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Se negó a hacer lo maloLa Atalaya 2014 | 1 de noviembre
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“ATARON UNA CADENA A SUS PIES”
Aunque los arqueólogos han hallado las ruinas de algunas prisiones egipcias, se conoce muy poco sobre ellas. Lo que se sabe es que eran una especie de fortaleza en las que había celdas subterráneas. José llamó “hoyo” a la prisión en la que estuvo, lo cual nos hace pensar en un lugar oscuro y deprimente (Génesis 40:15). De hecho, el libro de los Salmos dice que fue torturado: “Ataron una cadena a sus pies y le pusieron un aro de hierro en su cuello” (Salmo 105:17, 18, La Palabra de Dios para Todos). En ocasiones, a los prisioneros les colocaban los brazos detrás de la espalda y les juntaban los codos con una cadena; a otros los encadenaban por el cuello. José debe haber sufrido muchísimo por aquel castigo tan injusto.
Pero lo peor es que su encarcelamiento no fue breve. Según el relato, pasó mucho tiempo en aquel espantoso lugar.a Además, él no sabía si saldría de allí. Los días se convirtieron en meses; los meses se convirtieron en años. ¿Qué hizo para no caer presa de la desesperación?
De nuevo, la Biblia contesta con estas animadoras palabras: “Jehová continuó con José”. Así es, Dios fue leal con su siervo y lo trató con cariño (Génesis 39:21). Ninguna celda ni ninguna prisión puede impedir que Jehová muestre lealtad y cariño a sus siervos (Romanos 8:38, 39). ¿Puede ver a José abriéndole el corazón a su querido Padre celestial y contándole sus angustias? ¿Puede percibir cómo le responde “el Dios de todo consuelo” dándole paz y tranquilidad? (2 Corintios 1:3, 4; Filipenses 4:6, 7.) Pero eso no fue todo lo que Jehová hizo por José. La Biblia nos dice que lo ayudó a ganarse la confianza del responsable de la prisión.
Al parecer, los presos recibían tareas en la cárcel, así que José puso manos a la obra, trabajó lo mejor que pudo, y Jehová bendijo su esfuerzo. Poco a poco, se fue ganando el respeto del encargado de la prisión hasta que, como dice la Biblia, este “entregó en la mano de José a todos los presos [...]; y resultó que él era quien se encargaba de que se hiciera todo lo que ellos hacían allí. El oficial principal [...] no atendía a absolutamente nada de lo que estaba en su mano, porque Jehová estaba con José, y lo que él efectuaba, Jehová hacía que tuviera éxito” (Génesis 39:22, 23). ¡Qué alivio debió de sentir José al ver que su Dios no lo había olvidado!
Aunque estaba en prisión, José le dio buenas razones a Jehová para bendecirlo
La vida puede darnos amargas sorpresas, pero podemos hacerles frente con una fe como la de José. Si oramos con insistencia a Jehová, si obedecemos fielmente sus mandatos y si nos esforzamos por hacer su voluntad, él nos colmará de bendiciones, igual que hizo con José.
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Se negó a hacer lo maloLa Atalaya 2014 | 1 de noviembre
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a De acuerdo con la Biblia, José tenía unos 17 o 18 años cuando llegó a casa de Potifar y pasó allí suficiente tiempo como para convertirse en adulto. En prisión estuvo hasta los 30 años (Génesis 37:2; 39:6; 41:46).
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