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FilipinasAnuario de los testigos de Jehová 2003
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Transcurridos ocho años desde la inauguración de la escuela, se han bautizado más de sesenta y cinco mil personas en el país.
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FilipinasAnuario de los testigos de Jehová 2003
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El progreso continúa
En todas las islas se han alcanzado magníficos logros. Los celosos hermanos que se reúnen en las casi tres mil quinientas congregaciones se mantienen ocupados proclamando las buenas nuevas del mejor gobierno imaginable, el Reino de Dios.
Los informes más recientes son muy animadores. Cada uno de los siete últimos meses del año de servicio 2002 se alcanzó un nuevo máximo de publicadores. Durante el mes de agosto hubo 142.124 publicadores llevando el mensaje del Reino a otras personas. El nombre y el propósito de Jehová se están dando a conocer en multitud de islas. Los siervos de Jehová del país están haciendo algo parecido a lo que se predijo en Isaías 24:15: ‘Glorifican el nombre de Jehová en las islas del mar’.
Entre estos celosos predicadores hay miles de precursores regulares. En 1950 solo había 307, pero a finales de abril de 2002 se alcanzó la cifra de 21.793. Si a estos les añadimos los 386 precursores especiales y los 15.458 precursores auxiliares que hubo ese mes, suman un total de 37.637 precursores, es decir, un 27% de todos los publicadores. Muchos más han demostrado el deseo de incorporarse a las filas de los siervos de Dios de tiempo completo. Durante el año de servicio 2002 se aprobaron 5.638 solicitudes para el precursorado regular.
Todo esto ha producido un magnífico fruto, pues miles de personas siguen respondiendo favorablemente. La asistencia a la Conmemoración de marzo de 2002 fue de 430.010. Cada mes se dirigen cerca de cien mil estudios bíblicos, y en el año de servicio 2002 se bautizaron 6.892 nuevos discípulos. En 1948 había un solo Testigo por cada 5.359 habitantes, y ahora hay 1 por cada 549. Mientras Jehová deje la puerta abierta, existen magníficas perspectivas de que miles de personas más se unan a los alabadores de Dios en estas islas.
Resueltos a seguir adelante
Cuando C. T. Russell visitó el país en 1912, sembró unas cuantas semillas de la verdad en suelo filipino. De forma lenta pero constante, las semillas germinaron, crecieron y produjeron fruto excelente, pues algunos se pusieron de parte de la verdad “en tiempo favorable [y] en tiempo dificultoso” (2 Tim. 4:2). En particular a partir de la II Guerra Mundial, la velocidad de crecimiento ha seguido aumentando hasta nuestros días, en que decenas de miles de personas son alabadores activos de Jehová y trabajan gozosamente en honrar Su nombre junto con los seis millones que componen la congregación mundial del pueblo de Dios.
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