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FilipinasAnuario de los testigos de Jehová 2003
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Salones apropiados para adorar a Jehová
No fue sino hasta hace poco que los siervos de Jehová de las Filipinas pudieron reunirse en Salones del Reino para adorar a Dios. A lo largo de muchos años, la gran mayoría se congregó en casas de hermanos. Por supuesto, ya en el primer siglo, los cristianos empleaban sus hogares con ese propósito (Rom. 16:5). Sin embargo, el crecimiento de las congregaciones de tiempos modernos ha hecho aconsejable disponer de lugares apropiados para acomodar a una mayor cantidad de personas.
David Ledbetter señala: “A muchos les resultaba muy difícil debido a la falta de recursos económicos. Incluso en una zona populosa como Metro Manila, solo disponíamos de un Salón del Reino construido en un terreno propiedad de la congregación. En el resto de los lugares donde había un salón, la congregación era dueña del edificio, pero no del solar”. Los salarios de los hermanos eran tan bajos, que las congregaciones no podían permitirse comprar la parcela.
Así pues, los hermanos se las arreglaban como podían y con gusto compartían cualquier lugar que tuvieran a su disposición. Por ejemplo, Denton Hopkinson recuerda a Santos Capistrano, un Testigo de Manila que permitió utilizar la planta alta de su casa como Salón del Reino durante cuarenta años. “Tras la muerte de la esposa del hermano Capistrano —nos dice—, sus hijos se mudaron al piso de abajo. El Salón del Reino ocupaba la mayor parte del piso de arriba, y él solo disponía de una pequeña habitación con una cocina a un lado. Podría parecer incómodo, pero él se sentía feliz. Esa era la actitud de los hermanos.”
Finalmente se logró construir Salones del Reino en terrenos adquiridos por las congregaciones. El valor del peso subió, y en la década de los ochenta hubo un ligero aumento de los salarios, lo que hizo viable prestar dinero. En consecuencia, unas cuantas congregaciones consiguieron préstamos.
Entonces, el Cuerpo Gobernante inició un amoroso programa que supuso un gran cambio. En Estados Unidos y Canadá se anunció la creación del Fondo para Salones del Reino, y las Filipinas no tardaron en beneficiarse de contribuciones hechas específicamente para la construcción de salones. Este sistema, que sigue el principio de “que se efectúe una igualación”, hace posible la concesión de préstamos (2 Cor. 8:14, 15). Las cosas comenzaron poco a poco, pero saber que el programa resultaba eficaz en otros lugares animó a cada vez más hermanos a tratar de conseguir un Salón del Reino.
¡Qué cambio ha supuesto esta provisión! Acerca de los préstamos para Salones del Reino, la sucursal informa: “En total, se han construido más de mil doscientos Salones del Reino. Sin lugar a dudas, esto ha tenido efecto en todo el país”. Aunque al principio gran parte de los fondos procedían de otros países, al final los hermanos filipinos han podido sufragar su propio programa. La sucursal señala al respecto: “Ya desde hace varios años, todas las construcciones de Salones del Reino se han financiado con las devoluciones de los créditos y las contribuciones de los hermanos filipinos. Esto demuestra que, incluso en las zonas más deprimidas, la creación de un fondo común produce excelentes resultados”.
En estos momentos, un gran número de congregaciones dispone de Salón del Reino. Existen unas tres mil quinientas congregaciones en todo el país, y todavía hay necesidad de más lugares de reunión. Sin embargo, aproximadamente quinientas de ellas están formadas por menos de quince publicadores y no pueden pagar un crédito. Por eso, en tiempos recientes se las ha animado a fusionarse a fin de que les resulte más fácil conseguir un Salón del Reino.
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FilipinasAnuario de los testigos de Jehová 2003
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[Ilustraciones de las páginas 222 y 223]
Salones del Reino construidos en los últimos años
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