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FilipinasAnuario de los testigos de Jehová 2003
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La Escuela de Entrenamiento Ministerial cubre una necesidad
Cuando en 1987 se fundó la Escuela de Entrenamiento Ministerial en Estados Unidos, muchos hermanos filipinos pensaron: “¿Podremos beneficiarnos nosotros algún día de ese adiestramiento?”. La respuesta llegó en 1993, al anunciarse que la escuela comenzaría a funcionar en las Filipinas al año siguiente y que proporcionaría una formación adicional a hermanos capacitados que ya tuvieran alguna experiencia en la organización por ser ancianos o siervos ministeriales. Cientos de hermanos entregaron solicitudes.
Se preparó como instructores a dos superintendentes viajantes y un misionero, y en enero de 1994 se inició la primera clase. Todos los que han recibido esta formación están ahora mejor capacitados para servir a sus hermanos en las congregaciones. Con respecto a un graduado de la escuela que se reunía con ellos, cierta congregación escribió: “Comparado con antes de asistir a la escuela, se nota una gran mejora en sus intervenciones en las reuniones”.
Muchos estudiantes se sacrificaron en sentido material a fin de beneficiarse de esta instrucción espiritual. Ronald Moleño era ingeniero químico. Más o menos por la misma época en la que recibió la invitación para asistir a la escuela, una empresa le ofreció un puesto de trabajo que le reportaría un buen sueldo, casa, seguro y otras ventajas. Ronald sopesó las dos oportunidades y optó por la de carácter espiritual. Tras graduarse de la clase 18, continuó disfrutando de su servicio de precursor, y recientemente ha sido invitado a emprender el servicio misional en Papua Nueva Guinea.
Wilson Tepait tuvo que tomar una decisión después de asistir a la primera escuela. Tenía un buen trabajo de profesor, pero entonces se le invitó a ser precursor especial en un lugar de mayor necesidad. Él señala: “Me gustaba la docencia, pero también sabía que tenía que poner en primer lugar en mi vida los intereses del Reino”. Al aceptar el privilegiado servicio de precursor especial, vio cómo Jehová bendecía su labor. En la actualidad, Wilson es superintendente de distrito en el sur de las Filipinas.
La mayoría de los invitados a la escuela son filipinos. Sin embargo, el Cuerpo Gobernante ha dispuesto lo necesario para que asistan hermanos de otras naciones asiáticas, como Camboya, Hong Kong, Indonesia, Malaysia, Nepal, Sri Lanka y Tailandia. Algunos proceden de países donde la obra de los testigos de Jehová está restringida. Aprender unos de otros ha supuesto una experiencia muy edificante para todos los asistentes. El instructor Aníbal Zamora observa: “Los que proceden de países donde hay restricciones cuentan cómo han depositado su confianza en Jehová en todo momento. Esto fortalece a los estudiantes filipinos”. A su vez, los estudiantes extranjeros aprenden cómo los hermanos filipinos de antecedentes humildes han servido a Jehová en circunstancias adversas.
Nidhu David, estudiante de Sri Lanka, se expresa así: “Tengo recuerdos que siempre atesoraré. Fueron dos meses de enseñanza de parte de Jehová Dios. ¡Sencillamente fantástico!”.
Las dependencias de la escuela están situadas en la propia sucursal. Los estudiantes no solo se benefician del programa de estudios preparado, sino que también aprenden de ver en la práctica el sistema de trabajo de la sucursal. El contacto con hermanos y hermanas espirituales de Betel les proporciona buenos ejemplos de fe que imitar. Además, los que provienen de países con pocos publicadores o con otras restricciones pueden ver la organización a gran escala.
Hasta la fecha se han graduado 922 estudiantes de las 35 clases celebradas. De los graduados filipinos, 75 sirven en la actualidad de superintendentes viajantes, y muchos más, de superintendentes de circuito sustitutos en los 193 circuitos del archipiélago. Seis están asignados a Betel y diez son misioneros en Papua Nueva Guinea y Micronesia. Cientos de ellos sirven de precursores regulares en sus lugares de procedencia o donde hay mayor necesidad. Transcurridos ocho años desde la inauguración de la escuela, se han bautizado más de sesenta y cinco mil personas en el país. Se respira un excelente espíritu de precursor y, en general, se percibe con claridad el crecimiento de las congregaciones. Es indudable que estos hermanos han puesto en práctica lo que aprendieron en la escuela, y ello ha contribuido a este excelente progreso.
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FilipinasAnuario de los testigos de Jehová 2003
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[Ilustración de la página 251]
Clase 27 de la Escuela de Entrenamiento Ministerial en las Filipinas
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