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Apostasía... se obstruye el camino a DiosEl hombre en busca de Dios
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Fue solo a medida que pasó el tiempo que la palabra e·pí·sko·posb (superintendente) fue convertida en “obispo”, con el significado de un sacerdote que tiene jurisdicción sobre otros miembros del clero de su diócesis. Como lo explica el jesuita español Bernardino Llorca: “Primero, no se hacía distinción suficiente entre los obispos y presbíteros, y se atendía solamente a la significación de las palabras: obispo equivale a superintendente; presbítero equivale a más anciano. [...] Mas poco a poco se marcó la distinción, designando con el nombre de obispo a los superintendentes mayores, que poseían la suprema autoridad sacerdotal y facultad de imponer las manos y conferir el sacerdocio” (Historia de la Iglesia Católica). De hecho, los obispos empezaron a funcionar en un sistema de tipo monárquico, especialmente desde el principio del siglo IV. Se estableció una jerarquía o cuerpo gobernante de clérigos, y con el tiempo el obispo de Roma, que alegó ser sucesor de Pedro, fue reconocido por muchos como el obispo supremo y papa.
15. ¿Qué laguna existe entre el liderato cristiano primitivo y el de la cristiandad?
15 Hoy en las diferentes iglesias de la cristiandad el puesto de obispo es uno de prestigio y poder, que por lo general está bien remunerado y suele identificarse con la clase gobernante selecta de cada nación. Pero hay una enorme diferencia entre la posición de orgullo y exaltación de los obispos y la sencillez de estructura bajo Cristo y los ancianos o superintendentes de las congregaciones cristianas primitivas. ¿Y qué diremos de la laguna entre Pedro y sus llamados sucesores, que han gobernado en el suntuoso escenario del Vaticano? (Lucas 9:58; 1 Pedro 5:1-3.)
El poder y prestigio papal
16, 17. a) ¿Cómo sabemos que la congregación romana primitiva no estaba bajo el dominio de ningún obispo o papa? b) ¿Cómo se desarrolló el uso del título “papa”?
16 Entre las primeras congregaciones que aceptaron la dirección de los apóstoles y ancianos de Jerusalén estuvo la de Roma, adonde la verdad cristiana probablemente llegó algún tiempo después del Pentecostés de 33 E.C. (Hechos 2:10.) Como cualquier otra congregación cristiana de aquel tiempo, tenía ancianos, y estos servían como un cuerpo de superintendentes sin que ninguno de ellos tuviera la primacía. Ciertamente los contemporáneos de los primeros superintendentes de la congregación de Roma no consideraron a ninguno de estos como obispo ni como papa, puesto que el episcopado monárquico o de un solo hombre no se había desarrollado todavía en Roma. Es difícil determinar cuándo empezó el episcopado monárquico. La evidencia indica que empezó a desarrollarse en el segundo siglo. (Romanos 16:3-16; Filipenses 1:1.)
17 El título “papa” (del griego pá·pas, padre) no se usó durante los primeros dos siglos. Michael Walsh, ex jesuita, explica: “Parece que fue en el siglo III cuando por primera vez se llamó ‘papa’ a un obispo de Roma, y el título se dio al papa Calixto [...] Para fines del siglo V ‘papa’ solía significar el obispo de Roma y nadie más. Sin embargo, solo en el siglo XI podía un papa insistir en que el título aplicaba solamente a él” (An Illustrated History of the Popes [Historia ilustrada de los papas]).
18. a) ¿Quién fue uno de los primeros obispos de Roma en imponer su autoridad? b) ¿En qué se basa la alegación papal de tener la primacía? c) ¿Cómo se entiende apropiadamente Mateo 16:18, 19?
18 Uno de los primeros obispos de Roma que impuso su autoridad fue el papa León I (papa: 440-461 E.C.). Michael Walsh sigue explicando: “León tomó para sí el título de Pontifex Maximus, que era un título pagano que llevaron los emperadores romanos hasta cerca del fin del siglo IV y que todavía usan los papas hoy”. León I basó sus acciones en la interpretación católica de las palabras de Jesús en Mateo 16:18, 19. (Véase la página 268.) León I “declaró que porque San Pedro era el primero entre los Apóstoles, la iglesia de San Pedro debería recibir primacía entre las iglesias” (Man’s Religions [Las religiones del hombre]). Por este acto León I manifestó claramente que mientras el emperador tenía poder temporal en Constantinopla, en Oriente, él ejercía poder espiritual desde Roma en Occidente. Este poder se ilustró también cuando el papa León III coronó emperador del Santo Imperio Romano a Carlomagno en 800 E.C.
19, 20. a) ¿Cómo se ha considerado al papa en tiempos modernos? b) Mencione algunos títulos oficiales del papa. c) ¿Qué contraste se puede ver entre la conducta de los papas y la de Pedro?
19 Desde 1929 los gobiernos seglares han visto al papa de Roma como gobernante de un estado soberano distinto de los demás, el de Ciudad del Vaticano. Así pues, la Iglesia Católica Romana, como ninguna otra organización religiosa, puede enviar representantes diplomáticos, nuncios, a los gobiernos del mundo. (Juan 18:36.) Se honra al papa con muchos títulos, algunos de los cuales son: Vicario de Jesucristo, Sucesor de San Pedro, Sumo Pontífice o Rector de la Iglesia Universal, Patriarca de Occidente, Primado de Italia, Soberano de la Ciudad del Vaticano. Lo transportan con pompa y ceremonia. Se le dan los honores de un cabeza de estado. Por contraste, note cómo reaccionó Pedro —supuestamente el primer papa y obispo de Roma— cuando el centurión romano Cornelio cayó a sus pies para rendirle homenaje: “Pedro lo alzó, y dijo: ‘Levántate; yo mismo también soy hombre’”. (Hechos 10:25, 26; Mateo 23:8-12.)
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[Recuadro de la página 268]
Pedro y el papado
En Mateo 16:18 Jesús dijo al apóstol Pedro: “Ahora te digo yo: Tú eres Piedra [griego: Pé·tros], y sobre esta roca [griego: pé·tra] voy a edificar mi Iglesia, y el poder de la muerte no la derrotará” (NBE). Basándose en esto, la Iglesia Católica alega que Jesús edificó su iglesia sobre Pedro, de quien dice que fue el primero de una línea ininterrumpida de obispos de Roma y sucesores de Pedro.
¿Quién era la roca señalada por Jesús en Mateo 16:18? ¿Pedro, o Jesús? El contexto muestra que el punto que se consideraba era la identificación de Jesús como “el Mesías, el Hijo de Dios vivo”, como confesó Pedro mismo. (Mateo 16:16, NBE.) Es lógico, por lo tanto, que Jesús mismo fuera ese fundamento rocoso sólido de la iglesia, no Pedro, quien posteriormente negaría a Cristo tres veces. (Mateo 26:33-35, 69-75.)
¿Cómo sabemos que Cristo es la piedra de fundamento? Por el propio testimonio de Pedro, cuando escribió: “Llegando a él como a una piedra viva, rechazada, es verdad, por los hombres, pero escogida, preciosa, para con Dios, [...] Porque está contenido en la Escritura: ‘¡Miren!, voy a colocar en Sión una piedra, escogida, una piedra angular de fundamento, preciosa; y nadie que ejerza fe en ella sufrirá desilusión de manera alguna’”. Pablo, también, declaró: “Y han sido edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular de fundamento”. (1 Pedro 2:4-8; Efesios 2:20.)
Ni en las Escrituras ni en la historia hay prueba de que se viera a Pedro como con primacía entre sus compañeros. Él no menciona esto en sus propias cartas, y los otros tres Evangelios —incluso el de Marcos (aparentemente narrado por Pedro a Marcos)— ni siquiera mencionan la declaración de Jesús a Pedro. (Lucas 22:24-26; Hechos 15:6-22; Gálatas 2:11-14.)
Ni siquiera hay prueba absoluta de que Pedro estuviera alguna vez en Roma. (1 Pedro 5:13.) Cuando Pablo visitó Jerusalén, “Santiago y Cefas [Pedro] y Juan, los que parecían ser columnas”, le dieron apoyo. De modo que en aquel tiempo Pedro era uno de por lo menos tres columnas de la congregación. No era un “papa”, ni se le conocía como tal ni como un “obispo” primado en Jerusalén. (Gálatas 2:7-9; Hechos 28:16, 30, 31.)
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