-
El gran templo espiritual de JehováLa Atalaya 1996 | 1 de julio
-
-
7. a) ¿Cuándo ungió Dios “el Santo de los Santos”, y qué significó? b) ¿Qué más le sucedió a Jesús cuando se bautizó?
7 En el momento en que se bautizó Jesús, la morada celestial de Dios fue ungida, o apartada, como “el Santo de los Santos” del gran templo espiritual. (Daniel 9:24.)
-
-
El gran templo espiritual de JehováLa Atalaya 1996 | 1 de julio
-
-
El Santísimo celestial
8. ¿Qué nuevos aspectos adquirió el trono celestial de Dios?
8 El día en que Jesús se bautizó, el trono celestial de Dios adquirió nuevos aspectos. La especificación de un sacrificio humano perfecto para expiar los pecados del mundo puso de relieve la santidad de Dios en contraposición con la pecaminosidad del hombre. También se realzó la misericordia de Dios al mostrarse dispuesto a que se le apaciguara, o propiciara. De este modo, su trono celestial llegó a ser como la estancia más recóndita del templo, donde el sumo sacerdote entraba una vez al año con sangre animal a fin de expiar figuradamente los pecados.
9. a) ¿Qué representó la cortina que separaba el Santo del Santísimo? b) ¿Cómo traspasó Jesús la cortina del templo espiritual de Dios?
9 La cortina que separaba el Santo del Santísimo representó el cuerpo carnal de Jesús. (Hebreos 10:19, 20.) La carne de Jesús constituía una barrera que le impedía el acceso a la presencia de su Padre mientras fuera hombre en la Tierra. (1 Corintios 15:50.) A su muerte, “la cortina del santuario se rasgó en dos, de arriba abajo”. (Mateo 27:51.) Esto fue una indicación espectacular de que se había eliminado la barrera que impedía la entrada de Jesús en el cielo. Tres días más tarde, Jehová Dios obró un maravilloso milagro: levantó a Jesús de entre los muertos, no como un mortal, de carne y sangre, sino como una gloriosa criatura espiritual ‘que continúa viva para siempre’. (Hebreos 7:24.) Cuarenta días después, Jesús ascendió al cielo y entró en el verdadero “Santísimo”, “para comparecer ahora delante de la persona de Dios a favor de nosotros”. (Hebreos 9:24.)
10. a) ¿Qué sucedió después que Jesús presentó el valor de su sacrificio a su Padre celestial? b) ¿Qué significó para los discípulos de Jesús el ungimiento con espíritu santo?
10 ¿Aceptó Dios el valor de la sangre derramada de Jesús como expiación por los pecados del mundo? ¡Por supuesto que sí! Prueba de ello se vio exactamente cincuenta días después de la resurrección de Jesús, en la fiesta de Pentecostés. El espíritu santo de Dios se derramó sobre ciento veinte discípulos de Jesús reunidos en Jerusalén. (Hechos 2:1, 4, 33.) Al igual que a su Sumo Sacerdote, Jesucristo, se ungió a estos discípulos para constituir “un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales” en el gran templo espiritual de Dios. (1 Pedro 2:5.) Además, estos ungidos conformaron una nueva nación, la “nación santa” del Israel espiritual de Dios. En lo sucesivo, todas las profecías de cosas buenas referentes a Israel, como el “nuevo pacto” predicho en Jeremías 31:31, se aplicarían a la congregación cristiana ungida, el verdadero “Israel de Dios”. (1 Pedro 2:9; Gálatas 6:16.)
-