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  • Un tiempo de prueba (1914 - 1918)
    Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
    • En la primavera de 1918 se desencadenó una ola de persecución violenta contra los Estudiantes de la Biblia en Norteamérica y Europa. La oposición promovida por el clero culminó el 7 de mayo de 1918, cuando el gobierno federal emitió órdenes para el arresto de J. F. Rutherford y varios de sus colaboradores más allegados. Para mediados de 1918 Rutherford y otros siete hermanos estaban recluidos en la penitenciaría federal de Atlanta (Georgia).

      Pero si el juez Rutherford y sus colaboradores estaban en prisión, ¿cómo siguió funcionando la oficina central?

      La obra continúa

      En Brooklyn se nombró a un Comité Ejecutivo que se encargara de la obra. Los hermanos nombrados se interesaron principalmente en mantener en circulación la revista The Watch Tower. Ciertamente, todos los Estudiantes de la Biblia de aquel tiempo necesitaban todo el estímulo espiritual que pudieran recibir. De hecho, en ningún momento durante aquel “período de prueba” dejó de imprimirse siquiera un número de The Watch Tower.f

      ¿Qué espíritu dominaba en la central? Thomas (Bud) Sullivan, quien más tarde perteneció al Cuerpo Gobernante, recordó: “Tuve el privilegio de visitar el hogar Betel de Brooklyn a fines del verano de 1918, durante el tiempo en que los hermanos estuvieron en la cárcel. Los que estaban a cargo de la obra en Betel no mostraban temor alguno ni estaban desanimados. De hecho, sucedía todo lo contrario. Eran optimistas y tenían confianza en que Jehová daría finalmente la victoria a su pueblo. Tuve el privilegio de estar a la mesa para el desayuno el lunes por la mañana cuando los hermanos que habían sido enviados a asignaciones durante el fin de semana presentaron sus informes. Se obtuvo un excelente cuadro de la situación. En todo caso los hermanos mostraban confianza y esperaban que Jehová siguiera dirigiendo sus actividades”.

      Sin embargo, se encararon con muchos problemas. La I Guerra Mundial continuaba. Escaseaban el papel y el carbón, que se necesitaban con urgencia para la obra en la central. Puesto que el patriotismo estaba en su apogeo, existía mucha animosidad contra la Sociedad; la gente consideraba traidores a los Estudiantes de la Biblia. En aquellas circunstancias extremas, parecía imposible continuar funcionando desde Brooklyn. Por lo tanto, el Comité Ejecutivo, después de consultar con otros hermanos, vendió el Tabernáculo de Brooklyn y cerró el Hogar Betel. El 26 de agosto de 1918 se trasladaron de nuevo a Pittsburgh, a un edificio de oficinas ubicado en la esquina de las calles Federal y Reliance.

      No obstante, imperaba un buen espíritu. Martha Meredith dijo: “Los que vivíamos en Pittsburgh convinimos en seguir activos hasta que los hermanos salieran de la cárcel. En aquel tiempo la oficina de Brooklyn fue trasladada a Pittsburgh, de modo que los hermanos escribieron artículos para The Watch Tower y se encargaron de que la revista se imprimiera. Cuando las revistas estaban listas para ser despachadas, las hermanas les poníamos las envolturas y las enviábamos a la gente”.

      Los Estudiantes de la Biblia se habían enfrentado a pruebas difíciles desde el fin de los Tiempos de los Gentiles en 1914. ¿Seguirían sobreviviendo? ¿Tenían realmente ‘el amor a Dios en el corazón’? ¿Se aferrarían “al Señor y Su Verdad”, como Russell les había aconsejado, o se apartarían?

  • Un tiempo de prueba (1914 - 1918)
    Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
    • [Recuadro/Fotografía en la página 69]

      ‘No hay en la Tierra hombres más favorecidos’

      El 21 de junio de 1918 un tribunal sentenció a J. F. Rutherford y a varios de sus colaboradores más allegados a veinte años de prisión, convictos del falso cargo de conspirar contra las autoridades. ¿Cómo se sentían? En una nota (véase abajo) escrita a mano desde la cárcel de la calle Raymond, de Brooklyn (Nueva York), con fecha del 22 y 23 de junio, el hermano Rutherford dijo: “Puede que actualmente no haya en la Tierra hombres más favorecidos y felices que los siete hermanos que están ahora en prisión. Saben que son inocentes de cualquier delito intencionado, y se regocijan de sufrir con Cristo por servirle lealmente”.

  • Un tiempo de prueba (1914 - 1918)
    Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
    • [Fotografía en la página 69]

      La cárcel de la calle Raymond, en Brooklyn (Nueva York), donde el hermano Rutherford y varios de sus colaboradores más allegados pasaron siete días inmediatamente después de ser sentenciados

  • ¡Anuncien al Rey y el Reino! (1919 - 1941)
    Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
    • J. F. Rutherford y siete de sus colaboradores estaban en prisión, y no se sabía con claridad qué papel desempeñarían dentro de la organización. ¿Cómo se vencieron aquellas dificultades?

      “Sé algo sobre la ley de los leales”

      Mientras el hermano Rutherford y sus colaboradores se hallaban en prisión, se programó la celebración de una asamblea en Pittsburgh (Pensilvania) del 2 al 5 de enero de 1919. Pero esta no sería una asamblea cualquiera, pues en combinación con ella tendría lugar la reunión anual de la Sociedad Watch Tower, el sábado 4 de enero de 1919. El hermano Rutherford estaba muy al tanto de la importancia de aquella reunión. Aquel sábado por la tarde buscó al hermano Macmillan, y lo halló en la cancha de tenis de la prisión. Según Macmillan, esto fue lo que ocurrió:

      “Rutherford dijo: ‘Mac, quiero hablarte’.

      ”‘¿De qué me quiere hablar?’

      ”‘De lo que está pasando en Pittsburgh.’

      ”‘Yo quisiera terminar este partido primero.’

      ”‘¿No te interesa lo que pasa? ¿No sabes que hoy se elige a los directores principales? Pudieran pasarte por alto y no elegirte, y nos quedaríamos aquí para siempre.’

      ”‘Hermano Rutherford —dije—, permítame decirle algo en lo que quizás no haya pensado. Por primera vez desde que se constituyó la Sociedad se verá de manera clara a quién quiere Jehová Dios como presidente.’

      ”‘¿Qué quieres decir con eso?’

      ”‘Que el hermano Russell tenía el voto decisivo y nombraba a los directores principales. Pero ahora que parece que no podemos hacer nada, la situación es diferente. Porque si pudiéramos salir de la cárcel a tiempo para asistir a esa asamblea y estar presentes en la reunión en la que se elegirá a los directores principales, entraríamos y se nos aceptaría para que tomáramos el lugar del hermano Russell y recibiríamos el mismo honor que él recibió. Eso entonces parecería ser obra de hombres y no de Dios.’

      ”Rutherford meditó un poco sobre el asunto y se marchó.”

      Aquel día, en Pittsburgh tenía lugar una tensa reunión. Sara C. Kaelin, quien creció en la zona de Pittsburgh, recuerda que “por unos momentos hubo confusión, discordia y discusiones. Algunos querían posponer la reunión por seis meses; otros ponían en tela de juicio la legalidad de elegir como directores principales (presidente, vicepresidente y secretario) a personas que estuvieran en prisión; otros proponían elegir a todo un nuevo grupo de directores principales”.

      Tras un prolongado debate, W. F. Hudgings, uno de los directores de la Peoples Pulpit Association,a leyó al auditorio una carta que había enviado el hermano Rutherford. En ella mandaba su amor y sus saludos a los presentes, y daba la siguiente advertencia: “Las principales armas de Satanás son el ORGULLO, la AMBICIÓN y el TEMOR”. Mostrando su deseo de someterse a la voluntad de Jehová, hasta propuso con toda humildad a hombres adecuados en caso de que los miembros con derecho a voto eligieran a un nuevo grupo de directores principales para la Sociedad.

      Las discusiones siguieron por algún tiempo, hasta que E. D. Sexton, quien había sido nombrado presidente de un comité para proponer nominaciones, dijo:

      “Acabo de llegar. El tren en el que venía se retrasó cuarenta y ocho horas debido a una nevada. Tengo algo que decir, y para mi propia tranquilidad tengo que decirlo ahora. Estimados hermanos, como todos ustedes, he venido con ciertas ideas, unas a favor y otras en contra. [...] No existe obstáculo legal. Si deseamos reelegir a nuestros hermanos que están en el sur para cualquier puesto que puedan desempeñar, no veo, ni deduzco de ningún asesoramiento [legal] que he recibido, que eso pudiera afectar de algún modo su caso ante el Tribunal Federal o ante el público.

      ”Creo que el mayor cumplido que le podemos hacer a nuestro querido hermano Rutherford sería elegirlo de nuevo como presidente de la Sociedad W[atch] T[ower] B[ible] & T[ract]. No creo que haya duda alguna en la mente del público en cuanto a nuestra postura en esta cuestión. Si nuestros hermanos de alguna manera violaron la letra de la ley por no entenderla, sabemos que sus motivos eran buenos. Y ante el [Dios] Todopoderoso no han violado ninguna ley de Dios ni del hombre. Mostraríamos la mayor confianza si elegimos de nuevo presidente de la Asociación al hermano Rutherford.

      ”No soy abogado, pero en cuanto a la legalidad de esta situación sé algo sobre la ley de los leales. Lo que Dios exige es lealtad. No creo que haya mejor manera de manifestar nuestra confianza que la de tener una elección Y ELEGIR PRESIDENTE DE NUEVO AL HERMANO RUTHERFORD.”

      Pues bien, parece que el hermano Sexton expresó el sentir de la mayoría de los presentes. Se propusieron candidatos; se hizo la votación, y J. F. Rutherford fue elegido presidente; C. A. Wise, vicepresidente, y W. E. Van Amburgh, secretario-tesorero.

      Al día siguiente el hermano Rutherford golpeó en la pared de la celda de Macmillan y le dijo: “Saca la mano”. Entonces le pasó a Macmillan un telegrama que decía que Rutherford había sido reelegido presidente. “Le hizo muy feliz —recordó después Macmillan— ver aquella prueba palpable de que Jehová dirigía la Sociedad.”

      La elección había terminado, pero el hermano Rutherford y los otros siete hermanos seguían en prisión.

      “Una campaña nacional” en favor de los prisioneros

      The Watch Tower (La Torre del Vigía) del 1 de abril de 1919 dijo: “Durante las últimas semanas se ha dado comienzo a una campaña nacional en favor de estos hermanos”. Ciertos periódicos pedían la libertad para J. F. Rutherford y sus colaboradores. Los Estudiantes de la Biblia de todas partes de Estados Unidos mostraron su apoyo escribiendo cartas a directores de periódicos, congresistas, senadores y gobernadores para instarlos a tomar medidas en favor de los ocho prisioneros. Era obvio que los Estudiantes de la Biblia no cejarían hasta que sus ocho hermanos fueran puestos en libertad.

      En marzo de 1919 los Estudiantes de la Biblia estaban haciendo circular en Estados Unidos una petición en la que solicitaban al presidente Woodrow Wilson que se valiera de su influencia para lograr alguno de los siguientes puntos en favor de los hermanos encarcelados:

      “PRIMERO: De ser posible ahora, conceder un indulto completo; O SI NO,

      ”SEGUNDO: Dar instrucciones al Ministerio de Justicia para declarar sin lugar los cargos contra ellos y ponerlos en completa libertad; O SI NO,

      ”TERCERO: Concederles inmediatamente la oportunidad de salir bajo fianza mientras se resuelve su caso en los tribunales superiores.”

      En dos semanas los Estudiantes de la Biblia obtuvieron 700.000 firmas. Sin embargo, la petición no llegó a presentarse al presidente ni al gobierno. ¿Por qué no? Porque los ocho hermanos fueron puestos en libertad bajo fianza antes de que se hiciera. No obstante, ¿qué se logró con aquella campaña? The Watch Tower del 1 de julio de 1919 dijo: “Hay prueba abrumadora de que la razón por la cual el Señor deseaba que se efectuara esta obra no era tanto para que los hermanos salieran de la cárcel como para que fuera un testimonio de la verdad”.

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