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Las raíces del ateísmoLa Atalaya 1994 | 1 de diciembre
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¿Podían existir la vida y el universo sin una Primera Causa sobrenatural? ¿Era la adoración de ese Creador una pérdida de tiempo? Las respuestas de los filósofos de renombre de la época eran enfáticas y claras. “Tal como ya no necesitamos un código moral, tampoco necesitamos la religión”, dijo Friedrich Nietzsche. “La religión es el sueño del espíritu humano”, afirmó Ludwig Feuerbach. Y Karl Marx, cuyos escritos tendrían una profunda influencia en las siguientes décadas, expresó con atrevimiento: “Quiero liberar más al espíritu de las cadenas de la religión”.
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Las raíces del ateísmoLa Atalaya 1994 | 1 de diciembre
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Brota el escepticismo
Para el siglo XVIII se preconizaba el pensamiento racional como la panacea de los problemas del mundo. El filósofo alemán Immanuel Kant afirmó que el hombre veía estorbado su progreso por su dependencia de la dirección política y religiosa. “¡Atrévete a saber! —recomendó encarecidamente—. ¡Ten el valor de usar tu propia inteligencia!”
Esta fue la actitud característica del siglo de las luces, conocido también como siglo de la razón. Este período, que abarcó todo el siglo XVIII, estuvo marcado por una búsqueda obsesiva de conocimiento. “El escepticismo reemplazó a la fe ciega —dice el libro Milestones of History—. Se cuestionaron todas las ortodoxias antiguas.”
Una ‘ortodoxia antigua’ que estuvo bajo escrutinio fue la religión. “El hombre cambió su modo de ver la religión —dice el libro The Universal History of the World—. Ya no le satisfacía la promesa de ser recompensado en el cielo; pedía una vida mejor en la Tierra. Empezó a perder la fe en lo sobrenatural.” La mayoría de los filósofos del siglo de las luces despreciaron la religión. Culparon en particular al clero de la Iglesia Católica, ávido de poder, por mantener a la gente en la ignorancia.
Muchos de estos filósofos, insatisfechos con la religión, se hicieron deístas; creían en Dios, pero afirmaban que no tenía ningún interés en el hombre.b Algunos se hicieron ateos declarados, como el filósofo Paul Henri Thiry Holbach, que decía que la religión era “fuente de divisiones, locura y crímenes”. Con el paso de los años, muchas personas más se hastiaron de la cristiandad y compartieron los sentimientos de Holbach.
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[Fotografías en la página 3]
Karl Marx
Ludwig Feuerbach
Friedrich Nietzsche
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