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Imitemos la paciencia de JehováLa Atalaya 2006 | 1 de febrero
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Jehová no es lento respecto a su promesa, como algunas personas consideran la lentitud, pero es paciente para con ustedes porque no desea que ninguno sea destruido; más bien, desea que todos alcancen el arrepentimiento” (2 Pedro 3:8, 9).
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Imitemos la paciencia de JehováLa Atalaya 2006 | 1 de febrero
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Sabemos que resulta difícil esperar algo que anhelamos ardientemente (Proverbios 13:12). De ahí que cuando alguien se demora en cumplir sus promesas, tal vez pensemos que ya no lo hará. ¡Qué grave error sería pensar eso de Dios! Si confundimos su paciencia con la lentitud, es fácil que el paso del tiempo nos haga ceder a la duda y el desánimo y que corramos el riesgo de adormecernos en sentido espiritual. Peor aún, podríamos ser engañados por aquellos contra quienes Pedro nos previene unos versículos antes, a saber, los burladores, hombres sin fe que dicen con sarcasmo: “¿Dónde está esa prometida presencia de él? Pues, desde el día en que nuestros antepasados se durmieron en la muerte, todas las cosas continúan exactamente como desde el principio de la creación” (2 Pedro 3:4).
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