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‘Continúen siendo reajustados’La Atalaya 1990 | 1 de noviembre
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La experiencia del apóstol Pedro ilustra esto bien. Después de identificar correctamente a Jesús como “el Cristo, el Hijo del Dios vivo”, Pedro recibió estas palabras de encomio: “Feliz eres, Simón hijo de Jonás, porque carne y sangre no te lo reveló, sino mi Padre que está en los cielos”. (Mateo 16:16, 17.) Obviamente el pensamiento de Pedro estaba bien alineado con la verdad. Sin embargo, dentro del poco espacio que abarcan los siguientes seis versículos Mt 16:18-23, ¡Jesús tuvo que reprenderlo severamente! Al enterarse de que Cristo ‘sufriría muchas cosas y sería muerto’, Pedro dijo con instancia a Jesús: “Sé bondadoso contigo mismo, Señor; tú absolutamente no tendrás este destino”. Jesús se apresuró a responder: “¡Ponte detrás de mí, Satanás! Me eres un tropiezo, porque no piensas los pensamientos de Dios, sino los de los hombres”. (Mateo 16:21-23.)
Pedro pensaba desde un punto de vista carnal. Sus pensamientos y actitudes necesitaban reajuste.
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‘Continúen siendo reajustados’La Atalaya 1990 | 1 de noviembre
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Considere de nuevo a Pedro. Nacido judío, Pedro creció con el punto de vista negativo general de su pueblo con referencia a personas de otras razas. Como le dijo al gentil Cornelio: “Bien saben ustedes cuán ilícito le es a un judío unirse o acercarse a un hombre de otra raza”. Sin embargo, después de darse cuenta de que era la voluntad de Dios que él compartiera la verdad cristiana con este hombre y su familia, Pedro llegó a esta conclusión: “Con certeza percibo que Dios no es parcial, sino que, en toda nación, el que le teme y obra justicia le es acepto”. (Hechos 10:28, 34, 35.)
¡Pedro había efectuado un cambio sorprendente en su manera de pensar y en su actitud con relación a otras razas! Pero parece que hubo la necesidad de que continuara siendo reajustado a este respecto, pues unos años después cedió a la presión de sus compañeros y empezó a evitar a creyentes gentiles. ¡El apóstol Pablo tuvo que censurarlo, usando los términos más vigorosos para ayudarle a reajustar a mayor grado su pensamiento! (Gálatas 2:11-14.)
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