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Obedeció a Dios como gobernante más bien que a los hombresLa Atalaya 1986 | 15 de junio
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Juan Hus se interesó en los escritos de Wiclef, especialmente en la obra On Truth of Holy Scripture (La verdad sobre las Sagradas Escrituras), que él consiguió en 1407.
Sin embargo, se encaró a la oposición del arzobispo Zbynek, de Praga, quien objetó a la predicación de Hus y públicamente quemó muchos de los escritos de Wiclef en 1410. Después de esto, Zbynek prohibió toda predicación, a menos que se llevara a cabo en iglesias reconocidas, lo cual excluía a la iglesia de Belén, donde Hus presidía. Hus rehusó obedecer la prohibición del arzobispo, declarando que él tenía que “obedecer a Dios más bien que a los hombres, en cosas necesarias para la salvación”. Apeló al papa, después de lo cual el arzobispo lo excomulgó. Pero Hus no titubeó, y descubrió que el tener mayor entendimiento había aguzado su conciencia, haciéndola más sensible a las enseñanzas de la Biblia. Repitiendo las palabras del apóstol Pablo a los romanos, dijo claramente: “Aunque el mundo entero sea mentiroso, Dios no lo es”. (Romanos 3:4, La Biblia al Día.) El rey Wenceslao defendió el movimiento reformista de Hus; finalmente Zbynek huyó del país, y murió poco después.
La oposición contra Hus surgió otra vez más debido a que condenó una cruzada contra el rey de Nápoles y expuso la venta de indulgencias para los que apoyaban la cruzada, lo cual perjudicó las ganancias de los sacerdotes. Las indulgencias permitían que una persona obtuviera una remisión de la pena temporal por dinero. Para no acarrear problemas a la ciudad, Hus salió de Praga y se exilió temporalmente en el campo. Allí, en 1413, escribió la obra On Simony, en la que expuso que el clero amaba el dinero y tenía el apoyo de las autoridades seglares. De nuevo, Hus basó su autoridad en la Palabra de Dios, y dijo: “Todo cristiano fiel debería estar dispuesto a no aferrarse a cosa alguna que vaya en contra de las Santas Escrituras”.
Hus también escribió un tratado titulado De Ecclesia. En este enunció varias proposiciones, y una de ellas decía: “Que Pedro nunca fue, y no es, cabeza de la Iglesia”. Hus halló que los versículos clave de Mateo 16:15-18 claramente establecían a Jesucristo como el fundamento y cabeza de la Iglesia, siendo esta el entero cuerpo de creyentes escogidos. De modo que la ley de Cristo, tal como se halla en la Palabra de Dios, permanecía suprema, y no la del papa. Más bien, el papado surgió del poder de la Roma imperial.
Testimonio ante el concilio de Constanza
La Iglesia Católica no pudo tolerar más las denunciaciones de Hus, de modo que lo citaron para que defendiera sus puntos de vista ante el conciliob de Constanza, el cual estuvo vigente desde 1414 hasta 1418 cerca del Lago de Constanza. Fue persuadido a que se presentara a la cita por el hermano del rey, el emperador Segismundo, quien lo engañó al prometerle un salvoconducto que rápidamente resultó ser falso. Poco después que llegó fue arrestado, pero continuó resistiendo la autoridad tanto del papa como la del concilio.
Cuando el concilio pidió que Hus se retractara de sus ideas y enseñanzas, respondió diciendo que lo haría con gusto si alguien le probaba con la Biblia que él estaba equivocado, en armonía con 2 Timoteo 3:14-16. Hus sentía que su conciencia siempre lo atormentaría si se retractaba en términos ambiguos. Declaró: “Siempre he deseado que se me pruebe con la Biblia una mejor doctrina, y entonces estoy muy dispuesto a retractarme”. Aunque presentó este desafío, que algún miembro del concilio le mostrara su error con la mismísima Palabra de Dios, fue condenado como un hereje obstinado y enviado de nuevo a prisión sin que se considerara absolutamente nada de la Biblia.
El 6 de julio de 1415, Hus fue condenado oficialmente en la catedral de Constanza. No se le permitió responder mientras se leían las acusaciones contra él. Entonces fue destituido públicamente de su sacerdocio, y sus escritos fueron quemados en el patio de la iglesia. Lo llevaron a un campo en los suburbios y allí lo quemaron en la hoguera.
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Obedeció a Dios como gobernante más bien que a los hombresLa Atalaya 1986 | 15 de junio
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[Ilustración en la página 29]
Juan Hus
[Ilustración en la página 31]
Hoy día los coleccionistas consideran de mucho valor las Biblias checas, tal como la edición de 1579 que se muestra arriba. Juan Hus murió en la hoguera por considerar que las palabras de la Biblia eran más importantes que la palabra del hombre
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