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Ensalcemos juntos el nombre de JehováLa Atalaya 2007 | 1 de marzo
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Ensalcemos juntos el nombre de Jehová
“Oh, engrandezcan ustedes a Jehová conmigo, y juntos ensalcemos su nombre.” (SALMO 34:3.)
1. ¿Qué buen ejemplo nos dio Jesús durante su ministerio?
LA NOCHE del 14 de nisán del año 33, Jesús y sus apóstoles cantaron alabanzas a Jehová en una sala del piso alto de una casa en Jerusalén (Mateo 26:30). Si bien esta sería la última vez que lo harían juntos en la Tierra, era apropiado que él terminara así la reunión que acababan de celebrar. Desde el principio hasta el fin de su ministerio, Jesús alabó a su Padre y dio a conocer Su nombre con celo (Mateo 4:10; 6:9; 22:37, 38; Juan 12:28; 17:6). En efecto, Jesús hizo suya la afectuosa invitación del salmista: “Oh, engrandezcan ustedes a Jehová conmigo, y juntos ensalcemos su nombre” (Salmo 34:3). ¡Un ejemplo digno de imitación!
2, 3. a) ¿Cómo sabemos que el Salmo 34 es de carácter profético? b) ¿Qué examinaremos en este artículo y el siguiente?
2 Pocas horas después de cantar alabanzas con Jesús, el apóstol Juan fue testigo de un suceso muy distinto: vio cómo su Maestro y dos reos eran ejecutados en maderos de tormento. Los soldados romanos les rompieron las piernas a los dos reos para apresurarles la muerte; sin embargo, cuando llegaron a Jesús, como vieron que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas. Juan explica en su Evangelio que esto sucedió para que se cumpliera lo que dice otra parte del Salmo 34: “Ni un hueso de él será quebrantado” (Juan 19:32-36; Salmo 34:20, Septuaginta).
3 El Salmo 34 ofrece muchos otros puntos interesantes para el cristiano. Por tal motivo, en este artículo y el siguiente examinaremos primero las circunstancias en que David lo compuso y luego su animador contenido.
David huye de Saúl
4. a) ¿Por qué se ungió a David como el nuevo rey de Israel? b) ¿Cómo es que Saúl ‘llegó a amar’ mucho a David?
4 Saúl gobernaba en Israel cuando David era joven; no obstante, se volvió desobediente y perdió el favor divino. Por ello, el profeta Samuel le dijo: “Jehová ha arrancado hoy de ti el regir real de Israel, y ciertamente se lo dará a un semejante tuyo que sea mejor que tú” (1 Samuel 15:28). Después, Jehová mandó a Samuel que ungiera a David, el hijo menor de Jesé, como el nuevo rey de Israel. Entretanto, el espíritu de Dios se había apartado de Saúl, por lo que este sufría ataques de melancolía; así que le llevaron a David, músico talentoso, para que le sirviera en Guibeah. La música de David tranquilizaba a Saúl, quien “llegó a amarlo mucho” (1 Samuel 16:11, 13, 21, 23).
5. ¿Por qué cambió la actitud de Saúl hacia David, y qué se vio obligado a hacer este?
5 Jehová estaba con David, y el tiempo así lo demostró. Lo ayudó a vencer al gigante filisteo Goliat y lo apoyó de tal manera que sus proezas militares se hicieron célebres en Israel. Al ver que la bendición divina acompañaba a David, Saúl se puso celoso y le cobró mucho odio. Dos veces le arrojó su lanza mientras tocaba el arpa para él, pero en ambas ocasiones David logró esquivar el golpe. Tras el tercer atentado, el futuro rey de Israel comprendió que tenía que huir para ponerse a salvo. Como Saúl insistía en capturarlo y matarlo, David terminó buscando refugio fuera del territorio de Israel (1 Samuel 18:11; 19:9, 10).
6. ¿Por qué mandó matar Saúl a la población de Nob?
6 En camino a la frontera de Israel, David se detuvo en la ciudad de Nob, donde se encontraba el tabernáculo de Jehová. Allí pidió provisiones para él y para el grupo de jóvenes que al parecer se le habían unido en su huida. Cuando Saúl se enteró de que el sumo sacerdote les había dado algo de comer, así como la espada que David le había quitado al vencido Goliat, montó en cólera y ordenó matar a toda la población, incluidos 85 sacerdotes (1 Samuel 21:1, 2; 22:12, 13, 18, 19; Mateo 12:3, 4).
Vuelve a escapar de la muerte
7. ¿Por qué no fue Gat un escondite seguro para David?
7 Desde Nob, David huyó a territorio filisteo y acudió por refugio al rey Akís de Gat, la ciudad natal de Goliat, situada a unos 40 kilómetros [25 millas] hacia el occidente. Seguramente pensó que aquel sería el último lugar del mundo donde Saúl lo buscaría. Pero los servidores del rey filisteo no tardaron en identificarlo. Cuando David se enteró, tuvo “muchísimo miedo a causa de Akís el rey de Gat” (1 Samuel 21:10-12).
8. a) ¿Qué nos dice el Salmo 56 sobre la experiencia de David en Gat? b) ¿Cómo volvió a escapar David de la muerte?
8 Acto seguido, los filisteos apresaron a David. Es posible que esa haya sido la ocasión cuando compuso el fervoroso salmo en que suplicó a Jehová: “Pon mis lágrimas [...] en tu odre” (Salmo 56:8 y encabezamiento). Con estas palabras expresó su confianza en que Jehová no olvidaría su aflicción, sino que lo cuidaría y protegería con amor. Al mismo tiempo, David ideó un artificio para engañar al rey filisteo: se fingió demente. Ante esto, Akís reprendió a sus servidores por haberle llevado a un “loco”. Está claro que Jehová coronó de éxito la estratagema de David, quien fue expulsado de la ciudad y volvió a escapar de la muerte por poco (1 Samuel 21:13-15).
9, 10. ¿Por qué razón compuso David el Salmo 34, y en quién pudo haber estado pensando?
9 La Biblia no dice si los partidarios de David huyeron con él a Gat o se quedaron vigilando en las aldeas cercanas de Israel. En todo caso, debieron de alegrarse mucho cuando se reencontraron y él les relató la manera como Jehová lo había vuelto a librar. Aquel incidente dio pie a la composición del Salmo 34, según indica el encabezamiento. En los primeros siete versículos, David alaba a Jehová por haberlo salvado e invita a sus partidarios a exaltarlo junto con él como el Gran Salvador de Su pueblo (Salmo 34:3, 4, 7).
10 David y sus hombres hallaron refugio seguro en la cueva de Adulam, situada a 15 kilómetros [10 millas] al oriente de Gat, en una región montañosa de Israel. Allí se les unieron muchos israelitas que estaban descontentos con el reinado de Saúl (1 Samuel 22:1, 2). Es posible que David haya compuesto los versículos 8 a 22 del Salmo 34 pensando en estos hombres. Los recordatorios que allí aparecen también son de gran interés para nosotros, por lo que será muy provechoso estudiar a fondo este hermoso salmo.
¿Es nuestra prioridad la misma que la de David?
11, 12. ¿Qué motivos tenemos para alabar de continuo a Jehová?
11 “Ciertamente bendeciré a Jehová en todo tiempo; constantemente estará su alabanza en mi boca.” (Salmo 34:1.) Aunque es muy probable que las inquietudes de tipo material acosaran a David en el destierro, sus palabras indican que las preocupaciones cotidianas le importaban menos que su resolución de alabar a Jehová. ¡Qué buen ejemplo para cuando nos sobrevengan dificultades! Sea que estemos en la escuela o en el trabajo, con nuestros hermanos o en el ministerio público, nuestro mayor deseo debe ser alabar a Jehová. Pensemos en los incontables motivos que tenemos para ello, como, por ejemplo, la infinidad de cosas que podemos aprender y disfrutar de su maravillosa creación, o todo lo que él ha llevado a cabo mediante la parte terrenal de su organización. Aunque imperfectos, Jehová ha utilizado de manera extraordinaria a seres humanos fieles en la actualidad. Las obras de Dios no tienen ni punto de comparación con las de los hombres idolatrados por el mundo. ¿Verdad que nos identificamos con estas palabras de David: “No hay ninguno como tú entre los dioses, oh Jehová, ni hay obras como las tuyas”? (Salmo 86:8.)
12 Nosotros, como el salmista, también nos sentimos impulsados a alabar de continuo a Jehová por sus incomparables obras. Además, nos emociona saber que el Reino de Dios ya está en manos del Heredero permanente de David, Jesucristo (Revelación [Apocalipsis] 11:15). Esto significa que el fin del presente sistema de cosas está cerca. El futuro eterno de más de seis mil millones de personas está en juego. Jamás ha habido tanta necesidad de anunciar lo que el Reino de Dios hará en breve por la humanidad y de ayudar al prójimo a alabar a Jehová con nosotros. De ahí que nuestra prioridad en la vida deba ser aprovechar toda oportunidad para animar a otros a aceptar estas “buenas nuevas” antes de que sea demasiado tarde (Mateo 24:14).
13. a) ¿En quién se gloriaba David, y a qué tipo de personas motivó? b) ¿Qué atrae a los mansos a la congregación cristiana hoy día?
13 “En Jehová se jactará mi alma; los mansos oirán y se regocijarán.” (Salmo 34:2.) David no se estaba jactando de alguna hazaña personal, como, digamos, haber engañado al rey de Gat. Reconocía que Jehová lo había protegido y lo había ayudado a escapar (Proverbios 21:1). Por eso se gloriaba en Dios, y no en sí mismo, lo que atrajo a los mansos hacia Jehová. Otro que ensalzó el nombre de Jehová fue Jesús, y eso atrajo a los humildes y dóciles a Dios. Hoy los mansos de todas las naciones se sienten atraídos a la congregación internacional de cristianos ungidos, de la cual Jesús es Cabeza (Colosenses 1:18). Su corazón se conmueve cuando oyen a los humildes siervos de Dios glorificar el nombre divino y cuando escuchan el mensaje de la Biblia, el cual comprenden gracias al espíritu santo de Dios (Juan 6:44; Hechos 16:14).
Las reuniones nos fortalecen la fe
14. a) ¿Se contentó David con alabar a Jehová en privado? b) ¿Qué ejemplo dio Jesús en cuanto a adorar públicamente a Dios?
14 “Oh, engrandezcan ustedes a Jehová conmigo, y juntos ensalcemos su nombre.” (Salmo 34:3.) David no se contentó con alabar a Jehová en privado, sino que invitó afectuosamente a sus compañeros a unírsele y ensalzar juntos el nombre de Dios. El David Mayor, Jesucristo, también se complacía en alabar a Jehová en público: en la sinagoga, durante las fiestas en el templo de Jerusalén y en compañía de sus discípulos (Lucas 2:49; 4:16-19; 10:21; Juan 18:20). Nosotros tenemos el gozoso privilegio de imitar a Jesús glorificando a Jehová con nuestros hermanos en toda ocasión, especialmente ahora, “al contemplar [...] que el día se acerca” (Hebreos 10:24, 25).
15. a) ¿Qué efecto tuvo la experiencia personal de David en sus hombres? b) ¿Cómo nos benefician las reuniones?
15 “Inquirí de Jehová, y él me contestó, y de todos mis sustos él me libró.” (Salmo 34:4.) Esta fue una experiencia muy significativa para David, quien añade: “Este afligido llamó, y Jehová mismo oyó. Y de todas sus angustias Él lo salvó” (Salmo 34:6). En nuestras reuniones surgen muchas oportunidades para contar experiencias animadoras de cómo Jehová nos ha ayudado a aguantar situaciones difíciles. Tales relatos fortalecen la fe de nuestros hermanos, del mismo modo que las expresiones de David fortalecieron la fe de los que lo apoyaban. Ellos “miraron hacia [Jehová] y quedaron radiantes, y sus rostros mismos de ninguna manera podían avergonzarse” (Salmo 34:5). Aunque huían del rey Saúl, no se sentían avergonzados; confiaban en que Dios estaba del lado de David, y sus rostros irradiaban felicidad. Igualmente, tanto los recién interesados como los que han sido cristianos verdaderos mucho tiempo acuden a Jehová por auxilio. Al experimentar personalmente la ayuda divina, sus rostros radiantes denotan su determinación de mantenerse fieles.
Agradecidos por la ayuda angélica
16. ¿Cómo ha utilizado Jehová a los ángeles para librarnos?
16 “El ángel de Jehová está acampando todo en derredor de los que le temen, y los libra.” (Salmo 34:7.) David no se creyó el único merecedor de la salvación divina. Es cierto que era el ungido de Jehová y el futuro rey de Israel; sin embargo, sabía que Jehová utiliza a los ángeles para cuidar de todos sus siervos fieles, sean prominentes o no. Hoy los verdaderos adoradores también contamos con la protección divina. Tal como sucedió en la Alemania nazi, se han realizado campañas de exterminio contra los testigos de Jehová en muchos países, entre ellos Angola, Malaui y Mozambique. Pero han sido en vano. Es más, en esos lugares el pueblo de Dios sigue prosperando mientras exalta unidamente Su nombre. ¿Por qué? Porque Jehová lo guía y lo protege mediante sus santos ángeles (Hebreos 1:14).
17. ¿De qué maneras nos ayudan los ángeles de Dios?
17 Además, los ángeles pueden intervenir para sacar del pueblo de Jehová a quienes hacen tropezar a otros (Mateo 13:41; 18:6, 10). Y aunque en el momento no nos demos cuenta de ello, eliminan obstáculos que pueden entorpecer nuestro servicio a Dios y nos protegen de cosas que pudieran afectar nuestra relación con él. Más importante aún, nos dirigen en la proclamación de las “buenas nuevas eternas” a todas las personas, incluidas las que viven en lugares donde es muy peligroso predicar (Revelación 14:6). En nuestras publicaciones aparecen relatos que confirman la intervención angélica, y son tan abundantes que no pueden calificarse de simples coincidencias.a
18. a) ¿Qué tenemos que hacer para seguir gozando de la ayuda angélica? b) ¿Qué analizaremos en el siguiente artículo?
18 Para seguir gozando de la dirección y protección angélica, tenemos que ensalzar siempre el nombre de Jehová, aun en circunstancias hostiles. Recordemos que el ángel de Jehová acampa únicamente “en derredor de los que le temen [a Jehová]”. ¿Qué significan estas palabras? ¿En qué consiste el temor de Dios, y cómo se cultiva? ¿Por qué querría un Dios amoroso que le temiéramos? El siguiente artículo responderá a estas preguntas.
[Nota]
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Seamos felices temiendo a JehováLa Atalaya 2007 | 1 de marzo
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Seamos felices temiendo a Jehová
“Teman a Jehová, ustedes sus santos, porque nada les falta a los que le temen.” (SALMO 34:9.)
1, 2. a) ¿Qué distintas posturas ha adoptado la cristiandad con respecto al temor de Dios? b) ¿Qué preguntas examinaremos?
MUCHOS ministros de la cristiandad que predican el temor de Dios suelen recurrir a una doctrina que bíblicamente carece de base, a saber, que Dios castiga a los pecadores en el fuego eterno. Esta doctrina es contraria a la enseñanza bíblica de que Jehová es un Dios amoroso y justo (Génesis 3:19; Deuteronomio 32:4; Romanos 6:23; 1 Juan 4:8). Pero hay otros que hacen lo opuesto: nunca mencionan el temor de Dios y sostienen que él es indulgente y acepta prácticamente a todo el mundo sin importar cómo viva. Tampoco esto es lo que enseña la Biblia (Gálatas 5:19-21).
2 De hecho, las Escrituras nos exhortan a temer a Dios (Revelación 14:7). Esta verdad suscita varios interrogantes: ¿Por qué quiere un Dios amoroso que le temamos? ¿En qué consiste dicho temor? ¿Cómo nos beneficia? Hallaremos las respuestas en la continuación de nuestro análisis del Salmo 34.
Por qué temer a Dios
3. a) ¿Qué opina usted del mandato de temer a Dios? b) ¿Por qué son felices los que temen a Jehová?
3 Jehová es digno de temor por ser el Creador y el Soberano del universo (1 Pedro 2:17). Sin embargo, no se trata de tenerle terror a un dios cruel, sino de tenerle respeto reverencial a Jehová por ser quien es y temer ofenderlo. El temor de Dios es un sentimiento noble y edificante, no uno que deprime o aterra. Jehová, el “Dios feliz”, quiere que gocemos de la vida (1 Timoteo 1:11). Pero para ello hemos de regirnos según sus normas, lo que en muchos casos significa cambiar el modo de vivir. Quienes efectúan los cambios necesarios comprueban la veracidad de estas palabras del salmista David: “Gusten y vean que Jehová es bueno; feliz es el hombre físicamente capacitado que se refugia en él. Teman a Jehová, ustedes sus santos, porque nada les falta a los que le temen” (Salmo 34:8, 9). Los que temen a Jehová no carecen de nada bueno porque gozan de una íntima relación con él.
4. ¿Qué confianza expresaron tanto David como Jesús?
4 Observemos que David honró a sus hombres llamándolos “santos”, y con razón, pues eran ciudadanos de la nación santa de Dios y habían arriesgado su vida por seguirlo. A pesar de que huían del rey Saúl, David tenía la plena confianza de que Jehová nunca dejaría de cubrir sus necesidades. “Los mismos leoncillos crinados han tenido poco a la mano y han padecido hambre —escribió—; pero en cuanto a los que buscan a Jehová, no les faltará ninguna cosa buena.” (Salmo 34:10.) Jesús infundió la misma confianza en sus discípulos (Mateo 6:33).
5. a) ¿De qué clase social eran muchos de los seguidores de Jesús? b) ¿Qué consejo dio Jesús con respecto al temor?
5 Muchas de las personas que oyeron a Jesús procedían de las clases bajas y desfavorecidas de los judíos; por ese motivo, él “se compadeció de ellas, porque estaban desolladas y desparramadas como ovejas sin pastor” (Mateo 9:36). ¿Tendrían aquellos humildes el valor de seguirlo? Hacerlo exigiría que temieran a Jehová, y no al hombre. Jesús exhortó: “No teman a los que matan el cuerpo y después de esto no pueden hacer nada más. Pero yo les indicaré a quién temer: Teman a aquel que después de matar tiene autoridad para echar en el Gehena. Sí, les digo, teman a Este. Se venden cinco gorriones por dos monedas de poco valor, ¿no es verdad? Sin embargo, ni uno de ellos está olvidado delante de Dios. Pero hasta los cabellos de la cabeza de ustedes están todos contados. No tengan temor; ustedes valen más que muchos gorriones” (Lucas 12:4-7).
6. a) ¿Qué palabras de Jesús han fortalecido a los cristianos? b) ¿Por qué es Jesús el ejemplo más elocuente de temor piadoso?
6 Cuando los que temen a Jehová son sometidos a presión por sus enemigos para que dejen de servirle, les conviene recordar la exhortación de Jesús: “Todo el que confiese unión conmigo delante de los hombres, el Hijo del hombre también confesará unión con él delante de los ángeles de Dios. Mas el que me repudie delante de los hombres será repudiado delante de los ángeles de Dios” (Lucas 12:8, 9). Dichas palabras han fortalecido mucho a los cristianos, sobre todo a los que viven en países donde la obra está proscrita. Estos siguen alabando discretamente a Jehová en las reuniones cristianas y el ministerio público (Hechos 5:29). Jesús es el ejemplo más elocuente de “temor piadoso” (Hebreos 5:7). Aludiendo a él, la Palabra profética anunció: “Sobre él tiene que asentarse el espíritu de Jehová, el espíritu [...] del temor de Jehová; y habrá disfrute por él en el temor de Jehová” (Isaías 11:2, 3). De ahí que Jesús esté perfectamente capacitado para enseñarnos los beneficios del temor reverente.
7. a) ¿Cómo aceptan los cristianos una invitación semejante a la que hizo David? b) ¿Cómo pueden seguir los padres el buen ejemplo de David?
7 Quienes siguen el ejemplo de Jesús y obedecen su doctrina están, en realidad, aceptando una invitación similar a la que hizo David: “Vengan, hijos, escúchenme; el temor de Jehová es lo que les enseñaré” (Salmo 34:11). Era natural que David se dirigiera a sus seguidores como “hijos”, pues ellos lo consideraban su líder. Él, por su parte, les brindó ayuda espiritual a fin de que gozaran de unidad y del favor divino: un magnífico ejemplo para los padres cristianos, a quienes se ha conferido autoridad divina para criar a sus hijos “en la disciplina y regulación mental de Jehová” (Efesios 6:4). Si les hablan de asuntos espirituales todos los días y dirigen un estudio bíblico regular con ellos, los ayudarán a temer a Jehová y ser felices (Deuteronomio 6:6, 7).
Cómo demostrar el temor de Dios
8, 9. a) ¿En qué reside el atractivo de vivir en temor de Dios? b) ¿Qué está implicado en guardar la lengua?
8 Ya hemos indicado antes que el temor de Jehová no nos priva de felicidad. “¿Quién es el hombre que está deleitándose en la vida, que está amando suficientes días para ver lo que es bueno?”, preguntó David (Salmo 34:12). El temor de Jehová es realmente la clave de una vida larga y dichosa. Claro, es muy fácil decir: “Yo temo a Dios”; otra cosa muy distinta es demostrarlo con nuestra conducta. Por eso, David pasa a explicar cómo hacerlo.
9 “Salvaguarda tu lengua contra lo que es malo, y tus labios contra el hablar engaño.” (Salmo 34:13.) El apóstol Pedro citó por inspiración este versículo tras instar a los cristianos a tratarse con cariño fraternal (1 Pedro 3:8-12). Guardar la lengua de lo malo supone abstenerse del chisme, que es tan perjudicial. Siempre debemos procurar que nuestras conversaciones sean edificantes y tener el valor de decir la verdad (Efesios 4:25, 29, 31; Santiago 5:16).
10. a) Explique qué significa apartarse del mal. b) ¿Qué abarca hacer el bien?
10 “Apártate de lo que es malo, y haz lo que es bueno; procura hallar la paz, y sigue tras ella.” (Salmo 34:14.) Los verdaderos cristianos evitamos las cosas que Dios condena, como la inmoralidad sexual, la pornografía, el hurto, el espiritismo, la violencia, la borrachera y el consumo de drogas; asimismo, rechazamos el entretenimiento que gira en torno a estas cosas repulsivas (Efesios 5:10-12). En cambio, empleamos el tiempo en obrar lo bueno. El mayor bien que podemos efectuar es participar habitualmente en la obra de predicar el Reino y hacer discípulos a fin de que estos obtengan la salvación (Mateo 24:14; 28:19, 20). Hacer el bien también incluye prepararnos para las reuniones cristianas y asistir a ellas, contribuir a la obra mundial, cuidar del Salón del Reino y ocuparnos de los hermanos necesitados.
11. a) ¿De qué modo practicó David lo que predicó sobre la paz? b) ¿Cómo podemos ‘seguir tras la paz’ en la congregación?
11 David fue un buen ejemplo de alguien que siguió tras la paz. En dos oportunidades pudo haber matado a Saúl, pero en ambas se abstuvo de actuar con violencia y habló al rey de manera respetuosa, esperando así restaurar la paz (1 Samuel 24:8-11; 26:17-20). ¿Qué se puede hacer cuando una situación amenaza con perturbar la tranquilidad de la congregación? Debemos “[procurar] hallar la paz, y [seguir] tras ella”. Por eso, si notamos que las relaciones con un hermano en la fe están tensas, acatemos el consejo de Jesús: “Primero haz las paces con tu hermano”. Después atenderemos otros aspectos de la adoración verdadera (Mateo 5:23, 24; Efesios 4:26).
El temor de Dios trae grandes recompensas
12, 13. a) ¿De qué beneficios gozan quienes temen a Dios? b) ¿Qué magnífica recompensa recibirán los siervos fieles de Jehová?
12 “Los ojos de Jehová están hacia los justos, y sus oídos están hacia su clamor por ayuda.” (Salmo 34:15.) La historia de la relación de Dios con David prueba que esa afirmación es cierta. Saber que Jehová vela por nosotros nos comunica gran gozo y paz interior. Confiamos en que él satisfará siempre nuestras necesidades, por angustiosa que sea la situación. Sabemos que, dentro de poco, los auténticos siervos de Dios nos enfrentaremos al predicho ataque de Gog de Magog y al “día de Jehová, grande e inspirador de temor” (Joel 2:11, 31; Ezequiel 38:14-18, 21-23). Independientemente de las circunstancias que se den entonces, las palabras de David resultarán verdaderas en nuestro caso: “Clamaron, y Jehová mismo oyó, y de todas sus angustias los libró” (Salmo 34:17).
13 ¡Qué emocionante será ver a Jehová enaltecer su gran nombre! Se nos llenará el corazón de admiración y reverencia como nunca antes, mientras que nuestros adversarios tendrán un final humillante. “El rostro de Jehová está contra los que hacen lo que es malo, para cortar la mención de ellos de la tierra misma.” (Salmo 34:16.) Experimentar tan maravillosa salvación y entrar en el justo nuevo mundo de Dios será una formidable recompensa, ¿no le parece?
Promesas que nos animan a aguantar
14. ¿Qué nos ayudará a aguantar cuando nos sobrevengan calamidades?
14 Entretanto, para seguir obedeciendo a Jehová en un mundo hostil y corrupto hace falta aguante. El temor piadoso es de gran ayuda para cultivar la obediencia. A consecuencia de los tiempos críticos en que vivimos, algunos siervos de Jehová pasan terribles penalidades que, por así decirlo, les quebrantan el corazón y les aplastan el espíritu. No obstante, pueden tener la total certidumbre de que si acuden a Jehová, él los ayudará a aguantar. David nos ofrece verdadero consuelo al decir: “Jehová está cerca de los que están quebrantados de corazón; y salva a los que están aplastados en espíritu” (Salmo 34:18). Y añade esta animadora afirmación: “Son muchas las calamidades del justo, pero de todas ellas lo libra Jehová” (Salmo 34:19). Sin importar cuántas calamidades pasemos, Jehová es capaz de librarnos de todas.
15, 16. a) ¿De qué calamidad se enteró David poco después de componer el Salmo 34? b) ¿Qué nos ayudará a soportar las pruebas?
15 Poco después de componer el Salmo 34, David se enteró de la calamidad que había azotado a la ciudad de Nob, cuando Saúl masacró a la población y a casi todos los sacerdotes. Saber que su visita a la ciudad fue lo que encendió la ira de Saúl debió de atribularlo mucho (1 Samuel 22:13, 18-21). Seguramente, David acudió a Jehová por ayuda y se consoló con la esperanza de que los justos resucitarán en el futuro (Hechos 24:15).
16 La esperanza de la resurrección también nos fortalece a nosotros, pues sabemos que nada de lo que los enemigos hagan nos causará daño permanente (Mateo 10:28). David expresó la misma confianza al decir: “Él está guardando todos los huesos [del justo]; ni siquiera uno de ellos ha sido quebrado” (Salmo 34:20). Este versículo se cumplió de forma literal en el caso de Jesús. Aunque sufrió una muerte cruel, ni uno de sus huesos fue “quebrantado” (Juan 19:36). En una aplicación extendida, Salmo 34:20 nos garantiza que sean cuales sean las pruebas que afronten los cristianos ungidos y sus compañeros de las “otras ovejas”, nunca sufrirán una lesión permanente. Hablando de manera figurativa, sus huesos nunca serán quebrantados (Juan 10:16).
17. ¿Qué calamidad les aguarda a los que persisten en odiar al pueblo de Jehová?
17 Por otro lado, los impíos tendrán un destino muy diferente, pues pronto cosecharán el mal que han sembrado. “La calamidad dará muerte al inicuo mismo; y a los mismísimos que odian al justo se los tendrá por culpables.” (Salmo 34:21.) A los que se obstinan en combatir al pueblo de Dios les aguarda la peor calamidad imaginable. Cuando Jesucristo sea revelado, “sufrirán el castigo judicial de destrucción eterna” (2 Tesalonicenses 1:9).
18. ¿En qué sentido se ha redimido ya a la “gran muchedumbre”, y qué le depara el futuro?
18 El salmo de David cierra con estas confortadoras palabras: “Jehová está redimiendo el alma de sus siervos; y ninguno de los que se refugian en él será tenido por culpable” (Salmo 34:22). Hacia el final de su reinado de cuarenta años, David afirmó: “[Dios] ha redimido mi alma de toda angustia” (1 Reyes 1:29). Como David, quienes temen a Dios pronto podrán mirar atrás y regocijarse por haber sido redimidos del sentimiento de culpa que causa el pecado y por haber sido librados de sus pruebas. La mayoría de los hermanos ungidos de Jesús ya han recibido su recompensa celestial. A los que aún quedan en la Tierra se les une en el servicio a Dios “una gran muchedumbre” internacional, la cual ya disfruta de una posición limpia ante Jehová por su fe en el poder expiatorio de la sangre derramada de Jesús. Durante el venidero Reinado Milenario de Cristo, a esta muchedumbre se le aplicará por completo los beneficios del sacrificio redentor y se le elevará a la perfección (Revelación 7:9, 14, 17; 21:3-5).
19. ¿Qué están resueltos a hacer los miembros de la “gran muchedumbre”?
19 ¿Por qué se colmará de tantas bendiciones a la “gran muchedumbre” de siervos de Dios? Por su resolución de seguir temiendo a Jehová, sirviéndole con profunda admiración y obediencia reverencial. No nos cabe duda de que el temor de Jehová hace placentera la vida presente y nos ayuda a “[asirnos] firmemente de la vida que realmente lo es”: la vida eterna en el nuevo mundo de Dios (1 Timoteo 6:12, 18, 19; Revelación 15:3, 4).
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