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¡Peligro! ¡Plantas asesinas!¡Despertad! 2004 | 8 de mayo
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Cepos y trampillas
Con toda probabilidad, la planta carnívora más conocida es la venus atrapamoscas, la cual alcanza unos 30 centímetros de altura y crece en Norteamérica, particularmente en las turberas de Carolina del Norte y del Sur. Sus hojas brillantes y de color vivo están bordeadas de glándulas productoras de un líquido dulce que constituye una tentación difícil de resistir para los insectos. Y ahí está el peligro, pues la venus atrapamoscas tiene tres pelos sensibles en el centro de cada limbo foliar que hacen que la hoja se cierre cuando un animalito desprevenido los toca. Las espinas que bordean las hojas quedan trabadas, como si fueran las piezas dentadas de un cepo de acero, e impiden que la presa escape.
Si cae en la trampa algo empujado por el viento —como una ramita seca—, la planta lo suelta al cabo de un par de días. Pero cuando los pelos sensoriales de la hoja detectan la presencia de sustancias nitrogenadas, se liberan unas enzimas que descomponen el cuerpo del insecto capturado para que la planta absorba los nutrientes. Este proceso toma entre diez y treinta y cinco días, dependiendo del tamaño de la presa.
Cabe señalar que si solo se excita un pelo sensorial, tal vez debido a una gota de lluvia, las hojas no se cierran, pues estas solo reaccionan cuando se tocan dos o los tres pelos sensoriales, aunque sea a intervalos de hasta veinte segundos. La velocidad con que se cierran las hojas depende de la temperatura y de la luz solar. En ciertas condiciones, esto sucede en tres centésimas de segundo.
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[Ilustración de las páginas 24 y 25]
Venus atrapamoscas:
en la hoja de la izquierda se ve una mosca atrapada; en la de la derecha, los pelos sensoriales
[Reconocimiento]
Plantas: Copyright Chris Heath, Kentish Town City Farm, London
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