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La bendición de Jehová nos enriqueceLa Atalaya 2001 | 15 de septiembre
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Veamos el caso de Laurel, que se vio afectada por la polio y vivió en un pulmón de acero durante treinta y siete años.a Aunque sus circunstancias eran muy duras, sirvió a Dios con celo hasta la muerte. A lo largo de los años la alcanzó la generosa bendición de Jehová. Por ejemplo, ayudó a diecisiete personas a tener conocimiento exacto de la verdad bíblica, aunque estaba confinada a la máquina las veinticuatro horas del día. Su situación nos recuerda lo que dijo el apóstol Pablo: “Cuando soy débil, entonces soy poderoso” (2 Corintios 12:10). En efecto, los buenos resultados que consigamos al predicar las buenas nuevas no se deben a nuestras aptitudes ni fuerzas, sino a la ayuda de Dios mediante el espíritu santo, que él da a quienes siguen escuchando su voz (Isaías 40:29-31).
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La bendición de Jehová nos enriqueceLa Atalaya 2001 | 15 de septiembre
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[Ilustración de la página 17]
Laurel Nisbet sirvió con celo a Dios pese a circunstancias muy difíciles
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