BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • El ruido: una molestia moderna
    ¡Despertad! 1997 | 8 de noviembre
    • El ruido: una molestia moderna

      POR EL CORRESPONSAL DE ¡DESPERTAD! EN GRAN BRETAÑA

      “Una de las principales causas de estrés en la vida.”—Makis Tsapogas, asesor de la Organización Mundial de la Salud.

      “El contaminante más extendido en Estados Unidos.”—The Boston Sunday Globe (E.U.A.).

      “El peor contaminante de nuestro tiempo.”—Daily Express, Londres (Inglaterra).

      NO SE puede ver, ni oler, ni gustar, ni tocar. EL RUIDO, la pesadilla de la vida urbana moderna, ahora contamina las zonas rurales.

      Un naturalista estadounidense que pasó unos dieciséis años grabando los sonidos de la naturaleza, encontró cada vez más dificultades para efectuar su tarea. En 1984 estudió veintiún lugares del estado de Washington (E.U.A.) en los que había intervalos de quince minutos o más sin ruidos. Cinco años después, solo en tres lugares se daba tal circunstancia.

      Para muchos habitantes del planeta sería muy difícil encontrar tres lugares que estén libres de ruido. En Japón, un informe nacional del año 1991 afirmó que el ruido generaba más quejas que cualquier otra forma de contaminación. De hecho, el periódico londinense The Times describe acertadamente el ruido como “la mayor plaga de la vida contemporánea”. El ladrido persistente e irritante de un perro, el estruendo del equipo estereofónico de un vecino o el estrépito insistente de la alarma antirrobo o la radio de un automóvil se han convertido en la norma. Pero la contaminación acústica no es nueva; tiene una larga historia.

      No es un problema nuevo

      Con el fin de evitar el congestionamiento de la circulación, Julio César prohibió el tráfico rodado en el centro de Roma durante el día. Para desgracia suya y de sus conciudadanos, el edicto provocó una intensa contaminación acústica por la noche, “pues las llantas de madera o hierro de las carretas retumbaban en los adoquines”. (The City in History, de Lewis Mumford.) Más de un siglo después, el poeta Juvenal se quejó de que el ruido condenaba a los romanos a un insomnio perpetuo.

      En el siglo XVI la capital de Inglaterra, Londres, se había convertido en una metrópoli bulliciosa. “Lo primero que debía llamar la atención de los visitantes —escribe Alison Plowden, autora de Elizabethan England [La Inglaterra isabelina]— era el estruendo: los golpes y martillazos del millar de talleres, el retumbo y el chirrido de las ruedas de las carretas, el mugido del ganado que conducían hacia el mercado, los pregones estridentes de los vendedores ambulantes que anunciaban su mercancía.”

      En el siglo XVIII, con la llegada de la revolución industrial, se hicieron patentes los efectos del ruido mecánico, pues los obreros de las fábricas empezaron a sufrir pérdida auditiva. Pero hasta los habitantes de las ciudades que no vivían cerca de las industrias se quejaban de molestias cada vez mayores. El historiador Thomas Carlyle buscó refugio en una “habitación insonorizada” en el tejado de su casa de Londres, para evitar el canto de los gallos y el sonido de los pianos de sus vecinos y del tránsito de las calles cercanas. The Times informa: “La idea no resultó”. ¿Por qué? “Entonces lo enloqueció una nueva serie de ruidos, entre ellos las sirenas de las barcas del río y los pitidos del tren.”

      Un contaminante moderno generalizado

      Hoy en día las protestas por el ruido se concentran en los aeropuertos, ya que las compañías aéreas resisten tenazmente los intentos de establecer leyes en contra de la contaminación sonora. El aeropuerto inglés de Manchester impuso sanciones automáticas cada vez que el avión supersónico Concorde despegaba. ¿Fue efectiva la medida? No. Un capitán del Concorde admitió que el avión era ruidoso, pero añadió que si despegara con una carga menor de combustible para reducir el nivel de ruido, no llegaría a Toronto o Nueva York sin escalas.

      La prevención del ruido en las carreteras es igualmente problemática. En Alemania, por ejemplo, ciertos estudios revelan que este tipo de polución perturba al 64% de la población. Y el problema va en aumento; según se dice, es mil veces más grave que antes de que la sociedad se motorizara. Un informe de Grecia afirma que “en Atenas, una de las ciudades más ruidosas de Europa, el fragor es tan infernal que está perjudicando la salud de los atenienses”. De igual modo, la Agencia Medioambiental de Japón ha advertido un empeoramiento en el ruido del tránsito, lo cual atribuye al aumento continuo del uso del automóvil. A bajas velocidades el motor del automóvil es la principal fuente sonora, pero por encima de los 60 kilómetros por hora los neumáticos emiten más ruido.

      Los ruidos que más quejas originan en Gran Bretaña son los de la vecindad. En 1996, el Instituto Oficial de Salud Medioambiental, de Gran Bretaña, registró un aumento de un 10% en el número de quejas sobre vecinos ruidosos. Un portavoz del instituto comentó: “Es difícil de explicar. Una razón puede ser que la presión que soporta la gente en el trabajo la impulsa a exigir más paz y tranquilidad en el hogar”. El motivo de dos tercios de las quejas presentadas en Gran Bretaña durante 1994 fue la música a altas horas de la noche y los motores, alarmas y bocinas ruidosos de los automóviles. Por otra parte, se calcula que el 70% de las víctimas de la contaminación acústica no se quejan por miedo a las represalias. El problema está verdaderamente generalizado.

      En vista de la extensión de las agresiones acústicas, las organizaciones ecologistas presionan para que se promulguen leyes que frenen este tipo de contaminación. En Estados Unidos, por ejemplo, algunas comunidades han adoptado normas locales que restringen el uso de las máquinas de jardinería. En Gran Bretaña se ha aprobado una nueva ley del Ruido que se centra en los vecinos escandalosos y que, en caso de infracciones entre las once de la noche y las siete de la mañana, autoriza la imposición de multas que deben pagarse en el acto. Las autoridades locales pueden incluso confiscar el equipo estereofónico que ocasiona las molestias. No obstante, el ruido persiste.

      Como la contaminación acústica es un problema que empeora, es probable que se pregunte qué puede hacer usted como víctima. Pero, al mismo tiempo, ¿cómo puede evitar ser fuente de ruidos? ¿Habrá alguna vez paz y tranquilidad duraderas? Lea los artículos siguientes para hallar las respuestas.

  • El ruido: cómo combatirlo
    ¡Despertad! 1997 | 8 de noviembre
    • El ruido: cómo combatirlo

      AL FIN de un día agotador, usted se sume en un sueño profundo. De repente lo despiertan los ladridos de los perros del vecindario. Da media vuelta en la cama esperando que el irritante ruido cese pronto. Pero no es así. Los perros ladran una y otra vez. Disgustado, frustrado por el desvelo y totalmente despierto, se pregunta cómo pueden soportar sus vecinos semejante escándalo.

      Los grados de tolerancia al ruido varían mucho de persona a persona. A los empleados de aeropuerto que viven cerca de una pista aérea les molesta mucho menos el rugido de los aviones que a la gente cuyo trabajo no guarda relación con estos. El ama de casa que utiliza un procesador eléctrico de alimentos tolera mucho mejor su ruido que la persona que lee un libro o ve la televisión en la habitación contigua.

      ¿Qué es la contaminación acústica?

      La definición de contaminación acústica difiere de un país a otro. En México, “cualquier sonido indeseable que causa molestia o perjudica” es ruido. Nueva Zelanda considera que el ruido es excesivo cuando “perturba injustificadamente la paz, comodidad y conveniencia de cualquier persona”.

      Los nombres de dos científicos famosos, Alexander Graham Bell, el inventor del teléfono, y Heinrich Hertz, físico alemán, se asocian con la medición del sonido. El bel, o más comúnmente, su décima parte, el decibel (también llamados belio y decibelio), mide la intensidad relativa del sonido, mientras que el hertz (también llamado hercio) mide el tono, o frecuencia. Normalmente los informes de medición de sonidos indican el nivel de decibeles.a

      Pero, ¿quién determina cuánta molestia causa un sonido? Usted, el oyente. “El mejor detector del grado de molestia de los ruidos sigue siendo el oído humano”, observa el periódico londinense The Independent.

      Los efectos del ruido

      Puesto que el oído es el “mejor detector” de ruido, obviamente también es el órgano más susceptible de ser afectado por este. El daño a las sensibles células nerviosas del oído interno puede provocar pérdida auditiva permanente. Es cierto que no todo el mundo reacciona igual a los sonidos intensos, pero la exposición continua a sonidos por encima de los 80 ó 90 decibeles puede producir sordera gradualmente. De hecho, cuanto más elevado sea el nivel del sonido, menos tiempo se podrá pasar expuesto diariamente a él sin riesgo de sufrir lesiones auditivas.

      La revista New Scientist informa que muchos de los aparatos portátiles de música con auriculares que se venden en Francia tienen una salida máxima de 113 decibeles. También menciona que, según cierto estudio, “la música rock que se puso a todo volumen durante una hora en un reproductor de compactos portátil con auriculares, sobrepasó los 100 decibeles la mayor parte del tiempo y alcanzó picos de unos 127 decibeles”. Más serio aún es el efecto del ruido de los conciertos en vivo. Un investigador encontró a la gente que se había apiñado cerca de unas torres de altavoces en un estado de estupor. “Veía borroso, las cavidades del cuerpo me resonaban con el ritmo grave —cuenta— y el ruido me taladraba los oídos.”

      ¿Qué repercusiones puede tener en usted el ruido? Un especialista afirma: “Los ruidos continuos de niveles moderados a altos causan estrés, fatiga e irritabilidad”. “El ruido atormentador, además de hacer infeliz a uno, puede agotarlo física y emocionalmente”, señala el profesor Gerald Fleischer, de la Universidad de Giessen (Alemania). Cuando el ruido se añade a otras circunstancias estresantes, según el profesor Makis Tsapogas, puede provocar depresión, así como trastornos orgánicos.

      La exposición prolongada al ruido puede afectar la personalidad. Cuando unos investigadores del gobierno británico preguntaron a un grupo de víctimas de la contaminación acústica qué sentían hacia los que la ocasionaban, aquellas hablaron de odio, venganza e incluso asesinato. Por otra parte, a menudo los que generan el ruido se vuelven agresivos si reciben quejas continuas. “El ruido mina el altruismo de la gente y crea agresión y hostilidad”, asegura un participante en una campaña antirruido.

      La mayor parte de los individuos afectados por la contaminación acústica perciben un debilitamiento gradual de su resistencia a la molestia. Comparten la siguiente opinión de una mujer cuyos vecinos ruidosos ponían música a todo volumen constantemente: “Cuando uno se ve obligado a escuchar algo que no desea, se desgasta. [...] Aun cuando el ruido cesaba, quedábamos a la espera de que volviera a empezar en cualquier momento”.

      ¿No se puede hacer nada, entonces, respecto a la contaminación acústica?

      ¿Qué puede hacer usted?

      Como vivimos en un ambiente tan ruidoso, mucha gente no se da cuenta de que molesta a los demás. Si lo supieran, algunos sin duda abandonarían la actividad irritante. Por eso a veces da resultado hablar amigablemente del asunto con los vecinos escandalosos. Una persona se disgustó cuando se enteró de que sus vecinos lo habían denunciado por ruidoso. Dijo: “Hubiera esperado que vinieran a hablar conmigo cara a cara si les molestaba el ruido”. Una madre que organizó una fiesta infantil se sorprendió de recibir la visita de un policía con motivo de una denuncia por ruido. “Me hubiera gustado que los que presentaron la denuncia hubieran venido a decirme que los estábamos perturbando”, indicó. Se comprende, pues, que un funcionario británico de salud medioambiental se asombrara al descubrir que el 80% de los que denuncian a sus vecinos nunca les han pedido que hagan menos ruido.

      La reticencia a hablar con los vecinos ruidosos revela una falta de respeto mutua. “Estoy en mi derecho de escuchar la música que quiera”, es la respuesta que esperan y que frecuentemente reciben. Temen que una amable sugerencia de ajustar el volumen se tome como una queja impertinente y provoque una confrontación. ¡Qué poco dice esto a favor de la sociedad actual! Tal como indicó la Biblia, en estos “tiempos críticos, difíciles de manejar”, la gente en general sería ‘amadora de sí misma, altiva, feroz y testaruda’. (2 Timoteo 3:1-4.)

      Mucho depende del enfoque que dé la víctima al problema. La revista Woman’s Weekly presentó el siguiente ejemplo de cómo resolver una situación tensa que resultó de una queja agresiva que tuvo malos resultados: “Lo único que se necesita para conciliar [a los vecinos que están a la defensiva] probablemente sea decir con mucho afecto humano: ‘Créame que lo siento. Perdí los estribos, pero es que cuando no duermo estoy muy agotado’”. Tal vez el vecino aleje con mucho gusto los amplificadores de la pared divisoria y baje un poco el volumen.

      Siendo realistas, vale la pena mantener buenas relaciones con los vecinos. Algunos municipios ofrecen un servicio de mediación para reconciliar a vecinos enemistados. En vista del resentimiento que provocan las denuncias, llamar a la policía debería considerarse “el último recurso”.

      Si piensa mudarse a una nueva vivienda, sería prudente que investigara todas las posibles fuentes de ruidos molestos antes de cerrar el contrato. Los agentes inmobiliarios recomiendan visitar la vivienda a diferentes horas del día para comprobar si hay ruidos. Pudiera preguntar a los vecinos. Si una vez instalado en su nueva residencia surgen problemas, trate de resolverlos de forma amistosa. Los pleitos generalmente crean hostilidad.

      Pero, ¿qué puede hacer si vive en un vecindario ruidoso y no cuenta con suficientes medios para trasladarse a otro lugar? ¿Está condenado a sufrir por tiempo indefinido? No necesariamente.

      Cómo protegerse del ruido

      Analice lo que puede hacer para aislar su casa del ruido exterior. Revise las paredes y los suelos para detectar cualquier agujero que deba rellenarse. Fíjese particularmente en los lugares donde hay enchufes. ¿Están fijos?

      El ruido normalmente penetra en los hogares a través de puertas y ventanas. El doble acristalamiento de las ventanas contribuye a reducirlo. Y si se pega una tira fina de material esponjoso en el interior del marco de la puerta, esta encajará perfectamente. Otra manera de proteger su vivienda del perturbador ruido del tránsito consiste en construir un porche con puerta.

      Aunque el ruido de la circulación crece a un ritmo alarmante, los fabricantes de automóviles constantemente descubren nuevos materiales y métodos que atenúan los niveles de sonido en el interior de los vehículos. Los neumáticos más silenciosos también son útiles. Los experimentos que realizan muchos países con diferentes tipos de pavimento han dado por resultado productos tales como el “hormigón susurrante”, en el que parte de la grava se deja expuesta y, por consiguiente, el contacto con el neumático es aleatorio. Según se informa, este tipo de pavimento reduce los niveles de ruido en dos decibeles en el caso de los vehículos ligeros y en un decibel en el caso de los camiones pesados. Aunque tal disminución no parezca significativa, un descenso de tres decibeles equivale como promedio a reducir a la mitad el nivel de ruido del tráfico.

      Los constructores de carreteras están trazando vías bordeadas por barreras de tierra, las cuales amortiguan eficazmente el ruido. Donde no hay espacio para estas se instalan vallas especialmente diseñadas, como una del este de Londres construida con brotes de sauce entretejidos y plantas perennes, que protegen del ruido no deseado a los vecinos de los barrios cercanos a las carreteras.

      En algunos entornos, como en las oficinas, puede resultar práctico encubrir los sonidos perturbadores con lo que se llama “ruido blanco” (por ejemplo, el del movimiento del aire o un ruido similar al de las interferencias de los radiorreceptores).b En Japón han salido a la venta pianos con silenciadores. En lugar de golpear las cuerdas, los martillos de estos pianos activan circuitos electrónicos que producen las notas en los auriculares del individuo.

      Los científicos llevan tiempo investigando la producción de lo que llaman “antirruido”, que consiste básicamente en utilizar otra fuente de sonido para generar vibraciones que anulen los efectos del ruido. La técnica implica, por supuesto, maquinaria y gastos adicionales, además de que no elimina realmente la fuente del problema. “Hasta que la gente no empiece a ver el ruido como basura acústica —observa la revista U.S.News & World Report—, puede que el antirruido sea el único medio de obtener un momento de silencio.” Es posible, pero ¿es el silencio el antídoto de la contaminación acústica?

      ¿Qué perspectivas hay de que su hogar y su vecindario disfruten de paz y tranquilidad? El siguiente artículo ofrece una esperanza real.

      [Notas]

      a Los niveles de ruido se determinan generalmente con un sonómetro, que mide el sonido en decibeles. Puesto que el oído capta mejor algunas frecuencias que otras, el sonómetro está preparado para responder de forma parecida.

      b Tal como la luz blanca es una mezcla de todas las frecuencias del espectro luminoso, el ruido blanco es un sonido que contiene todas las frecuencias del espectro auditivo, aproximadamente a los mismos niveles de intensidad.

      [Recuadro de la página 6]

      Sugerencias para no ser un vecino ruidoso

      ● Piense en sus vecinos cuando vaya a realizar una actividad ruidosa y avíseles de antemano.

      ● Si un vecino le pide que reduzca el ruido, acceda.

      ● Tenga presente que su disfrute no debe causar disgusto a sus vecinos.

      ● Recuerde que el ruido y las vibraciones se transmiten fácilmente a través de pasillos y suelos.

      ● Coloque los aparatos domésticos ruidosos sobre soportes amortiguadores.

      ● Asegúrese de que podrá llamar a alguien que se ocupe de las falsas alarmas de la casa o el automóvil.

      ● Evite realizar trabajos ruidosos y utilizar aparatos domésticos ruidosos muy entrada la noche.

      ● No ponga música a un volumen que moleste a los vecinos.

      ● No deje a los perros solos por períodos largos.

      ● No permita que los niños den saltos sobre el piso, y molesten a los vecinos de abajo.

      ● No toque la bocina del automóvil ni dé portazos ni acelere motores por la noche.

      [Ilustración y recuadro de la página 7]

      El ruido y usted

      “El ruido es el peligro industrial más extendido en Gran Bretaña hoy —indica The Times—, y la sordera, su consecuencia más común.” Algunos estudios sobre la salud laboral demuestran que el ruido por encima de los 85 decibeles perjudica al feto. La criatura sufre lesiones en el oído, y puede desarrollar trastornos hormonales, así como defectos congénitos.

      La exposición a ruidos intensos estrecha los vasos sanguíneos y disminuye el flujo de la sangre hacia los órganos corporales. El cuerpo, a su vez, reacciona produciendo hormonas que elevan la presión sanguínea y aumentan los latidos del corazón, lo cual a veces provoca palpitaciones e incluso angina de pecho.

      Cuando el ruido trastorna su rutina, pueden surgir otros problemas. Es posible que la perturbación del sueño afecte sus reacciones diurnas. Y aunque el ruido no altere la velocidad a la que trabaja, puede repercutir en la cantidad de errores que cometa.

      [Ilustración y recuadro de la página 9]

      Protección en el trabajo

      Si el ruido es excesivo en su trabajo, piense en emplear algún tipo de protección auditiva.c Los cascos insonorizantes, que se ajustan a la cabeza como unos auriculares, suelen ser efectivos donde hay niveles elevados de ruido. Presentan la ventaja de que permiten oír los mensajes verbales y las señales de advertencia de las máquinas, aunque puede resultar difícil determinar la fuente del sonido. Los tapones para los oídos han de ser del tamaño correcto, pero están contraindicados si existe algún tipo de afección en el oído o de irritación en el conducto auditivo.

      El mantenimiento adecuado de la maquinaria reduce las vibraciones. Además, el uso de soportes de goma, así como la colocación de las máquinas ruidosas en una zona separada, atenúan la contaminación acústica.

      [Nota]

      c La legislación de muchos países obliga a los empresarios a asegurarse de que sus empleados se protejan los oídos adecuadamente.

  • ¿Habrá alguna vez paz y tranquilidad?
    ¡Despertad! 1997 | 8 de noviembre
    • ¿Habrá alguna vez paz y tranquilidad?

      CUANDO se preguntó a un grupo de turistas británicos qué buscaban en unas vacaciones en el extranjero, casi tres cuartas partes respondieron: “Paz y tranquilidad”. Pero, en vista de que la contaminación acústica es un problema mundial, muchos creen que la verdadera paz y tranquilidad son mera ilusión.

      A pesar de los esfuerzos concienzudos que se han hecho para reducir la contaminación acústica, tal vez usted se pregunte si es realista creer que algún día se alcanzará plenamente dicho objetivo. ¿Qué puede decirse de la gente que no comparte su preocupación?

      Obstáculos que deben vencerse

      No es fácil hablar con personas hostiles, y mucho menos hacerles entender el punto de vista de uno. Cuando grupos ruidosos de adolescentes empezaron a reunirse ante el edificio donde vivía Ron, este decidió trabar amistad con ellos. Aprendió sus nombres e incluso les ayudó a reparar una bicicleta. Desde entonces no le han vuelto a causar molestias.

      Piense en el caso de Marjorie, una madre sola con una hija adolescente, que vive en un apartamento rodeado de vecinos escandalosos. El apartamento de los inquilinos de arriba no está alfombrado, de manera que a Marjorie le molesta el ruido que producen los niños cuando recorren la casa con patines de ruedas, botan la pelota o incluso cuando saltan de la cama. Además, su madre usa zapatos de tacón alto en la casa. Marjorie se dirigió a ella amablemente para pedirle que hicieran menos ruido, pero la barrera lingüística que había entre ellas frustró sus intenciones. El municipio le ha ofrecido un intérprete para resolver el problema, así que Marjorie espera que la situación mejore.

      En el piso de abajo vive un hombre que todas las mañanas de siete a ocho pone música a volumen alto, y el ritmo grave retumba constantemente. Marjorie le mencionó el asunto con mucho tacto, pero él le contestó que necesitaba la música para ‘ponerse de buen humor y poder ir a trabajar’. ¿Cómo se las arregla Marjorie?

      “Estoy cultivando el autodominio y la paciencia —dice—. [...] He reorganizado mi horario, y me siento a leer a pesar del escándalo. He visto que enseguida el libro me absorbe y no noto tanto el ruido.”

      Heather, por otro lado, vive en un apartamento situado junto a un club nocturno que cierra a las seis de la mañana después de toda una noche de alboroto. Aunque finalmente se quejó a las autoridades locales, se ha hecho poco para eliminar las molestias.

      ¿Se pondrá fin al ruido?

      “A muchas personas les perturba e inquieta mucho el silencio absoluto”, observa el doctor Ross Coles, del Instituto de Estudios del Oído, adscrito al Consejo de Investigación Médica británico. El bello canto de los pájaros, el suave romper de las olas en la arena, los gritos de entusiasmo de los niños; estos y otros sonidos nos deleitan. Aunque ahora deseamos que mitigue el ruido, nos alegra estar en la compañía de personas sanas que nos den conversación. Dios ha prometido paz y tranquilidad para sus siervos fieles.

      El salmista bíblico declara: “Los mansos mismos poseerán la tierra, y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz”. (Salmo 37:11.) El gobierno del Reino celestial de Dios intervendrá pronto en los asuntos humanos. (Daniel 2:44.) Entonces, bajo el dominio de Cristo Jesús, habrá “abundancia de paz hasta que la luna ya no sea”. (Salmo 72:7; Isaías 9:6, 7.)

      Usted puede estar seguro de que la intervención divina conseguirá la paz y tranquilidad que todos deseamos, tal como predijo Isaías, profeta de Dios: “La obra de la justicia verdadera tiene que llegar a ser paz; y el servicio de la justicia verdadera, quietud y seguridad hasta tiempo indefinido. Y mi pueblo tiene que morar [...] en lugares de descanso sosegados”. (Isaías 32:17, 18.)

      Aun ahora puede encontrar paz y tranquilidad espirituales en las reuniones de los testigos de Jehová de su localidad. Si bien a veces se congregan decenas de miles de Testigos en grandes asambleas para adorar a Dios —y en estas reuniones hay ‘alboroto de hombres, mujeres y niños’—, el sonido no es perturbador, sino agradable. (Miqueas 2:12.) Experiméntelo por usted mismo asistiendo a una reunión de los Testigos de su localidad o escribiendo a una dirección de la página 5 de esta revista para comunicarse con ellos. Disfrute de verdadera paz y tranquilidad en su compañía ahora y quizá para siempre.

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir