-
El amor vence al prejuicio¡Despertad! 2009 | agosto
-
-
Ahora bien, ¿cómo ve Dios a una persona con prejuicios que está luchando por erradicarlos de su corazón? La Biblia de nuevo ofrece la respuesta.
Dios es paciente con nosotros
En el siglo primero, numerosos cristianos de raza judía se dejaron influir por prejuicios ancestrales contra los no judíos, muchos de los cuales también se estaban convirtiendo al cristianismo. Aquello creaba un ambiente divisivo. ¿Cómo solucionó Jehová Dios el problema? Educó con paciencia a la congregación (Hechos 15:1-5). Su paciencia dio buen fruto, pues como se mencionó al principio de este artículo, “las diferencias sociales, raciales y nacionales se [vieron] trascendidas”. Como resultado, “las congregaciones continuaron haciéndose firmes en la fe y aumentando en número de día en día” (Hechos 16:5).
¿Qué aprendemos de esto? Que no tenemos que darnos por vencidos, sino continuar pidiendo la ayuda de Dios. Él da generosamente sabiduría y fuerza moral a quienes le siguen “pidiendo con fe” (Santiago 1:5, 6). ¿Recuerda a Jennifer, Timothy, John y Olga, mencionados en el primer artículo de esta serie? Para cuando Jennifer empezó la educación secundaria, ya había madurado espiritualmente y había aprendido a no tomar en cuenta los insultos racistas y comentarios denigrantes sobre su estatura. Poco después, cuando otra muchacha fue el blanco de las burlas de sus compañeros de clase, Jennifer la defendió y la consoló.
¿Qué ayudó a Timothy a mantener la serenidad cuando otros estudiantes lo insultaban con expresiones racistas? “No quería manchar el nombre de Jehová —explica—. Además, siempre recordaba que tenemos que seguir ‘venciendo el mal con el bien’ y no permitir que el mal nos venza.” (Romanos 12:21.)
John superó el prejuicio contra su compañero de clase hausa. “Años después —recuerda— entablé amistad con algunos estudiantes hausa. Hice un trabajo en equipo con uno de ellos y nos llevamos muy bien. Ahora trato de ver a las personas como lo que son: seres humanos, y no como miembros de cierta raza o tribu.”
Olga y su compañera de servicio misional no se acobardaron cuando sufrieron persecución a manos de los que se oponían con odio a su labor. Permanecieron firmes, confiando en que habría quienes llegarían a apreciar el mensaje de la Biblia. Y muchos lo hicieron. “Unos cincuenta años después —explica Olga— se me acercó un hombre y me entregó una hermosa cartera. Al abrirla, vi unas piedrecitas que llevaban grabados los nombres de cualidades cristianas como bondad, amabilidad, amor y paz. Entonces me confesó que él era uno de aquellos niños que me habían arrojado piedras y me dijo que ahora era mi hermano cristiano. A continuación, él y su esposa me obsequiaron una docena de rosas blancas además de la cartera.”
-
-
El amor vence al prejuicio¡Despertad! 2009 | agosto
-
-
[Ilustración y recuadro de las páginas 8 y 9]
PRINCIPIOS DIVINOS POR LOS QUE REGIRSE
◼ “No devuelvan mal por mal a nadie. [...] Sig[an] venciendo el mal con el bien.” (Romanos 12:17-21.) En otras palabras, trate bien a los que lo tratan mal. “Me odiaron sin causa”, dijo Jesucristo. Y, sin embargo, él no les pagó con la misma moneda (Juan 15:25).
◼ “No nos hagamos egotistas [...], envidiándonos unos a otros.” (Gálatas 5:26.) La envidia y el orgullo desmedido dañan la espiritualidad y suelen llevar al odio y al prejuicio (Marcos 7:20-23).
◼ “Todas las cosas que quieren que los hombres les hagan, también ustedes de igual manera tienen que hacérselas a ellos.” (Mateo 7:12.) Pregúntese: “¿Cómo me gusta que me traten?”. Pues trate a los demás de la misma manera, prescindiendo de su edad, color de piel, lengua o cultura.
◼ “Acéptense y tolérense los unos a los otros, así como también el Cristo los aceptó.” (Romanos 15:7, Biblia Peshitta en Español.) ¿Se esfuerza por conocer a personas de diferentes orígenes y culturas, especialmente si también son siervos de Dios? (2 Corintios 6:11.)
◼ “En caso de que mi propio padre y mi propia madre de veras me dejaran, aun Jehová mismo me acogería.” (Salmo 27:10.) Por mal que lo traten los demás, recuerde que Dios nunca lo abandonará mientras le sea leal.
-