-
“Enséñanos a orar”La Atalaya 1990 | 15 de mayo
-
-
Al pedir: “No nos metas en tentación”, en realidad pedimos a Jehová que no nos permita sucumbir cuando se nos tiente o presione para que le desobedezcamos. Podemos suplicar a nuestro Padre que guíe nuestros pasos para que no nos vengan tentaciones que sean demasiado severas para nosotros. Sobre esto Pablo escribió: “Ninguna tentación los ha tomado a ustedes salvo lo que es común a los hombres. Pero Dios es fiel, y no dejará que sean tentados más allá de lo que pueden soportar, sino que junto con la tentación también dispondrá la salida para que puedan aguantarla”. (1 Corintios 10:13.) Podemos orar que Jehová nos dirija para que no se nos tiente más allá de lo que podamos soportar y para que él nos suministre una salida cuando estemos profundamente angustiados. Las tentaciones proceden del Diablo, de nuestra carne pecaminosa y de las debilidades de otras personas, pero nuestro Padre amoroso puede guiarnos para que esas tentaciones no nos arrollen.
-
-
“Enséñanos a orar”La Atalaya 1990 | 15 de mayo
-
-
Por ejemplo, si pensamos casarnos, tal vez tengamos que pedirle a Jehová que nos libre de los designios de Satanás y de la tentación de cultivar amistades mundanas que pudieran llevarnos a cometer inmoralidad o a desobedecer a Dios al casarnos con algún incrédulo. (Deuteronomio 7:3, 4; 1 Corintios 7:39.) ¿Anhelamos riquezas? Entonces quizás tengamos que orar por ayuda para resistir las tentaciones de jugar por dinero o practicar el fraude.
-