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FilipinasAnuario de los testigos de Jehová 2003
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Se abre territorio en zonas remotas de las montañas
Los miles de islas que componen las Filipinas se reparten a lo largo de una extensión oceánica de 1.850 kilómetros de norte a sur y 1.125 kilómetros de este a oeste. Algunas islas están deshabitadas y muchas comprenden escarpadas montañas. Llegar a la gente de estos lugares tan remotos supone un desafío.
Una de tales zonas es Kalinga-Apayao. Los habitantes de esta provincia, situada en la escabrosa Cordillera Central, al norte de la isla de Luzón, viven separados en tribus y aldeas, cada una con su dialecto y costumbres propias. Aunque en el siglo XX desaparecieron los cazadores de cabezas, las contiendas y asesinatos debidos a la enemistad entre las aldeas siguen siendo comunes.
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FilipinasAnuario de los testigos de Jehová 2003
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Se predica en otras zonas remotas
La larga y estrecha Palawan, una de las islas grandes de las Filipinas (de 434 kilómetros de longitud), está lejos del bullicio de las islas más pobladas. Sus bosques albergan varias tribus y muchos asentamientos aislados, incluidos los de trabajadores itinerantes.
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