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Un mundo con desigualdades económicas¡Despertad! 2005 | 8 de noviembre
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Un mundo con desigualdades económicas
DURANTE la segunda mitad del siglo XX, el mundo se encontraba inmerso en una Guerra Fría y estaba dividido políticamente en tres partes. Mirándose con recelo se hallaban, a un lado de la invisible cortina de hierro (telón de acero), el bloque comunista —encabezado por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas—, y al otro, las naciones no comunistas, con Estados Unidos al frente. Los países no alineados con los anteriores bloques formaban el llamado Tercer Mundo.
Con el tiempo, esta última denominación llegó a considerarse despectiva y se sustituyó por “naciones subdesarrolladas”. Pero como esta nueva expresión también adquirió matices negativos, los economistas comenzaron a hablar de “los países en vías de desarrollo”. Con tales cambios terminológicos se destacaron más las diferencias económicas que las políticas.
El mundo del siglo XXI ya no está dividido en aquellos tres bloques políticos. Sin embargo, aún hay diferencias económicas, y concretamente industriales entre los países desarrollados y los que están en desarrollo. Los turistas de los países ricos se topan en sus viajes con personas que, a diferencia de ellos, deben hacer grandes esfuerzos por poner un plato de comida en la mesa.
Esta situación hace surgir dos preguntas importantes: ¿está el mundo destinado a permanecer dividido económicamente? ¿O se logrará algún día la igualdad entre ricos y pobres de forma que todos disfrutemos del mismo nivel de vida?
[Reconocimiento de la página 3]
© Qilai Shen/Panos Pictures
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La brecha entre ricos y pobres¡Despertad! 2005 | 8 de noviembre
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La brecha entre ricos y pobres
PRESCINDIENDO de cómo las designemos, las naciones ricas y las pobres son muy distintas, casi dos mundos opuestos. Las primeras, con un mayor desarrollo industrial y económico, gozan de un elevado nivel de vida, mientras que las segundas, con una economía menos pujante, tienen que arreglárselas con menos.
Claro, estos dos polos opuestos también se encuentran dentro de un mismo país. En las naciones prósperas mencionadas en el artículo anterior hay ciudadanos ricos y pobres. En Estados Unidos, por ejemplo, el 30% de la renta nacional está en manos del 10% de las familias, mientras que el 20% más pobre tiene que conformarse con apenas el 5% de los ingresos del país. Puede que donde viva el lector la situación sea parecida, en especial si la clase media no es muy nutrida. Pero ni en los países con una gran clase media logran los gobiernos eliminar por completo la brecha entre ricos y pobres.
Ni el uno ni el otro
Ninguno de los dos mundos puede presumir de perfecto. Las desventajas de las naciones pobres son obvias. Centrémonos en la asistencia médica. Los nueve países más ricos alistados en el gráfico de esta página cuentan con 1 médico por cada 242 a 539 habitantes, pero los dieciocho países menos favorecidos cuentan con 1 por cada 3.707 a 49.118. No es de extrañar que la esperanza de vida en los países ricos supere los 73 años, mientras que en más de la mitad de los pobres sea muy inferior a los 50 años.
Así mismo, el acceso a la educación —esencial para no hundirse en la miseria— está muy limitado en el mundo en desarrollo, como revelan las tasas de alfabetización: en siete de las nueve naciones más ricas es del 100% (96 y 97% en las dos restantes), mientras que en las dieciocho más pobres, la tasa de alfabetización va del 81 al 16%, con menos del 50% en diez de ellas.
Pero los ciudadanos de las naciones avanzadas también tienen sus problemas. Su vida corre peligro, no por la falta de alimentos, como en los países más pobres, sino por el exceso. El libro Food Fight (Guerra de comida) afirma: “El mayor problema alimentario del mundo ya no es la desnutrición, sino el consumo excesivo”. Y la revista The Atlantic Monthly señala: “Unos nueve millones de estadounidenses padecen ‘obesidad mórbida’, lo que significa que les sobran más de 45 kilos [100 libras]. Los trastornos vinculados con el sobrepeso causan en esa nación 300.000 muertes prematuras al año”. El mismo artículo dice que “la obesidad se convertirá pronto en la mayor amenaza para la salud pública, por delante del hambre y las enfermedades infecciosas”.a
Es cierto que los países ricos disfrutan de un mejor nivel de vida, pero también dan más importancia a las posesiones que a las relaciones personales, más a lo que se tiene que a lo que se es. Tienden a clasificar a las personas según su empleo, salario o pertenencias; no según su conocimiento, capacidad o cualidades.
Un artículo del semanario alemán Focus que aseguraba que una vida sencilla produce felicidad tenía el siguiente título: “¿Por qué no vivir con un poco menos?”. Luego decía: “Pese a disfrutar de mucha más prosperidad, la mayoría de los ciudadanos de Occidente no son más felices que hace décadas. [...] Es muy probable que quienes sientan gran apego por lo material terminen siendo unos desdichados”.
El perfecto equilibrio
Así es, los hechos demuestran que ambos mundos tienen sus ventajas e inconvenientes. Es cierto que en los países pobres la vida es muy sencilla, pero en los desarrollados es demasiado compleja. ¡Qué provechoso sería si unos aprendieran de otros! Ahora bien, ¿es realista pensar que algún día se alcanzará el equilibrio perfecto?
Aunque sería un magnífico objetivo, puede que el lector considere que el hombre no es capaz de lograrlo. Y la historia le da la razón. Pero no todo está perdido. Tal vez haya pasado por alto la solución más lógica al problema. ¿De qué se trata?
[Nota]
[Comentario de la página 6]
“La obesidad se convertirá pronto en la mayor amenaza para la salud pública, por delante del hambre y las enfermedades infecciosas.” (The Atlantic Monthly)
[Recuadro de la página 5]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
Los países aparecen en orden alfabético
Los nueve países más ricos
Esperanza de vida para los hombres (años) Alfabetización (%)
Bélgica
75,1 100
Canadá
76,4 96,6
Dinamarca
74,9 100
Islandia
78,4 100
Japón
78,4 100
Luxemburgo
74,9 100
Noruega
76,5 100
Suiza
7,7 100
Estados Unidos
74,4 95,5
Los dieciocho países más pobres
Esperanza de vida para los hombres (años) Alfabetización (%)
Benín
50,4 37,5
Burkina Faso
43 23
Burundi
42,5 48,1
Chad
47 53,6
Congo, Rep. Del
49 80,7
Etiopía
47,3 38,7
Guinea-bissau
45,1 36,8
Madagascar
53,8 80,2
Malaui
37,6 60,3
Malí
44,7 40,3
Mozambique
38,9 43,8
Níger
42,3 15,7
Nigeria
50,9 64,1
Ruanda
45,3 67
Sierra Leona
40,3 36,3
Tanzania
43,3 75,2
Yemen
59,2 46,4
Zambia
35,3 78
[Reconocimiento]
Fuente: 2005 Britannica Book of the Year.
[Reconocimiento de la página 4]
© Mark Henley/Panos Pictures
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La solución definitiva al problema de la pobreza¡Despertad! 2005 | 8 de noviembre
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La solución definitiva al problema de la pobreza
EN EL mundo hay cientos de millones de personas que viven en la miseria. Es evidente que los seres humanos necesitan un gobierno justo e incorruptible que esté decidido a corregir esta injusticia y sea capaz de hacerlo. Pero ¿es realista esperar que lo consigan?
La historia muestra lo acertada que es esta advertencia bíblica: “No cifren su confianza en nobles, ni en el hijo del hombre terrestre, a quien no pertenece salvación alguna” (Salmo 146:3). ¿Verdad que los políticos y sus administraciones suelen decepcionar a la gente? Entonces, ¿en quién podemos confiar?
Pues bien, desde hace siglos, millones de personas le piden a Dios un gobierno que elimine las injusticias. Quizá el lector también haya recitado la famosa oración modelo que enseñó Jesús: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra. Danos hoy nuestro pan para este día; y perdónanos nuestras deudas, como nosotros también hemos perdonado a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, sino líbranos del inicuo” (Mateo 6:9-13).
¿Es este Reino el gobierno que necesitamos? ¿Es justo e incorruptible? ¿Tiene la capacidad de corregir las injusticias? ¡Claro que sí! La persona que lo estableció, Aquel a quien nos dirigimos con las palabras “Padre nuestro que estás en los cielos”, es el “Dios justo y [...] Salvador”, quien se distingue por ser “justo en todas sus obras” (Isaías 45:21; Daniel 9:14). Puesto que la Biblia dice que sus “ojos” son tan puros que no soporta “ver lo que es malo”, sabemos que su gobierno nunca se volverá corrupto (Habacuc 1:13). Y como él “no es parcial, sino que, en toda nación, el que le teme y obra justicia le es acepto”, tenemos la certeza de que se interesa por igual en el bienestar de cada uno de nosotros (Hechos 10:34, 35; Romanos 2:11).
Un gobierno ya establecido
Aunque está en los cielos, el Reino de Dios dirigirá los asuntos de la Tierra para que se cumplan los propósitos divinos. Una de sus principales medidas será eliminar algo imperfecto —los gobiernos humanos— para instaurar algo perfecto: la administración divina. En Daniel 2:44 se promete: “Y en los días de aquellos reyes [o gobiernos] el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos, y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos”.
Bajo la dirección de este Reino se hará finalmente la voluntad divina tanto en la Tierra como en el cielo. Es muy alentador saber que pronto no quedará ni rastro de las desigualdades que dividen hoy al mundo en ricos y pobres. La riqueza dejará de estar en manos de unos cuantos privilegiados.
El Reino de Dios ya ha adoptado las medidas pertinentes para resolver estos problemas de una vez por todas. La cronología bíblica y los sucesos mundiales indican claramente que dicho gobierno se estableció en los cielos en 1914.a Así, desde hace casi un siglo se están colocando las bases de un nuevo mundo justo.
Quienes reconocen este gobierno y se someten a él tratan al prójimo sin favoritismo. Los testigos de Jehová predican en casi todos los países y ofrecen a cada persona, sea rica o pobre, la oportunidad de aprender lo que debe hacer para obtener vida eterna (Juan 17:3). Además, no permiten que en sus congregaciones haya distinciones de clase ni que se valore a nadie por sus bienes. Al contrario, respetan a cada cual por lo que es y dan mucha más importancia a los valores espirituales.
¿Le gustaría saber qué debe hacer para vivir bajo ese gobierno justo? Pues empiece a investigar hoy mismo. Descubrirá que hay razones sólidas para esperar con ilusión el mundo que no estará dividido en ricos y pobres.
[Nota]
a Véanse las págs. 95-107 del libro El conocimiento que lleva a vida eterna, editado por los testigos de Jehová.
[Ilustraciones y recuadro de las páginas 8 y 9]
Una hermandad de ricos y pobres
◼ Al término de la II Guerra Mundial, numerosos testigos de Jehová de Europa y Asia necesitaban comida, ropa y vivienda. Los Testigos de varios países mandaron toneladas de ropa y alimentos a sus hermanos europeos, filipinos y japoneses. Desde Estados Unidos y Canadá se envió ayuda a Alemania, Austria, Bélgica, Checoslovaquia (las actuales República Checa y Eslovaquia), Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Inglaterra, Italia, los Países Bajos, Polonia y Rumania.
[Ilustraciones]
Estados Unidos
Suiza
Alemania
◼ En el verano de 1994, un grupo de voluntarios europeos acudieron prestamente a socorrer a sus hermanos cristianos de Ruanda. Con gran eficiencia, se establecieron y coordinaron varios campamentos y hospitales de campaña para los refugiados. Grandes cantidades de ropa, mantas (frazadas), comida y publicaciones bíblicas se distribuyeron entre más de siete mil damnificados, casi el triple de los Testigos que había entonces en Ruanda.
◼ Dos años después, en 1996, estalló un conflicto armado en la región oriental de la República Democrática del Congo, a raíz del cual se perdieron las cosechas, se saquearon las reservas de alimento y se cortaron las líneas de abastecimiento. Como la mayoría solo podía comer una vez al día, se extendieron las enfermedades y la desnutrición. Los testigos de Jehová europeos reaccionaron sin dilación y organizaron un grupo de socorro —en el que había varios médicos— que voló a la zona con dinero y medicamentos. Para junio de 1997, los Testigos de Bélgica, Francia y Suiza habían donado media tonelada de medicinas, 30 toneladas de víveres (10 de ellas eran de galletas ricas en proteínas), 90 de ropa, 18.500 pares de zapatos y 1.000 mantas, todo por un valor de casi un millón de dólares.
◼ Pero los testigos de Jehová se interesan aún más en satisfacer las necesidades espirituales de la gente. Por eso construyen centros de educación religiosa llamados Salones del Reino. En 1997 se publicó el siguiente informe: “Con la asistencia de los hermanos del extranjero, la Sociedad [Watch Tower] ha ayudado a construir 413 nuevos Salones del Reino y a renovar 727 más en 75 países en un período de apenas cuatro meses”. Y en el 2003, este otro informe señaló: “Rumania es uno de los países europeos que se benefician del programa de ayuda para construir Salones del Reino en naciones de recursos limitados. Desde julio de 2000 se han construido 124. En Ucrania, utilizando un modelo estándar para la mayoría de los salones, se edificaron 61 durante 2001 y otros 76 en el año 2002. Gracias a las contribuciones efectuadas al Fondo para Salones del Reino, se han levantado cientos de salones en Bulgaria, Croacia, Macedonia, Moldavia, Rusia y Serbia y Montenegro”.
[Ilustraciones]
Croacia
Bulgaria
Rumania
[Ilustración de la página 7]
Voluntaria ayudando a dos refugiados huérfanos
[Reconocimiento]
© Liba Taylor/Panos Pictures
[Ilustración de la página 10]
Los testigos de Jehová difunden un mensaje de esperanza
[Ilustración de la página 10]
El Reino de Dios eliminará la pobreza
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