largas luchas. Tal libertad puede resultar muy frágil si solo está garantizada por un gobernante comprensivo o una ley impopular. De la noche a la mañana se pueden desencadenar grandes tumultos que provoquen situaciones caóticas y abusos sin sentido de los derechos humanos.
8 La prosperidad y la libertad de que disfrutamos ahora en algunos países, podría terminar súbitamente y nuestros hermanos pudieran verse sometidos a las mismas vejaciones del pasado. No podemos darnos el lujo de confiarnos y caer en la apatía o la indiferencia pensando que nuestros opositores han sido avasallados. Puede que el odio del mundo no se manifieste siempre abiertamente, pero sigue siendo intenso. La Palabra de Dios indica que a medida que se acerque el fin, la oposición del mundo se intensificará en lugar de amainar. Por consiguiente, debemos estar en guardia y “ser cautelosos como serpientes, y, sin embargo, inocentes como palomas”. (Mat. 10:16.) Debemos comprender que tendremos que ‘luchar tenazmente’ hasta el fin, y que el aguante es la clave de nuestra supervivencia. (Jud. 3; Mat. 24:13.)
9 Quizás donde vivimos la obra está prosperando sin que los opositores levanten grandes obstáculos. Una situación como esa pudiera llevarnos a pensar que no hay razón para preocuparse. No obstante, debemos estar vigilantes. Las circunstancias pueden cambiar rápidamente. Sin previo aviso, los opositores podrían valerse de cualquier cuestión para atacarnos. Los apóstatas buscan siempre motivos para quejarse de nosotros. Clérigos iracundos que se sienten amenazados por nuestra obra pudieran vituperarnos públicamente. Los planes para construir un Salón del Reino en la comunidad podrían levantar una controversia que indisponga a todo el vecindario contra nosotros. Declaraciones provocativas de la página impresa podrían mancillar nuestro nombre. Personas de renombre de la comunidad podrían hablar mal de nosotros y predisponer desfavorablemente a los vecinos que visitamos. Incluso seres queridos de nuestra propia familia podrían resentirse con nosotros y perseguirnos. Por lo tanto, necesitamos estar alerta y comprender que la enemistad del mundo está latente y puede subir a la superficie en cualquier momento.
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“Objeto de odio de parte de todas las naciones”Ministerio del Reino 1994 | febrero
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Así pues, cada vez que oímos informes de lugares en que nuestros hermanos han sido librados de la persecución o han obtenido libertad para predicar donde no podían hacerlo antes, le damos gracias a Jehová. Nos llenamos de alegría cuando las circunstancias cambian y permiten a miles de personas sinceras escuchar el mensaje del Reino. Nos sentimos sumamente agradecidos cuando Jehová cree conveniente que obtengamos alguna victoria en litigios con opositores acérrimos. Sabemos que nos bendecirá y hará prosperar nuestra obra con los medios que sean necesarios para exaltar su casa de adoración pura y conceder a los “deseables” de todas las naciones la oportunidad de entrar en ella. (Ageo 2:7; Isa. 2:2-4.)
16 Al mismo tiempo, tenemos plena conciencia de que Satanás, nuestro enemigo, es muy poderoso y se opondrá a nosotros enconadamente hasta el fin. Sus ataques pueden ser francos y frontales, o sutiles y engañosos. Puede surgir persecución de forma repentina donde en el pasado solo ha habido paz. Los opositores inicuos quizás luchen virulenta e implacablemente para que se nos oprima sin razón justa. Al debido tiempo se hará patente a todo el mundo que tales individuos son “luchadores realmente contra Dios”, y él los aniquilará. (Hech. 5:38, 39; 2 Tes. 1:6-9.) Mientras tanto, prescindiendo de lo que tengamos que soportar, estamos resueltos a continuar sirviendo lealmente a Jehová y a continuar predicando el mensaje del Reino. Somos el pueblo más feliz de la Tierra porque sabemos que ‘al ser aprobados recibiremos la corona de la vida’. (Sant. 1:12.)
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