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  • La pornografía, un tema controvertido
    ¡Despertad! 2003 | 22 de julio
    • La pornografía, un tema controvertido

      “Despierta apetitos que no deberían existir y alimenta deseos que nunca deberían satisfacerse.”—Tony Parsons, columnista.

      JUAN nunca se imaginó que se haría adicto al cibersexo.a Como les ha sucedido a muchas personas, se vio expuesto accidentalmente a la pornografía y los foros de charla eróticos mientras navegaba por Internet. Al cabo de poco tiempo estaba totalmente esclavizado. “Esperaba a que mi esposa se marchara a trabajar —recuerda—, y entonces saltaba de la cama y me sentaba delante de la computadora durante horas.” En el transcurso de estas sesiones maratónicas, ni siquiera paraba para comer o beber. “No me daba cuenta de que [tenía] hambre”, señala. Empezó a mentir a su mujer sobre sus actividades secretas, a perder la concentración en el trabajo y a volverse cada vez más receloso. Su matrimonio comenzó a sufrir, y cuando finalmente concertó una cita con una de las personas con las que había compartido experiencias cibersexuales, su esposa lo descubrió. En la actualidad, Juan recibe tratamiento por motivo de su adicción.

      Los enemigos de la pornografía se remiten a historias como esta para demostrar lo degradante que llega a ser. Según ellos, la pornografía destruye las relaciones afectivas, rebaja a las mujeres, explota a los niños y transmite una visión pervertida y nociva del sexo. Por otro lado, sus defensores sostienen que se trata de una forma de libre expresión y tachan a sus detractores de puritanos. “La gente no debería avergonzarse de su orientación sexual ni de sus deseos —escribe un partidario—. La pornografía puede usarse para entablar y fomentar conversaciones francas sobre sexo.” Algunos incluso afirman que la proliferación de la pornografía es el sello distintivo de una sociedad sana y tolerante. El escritor Brian McNair señala: “La sociedad que tenga la madurez de soportar imágenes explícitas del acto sexual entre adultos que dan su consentimiento se sentirá más a gusto con la diversidad sexual y la igualdad de la mujer”.

      ¿Indica la existencia de esta controversia que la pornografía sea aceptable? ¿Por qué está tan difundida? ¿Es de verdad peligrosa? Los siguientes artículos responderán a estas preguntas.

      [Nota]

      a Se han cambiado los nombres.

  • ¿Por qué está tan difundida la pornografía?
    ¡Despertad! 2003 | 22 de julio
    • ¿Por qué está tan difundida la pornografía?

      DESDE hace miles de años, el hombre ha creado obras lascivas con el objetivo de despertar los deseos sexuales. Si bien hubo un tiempo en el que la pornografía era difícil de producir y, por lo tanto, estaba más que nada al alcance de los ricos y de la clase dirigente, con la llegada de las grandes imprentas, la fotografía y el cine, todo cambió. Se hizo asequible incluso para los menos acaudalados.

      La invención de la videograbadora favoreció aún más su difusión. A diferencia de los rollos de película y las antiguas fotografías, las videocintas podían almacenarse, copiarse y distribuirse fácilmente, así como verse en la intimidad del hogar. En estos últimos años, la popularidad de Internet y la televisión por cable ha facilitado todavía más la obtención de material pornográfico. El consumidor que temía ser visto por su vecino en la sección de adultos de un videoclub puede ahora “quedarse en casa y, con solo presionar un botón, seleccionar las películas a través de la televisión por cable o por satélite”, dice Dennis McAlpine, analista de los medios de comunicación. El fácil acceso a este tipo de programación ha contribuido, según McAlpine, a que la pornografía goce de “mucha más aceptación”.

      La pornografía se hace habitual

      Puesto que la pornografía se ha convertido en algo tan común, muchas personas no saben qué pensar. “En este momento ejerce una influencia en nuestra cultura mucho mayor que la ópera, el ballet, la música, las bellas artes y el teatro juntos”, indica la escritora Germaine Greer. La actitud de hoy día hacia la pornografía a veces se refleja en la ropa moderna “estilo prostituta” que lucen muchas famosas y se presenta en los vídeos musicales —que contienen cada vez más escenas sexuales— así como en la publicidad, la cual ha adoptado una “estética porno”. El señor McAlpine concluye: “La sociedad se traga todo lo que le den. [...] Así se llega a creer que nada de esto es malo”. Y por tal razón, “la gente no se escandaliza”, se lamenta la escritora Andrea Dworkin. “No les importa.”

      El porqué de la pornografía

      Haciéndose eco de las palabras de la escritora Dworkin, Roger Young, agente retirado del FBI, comenta que muchas personas “no perciben el cuadro completo; no se percatan de los problemas que causa la pornografía”. Algunos se dejan influenciar por quienes alegan que no hay prueba de que las imágenes eróticas perjudiquen a nadie. “La pornografía es mera fantasía —escribe F. M. Christensen—, y eso es algo que a sus opositores les cuesta comprender.” Pero si la fantasía no tiene ninguna influencia, ¿en qué se basa la industria publicitaria? ¿Por qué gastan las empresas millones de dólares en publicidad impresa y televisiva y en vídeos si estos no dejan una impresión duradera en la mente?

      Lo cierto es que, como todo buen anuncio publicitario, la pornografía trata ante todo de despertar apetitos que no existían. “La pornografía es simple y llanamente un negocio”, escriben los investigadores Steven Hill y Nina Silver. Añaden: “Y en este desenfrenado mercado, cualquier cosa es vendible, sobre todo el cuerpo femenino y las relaciones sexuales”. Germaine Greer compara la pornografía a comida basura altamente adictiva y carente de beneficio cuyo sabor se ha realzado con aditivos y químicos. “El sexo basura con el que se comercia —dice ella— es un engaño [...]. Tal como hay anuncios que venden comida poco nutritiva, también los hay que venden sexo irreal.”

      Algunos médicos sostienen que la pornografía crea a veces una adicción mucho más difícil de vencer que la adicción a las drogas. El tratamiento de un toxicómano suele comenzar con la desintoxicación, cuyo objetivo es eliminar del cuerpo la sustancia tóxica. Pero, según explica la doctora Mary Anne Layden, de la Universidad de Pensilvania (EE.UU.), la adicción a la pornografía “genera imágenes mentales que, mediante ciertas reacciones químicas cerebrales, se han implantado para siempre en la mente del adicto”. Por tanto, los consumidores de pornografía pueden recordar vívidamente imágenes obscenas que vieron hace años. La doctora Layden concluye: “Se trata de la primera ‘sustancia’ adictiva de la que no es posible desintoxicarse”. Ahora bien, ¿significan estas palabras que es imposible librarse de la influencia de la pornografía? Y ¿qué daños concretos causa?

      [Recuadro de la página 5]

      Datos sobre la pornografía en Internet

      ◼ Alrededor del setenta y cinco por ciento de la pornografía disponible en Internet se produce en Estados Unidos, y cerca del quince por ciento, en Europa.

      ◼ Unos setenta millones de personas visitan semanalmente sitios pornográficos de la Red, y alrededor de veinte millones de estos usuarios se encuentran en Canadá y Estados Unidos.

      ◼ Un estudio efectuado hace poco reveló que durante uno de los pasados meses Alemania fue el país con el mayor número de consumidores de pornografía por Internet de Europa, seguida de Gran Bretaña, Francia, Italia y España.

      ◼ En Alemania, los usuarios del sexo por Internet pasaron un promedio de setenta minutos mensuales visitando páginas pornográficas.

      ◼ De los consumidores del cibersexo europeos, los que más tiempo pasan conectados a sitios para adultos son los mayores de 50 años.

      ◼ Según cierta fuente, el 70% de las visitas a páginas pornográficas de la Red son diurnas.

      ◼ Se calcula que 100.000 sitios de Internet contienen pornografía infantil.

      ◼ Alrededor del ochenta por ciento de la pornografía infantil comercial difundida por la Red se produce en Japón.

      [Ilustraciones de la página 4]

      La pornografía está hoy al alcance de más personas

  • El daño que causa
    ¡Despertad! 2003 | 22 de julio
    • El daño que causa

      EN LA televisión, las películas, los vídeos musicales e Internet puede verse fácilmente todo tipo de escenas sexuales. ¿Es inofensiva esta implacable invasión de imágenes pornográficas, como sostienen muchas personas?a

      Cómo perjudica a los adultos

      A pesar de lo que dicen sus defensores, la pornografía tiene graves repercusiones en el comportamiento sexual de la gente, así como en su visión del sexo. Los investigadores de la National Foundation for Family Research and Education (Fundación nacional para la investigación y educación de la familia) concluyeron que “quienes están expuestos a la pornografía tienen más probabilidades de desarrollar tendencias sexuales anormales”. Según el informe de la mencionada fundación, “el mito de la violación —según el cual los violadores son personas normales y las mujeres son las culpables de que las violen y disfrutan con ello— es muy común entre los hombres que consumen habitualmente pornografía”.

      Algunos investigadores afirman que la constante contemplación de material pornográfico puede inhibir el deseo del individuo de mantener relaciones sexuales con su cónyuge e impedir que estas le satisfagan. El doctor Victor Cline, especialista en el tratamiento de sexoadictos, ha observado que esta adicción suele evolucionar siempre de la misma forma. Si no se le pone freno, lo que comienza de manera accidental conduce con el tiempo a pornografía cada vez más dura y aberrante, lo cual a veces lleva a una conducta sexual anormal. Y los estudiosos del comportamiento humano concuerdan con esta teoría. El doctor Cline informa que “así pueden surgir distintos tipos de desviación sexual [...,] que ni un abrumador sentimiento de culpa logra corregir”. Con el tiempo, el adicto quizá intente hacer realidad sus fantasías inmorales inspiradas en la pornografía, con consecuencias devastadoras.

      La adicción al sexo se produce de forma gradual e inadvertida, sostiene Cline. “Como el cáncer —añade—, sigue creciendo y esparciéndose. Casi nunca se detiene, y también es muy difícil de tratar y curar. Con frecuencia, el adicto niega su problema o no quiere hacerle frente, lo cual casi siempre termina en desavenencias maritales, a veces el divorcio, y en ocasiones, la ruptura de otras amistades íntimas.”

      Cómo perjudica a los jóvenes

      Las estadísticas muestran que los mayores consumidores de pornografía son muchachos de entre 12 y 17 años. De hecho, para muchos, esta es su principal fuente de educación sexual, lo cual tiene alarmantes repercusiones. Un informe señala: “En el mundo de la pornografía no hay adolescentes embarazadas ni enfermedades de transmisión sexual como el sida, lo que induce a pensar erróneamente que los actos presenciados no acarrean consecuencias negativas”.

      Según algunos investigadores, la exposición a la pornografía también puede afectar el desarrollo normal del cerebro del niño. La doctora Judith Reisman, presidenta del Institute for Media Education (Instituto de educación periodística), concluye: “De acuerdo con ciertas observaciones de índole neurológica, la respuesta instintiva del cerebro a las imágenes y sonidos eróticos indica que la contemplación de pornografía es un suceso significativo desde el punto de vista biológico que anula el consentimiento informado, y que es pernicioso para la mente influenciable de los niños, pues hace peligrar su comprensión de la realidad y, como consecuencia, su salud física y mental, su bienestar y su búsqueda de la felicidad”.

      Cómo repercute en las relaciones afectivas

      La pornografía moldea la actitud y el comportamiento de las personas. Los mensajes que transmite resultan tentadores, principalmente porque son pura fantasía, y como tales, son más atractivos que la realidad (véase el recuadro “¿Qué mensaje aceptará usted?”). “Quienes ven pornografía tienen expectativas poco realistas, por lo que suelen arruinar sus relaciones”, observa un informe.

      Esta adicción puede destruir la confianza y la sinceridad, cualidades indispensables en un matrimonio. Puesto que la pornografía suele verse en secreto, quien lo hace se ve obligado a mentir a su pareja. Cuando esta se entera, se siente traicionada y se pregunta por qué su cónyuge ya no la encuentra atractiva.

      Daño espiritual

      Otra consecuencia de la pornografía es el grave daño espiritual que causa, pues puede convertirse en un verdadero impedimento para quien desea ser amigo de Dios.b La Biblia vincula el apetito sexual con la codicia y la idolatría (Colosenses 3:5). La persona que codicia algo lo anhela tanto que la satisfacción de ese deseo llega a ser lo más importante de su vida, eclipsando todo lo demás. De hecho, los adictos a la pornografía anteponen su deseo sexual al amor a Dios, por lo que convierten su adicción en un ídolo. Sin embargo, Jehová da el siguiente mandato: “No debes tener otros dioses contra mi rostro” (Éxodo 20:3).

      La pornografía destruye la unión marital. El apóstol Pedro, un hombre casado, animó a los esposos cristianos a honrar a sus esposas; de no hacerlo, sus oraciones se verían estorbadas (1 Pedro 3:7). ¿Estaría uno tratando de manera honorable a su esposa si viera en secreto imágenes indecentes de mujeres? ¿Cómo se sentiría ella si lo supiera? ¿Y qué pensaría el Dios que “traerá toda clase de obra a juicio” y que “está avaluando los espíritus”? (Eclesiastés 12:14; Proverbios 16:2.) ¿Debería esperar el consumidor de pornografía que Dios escuche sus oraciones?

      El sexoadicto trata de satisfacer a toda costa sus deseos egoístas, de ahí que ver material pornográfico constituya una falta de amor. La pornografía socava la determinación del cristiano de mantenerse moralmente limpio y casto a los ojos de Dios. “Esto es la voluntad de Dios —escribió el apóstol Pablo—: la santificación de ustedes, que se abstengan de la fornicación; que cada uno de ustedes sepa tomar posesión de su propio vaso en santificación y honra, no en codicioso apetito sexual [...]; que nadie llegue al punto de perjudicar y abuse de los derechos de su hermano.” (1 Tesalonicenses 4:3-7.)

      La pornografía se aprovecha sobre todo de las mujeres y los niños, los degrada y los despoja de su dignidad y sus derechos. Así pues, quienes la contemplan se hacen partícipes y cómplices de dicha explotación. “No importa cuán buen[o] [...] crea un hombre que es —observan los investigadores Steven Hill y Nina Silver—, su tácita aprobación de la pornografía lo convierte, en el mejor de los casos, en un insensible y, en el peor de los casos, en un misógino que repudia a la mismísima persona a la que dice amar.”

      Es posible romper con el hábito

      ¿Está usted luchando con la adicción a la pornografía? ¿Le será posible vencerla? La Biblia da esperanzas al respecto. Antes de conocer a Cristo, algunos cristianos del siglo primero habían sido fornicadores, adúlteros y personas dominadas por la avidez. “Pero ustedes han sido lavados”, les dijo Pablo. ¿Qué lo hizo posible? El apóstol añadió: “Ustedes han sido santificados [...] con el espíritu de nuestro Dios” (1 Corintios 6:9-11).

      Nunca subestime el poder del espíritu santo de Dios. “Dios es fiel —dice la Biblia—, y no dejará que sean tentados más allá de lo que pueden soportar.” En efecto, él le proveerá la salida (1 Corintios 10:13). Orar constante y fervientemente a Dios acerca de su problema le ayudará. Las Escrituras instan: “Arroja tu carga sobre Jehová mismo, y él mismo te sustentará” (Salmo 55:22).

      Claro está, tiene que actuar en armonía con sus oraciones. Es necesario que esté totalmente resuelto a rechazar la pornografía. Puede ser de gran ayuda contar con un amigo de confianza o con un familiar que le brinde el apoyo y estímulo que necesita para adherirse a su decisión (véase el recuadro “Pida ayuda”). También lo animará a perseverar tener presente que a Dios le complace su empeño por vencer la adicción (Proverbios 27:11). Además, recordar que esta práctica ofende a Dios reforzará su resolución de dejarla (Génesis 6:5, 6). La batalla no será fácil, pero puede ganarse; es posible romper con el hábito.

      La pornografía entraña peligros reales. Es perniciosa y destructiva; corrompe a quienes la producen y a quienes la consumen. Es denigrante tanto para hombres como para mujeres, una amenaza para los niños y una práctica que debe rechazarse.

      [Notas]

      a Para un análisis más detallado de los peligros que entraña la pornografía en la Red, consulte la serie titulada “¿Cuánto daño puede causar la pornografía en Internet?”, de la revista ¡Despertad! del 8 de junio de 2000, págs. 3-10.

      b Si le interesa saber cuál es el punto de vista bíblico sobre la pornografía, vea el número del 8 de julio de 2002 de ¡Despertad!, págs. 19-21.

      [Ilustración y recuadro de la página 10]

      Pida ayuda

      No debe subestimarse el hábito de la pornografía pensando que es un enemigo fácil de vencer; la batalla puede ser difícil. El doctor Victor Cline, que ha tratado a cientos de sexoadictos, señala: “Las promesas no funcionan. Las buenas intenciones no significan nada. [El adicto al sexo] literalmente no puede romper con el hábito sin ayuda”. Según Cline, un requisito esencial para el éxito del tratamiento es la cooperación del cónyuge, en el caso de que la persona esté casada. “La recuperación es más rápida si ambos colaboran —afirma—. Los dos están dolidos, así que los dos necesitan ayuda.”

      Si el adicto no está casado, a menudo puede apoyarse en un amigo de confianza o en un familiar. Sean quienes sean los implicados en el tratamiento, Cline dicta la siguiente regla inamovible: hay que hablar francamente del problema y de cualquier recaída que se produzca. “Los secretos son una trampa mortal —comenta—. Ocasionan sentimientos de culpa y vergüenza.”

      [Tabla de la página 9]

      ¿Qué mensaje aceptará usted?

      El mensaje de la pornografía

      ◼ Tener relaciones sexuales con cualquiera, cuando sea y como sea, y en cualquier circunstancia, está bien y no acarrea malas consecuencias.

      El punto de vista bíblico

      ◼ “Que el matrimonio sea honorable entre todos, y el lecho conyugal sea sin contaminación, porque Dios juzgará a los fornicadores y a los adúlteros.” (Hebreos 13:4.)

      “El que practica la fornicación peca contra su propio cuerpo.” (1 Corintios 6:18; véase también Romanos 1:26, 27.)

      El mensaje de la pornografía

      ◼ El matrimonio no brinda satisfacción sexual.

      El punto de vista bíblico

      ◼ “Regocíjate con la esposa de tu juventud [...]. Con su amor estés en un éxtasis constantemente.” (Proverbios 5:18, 19; véase también Génesis 1:28; 2:24; 1 Corintios 7:3.)

      El mensaje de la pornografía

      ◼ Las mujeres solo sirven para una cosa: para satisfacer las necesidades sexuales de los hombres.

      El punto de vista bíblico

      ◼ “[Yo, Jehová Dios, voy] a hacerle una ayudante, como complemento de él.” (Génesis 2:18; véase también Efesios 5:28.)

      El mensaje de la pornografía

      ◼ Los hombres y las mujeres son esclavos de sus impulsos sexuales.

      El punto de vista bíblico

      ◼ “Amortigüen, por lo tanto, los miembros de su cuerpo que están sobre la tierra en cuanto a fornicación, inmundicia, apetito sexual, deseo perjudicial y codicia, que es idolatría.” (Colosenses 3:5.)

      “Que cada uno de ustedes sepa tomar posesión de su propio vaso en santificación y honra.” (1 Tesalonicenses 4:4.)

      Hay que tratar “a las mujeres de más edad como a madres, a las de menos edad como a hermanas, con toda castidad” (1 Timoteo 5:1, 2; véase también 1 Corintios 9:27).

      [Ilustración de la página 7]

      Algunos investigadores sostienen que la exposición a la pornografía puede afectar el desarrollo normal del cerebro del niño

      [Ilustración de la página 8]

      La pornografía puede destruir la confianza y la sinceridad maritales

      [Ilustración de la página 10]

      La oración ferviente es de gran ayuda

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