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Confíe en el brazo salvador de JehováLa Atalaya 1991 | 1 de octubre
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Ayuda en la congregación
6. ¿Cómo sabemos que es posible aguantar situaciones difíciles en una congregación?
6 Tal como Dios apoya a su organización en conjunto, su brazo sostiene a los individuos que la componen. Por supuesto, las condiciones no son perfectas en ninguna congregación, porque todos somos humanos imperfectos. (Romanos 5:12.) Debido a eso, puede que de vez en cuando algunos siervos de Jehová se enfrenten con situaciones difíciles en alguna congregación. Por ejemplo, aunque Gayo hizo “trabajo fiel” al recibir hospitalariamente a los hermanos visitantes, Diótrefes no los recibía, y hasta trataba de echar de la congregación a los que desplegaban hospitalidad. (3 Juan 5, 9, 10.) No obstante, Jehová ayudó a Gayo y a otros a seguir desplegando hospitalidad en apoyo de la predicación del Reino. El orar a Dios y confiar en él debe ayudarnos a seguir efectuando obras fieles mientras esperamos que él corrija cualquier situación que pudiera estar sometiendo a prueba nuestra fe.
7. ¿A pesar de qué circunstancias en la congregación de Corinto cumplieron con su dedicación a Dios los cristianos leales de allí?
7 Suponga que usted estuviera asociado con la congregación de la Corinto del primer siglo. En un tiempo las facciones amenazaban la unidad de aquella congregación, y el que se tolerara la inmoralidad ponía en peligro su espíritu. (1 Corintios 1:10, 11; 5:1-5.) Compañeros de creencia se llevaban unos a otros a tribunales mundanos, y algunos disputaban sobre diversos asuntos. (1 Corintios 6:1-8; 8:1-13.) Las contiendas, la envidia, la cólera y el desorden hacían difícil la vida. Algunos hasta ponían en tela de juicio la autoridad de Pablo y hablaban con desprecio de él como orador. (2 Corintios 10:10.) Con todo, los leales asociados con aquella congregación cumplían con su dedicación a Dios durante aquellos tiempos de prueba.
8, 9. ¿Qué debemos hacer si afrontamos dificultades en una congregación?
8 Si surgen dificultades, tenemos que adherirnos al pueblo de Dios. (Compárese con Juan 6:66-69.) Seamos pacientes unos con otros y reconozcamos que a algunos les toma más tiempo que a otros ponerse “la nueva personalidad” y vestirse de compasión, bondad, humildad mental, apacibilidad y gran paciencia. Puesto que los siervos de Dios también tienen diferentes antecedentes, todos tenemos que mostrar amor y saber perdonar. (Colosenses 3:10-14.)
9 Después de muchos años de servicio a Jehová, cierto hermano dijo: “Algo que ha sido muy importante para mí es el mantenerme en estrecho contacto con la organización visible de Jehová. Mis experiencias del pasado me enseñaron cuán imprudente es confiar en el razonamiento humano. Cuando llegué a esa conclusión, me resolví a seguir con la organización fiel. ¿De qué otra manera puede uno conseguir el favor y la bendición de Jehová?”. ¿Atesora usted de igual manera su privilegio de servir a Jehová con su pueblo gozoso? (Salmo 100:2.) Si así es, no dejará que nada lo aleje de la organización de Dios ni destruya su relación con Aquel cuyo brazo salva a todos los que lo aman.
Ayuda cuando afrontamos tentaciones
10. a) ¿Cómo ayuda la oración al pueblo de Dios a afrontar tentaciones? b) ¿Qué garantía dio Pablo en 1 Corintios 10:13?
10 Como personas fieles asociadas con la organización de Dios, contamos con la ayuda de él durante los tiempos de prueba. Por ejemplo, nos ayuda a seguir íntegros a él cuando afrontamos tentaciones. Por supuesto, debemos orar en armonía con estas palabras de Jesús: “No nos metas en tentación, sino líbranos del inicuo”, Satanás el Diablo. (Mateo 6:9-13.) Así pedimos a Dios que no permita que sucumbamos cuando se nos tiente para que le desobedezcamos. Él también contesta nuestras oraciones por sabiduría para vencer las pruebas. (Santiago 1:5-8.) Y los siervos de Jehová pueden contar con su ayuda, pues Pablo dijo: “Ninguna tentación los ha tomado a ustedes salvo lo que es común a los hombres. Pero Dios es fiel, y no dejará que sean tentados más allá de lo que pueden soportar, sino que junto con la tentación también dispondrá la salida para que puedan aguantarla”. (1 Corintios 10:13.) ¿Cuál es la fuente de tal tentación, y cómo dispone la salida Dios?
11, 12. ¿A qué tentaciones sucumbieron los israelitas, y cómo podemos beneficiarnos de las experiencias de ellos?
11 La tentación viene de circunstancias que pudieran llevarnos a ser infieles a Dios. Pablo dijo: “Estas cosas llegaron a ser nuestros ejemplos, para que nosotros no seamos personas que deseen cosas perjudiciales, tal como [los israelitas] las desearon. Ni nos hagamos idólatras, como hicieron algunos de ellos; así como está escrito: ‘Se sentó el pueblo a comer y beber, y se levantaron para divertirse’. Ni practiquemos fornicación, como algunos de ellos cometieron fornicación, de modo que cayeron, veintitrés mil de ellos en un día. Ni pongamos a Jehová a prueba, como algunos de ellos lo pusieron a prueba, de modo que perecieron por las serpientes. Ni seamos murmuradores, así como algunos de ellos murmuraron, de modo que perecieron por el destructor”. (1 Corintios 10:6-10.)
12 Los israelitas desearon cosas perjudiciales cuando cedieron a la tentación de la codicia mientras recogían y comían codornices que Dios les había provisto milagrosamente. (Números 11:19, 20, 31-35.) Algún tiempo antes los israelitas se habían hecho idólatras cuando la ausencia de Moisés hizo surgir la tentación de participar en la adoración de un becerro. (Éxodo 32:1-6.) Miles perecieron al sucumbir a la tentación y cometer fornicación con moabitas. (Números 25:1-9.) Cuando los israelitas cedieron a la tentación y murmuraron contra la destrucción de los rebeldes Coré, Datán, Abiram y sus compañeros, 14.700 perecieron por un azote divino. (Números 16:41-49.) Podemos beneficiarnos de esas experiencias si tenemos presente que ninguna de aquellas tentaciones fue tan grande que los israelitas no pudieran haberla resistido. Las habrían vencido si hubieran ejercido fe, si hubieran agradecido el cuidado amoroso de Dios y si hubieran apreciado lo correcta que es su Ley. Entonces el brazo de Jehová pudiera haberlos salvado, tal como puede salvarnos a nosotros.
13, 14. ¿Cómo dispone la salida Jehová cuando sus siervos afrontan una tentación?
13 Los cristianos afrontamos tentaciones que son comunes a la humanidad. Sin embargo, podemos permanecer fieles a Dios al orar por su ayuda y esforzarnos por resistir la tentación. Dios es fiel, y no dejará que se nos tiente más allá de lo que podemos soportar. Si somos leales a Jehová, nunca se nos hará imposible hacer su voluntad. Él dispone la salida fortaleciéndonos para resistir la tentación. Por ejemplo, bajo persecución pudiera ser que nos viéramos tentados a transigir con la esperanza de que no nos sometan a tortura o nos maten. Pero si confiamos en el brazo poderoso de Jehová la tentación nunca llega a tal punto que él no pueda fortalecer nuestra fe y darnos la fuerza necesaria para que sigamos íntegros. Como dijo el apóstol Pablo: “Se nos oprime de toda manera, mas no se nos aprieta de tal modo que no podamos movernos; nos hallamos perplejos, pero no absolutamente sin salida; se nos persigue, pero no se nos deja sin ayuda; se nos derriba, pero no se nos destruye”. (2 Corintios 4:8, 9.)
14 Jehová también sustenta a su pueblo al usar su espíritu para recordarnos cosas y enseñarnos. Nos ayuda a recordar puntos bíblicos y a discernir cómo aplicarlos para resistir la tentación. (Juan 14:26.) Los siervos fieles de Jehová comprenden las cuestiones implicadas en una tentación y no se dejan engañar de modo que tomen un derrotero incorrecto. Dios ha dispuesto la salida al permitirles aguantar hasta la muerte sin ceder a la tentación. (Revelación 2:10.) Además de ayudar a sus siervos mediante su espíritu, Jehová utiliza a sus ángeles para el bien de su organización. (Hebreos 1:14.)
Ayuda en asuntos personales
15. ¿Cómo puede ayudarnos personalmente El Cantar de los Cantares?
15 Los que se asocian con la organización de Jehová tienen la ayuda de él en asuntos personales. Por ejemplo, puede que algunos anden en busca de un cónyuge cristiano. (1 Corintios 7:39.) Si alguno sufre una desilusión, pudiera ser útil que considerara lo que le pasó a Salomón el rey de Israel. Él no pudo lograr que una joven sulamita se casara con él, porque ella amaba a un humilde pastor. El relato que aquel rey escribió sobre este asunto pudiera llamarse “La canción del amor frustrado de Salomón”. Puede que en alguna ocasión derramemos lágrimas si fracasan nuestros esfuerzos por conseguir un cónyuge, pero tal como Salomón sobrevivió a su desilusión, lo mismo podemos hacer nosotros. El espíritu de Dios puede ayudarnos a desplegar autodominio y otras cualidades piadosas. Su Palabra nos ayuda a aceptar el hecho frecuentemente doloroso de que no se puede en cualquier momento hacer que una persona sienta amor romántico por cualquier otra. (El Cantar de los Cantares 2:7; 3:5.) Con todo, El Cantar de los Cantares muestra que pudiera ser posible que halláramos a un compañero de creencia que nos amara profundamente. Más importante aún, esta “canción superlativa” se cumple en el amor que el Pastor Excelente, Jesucristo, le tiene a su “novia” de 144.000 seguidores ungidos. (El Cantar de los Cantares 1:1; Revelación 14:1-4; 21:2, 9; Juan 10:14.)
16. ¿Qué pudiera incluir la “tribulación en la carne” que experimentan los matrimonios cristianos?
16 Hasta los que se casan con un compañero de creencia tienen “tribulación en la carne”. (1 Corintios 7:28.) Habrá inquietudes y preocupaciones con relación al esposo, a la esposa y a los hijos. (1 Corintios 7:32-35.) Las enfermedades pudieran traernos cargas y tensión. Puede que la persecución o problemas económicos dificulten el que el padre cristiano provea las necesidades de la vida a su familia. Padres e hijos quizás sean separados por un encarcelamiento, y tal vez se torture o hasta se dé muerte a algunos. Pero si de veras confiamos en el brazo salvador de Jehová, en todas esas circunstancias podremos resistir la tentación hacia negar la fe. (Salmo 145:14.)
17. ¿Qué problema de familia aguantaron Isaac y Rebeca con el apoyo de Dios?
17 Tal vez tengamos que aguantar algunas pruebas por largo tiempo. Por ejemplo, por casarse con una incrédula un hijo pudiera causar angustia a sus padres piadosos. Eso ocurrió en la familia del patriarca Isaac y su esposa Rebeca. Su hijo Esaú, de 40 años de edad, se casó con dos hititas que fueron “fuente de amargura de espíritu para Isaac y Rebeca”. De hecho, “Rebeca siguió diciendo a Isaac: ‘He llegado a aborrecer esta vida mía a causa de las hijas de Het. Si alguna vez Jacob [su otro hijo] toma esposa de las hijas de Het como estas de las hijas del país, ¿de qué me sirve la vida?’”. (Génesis 26:34, 35; 27:46.) Parece que aquel problema continuo atormentaba el alma justa de Rebeca. (Compárese con 2 Pedro 2:7, 8.) Sin embargo, el brazo de Jehová sostuvo a Isaac y Rebeca, y les permitió aguantar aquella prueba mientras se mantenían en relación estrecha con Él.
18. ¿Qué prueba personal aguantó C. T. Russell con la ayuda de Dios?
18 Es angustioso el que un miembro bautizado de la familia afloje el paso en el servicio a Dios. (Compárese con 2 Timoteo 2:15.) No obstante, algunos han aguantado la pérdida espiritual de un cónyuge, como sucedió en el caso de Charles T. Russell, primer presidente de la Sociedad Watch Tower. Su esposa cortó su relación con la Sociedad y abandonó a Russell en 1897, después de casi 18 años de matrimonio. Ella inició los trámites para conseguir una separación legal en 1903, y le fue concedida en 1908. El desconsuelo de Russell se hizo patente por lo que le escribió a ella poco después de la separación: “He orado solícitamente al Señor por ti. [...] No pondré sobre ti las cargas de relatos de mi tristeza, ni trataré de ejercer influencia en tus simpatías describiendo mis emociones, cuando de vez en cuando veo trajes tuyos y otros artículos que vívidamente me recuerdan tu persona de antes —tan llena de amor, simpatía y disposición de ayudar— el espíritu de Cristo. [...] Considera, por favor, con oración lo que voy a decirte. Y puedes estar segura de que lo punzante de mi dolor, su intensidad, no es que me hallaré solo por el resto del viaje de la vida, sino tu caída, mi amor, tu pérdida eterna, hasta donde puedo ver”. A pesar de aquella angustia, Russell tuvo el apoyo de Dios hasta el fin de su vida terrestre. (Salmo 116:12-15.) Jehová siempre sostiene a sus siervos leales.
De todas las angustias
19. ¿Qué debemos recordar si persisten los problemas que nos angustian?
19 El pueblo de Jehová conoce a su Dios como “un Dios de hechos salvadores”, Uno “que diariamente nos lleva la carga”. (Salmo 68:19, 20.) Por eso, como personas dedicadas y asociadas con su organización terrestre, nunca cedamos a la desesperación si persisten los problemas angustiosos. Recordemos que “Dios es para nosotros refugio y fuerza, una ayuda que puede hallarse prontamente durante angustias”. (Salmo 46:1.) Jehová siempre nos recompensa por la confianza que depositamos en él. “Inquirí de Jehová, y él me contestó —dijo David—, y de todos mis sustos él me libró. [...] Este afligido llamó, y Jehová mismo oyó, y de todas sus angustias Él lo salvó.” (Salmo 34:4-6.)
20. ¿Qué pregunta queda por considerar?
20 Sí, nuestro Padre celestial salva a su pueblo de todas las angustias. Apoya a su organización terrestre y provee ayuda en asuntos de congregación y en asuntos personales. Verdaderamente “Jehová no desamparará a su pueblo”. (Salmo 94:14.) Pero pasemos a considerar otras maneras como Jehová ayuda a su pueblo individualmente. ¿Cómo sostiene nuestro Padre celestial a sus siervos que están enfermos, deprimidos mentalmente, apesadumbrados por la pérdida de un ser querido, o angustiados por sus propios errores? Como veremos, hasta en estos asuntos tenemos razón para confiar en el brazo poderoso de Jehová.
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Apóyese en los brazos eternos de JehováLa Atalaya 1991 | 1 de octubre
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Apóyese en los brazos eternos de Jehová
“El Dios antiguo te ofrece morada poniendo por debajo sus brazos eternos.” (DEUTERONOMIO 33:27, Nueva Biblia Española.)
1, 2. ¿Por qué puede confiar el pueblo de Jehová en que él los apoya?
JEHOVÁ se interesa en su pueblo. Por ejemplo, ¡‘le fue angustioso a él’ durante toda la angustia de los israelitas! Con amor y compasión “procedió a alzarlos y llevarlos”. (Isaías 63:7-9.) Por eso, si somos fieles a Dios, podemos confiar en que tendremos su apoyo.
2 El profeta Moisés dijo: “Un escondite es el Dios de la antigüedad, y debajo están los brazos de duración indefinida”. (Deuteronomio 33:27.) Otra traducción dice: “El Dios antiguo te ofrece morada poniendo por debajo sus brazos eternos” (Nueva Biblia Española). Pero ¿cómo apoyan los brazos de Dios a sus siervos?
¿Por qué tantas penalidades?
3. ¿Cuándo disfrutará de lleno la humanidad obediente de “la gloriosa libertad de los hijos de Dios”?
3 El servir a Jehová no nos escuda de las penalidades que son comunes a los humanos imperfectos. Job, siervo de Dios, dijo: “El hombre, nacido de mujer, es de vida corta y está harto de agitación”. (Job 14:1.) En cuanto a “los días de nuestros años”, el salmista dijo: “Su insistencia está en penoso afán y cosas perjudiciales”. (Salmo 90:10.) La vida será así hasta que ‘la creación sea libertada de la esclavitud a la corrupción y tenga la gloriosa libertad de los hijos de Dios’. (Romanos 8:19-22.) Eso acontecerá durante el Reinado de Mil Años de Cristo. Sobre la base del sacrificio de rescate de Jesús, los súbditos humanos del Reino experimentarán entonces liberación del pecado y la muerte. Para el fin del Milenio, Cristo y sus reyes sacerdotes asociados habrán ayudado a la humanidad obediente a alcanzar la perfección, y los que sigan leales a Dios durante la prueba final a manos de Satanás y sus demonios tendrán sus nombres escritos permanentemente en “el libro de la vida”. (Revelación 20:12-15.) Entonces disfrutarán de lleno de la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
4. En vez de quejarnos de nuestra situación en la vida, ¿qué deberíamos hacer?
4 Mientras tanto, en vez de quejarnos de nuestras circunstancias y situación en la vida, confiemos en Jehová. (1 Samuel 12:22; Judas 16.) Mostrémonos agradecidos también por nuestro Sumo Sacerdote, Jesús, mediante quien podemos acercarnos a Dios “para que obtengamos misericordia y hallemos bondad inmerecida para ayuda al tiempo apropiado”. (Hebreos 4:14-16.) Jamás debemos ser como Adán. En realidad él culpó injustamente a Jehová de haberle dado una esposa mala cuando dijo: “La mujer que [tú] me diste para que estuviera conmigo, ella me dio fruto del árbol y así es que comí”. (Génesis 3:12.) Dios nos da cosas buenas y no nos causa penalidades. (Mateo 5:45; Santiago 1:17.) A menudo experimentamos adversidades por nuestra propia falta de sabiduría o por los errores que otros cometen. También pudiéramos experimentarlas porque somos pecadores y vivimos en un mundo que yace en el poder de Satanás. (Proverbios 19:3; 1 Juan 5:19.) Con todo, los brazos eternos de Jehová siempre sostienen a sus siervos leales que le oran y confían en él y aplican personalmente el consejo de su Palabra. (Salmo 37:5; 119:105.)
Sustentados durante enfermedad
5. ¿Qué estímulo pueden hallar los enfermos en Salmo 41:1-3?
5 De vez en cuando la mayoría de nosotros nos angustiamos debido a alguna enfermedad. Sin embargo, David dijo: “Feliz es cualquiera que obra con consideración para con el de condición humilde; en el día de calamidad Jehová le proveerá escape. Jehová mismo lo guardará y lo conservará vivo. Será pronunciado feliz en la tierra; e imposible es que lo entregues al alma de sus enemigos. Jehová mismo lo sustentará sobre un diván de enfermedad; ciertamente cambiarás toda su cama durante su enfermedad”. (Salmo 41:1-3.)
6, 7. ¿Cómo ayudó Dios a David cuando este estuvo en un lecho de enfermo, y cómo puede animar eso a los siervos de Jehová de hoy?
6 La persona considerada ayuda a los necesitados. “El día de calamidad” pudiera ser cualquier ocasión calamitosa o largo período de penalidad que debilite a alguien. Este confía en que Dios lo cuidará mientras esté enfermo, y otros lo ‘pronuncian feliz en la tierra’ al esparcir las nuevas de los tratos misericordiosos de Jehová con él. Dios sustentó a David “sobre un diván de enfermedad”, quizás durante el período angustioso en que su hijo Absalón trató de apoderarse del trono de Israel. (2 Samuel 15:1-6.)
7 Puesto que David había mostrado consideración a los humildes, creía que Dios lo sustentaría a él mientras estuviera desvalido en un lecho de enfermo. (Salmo 18:24-26.) Aunque estaba gravemente enfermo, confiaba en que Dios ‘le cambiaría la cama’, no por quitarle milagrosamente la enfermedad, sino por fortalecerlo con pensamientos consoladores. Sería como si Jehová hubiera transformado su cama de enfermedad en una de recuperación. De igual manera, si padecemos enfermedades como siervos de Dios, los brazos eternos de Jehová nos apoyarán.
Consuelo para los deprimidos
8. ¿Cómo ha demostrado su confianza en Dios cierto cristiano enfermo?
8 Las enfermedades pueden causar depresión mental. Un cristiano que está gravemente enfermo, quien a veces ni siquiera tiene fuerzas para leer, dice: “Esto agita en mí muchas emociones deprimentes y sentimientos de inutilidad, y hasta me hace llorar”. Como sabe que Satanás quiere aplastarlo mediante el desánimo, lucha contra ello, estando al tanto de que no puede fallar con la ayuda de Jehová. (Santiago 4:7.) Este hombre es una fuente de estímulo para otros que saben que él confía en Dios. (Salmo 29:11.) Hasta cuando lo hospitalizan, llama por teléfono a los enfermos y a otros para animarlos espiritualmente. Él mismo se edifica mediante escuchar las grabaciones en casete de las melodías del Reino y artículos de esta revista y su revista hermana, ¡Despertad!, y mediante asociarse con otros cristianos. Este hermano dice: “Hablo con regularidad a Jehová en mis oraciones y le pido que me dé fuerzas, guía, consuelo y ayuda para aguantar”. Si usted es un cristiano con problemas serios de salud, confíe siempre en Jehová y apóyese en sus brazos eternos.
9. ¿Qué ejemplos muestran que a veces la depresión mental afecta a personas piadosas?
9 La depresión es un problema antiguo. Al estar bajo prueba, Job habló como hombre que se sentía abandonado por Dios. (Job 29:2-5.) La preocupación por el estado de devastación en que yacía Jerusalén y sus muros entristeció a Nehemías, y Pedro se deprimió tanto por haber negado a Cristo que lloró amargamente. (Nehemías 2:1-8; Lucas 22:62.) Epafrodito se deprimió porque los cristianos de Filipos oyeron que había enfermado. (Filipenses 2:25, 26.) La depresión plagó a algunos cristianos de Tesalónica, pues Pablo exhortó a aquellos cristianos a ‘hablar confortadoramente a las almas abatidas’. (1 Tesalonicenses 5:14.) Entonces, ¿cómo ayuda Dios a esas personas?
10. ¿Qué pudiera ser útil para afrontar la depresión mental?
10 La persona tiene que decidir personalmente si se va a someter o no a algún tratamiento médico para la depresión gravea. (Gálatas 6:5.) El descanso adecuado y las actividades equilibradas pudieran ayudar. En vez de ver varios problemas como una sola gran crisis, pudiera ser útil que la persona deprimida los fuera resolviendo uno por uno. La ayuda y el consuelo de los ancianos de la congregación pudieran ser muy provechosos, especialmente si el problema emocional le está afectando en sentido espiritual. (Santiago 5:13-15.) Sobre todo, es muy importante confiar en Jehová y ‘echar sobre él todas nuestras inquietudes, porque él se interesa por nosotros’. El persistir en la oración sincera puede traerle a uno ‘la paz de Dios que guarda el corazón y las facultades mentales mediante Cristo Jesús’. (1 Pedro 5:6-11; Filipenses 4:6, 7.)
Jehová nos ayuda a soportar el dolor
11-13. ¿Qué puede aliviar el dolor causado por la muerte de un ser querido?
11 Otra experiencia angustiosa es la muerte de un ser querido. Abrahán lamentó profundamente la pérdida de su esposa Sara. (Génesis 23:2.) David sintió gran desconsuelo cuando su hijo Absalón murió. (2 Samuel 18:33.) ¡Y hasta Jesús el hombre perfecto “cedió a las lágrimas” por la muerte de su amigo Lázaro! (Juan 11:35.) De modo que hay tristeza cuando ocurre la muerte de un ser querido. Pero ¿qué pudiera aliviar el dolor que se siente en esas circunstancias?
12 Dios ayuda a sus siervos a soportar el dolor extremo que causa la pérdida de un ser querido. Su Palabra dice que habrá una resurrección. Por eso ‘no nos apesadumbramos como lo hacen también los demás que no tienen esperanza’. (1 Tesalonicenses 4:13; Hechos 24:15.) El espíritu de Jehová nos ayuda a tener paz y fe y a meditar sobre el maravilloso futuro que se promete en su Palabra, para que no nos abrumen por completo pensamientos tristes sobre el ser querido que hemos perdido. También obtenemos alivio cuando leemos las Escrituras y oramos al “Dios de todo consuelo”. (2 Corintios 1:3, 4; Salmo 68:4-6.)
13 La esperanza de la resurrección puede consolarnos como lo hizo en el caso del piadoso Job, quien exclamó: “¡Oh que en el Seol me ocultaras, [Jehová,] que me mantuvieras secreto hasta que tu cólera se volviera atrás, que me fijaras un límite de tiempo y te acordaras de mí! Si un hombre físicamente capacitado muere, ¿puede volver a vivir? Todos los días de mi trabajo obligatorio esperaré, hasta que llegue mi relevo. Tú llamarás, y yo mismo te responderé. Por la obra de tus manos sentirás anhelo”. (Job 14:13-15.) Por lo general uno no se entristece profundamente cuando un amigo querido se va de viaje, pues esperamos verlo de nuevo. El profundo dolor que causa la pérdida de una persona amada puede aliviarse hasta cierto grado si vemos de manera semejante la muerte de un cristiano fiel. Si tenía la esperanza de vivir en la Tierra, será despertado del sueño de la muerte aquí en la Tierra bajo el Reinado de Mil Años de Cristo. (Juan 5:28, 29; Revelación 20:11-13.) Y si nosotros tenemos la esperanza de vivir para siempre en la Tierra, pudiéramos estar aquí para dar la bienvenida al ser querido que habrá sido resucitado.
14. ¿Cómo hicieron frente dos viudas cristianas a la muerte de sus respectivos esposos?
14 Después de la muerte de su esposo, cierta hermana sabía que tenía que seguir adelante en su servicio a Dios. Además de mantenerse ocupada con “mucho que hacer en la obra del Señor”, hizo una colcha con 800 trozos de varios colores. (1 Corintios 15:58.) “Aquella fue una buena tarea —dice ella—, porque mientras trabajaba podía escuchar las grabaciones de las melodías del Reino y de la lectura de la Biblia, que me mantenían ocupada la mente”. Recuerda con profundo aprecio la visita de un anciano de experiencia y su esposa. El anciano le mostró con la Biblia que Dios realmente se interesa en el bien de las viudas. (Santiago 1:27.) Otra cristiana no cedió a compadecerse de sí misma cuando su esposo murió. Agradeció el apoyo de sus amigos y se interesó más en otras personas. “Oraba más a menudo y desarrollé una relación más estrecha con Jehová”, dice. ¡Y qué bendición es tener el apoyo de los brazos eternos de Jehová!
Ayuda cuando erramos
15. En sustancia, ¿qué dijo David en Salmo 19:7-13?
15 Aunque amamos la ley de Jehová, a veces cometemos errores. No hay duda de que eso nos causa angustia, como le sucedió a David, para quien las leyes, los recordatorios, las órdenes y las decisiones judiciales de Dios eran más deseables que el oro. Dijo: “A tu propio siervo han dado advertencia ellas; en guardarlas hay un galardón grande. Las equivocaciones... ¿quién puede discernirlas? De pecados ocultos pronúnciame inocente. También retén a tu siervo de actos presuntuosos; no dejes que me dominen. En ese caso seré completo, y habré permanecido inocente de mucha transgresión”. (Salmo 19:7-13.) Analicemos esas palabras.
16. ¿Por qué debemos evitar el comportamiento presuntuoso?
16 Los actos presuntuosos son pecados mucho más serios que las equivocaciones. Saúl fue rechazado como rey por ofrecer presuntuosamente un sacrificio y por perdonarle la vida al rey amalequita Agag y conservar lo mejor del botín, a pesar de que Dios había ordenado que los amalequitas fueran dados por entero a la destrucción. (1 Samuel 13:8-14; 15:8-19.) El rey Uzías fue herido de lepra por usurpar presuntuosamente deberes sacerdotales. (2 Crónicas 26:16-21.) Cuando el arca del pacto era transportada a Jerusalén y las reses vacunas que tiraban de la carreta casi causaron un vuelco, Dios dio muerte a Uzah por desplegar irreverencia al aguantar el Arca para estabilizarla. (2 Samuel 6:6, 7.) Por eso, si no sabemos lo que debe hacerse, o no estamos seguros de que tenemos la autorización para hacer algo, debemos desplegar modestia y consultar con los que tienen discernimiento. (Proverbios 11:2; 13:10.) Por supuesto, si alguna vez hemos sido presuntuosos, debemos orar a Dios que nos perdone y nos ayude a no ser presuntuosos en el futuro.
17. ¿Cómo puede afectar a la persona el ocultar pecados, pero cómo puede alcanzar perdón y alivio?
17 Los pecados ocultos pueden causar angustia. Según Salmo 32:1-5, David trató de encubrir su pecado, pero dijo: “Cuando me quedé callado, se me gastaron los huesos por mi gemir todo el día. Porque día y noche tu mano estaba pesada sobre mí. La humedad de mi vida se ha cambiado como en el calor seco del verano”. El tratar de reprimir una conciencia culpable fatigaba a David, y la angustia le restaba vigor tal como un árbol pierde su humedad vital durante una sequía o el calor seco del verano. Parece que el no confesar su pecado lo afectó mental y físicamente y le hizo perder el gozo. Solo al confesar su mal a Dios recibiría perdón y alivio. David dijo: “Feliz es aquel cuya sublevación le es perdonada, cuyo pecado le es cubierto. [...] Por fin te confesé mi pecado, y no encubrí mi error. Dije: ‘Haré confesión acerca de mis transgresiones a Jehová’. Y tú mismo perdonaste el error de mis pecados”. La ayuda amorosa de los ancianos cristianos puede contribuir a la recuperación espiritual. (Proverbios 28:13; Santiago 5:13-20.)
18. ¿Qué prueba que el pecado puede tener efectos de largo alcance, pero qué puede ser una fuente de estímulo en tales circunstancias?
18 El pecado puede tener efectos de largo alcance. Así sucedió en el caso del rey David, quien cometió adulterio con Bat-seba, tramó la muerte del esposo de ella y se casó con la viuda, que había quedado encinta. (2 Samuel 11:1-27.) Aunque Dios fue misericordioso con él debido al pacto del Reino, a su arrepentimiento y a que trataba a otros con misericordia, David experimentó ‘calamidad procedente de su propia casa’. (2 Samuel 12:1-12.) El hijo que fue fruto del adulterio murió. Su hijo Amnón violó a su media hermana Tamar, y murió por orden de Absalón el hermano de ella. (2 Samuel 12:15-23; 13:1-33.) Absalón deshonró a David al tener relaciones sexuales con las concubinas de su padre. Además, Absalón trató de usurpar el trono, pero fue muerto. (2 Samuel 15:1–18:33.) El pecado todavía tiene sus consecuencias. Por ejemplo, puede que un malhechor que haya sido expulsado se arrepienta y sea restablecido en la congregación, pero pudiera tomarle años borrar la mala reputación y subsanar el daño emocional que haya resultado de su pecado. Mientras tanto, ¡cuánto consuela tener el perdón de Jehová y el apoyo de sus brazos eternos!
Rescatados de las tensiones
19. ¿Cómo puede ayudarnos el espíritu de Dios cuando estamos bajo prueba intensa?
19 Al estar bajo prueba intensa, quizás no tengamos la sabiduría ni las fuerzas que se requieren para tomar una decisión y llevarla a cabo. En ese caso, el espíritu de Dios “acude con ayuda para nuestra debilidad; porque el problema de lo que debemos pedir en oración como necesitamos hacerlo no lo sabemos, pero el espíritu mismo aboga por nosotros con gemidos no expresados”. (Romanos 8:26.) Si Jehová hace que las circunstancias cambien, debemos agradecerlo. No obstante, su brazo pudiera salvarnos de otra manera. Si oramos por sabiduría, puede que Jehová nos indique mediante su espíritu lo que debemos hacer y nos suministre las fuerzas necesarias para realizarlo. (Santiago 1:5-8.) Con su ayuda podemos aguantar cuando ‘nos contristen diversas pruebas’ y así salir de ellas con una fe probada y fortalecida. (1 Pedro 1:6-8.)
20. ¿De qué disfrutaremos si de veras hacemos de los brazos eternos de Jehová nuestro apoyo?
20 Nunca nos cansemos de acudir a Dios en oración. “Mis ojos están constantemente hacia Jehová, porque él es quien saca mis pies de la red —dijo David—. Dirige tu rostro a mí, y muéstrame favor; porque estoy solitario y afligido. Las angustias de mi corazón se han multiplicado; de los apuros en que me hallo, oh, sácame. Ve mi aflicción y mi penoso afán, y perdona todos mis pecados.” (Salmo 25:15-18.) Como David, disfrutaremos de la liberación, el favor y el perdón divinos si de veras hacemos de los brazos eternos de Jehová nuestro apoyo.
[Nota a pie de página]
a Véanse los artículos sobre la depresión mental en los números de ¡Despertad! del 22 de octubre de 1987, páginas 2-16, y del 8 de noviembre de 1987, páginas 12-16.
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