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En Alemania, el río Rin, que se ve a la izquierda, sigue siendo admirado por los turistas, pero su belleza es engañosa. A lo largo de sus orillas cuenta con más centrales químicas e industriales contaminantes que cualquier otro río del mundo, por lo que ha recibido el apodo de “la majestuosa alcantarilla de Europa”. Este río es un buen símbolo del rastro mortífero que deja la invisible contaminación asesina, descrita muy apropiadamente por el poeta Samuel Taylor Coleridge de la siguiente manera:
“Del río Rin la gente está informada,
por él la ciudad de Colonia está bañada;
pero decidme, ninfas, ¿qué poder divino
podrá limpiar este río?”
El corresponsal de ¡Despertad! en la República Federal de Alemania analiza las causas de la contaminación y da una idea de lo que implicaría resolver el problema.