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Christoph Plantin, pionero en la impresión de la BibliaLa Atalaya 2006 | 15 de noviembre
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“El logro tipográfico más importante”
En 1567, cuando aumentaba el descontento ante el dominio español, el rey Felipe II envió al duque de Alba a los Países Bajos para que actuara como gobernador. Con pleno respaldo del monarca, el duque se dispuso a acabar de una vez por todas con la creciente oposición protestante. Probablemente con la intención de eliminar toda sospecha de herejía, Plantin emprendió entonces un proyecto monumental: imprimir una versión erudita de los textos sagrados en los idiomas originales. Para ello, logró el apoyo del rey Felipe II, quien le prometió ayuda económica y le envió al renombrado humanista Arias Montano para que supervisara la obra.
Montano, quien tenía gran habilidad para los idiomas, trabajaba once horas al día. Ayudado por lingüistas españoles, belgas y franceses, se dispuso a preparar una nueva versión de la prestigiosa Políglota complutense.b Además de la Vulgata latina, la Septuaginta griega y el texto hebreo original, la nueva Políglota incluía un tárgum arameo y la Peshitta siríaca, con sus correspondientes traducciones literales al latín.
Los trabajos de impresión empezaron en 1568 y terminaron en 1572. En una carta al monarca español, Montano explica cómo se realizó esta colosal tarea en un tiempo récord para la época: “Se hace más en un mes aquí que en un año en Roma”. De esta nueva Biblia políglota —que constaba de ocho grandes tomos—, Plantin imprimió 1.213 ejemplares. En la portada aparecían representados un león, un toro, un lobo y un cordero comiendo juntos, una escena bíblica tomada de Isaías 65:25. Aun sin encuadernar, todo el juego costaba 70 florines: una cantidad nada desdeñable si se compara con los 50 florines anuales que ganaba entonces una familia de término medio. El juego completo llegó a conocerse como la Políglota de Amberes, o también como la Biblia Regia, por ser su patrocinador el rey Felipe II.
Pese a que el papa Gregorio XIII había aprobado la Biblia, Arias Montano recibió duras críticas por su trabajo. En parte se debían a que Montano consideraba superior el texto original hebreo a la Vulgata latina. Su principal crítico fue León de Castro, un teólogo español que tenía a la Vulgata como máxima autoridad y que lo acusó de contaminar el texto de la Políglota con la filosofía antitrinitaria. De Castro criticó en particular la omisión que hacía la Peshitta siríaca en 1 Juan 5:7 de la añadidura espuria: “En el cielo: el Padre, la Palabra y el Espíritu Santo, y éstos tres son uno” (La Biblia del Oso). Sin embargo, la Inquisición española absolvió a Arias Montano de los cargos de herejía. La Políglota de Amberes ha llegado a considerarse “el logro tipográfico más importante alcanzado en el siglo XVI por un único impresor”.
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Christoph Plantin, pionero en la impresión de la BibliaLa Atalaya 2006 | 15 de noviembre
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[Ilustración de la página 16]
La Políglota de Amberes contiene el texto hebreo, la Vulgata latina y la Septuaginta griega, así como la Peshitta siríaca y un tárgum arameo, con sus correspondientes traducciones al latín
[Reconocimiento]
Por gentileza del Museo Plantin-Moretus/Stedelijk Prentenkabinet Antwerpen
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